cuarenta y siete
-¿Qué pasa? - Pregunto aunque en el instante en que veo a Draco agarrándose el brazo, lo sé.
Pansy y yo saltamos del sofá y nos acercamos a los chicos en la puerta.
-Draco tienes que irte, ahora. - Theo dice. -Va a pensar que lo estás ignorando.
Los ojos de Dracos me miran con el miedo escrito en su cara. Incluso noto que parece que está a punto de llorar. Le rodeo con mis brazos y le susurro al oído para que los demás no me oigan.
-Vas a estar bien. Probablemente sólo quiera hablar. Te amo.
Me alejo, pero él me atrae de nuevo para darme un último gran abrazo. Me susurra -Te amo, Maya. - en mi oído antes de dejarme ir.
-No dejes que vaya a ver a Fred sola. Lo digo en serio. Uno de ustedes vaya con ella. - Draco exige.
-Yo iré. - Dice Blaise.
-Vale, ya vuelvo. - Dice antes de aparecer en la mansión de los Malfoy donde el señor oscuro le espera.
Los cuatro nos quedamos de pie en la puerta donde estaba Draco durante un largo rato, en silencio. Estoy aterrorizada y temblando. Estaba muy asustado. Ojalá pudiera ir con él. Ojalá me llamaran para ir con él. Joder. Odio esto.
-Necesito aire. - Digo antes de empujar a todos para salir al exterior. La casa está rodeada por un lago y un bosque, y está lejos de cualquier ciudad, así que estamos básicamente solos aquí. Hay un porche con sillas y me parece que sentarse aquí es relajante. El agua, los árboles, los pájaros. Es relajante saber que son lo único que nos rodea. Me siento en los escalones y pongo la cabeza entre las manos mientras intento ralentizar mi respiración.
Estará bien. Es Draco Malfoy. Puede manejarlo.
Pero estaba muy asustado.
Oigo que la puerta se abre detrás de mí y que alguien se acerca a mí, pero no levanto la vista. Siento la presencia de alguien sentado a mi lado.
-Estará bien, Maya. - dice Blaise.
-Lo sé. - Digo. El sol empezaba a ponerse y eso significa que ya es casi la hora.
No puedo creer que mientras Draco está lidiando con el señor oscuro... ...vaya a ver a Fred y George. Qué jodido.
-¿Creen que es mala idea ir a ver a los gemelos? - Pregunto.
-No te voy a mentir. No creo que vaya a cambiar nada. - Dice. -Aunque no los conozco tan bien como tú.
-Si soy sincero, tampoco creo que les haga cambiar de opinión.
-Todos vemos cómo te está destrozando, Maya. Por eso Draco te sugirió que escribieras la carta. Quiere que seas feliz. - explica Blaise. -Sabemos que aunque no cambie su opinión esta noche, te sentirás mejor porque al menos lo has intentado.
-Sólo tengo que intentar... tienen que ver que no somos... no somos monstruos.
-¿Estás lista entonces? - Blaise pregunta mientras se levanta y me ofrece su mano.
-Sí, estoy lista.
-
D R A C O
Me apersono a la mansión de los Malfoy, a la que en algún momento llamé hogar.
Este lugar ante el que estoy ahora, no es mi hogar.
En el momento en que entro en la mansión, mi madre viene corriendo hacia mí y me rodea con sus brazos.
-Me alegro mucho de que estés bien, Draco. - Ella susurra.
-Estoy bien, madre. - Digo secamente.
-Hijo, te está esperando. - Dice Lucious. Está de pie en la puerta.
Asentí.
Mi madre me susurra "Te quiero". en mi oído mientras paso junto a ella, pero no me atrevo a hablar en este momento. Si digo algo, podría vomitar.
Mi padre me hace un gesto para que entre en el comedor. Por suerte no entra conmigo. Pase lo que pase aquí, no necesito que lo vea o lo sepa.
Abro la puerta de un empujón y entro tratando de concentrarme en mantener la calma.
-Ah, Draco. - Dice Voldemort sin darse la vuelta. Está de pie junto a una ventana mirando por ella. -Me alegro de verte de nuevo.
No digo nada. ¿Qué se supone que debo decir?
No es agradable verlo de nuevo.
-Bellatrix me ha explicado que tú mismo no mataste a Dumbledore. - Dice fríamente.
-N-no. - es todo lo que logro decir.
Se ríe.
-Severus me ha informado de que casi lo hiciste pero que él interrumpió y lo terminó. ¿Es esto correcto?
-Sí.
-Debo admitir que has llegado más lejos de lo que pensaba. - Se gira para mirarme. -Como recompensa, no te mataré.
¿Iba a matarme...?
-Pero no puedo permitir que quedes impune. Estoy seguro de que lo entiendes. - Dice fríamente, esperando una respuesta.
-Sí, mi señor. - Digo.
Él sonríe antes de coger su varita de la mesa y apuntarme
-Crucio.
Sentí que todos los músculos de mi cuerpo empezaban a picar mientras mis rodillas cedían y caía al suelo. Se siente como si estuviera siendo apuñalado por todo mi cuerpo con espadas. Mi cuerpo temblaba s como no se retorcía en el suelo pero me niego a gritar o llorar. Eso le daría demasiada satisfacción. Aunque, él no se daba por vencido y temía que no detendría la maldición hasta que yo llorara o gritara.
Consigo mirarle un segundo mientras seguía usando la maldición sobre mí y en realidad estaba sonriendo.
Estaba disfrutando de esto.
Estaba tan cerca de mi punto de ruptura. Él no se detenía y yo necesitaba que se detuviera. ¿Quiere que le suplique que se detenga?
-Sí. - Voldemort dice de la nada. -Me gustaría que me rogaras que parara, ahora que lo mencionas.
Está leyendo mi mente...
Vamos Draco. No le des la satisfacción de rogarle que se detenga.
Pero el dolor estaba siendo demasiado y necesito volver a Maya.
Joder.
-P-por favor. - Le suplico, lo que sólo le hace reír.
-Por favor. - Repito.
-¿Por favor qué? - Voldemort se burla.
-Por favor, para. - Continúo.
-¿No crees que te mereces esto? - Me pregunta. -No crees que debas ser castigado por no terminar tu tarea.
-Debería serlo. - Digo.
Y después de unos largos momentos más, retira su varita.
Se detuvo.
De repente fui muy consciente de que estaba hecho un ovillo en el suelo frente al señor oscuro.
-Debo decir que lo has manejado mejor que tu padre. - Dice Voldemort. -Qué cobarde, ese hombre.
Pasa por encima de mí.
-No me decepciones de nuevo, Draco.
-No... no lo haré.
-Bien. Levántate. - Él exige.
Me obligo a levantarme aunque cada músculo de mi cuerpo está ardiendo ahora mismo.
No muestres debilidad.
-Se espera que tú y tus amigos vuelvan a hogwarts este año. - Dice Voldemort. -Habrá una guerra que se avecina y necesitaremos gente dentro.
-Si, mi Lord. - digo.
-No debes molestarte con Harry Potter. - Continúa. -Sin peleas, sin comunicación, ¿entendido?
-Sí.
-Ni siquiera Maya.
-De acuerdo.
-Vete. - Exige y me doy la vuelta y salgo. Paso junto a mi padre sin decir nada, veo a mi madre y lo preocupada que está. Sólo quiero volver con Maya pero no puedo dejar a mi madre sin decirle que estoy bien.
-Estoy bien, madre. - Le digo cuando la alcanzo.
-Yo... no pensé... - dice ella pero sé lo que está tratando de decir.
Ella no quería pensar que volvería a verme.
-Estoy bien. - Digo y la abrazo suavemente porque me duele el cuerpo.
Joder, probablemente no pueda apperar después de eso.
-Necesito volver con Maya, pero... no puedo apperar. ¿Puedo usar la chimenea? - Le pregunto.
Ella me da una expresión de tristeza, probablemente porque ahora sabe lo que pasó.
-Sí. Adelante. - Dice mientras me suelta.
-Te quiero, madre. - Fue lo último que dije antes de volver a casa de mi tía y verlas sentadas en la cocina.
-
M A Y A
-Te esperaré en la puerta. Si necesitas que entre sólo llámame. - Dice Blaise mientras suelta mi mano en la puerta de la tienda de bromas.
-Vale, gracias. Aunque debería estar bien. - Digo.
-No importa lo que pase ahí dentro Maya, sabes que estoy aquí para ti. - Me recuerda Blaise.
-Lo sé. - Digo antes de abrir la puerta de la tienda de bromas y entrar.
Mi última oportunidad para convencerles de que sigo siendo yo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro