( ACTO DOS; CAPÍTULO CUATRO )
Asgard

La reina de Asgard las llevo al castillo, siendo este su refugio por si las cosas se ponían peor. Cuando ingresaron al monumentoso edificio, tuvieron un encuentro con el padre de todo, para Rhyfedd fue extraño presenciar una escena donde él se mostrara genuino, sin ninguna máscara.

De ahí, se fueron a unas habitaciones lejos de la sala del Trono; y ahí es cuando la reina ideó un plan, que a Rhyfedd no le pareció del todo, de hecho, estaba en contra pero si era lo mejor, lo haría. Y Jane solo seguiría todo lo que Frigga diría, sabía que la chica era mortal, y sin ofender, estaba un poco debajo de ella, sin embargo, la castaña sin duda es más inteligente que ella, y se disponía a hacer nada.

— Rhyfedd — la llamo la pelirroja cuando entraron a la habitación.

— ¿Si, su majestad? — contesto ella, girando a verla.

— Te he dicho que me llames Frigga — exclama con una mientras se acercaba y colocaba sus manos sobre los antebrazos de la azabache — Por más que quieras luchar, no lo hagas, déjamelo a mi —

— Pero — quiso argumentar algo a su favor, solo que fue interrumpida.

— No quiero que te lastimes por protegerme, yo sé hacerlo por mi cuenta —

— La dejaré hacerlo, pero si la veo en apuros, entrare aun así me maten por ello — y ambas sonríen.

Luego lleva a las dos mujeres al otro lado de la puerta, y ellas no sabían que es lo que les esperaba. De rato, Rhyd escucho espadas chocando, su corazón latiendo a mil por segundo y con el sudor en sus manos, ella no dejaría que le sucedería nada malo a una de las mujeres con las que se ha encariñado en poco tiempo.

Sin decir nada, dejo a Jane sola en aquel pasillo, corriendo a ayudar a Frigga, pero en el momento en que cruzo la puerta, fue emboscada por una de las criaturas, quien la tiro al piso, con sus manso sobre su cuello y sin querer, observo como Frigga era atrapada por otra criaura igual.

Alzo una de sus manos, lanzando un rayo dorado al brazo de su emboscador, pero eso solo provoco que se enojara, y por furia, clavo su espada sobre el torso de lado izquierdo, sin que la llegara a matar.

Y en ese momento, Malekith se dio cuenta que todo era una trampa, colérico, reclamaba la ubicación de la chica y haciendo que el elfo asesinara a Frigga.

El monstruo que estaba sobre Rhyd huyo junto a su líder y el compañero. La azabache, arrastrándose, fue hasta el cuerpo de la reina; poco le importo que Odín estuviese sujetando a la diosa, Rhyd se sentía culpable porque podía haber hecho algo más. Lloró, lloro porque no logró ayudarla y salvarla, porque por tercera vez, no estuvo ahí para sacar a alguien de un apuro cuando más lo necesitaba.

Su cuerpo quedo herido, tanto física como emocional. Y esa noche, honraron la memoria de la reina.

Rhyfedd se impresiono sobre la tradición asgardiana. Colocaron el cuerpo de Frigga en una barca empapada de flores, y ella iba acostada, como si estuviese dormida y sujetando su espada en lugar de una flor o un rosario como lo hacen los humanos. Ella lucía como una reina, aunque no estuviese en vida con ellos.

La azabache estaba a un lado de la guerra Sif, y sentía que era la única que lloraba, aguantándose los sollozos.

Uno de los soldados de Odín lanzo una flecha encendida a la barca, y esta se encendió, acto seguido, parte del pueblo comenzó a hacer lo mismo. El Padre de Todo con su báculo, golpeo el suelo, siendo la barca transformada a unas pequeñas partículas luminosas, como estrellas; Rhyd, alzo sus manos, haciendo que una esfera empezara a flotar, junto a otras, iluminando el cielo junto a las cenizas de Frigga.

Pero ahora, lo que en su mente pensaba era, ¿cómo le diría a Loki que su madre fue asesinada?

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Rhyfedd se encontraba en la biblioteca, exactamente en donde solía encontrarse con Frigga, sujetando fuertemente el libro que le había prestado hace poco. Lo terminó, no pudo dormir por el resto de la noche, por lo que se dispuso a leer.

Conoció de aquel mundo que Frigga le había mencionado, Goneim; sentía que debía ir, conocer aquel mundo. Tanto es su ansia de conocer que el tiempo paso corriendo, que cuando giro a la puerta, de esta se asomaba un pequeño rayo de sol. Sin pensarlo, se levanto y corrió hasta los calabozos. 

Cuando bajo los escalones, lo que hizo fue tomar un respiro hondamente y con las lágrimas queriéndose salir sin siquiera haber dicho una palabra. Alzo la barbilla y tomo los pliegues de su vestido para caminar sin tropezar; ya estando frente a él, poco le importo que trajera el mismo vestido que el día de ayer, carraspeo un poco, llamando la atención del azabache que jugaba a lanzar un objeto al aire y lo atrapaba. 

— Friggason  — dijo ella en juego, elevando la comisura de sus labios — Ese apellido te queda mejor, ¿no lo crees?  — cuestiono disimulando su quebradiza voz — Te pareces más a tu madre, falto que adoptaras su cabello rubio rojizo — 

Loki solo giro su cabeza para verla con una ceja alzada.

— Y-yo quería contarte una noticia — menciono antes de abrirse paso a lo peor — Fri-frigga — tembló su voz cuando sus labrios pronunciaron aquel nombre — Frigga ha muerto — dijo lo tan fuerte que pudo para que el dios la escuchara — Frigga murió — está última parecía más una afirmación para si misma — Y-yo pude haber hecho más, yo pude haberla salvado — se culpo mirándose a sus manos con los ojos borrosos — ¿Por qué me han dado el don de no salvar a aquellos que quiero? ¿Acaso no puedo amar a alguien y que este salga ileso? Y-yo no sabes cuanto lo siento Loki — alzo su mirada cuando dijo su nombre, viendo que este ya estaba en medio de la habitación, observándola con cuidado — Lo siento tanto — fue lo ultimo que dijo antes de darle la espalda e irse llorando de ahí. 

Lo que no sabía, es que ese Loki era una ilusión, por que el verdadero estaba luchando con sus propios demonios por aquella pérdida. Y pudo sonreír, aunque por el recuerdo de la reina cuando esa mujer le llamo por aquel apellido. Tal vez, desde un inicio, debió haber luchado más por su madre en lugar de sus ambiciones, solo una vez. 

No saben cuanto me dolió escribir este capitulo, mas por los sentimientos con Endgame. Pero bueno, espero que lo hayan disfrutado, ahora se viene lo bueno. 

Ya saben, comenten as always.