( ACTO UNO; CAPÍTULO SIETE )
Nave de SHIELD

Rhyfedd ya se sentía un tigre enjaulado en ese lugar, se sentía desesperada. Estaba acostada de boca abajo con los brazos en su espalda contando ovejas para poder dormir; sin embargo, siente que la única puerta que existe dentro de esa habitación se abre, sin intenciones de girar o cambiar de posición deja que el extraño pase. Después siente una patada en su cama de piedra.

— Oye si estás molesto no significa que debas de pagarlo conmigo — dice furiosamente la azabache, girando para poder ver el techo y el responsable de distraer su intento de dormir.

Era el famoso Steve Rogers, con el que tuvo ya un encuentro junto al Dios. ¿Acaso no la querían dejar en paz? Sin embargo, la azabache le echa una mirada de arriba a abajo, él no tenía nada mal a pesar de los años de diferencia. Si no supiera quien era, tal vez y le pediría una cita como toda chica hormonal.

— Levántate — exclama el soldado al verla despierta y se dirige de nuevo a la puerta — Es hora de pelear — y sale de allí tal como entró.

— ¿Qué parte de que no peleó no entienden? — grita a la nada pasando sus manos sobre su cabello seboso.

Luego se levanta para no perder al hombre rubio que interrumpió su velada. No sabía que sucedía, ni quería saberlo, pero si fue con ella para pelear es algo grave o que gradualmente involucra a Loki (como si nada de esto no estuviera relacionado con el Dios del engaño). De repente la nave empezó a desbalancarse, haciendo que la chica cruzara los pies y se apoyara en la pared para no caer. En definitiva, esto involucraba al azabache que la secuestró.

Bufando alza sus manos sobre su cabeza, rompiendo el techo en dos para luego crear un escalón y subir al piso de arriba. Todo era un caos en el pasillo, al parecer era un motor que exploto, pero ella no sintió del todo dicho hecho. Su sueño tal vez si fue un poco pesado por un momento. Encontró el destacable uniforme del soldado, aunque iba un poco adelantado pero la azabache corrió para alcanzarlo, si iba a pelear que sea a lado de alguien que si sabe y no hacerlo a ciegas.

Cruza la puerta a la vez que dos hombres salen de ella, y observaba un enorme hueco y el cielo alzándose a sus ojos. Casi vomitaba al asomarse por la orilla. El señor Stark le dio unas instrucciones al viejo que ella no escucho, pero al final si presto atención a lo que quería hacer Steve.

Alzo una mano y apareció una serie de escalones transparentes con un halo dorado hasta la dirección donde la máquina de hierro había apuntado.

— Es más fácil — es lo único que dice al recibir la mirada del soldado que apenas la había notado.

Él asiente y empieza a subir a una velocidad impresionante los peldaños de magia, los desapareció cuando ingresa al pequeño cuarto. De rato lo observo saltar al otro lado y casi le da un infarto a la chica que como acto reflejo creo un piso para él. Asimismo, empezó a escuchar unas botas repiqueteando y se apega a la pared de metal, aunque se logra camuflar con un hechizo y uno de ellos lanza una granada más el soldado salta y la esquiva. Ella sale de su escondite y con un movimiento de mano y aire dorado mandó a dormir a uno de los enemigos y el otro fue mandado a volar.

Steve estaba impresionado con los poderes de la chica, pero es interrumpido de darle un elogio cuando salen unos disparados desde la puerta.

— ¡Ve a la palanca roja! — le grita la chica y ella aparece un gran muro dorado deteniendo las balas para luego mandarlo contra él, dejándolo noqueado.

El rubio sube y se queda cerca de la palanca. Y luego, otra vez, siente como se desbalancea la nave otra vez causando que el adulto se ladeara y cayera de la plataforma. Rhyd aparece unos escalones corriendo para subir, y sujetarlo de caerse, solo que no logró llegar y esté se sostiene de un cable.

— ¡La palanca! — escucha que grita el hombre de hojalata así que, en lugar de ayudar al soldado, tira de la palanca cuidándose de no recibir alguna bala del nuevo intruso.

De manera sorpresiva llega el supuesto superhéroe deteniendo al traidor, por lo que la chica actúa y ayuda al viejo tocar el suelo. Después de hacerlo, se sienta en el piso con todo el sudor escurriéndole por la frente observando cómo se quedaba tirado en el suelo la máquina.

— Esto fue de locos — exclama con una risilla, logrando que el capitán la volteara a ver como si estuviese loca.

Después de un rato, ambos hombres se levantan y tienen una mirada triste. "Alguien debió de haber muerto" deduce la chica un tanto apenada, pero dada la circunstancia es lo posible. Los hombres salen del compartimiento destruido y ella los sigue por detrás. Ahora se daba cuenta que parecía un perrito perdido, pero era la realidad, no sentía que encajará en este lugar. No se sentía igual a cuando estaba con Loki.

¡HELLO BEBÉS! Perdón por no haber publicado pero mi preparatoria tiene 16/7 y el resto de las horas se las dedico a dormir. Pero aquí estoy con un nuevo capítulo y también les digo que faltan 3 más para terminar el primer acto e ir a Dark World. Les juro que estoy emocionada por el segundo acto, será mi favorito.