cincuenta y siete
M A Y A
Draco le preguntó a su tía si podíamos ir los dos a su habitación para asegurarse de que mi corte estaba bien. Ese imbécil realmente me dio una bofetada en la cara.
Cuando salimos de la habitación, me derrumbé en sus brazos por el miedo y por todo el estrés de estar aquí en primer lugar. Me abrazó y me consoló hasta que pude dejar de llorar y respirar. Entonces me preguntó qué quería hacer. Sé que ya sabe lo que voy a decir y cuando se lo digo, asiente y dice que lo hagamos.
-¿Cómo vamos a hacer esto? - Le pregunto a Draco mientras él y yo empezamos a caminar por el pasillo hacia las mazmorras.
-No lo sé. Podemos darle mi varita. Siempre se las ingenian para salir de los líos. - explica Draco.
-Vale, pues bajamos y le ofrecemos la varita. - Repito.
-Sí. - Murmura. -Si aceptan nuestra ayuda.
-Te juro que si no coge la maldita varita, es que es tonto. - Gruño.
-Sí, realmente lo es. - Draco bromea. Incluso en un momento así, bromea y consigue hacerme sonreír.
La mazmorra no estaba vigilada por nadie en ese momento, así que por suerte pudimos bajar sin que nadie se diera cuenta de nuestra presencia.
-¿Qué demonios queréis vosotros dos? - nos pregunta Ron enfadado cuando llegamos a la puerta.
-Hemos venido a ayudarte, idiota. - escupe Draco.
-¿Ayudarnos? - Comienza Ron. -Sí, claro.
-Bien. - Dice Draco. -Si no quieres nuestra ayuda, diviértete pudriéndote aquí.
Gira sobre sus talones y comienza a alejarse. Le lanzo una mirada molesta a Ron y me giro para seguirle cuando Hermione suelta un grito terrible. Draco y yo nos detenemos y nos miramos horrorizados.
-¿Qué le están haciendo a Hermione? - pregunta Ron con agresividad.
-Ni idea. - Digo. Me tiembla la voz. -Mira, podemos darte una varita y cuando alguien venga a dejarte salir, podéis escapar.
-¿Por qué nos ayudas? - pregunta Harry mientras se acerca a la puerta junto a Ron.
-Sé que no estáis en el colegio porque sabéis cómo derrotarlo. No podéis quedaros atrapados aquí. - Le explico.
-Además, Maya no me dejará oír el final si su hermano muere en mi casa. - añade Draco. -Así que no seas un estúpido y coge mi varita.
-Yo... está bien. - Dice Harry. Nos estudia a Draco y a mí antes de aceptar la varita.
-Tenemos que volver a subir antes de que alguien se dé cuenta, pero sed inteligentes. - Digo y ambos asienten. Draco y yo giramos sobre nuestros talones y empezamos a subir las escaleras.
-¿Maya? - Harry me llama. Me vuelvo para mirarlo y veo una expresión facial que nunca había visto en Harry. -Gracias.
Asiento con la cabeza y me doy la vuelta para seguir a Draco.
Al menos ahora tienen una varita.
Al menos ahora pueden salir.
Los dos se dirigen a la habitación donde escucharon a Hermione gritar.
-Espera... - Dice Draco cuando estamos justo fuera de la habitación. -Tengo que curarte la cara.
-Bien.
Le entrego mi varita y le permito que me cure la cara rápidamente. Casi se me olvida que les dijimos que tenía que revisar el corte. Estaba tan concentrada en sacar a Harry, Ron y Hermione de aquí que olvidé que tampoco estamos seguros aquí. La verdad es que no.
-Sea lo que sea lo que nos espera dentro, prométeme que mantendrás la calma. - susurra Draco.
-Lo prometo.
-Si necesitas usar la oclusión para esconderte, hazlo. No te dejes llevar. - Le explica.
Asiento con la cabeza y le cojo la mano antes de que abra la puerta y nos guíe a los dos al interior. Lo primero que veo es a Lucious y Bellatrix de pie junto a la chimenea, susurrando entre ellos. Veo a Narcissa sentada en el escritorio de la esquina. Luego mis ojos encuentran a Hermione tirada en el suelo. Casi parece muerta, pero no lo está. Está llorando. Tiene el brazo extendido y sangrando. No puedo entender por qué está sangrando, pero algo está muy mal.
-Ah, habéis vuelto. - Bellatrix dice al vernos.
-¿Qué ha pasado aquí? - pregunta Draco. Suena muy tranquilo, pero por la forma en que me toma de la mano me doy cuenta de que está asustado.
-Cuando los arrebatadores registraron las bolsas de este sangre sucia, encontraron la espada de gryffinfor. - Bellatrix explica. -Y esa espada debía estar en mi bóveda.
-Oh. - Dice Draco. -¿Así que ella y sus amigos lo robaron?
-Eso parece, hijo. - salta Lucious. Draco me apretó un poco más la mano al oír la voz de su padre.
-¡Cola de gusano! - Grita Bellatrix y el hombrecillo parecido a una rata entra corriendo. -Ve a buscar al duende de las mazmorras.
Esto es todo. Esta es su oportunidad de matarlo y escapar. Mis nervios empiezan a crecer y puedo sentir que mis manos empiezan a temblar. Draco también debe sentirlo porque nos lleva hasta donde está sentada su madre y me hace un gesto para que me siente a su lado. Obedezco.
-Dame tu varita. - Me susurra al oído y le hago un gesto para que me la saque del bolsillo, cosa que hace.
Nadie se da cuenta.
Lo siguiente que sabemos es que Harry y Ron suben corriendo las escaleras enviando hechizos hacia Bellatrix y Lucious. Draco, Narcissa y yo no nos movemos. Sucedió tan rápido que ninguno de nosotros sabía qué hacer. Bellatrix rápidamente agarra a Hermione y le pone un cuchillo en el cuello.
-¡Suelten sus varitas, ahora! - Exige. Los chicos las sueltan vacilantemente.
¿Me estás tomando el pelo? La han cagado.
Miro a Draco y él siente la misma rabia que yo. Todo lo que tenían que hacer era salir de aquí.
-Draco, recoge sus varitas. - Exige Bellatrix pero Draco no se mueve. Solo mira de los chicos a su tía. Está inseguro. Me pongo de pie de mala gana y me dirijo hacia los chicos. Todos los ojos están puestos en mí. Me dejo caer delante de ellos y recojo las varitas que se les han caído y vuelvo con Draco.
-Al menos uno de vosotros sabe seguir órdenes. - Dice Bellatrix mientras mira mal a Draco y me sonríe. -Realmente estás demostrando ser una mortífaga útil, Maya.
-Oh, mira, la cara de los chicos está curada. - Dice Lucious. -Y de hecho es Harry Potter.
-Llama al señor oscuro. - Exige Bellatrix.
No.
-Uno de ustedes, malditos idiotas, llámenlo. - Bellatrix exige de nuevo.
Nadie se mueve.
Entonces, por supuesto, Lucious se sube la manga y revela esa fea marca. Con una sonrisa de satisfacción, levanta su varita y la presiona contra la marca. Antes de que pudiera llamarlo, se oyó un extraño chirrido.
Un elfo doméstico derribó el candelabro que estaba sobre Bellatrix y Hermione. Hermione salió volando en dirección a Ron y Bellatrix se apartó del camino. Harry se acercó a mí y me quitó las varitas de la mano y corrió hacia sus amigos. Los cuatro estaban de pie al otro lado de la habitación.
-Puedes venir con nosotros, Maya. - Dice Harry desde el otro lado de la habitación.
Todos los ojos en mí de nuevo.
Tomo la mano de Draco y Harry asiente. Hermione me dio una expresión de decepción y Ron puso los ojos en blanco, enfadado. Después de eso, el elfo los apperó fuera de la mansión. Bellatrix como la tonta que es, lanzó un cuchillo con ellos.
Quiero decir, ¿qué tan tonta es?
¿Y si le daba a Harry? El señor oscuro la mataría.
-
D R A C O
Después de que los cuatro desaparecieran, Lucious y Bellatrix empezaron a discutir sobre lo estúpida que es ella por lanzarles ese cuchillo.
-¿Y si mató a Harry? El señor oscuro te matará si lo mata a él.
-Bueno, no estaba pensando en eso, obviamente. - Bellatrix grita. -¡Estaba tratando de mantenerlo aquí para salvar a nuestra familia! Algo que ninguno de ustedes sabe hacer!
Me vuelvo hacia Maya y ella trata de ocultar su sonrisa al ver a los dos discutiendo.
-Deberíamos volver al colegio antes de que alguien se dé cuenta de que no estamos allí. - Les susurro a ella y a mi madre.
-Sí, vayan ustedes. Nosotros nos encargaremos de las cosas aquí. - Mi madre nos dice mientras nos hace un gesto para que nos vayamos.
-Buena suerte. - Murmuro a mi madre mientras pongo los ojos en blanco hacia mi padre y mi tía.
-Las cosas mejorarán. - Comienza mi madre. -Simplemente lo sé.
-No sé cómo puedes estar tan segura, pero espero que sí. - Le respondo.
-Yo también creo que las cosas mejorarán. - añade Maya.
-Tú y mi madre seríais grandes amigas. - Bromeo.
-Me encantaría ser amiga de ella. Parece bastante linda. - dice Maya con una sonrisa.
-Este me gusta mucho, Draco. - Dice mi madre con una suave sonrisa.
-Tienes la aprobación de mi madre. - Bromeo.
-Vete antes de que estos dos se den cuenta de que te has ido. - Mi madre dice.
-Bien. - Tomo la mano de Maya y nos dirigimos a nuestra sala común.
Una vez que llegamos a la sala común, nos quedamos solos y Maya no dice una palabra durante un buen momento. No puedo leer exactamente su expresión pero no parece triste ni enfadada.
-¿Estas bien? - pregunto.
-Si. - ella dice y se da la vuelta luciendo confundida. -Sólo un poco preocupado por ese cuchillo.
-Estoy seguro de que sabremos si le dio a alguno de ellos. - Le explico. -Para empezar, mi tía estará muerta.
Ella deja escapar una pequeña risa y luego asiente con la cabeza.
Estábamos a punto de volver a tumbarnos y descansar un poco cuando Theo, Blaise y Pansy irrumpen en la habitación.
-¿Dónde coño han estado los dos? - Theo grita.
-Mierda. - Dice Maya al incorporarse y ver a nuestros tres amigos enfadados mirándonos fijamente.
-¿Ni siquiera una nota? - Grita Pansy.
-En realidad no tuvimos tiempo de dejar una nota. - explica Maya.
-¿Por qué no? - pregunta Blaise. -¿Adónde fueron con tanta prisa?
-A mi casa. - Me lanzo. -Bellatrix nos necesitaba.
-Oh, mierda. ¿Para qué? - pregunta Theo mientras se sienta en la cama junto a Maya.
-Para identificar a Harry. - Maya dice en voz baja.
-¿Fue él? - Pregunta Blaise.
-Sí.
-¿Así que el señor oscuro lo tiene ahora? - Pregunta Pansy.
-No. - Yo digo.
-¿Qué? - Theo pregunta. -¿Cómo es posible?
-Se ha escapado. - Dice Maya mientras se da la vuelta y me regala una sonrisa.
-¿Qué coño han hecho ustedes dos, idiotas? - Pregunta Blaise.
Maya y yo les explicamos todo y después de muchas discusiones y gritos, lo entienden. Una vez que todos lo entienden, los saco a patadas de la habitación porque los dos realmente necesitamos dormir un poco. Maya apenas se mantiene despierta ahora mismo y mañana tenemos clases.
Una vez que todos dan las buenas noches a Maya y se marchan, me tumbo en la cama junto a ella y los dos nos quedamos dormidos.
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