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xii.




Con cada día que pasaba, Teseo y Hermione no si dirigían la palabra en lo absoluto, ni siquiera se volteaban a ver y eso era algo de lo que Harry y Ron se habían percatado y de lo que Draco se burlaba.

Cuando Teseo y Hermione pasaban uno al lado del otro en los pasillos, clases o el patio los chicos se limitaban a hablar mal de ellos de forma infantil e indirecta, eso a Harry y Ron les incomodaba de sobremanera y cuando estaban solo se hartaban de que la chica se quejara de Teseo con ellos, lo único que esperaban era que ambos chicos se reconciliaran de una vez para que Hermione los dejara en paz.

Por otro lado, las chicas de Beauxbatoms y Hogwarts se encontraban emocionadas porque la fecha del baile se estaba acercando, pues solo faltaban tres días para que este iniciase y algunas se encontraban pidiendo dinero a sus familias debido a que el día siguiente la escuela iba a conceder los permisos para ir a Hogsmade a comprar sus ropas de gala.

—¿Por qué irás a Hogsmade mañana si tu traje ya lo tienes? –Preguntó Draco confundido.

—Solo quiero ir a beber una cerveza de mantequilla y comprar dulces. –Dijo Teseo levantando los hombros con indiferencia.

—Ajá, eso o quieres ver qué vestido comprará Granger y molestarla. –Dijo Draco sonriendo con burla.

Teseo rodó los ojos ante el comentario de su amigo.

—Solo quiero cerveza y dulces. –Dijo el rubio.

Luego de que Draco se burlara de su amigo un rato, este se despidió y se retiró a su habitación a dormir. Teseo se acostó en su cama apenas su amigo se había ido, quedando profundamente dormido.

A la mañana siguiente, Draco se levantó temprano y se dirigió a la habitación de su amigo, cuando abrió la puerta vio al rubio profundamente dormido, rodó los ojos porque sabía que si no lo levantaba no llegaría a Hogsmade nunca.

—Teseo, levantate. –Dijo el platinado quitándole las sabanas a su amigo.

Pero Teseo no se había movido ni un solo centimetro, estaba sumamente dormido y Draco sabía que despertarlo sería un problema. El platinado sacudió a su amigo, pero este no despertaba en lo absoluto, incluso le había lanzado un aguamenti y Teseo no despertaba.

—No vas a llegar a Hogsmade si no te levantas, maldito flojo. –Dijo Draco golpeando a su amigo con una almohada.

—Déjame en paz, dragón feo. –Murmuró Teseo mientras cambiaba de posición para evitar los almohadazos en la cara.

—¿No querías molestar a Granger y evitar que comprara un vestido sensual para Krum? –Inquirió Draco indignado. –¿Y a quién le dices feo?

Teseo soltó un suspiro en cuanto escuchó las palabras de su amigo, obviamente tenía que evitar que Hermione comprara un vestido esplendido solo para sorprender al búlgaro. Se levantó de la cama y se dirigió al baño a tomar una ducha para quitarse la flojera del cuerpo, pero se dio cuenta en cuanto salió de la regadera, que la flojera no iba a desprenderse por completo.

Cuando salió del baño se dirigíó directo a la silla en donde su abrigo se encontraba y se lo colocó con lentitud.

—Vamos primero por dulces. –Dijo Teseo y luego soltó un bostezo.

—Me estás empezando a contagiar tu flojera. –Dijo Draco rodando los ojos.

Ambos chicos salieron de la habitación del rubio y se encaminaron a la sala común, ahí Pansy Parkinson y Theodore Nott los esperaban.

—Al fin, creímos que nunca vendrían. –Dijo Pansy con voz irritada.

—Uh... Si va a venir esa entonces mejor me voy solo. –Dijo Teseo mirando a Draco.

—¿Disculpa? –Inquirió Pansy indignada.

—Ninguno de ustedes vendrá con nosotros, tenemos cosas que hacer ambos. –Dijo Draco con indiferencia.

—Pero...

—Adiós. –Se despidió Teseo cortando a la chica.

Luego de aquello ambos se dirigieron con paso tranquilo a la entrada de Hogwarts, justo frente a la puerta ambos Slytherins se encontraron con el trío de oro, haciendo que una incomodidad embargara a Harry y Ron.

—Hola, Teseo. –Dijo Harry con una ligera sonrisa incómoda.

—¿Quién dijo que puedes llamarme por mi nombre, cara rajada? –Dijo Teseo con indiferencia.

—Ni que fueras la gran cosa... –Murmuró Hermione con molestia.

—Repite eso, sangre sucia. –Dijo Draco molesto.

—Vámonos, Malfoy. –Dijo Teseo molesto por cómo había llamado a la Gryffindor.

—No es correcto llamar a una chica de esa forma. –Dijo una voz divertida destrás de ambos Slytherin.

Teseo y Draco voltearon y vieron a un pelirrojo con una sonrisa divertida, era el hermano búlgaro de Ron Weasley.

—Nadie te preguntó, comadreja dos. –Dijo Draco.

—Vaya... Que poco inspirado estás para colocar apodos, hurón. –Contestó Timothée con burla.

—Dije que nos fueramos, Draco. –Dijo Teseo rodando los ojos.

—Esto es estúpido... Parece que nunca comprará un vestido. –Se quejó el platinado mientras miraba a la Gryffindor de cabello esponjado mirando vestido tras vestido.

Teseo miró desde lejos como su amiga veía vestido tras vestido, pero al parecer ninguno lograba convencerlo. El chico, al igual que su amigo platinado, comenzaba a aburrirse de estar observando y ni siquiera había ido por su cerveza de mantequilla.

—Teseo, ya vámonos. –Dijo Draco.

—Bien, vamos. –Dijo Teseo dirigiéndose a las tres escobas.

Draco y Teseo tomaron asiento uno frente al otro mientras esperaban a que alguien los atendiera.

—¿Con quién irás al baile? –Inquirió dl rubio mirando la entrada del local.

—Iré con Violet. –Dijo Draco con una sonrisa.

—Esa chica te tiene comiendo de la palma de su mano. –Dijo Teseo con burla.

—Mira quién lo dice, chico que persigue a Granger. –Contraatacó el platinado.

—Cállate, Malfoy. –Gruñó Teseo.

—No entiendo por qué no simplemente le dices que te gusta y ya. –Dijo Draco. –No creo que te rechaze, se nota a horrores que Granger se muere por ti.

—No puedo culparla. –Dijo el rubio con una sonrisa coqueta.

—Estoy hablando enserio, O'Neil. –Dojo Draco rodando los ojos.

Teseo y Draco guardaron silencio cuando los atendieron, pidieron dos cervezas de mantequilla y lugo Draco miró a su amigo de forma inquisidora, esperando la respuesta de su amigo.

—Mis padres me matarían si estoy con Hermione. –Dijo Teseo recargando su barbilla en la palma de su mano.

—Tu madre no... Ella es tan buena que no sé por qué está casada con tu padre. –Dijo Draco confundido por aquello.

—Pero mi padre me torturaría hasta morir. –Dijo Teseo cerrando los ojos.

—Odio decir esto porque esa chica no te llega ni a los talones. –Empezó el platinado. –Pero creo que deberías confesarte, ella de verdad te hace feliz... Y yo me encargaría de que tu padre nunca se enterase.

Detrás de la mesa de los Slytherin, Harry, Ron, Timothée y Ginny escuchaban atentamente. Ron poseía una mueca de desagrado, Harry se mostraba sorprendido ante aquello y Ginny junto con Timothée mostraban una sonrisa complice.

—Ellos estarán juntos. –Dijo Ginny con emoción.

—Hogwarts es tan interesante... Quiero un cambio ahora. –Dijo Timothée con diversión.

Teseo miró que todos en la sala común de Slytherin se encontraban entusiasmados por el baile de esta noche. El rubio era el único en la sala común que odiaba la idea de asisitr al baile de invierno solo porque no podría ir con la persona que le hubiera gustado llevar, pero no iba a dejar a una amiga.

Teseo se levantó de su asiento y salió del gran comedor para encaminarse a la biblioteca y poder terminar un pequeño ensayo que había pospuesto el día anterior para poder hablar con su amiga francesa sobre el baile por petición de ella. Cuando el Slytherin llegó a la biblioteca le sorprendió ver a la Gryffindor de cabello esponjado en una mesa haciendo tarea.

La biblioteca se encontraba vacía a excepción de ellos dos y Hermione comenzaba a ponerse incómoda. La última vez que ellos habían entablado conversación fue cuando el chico le dijo patética por aceptar la invitación de Viktor Krum. La Gryffindor admitía que extrañaba a su amigo y que le encantaría poder hablar sobre qué no debería hacer esa noche en el baile, pero Teseo estaba molesto con ella por ir con Krum al baile.

El Slytherin ignoró a su amiga por completo y se dirigió en busca de un libro de herbología para poder realizar su ensayo. Cuando el chico encontró el libro indicado se dirigió a una mesa en la que pudiera hacer su tarea. En silencio se dispuso a leer. Hermione miraba de reojo a su amigo, soltó un suspiro y rogó porque no se arrepintiera por lo que haría.

La Gryffindor se levantó de su asiento de forma lenta y algo indecisa, tomó sus cosas con cuidado y se encaminó a la mesa en donde el Slytherin se encontraba haciendo su tarea.

—Es raro que hagas un trabajo ahora, siempre haces la tarea el mismo día que la encargan, incluso si es para dentro de una semana. -Habló Hermione con pena.

—Tuve que posponerlo. -Dijo con indiferencia el Slytherin.

—Teseo... No quiero que sigamos molestos por algo tan tonto como un simple compañero de baile. -Dijo Hermione tomando asiento frente a su amigo.

Teseo dejó de leer el libro de pociones y miró a su amiga sin mostrar algún rastro de cualquier pensamiento que tuviera en su mente. El Slytherin miró a Hermione, notando que la castaña se encontraba nerviosa, incluso pudo notar un pequeño temblor en las manos de la chica.

—Un baile. -Dijo Teseo con voz ronca, se aclaró la garganta y luego miró a su amiga con una pequeña sonrisa ladina.

—¿Qué? -Preguntó Hermione frunciendo el ceño sin saber a qué se refería el chico.

—Concedeme una pieza de baile esta noche. -Volvió a hablar el Slytherin mirando a su amiga fijamente.

Hermione sonrió y asintió con la cabeza.

—Bien, entonces volvamos a nuestros trabajos. -Dijo Teseo soltando una risa.

El par de chicos se dispusieron a hacer sus tareas y cuando a Hermione se le encontraba complicado alguna cosa Teseo se encargaba de explicarle aquello de forma sencilla. Cuando ambos chicos terminaron todo lo que debían hacer se percataron de que aún quedaba mucho tiempo para que el baile diera comienzo así que decidieron ir al pequeño lugar no tan secreto que ambos compartían.

Al llegar a los jardines traseros del castillo, Hermione tomó asiento debajo del gran árbol que se encontraba ahí y Teseo se recostó colocando su cabeza en las piernas de su amiga.

—¿Qué tal tu vestido? -Preguntó Teseo cerrando los ojos.

—¿Qué? -Inquirió Hermione sin saber a qué se refería.

—¿Cómo es? -Preguntó el chico sin abrir los ojos.

—No es muy llamativo, es algo sencillo, de color rosa. -Dijo Hermione con indiferencia.

—¿Te gusta tu vestido? -Inquirió el chico abriendo los ojos para mirar a su amiga.

—Es lindo. -Dijo Hermione con simpleza, alzándose de hombros.

Teseo sonrió y luego asintió con la cabeza.

Pasaron el tiempo hablando de lo que habían hecho el tiempo que no hablaron y Hermione le contaba algunas anécdotas divertidas que solían pasar en el mundo muggle, a Teseo no le molesto que la chica le hablara de aquello, al final, sabía perfectamente que ella pertenecía a ese mundo aunque no le agradara mucho. Cuando menos se lo esperaron, el tiempo se había hecho corto como para que la chica fuera a arreglarse, especialmente cuando le había prometido a Ginny que la ayudaría.

—Voy un poco tarde, Ginny me pidió ayuda para alistarse. -Dijo Hermione mientras se levantaba abruptamente, provocando que la cabeza del rubio cayera sobre el césped.

—Auh. -Se quejó Teseo con una mueca.

—¡Lo siento, Teseo! -Se disculpo la castaña mientras salía corriendo de vuelta al castillo.

El Slytherin se levantó con fastidio y se encaminó de vuelta al castillo también, pero no iba directo a su sala común, estaba buscando a su rubia amiga de Beuxbatoms para pedirle que le diera aquello que le pidió guardar. Al no encontrar a su amiga en el castillo supuso que tal vez ya se encontraba arreglando, dio media vuelta y volvió a salir del castillo para dirigirse a la carroza en donde las chicas francesas habían venido. Teseo tocó suavemente la puerta de la carroza y a los segundos una rubia abrió la puerta, pero no era su amiga.

—Hola, ¿Puedo ayudarte en algo? -Habló aquella chica con su típico acento francés.

—Busco a Jenna Dreux. -Habló con pereza al rubio.

La chica asintió y se adentró en la carroza en busca de su comoañera, cuando Jenna escuchó que su amigo estaba afuera supuso que querría el paquete que le dio a guardar, así que ella lo tomó y salió con este,ni siquiera le dio chance de agradecerle cuando Jenna volvió a cerrar la puerta de la carroza, no sin antes decirle que la fuera a buscar en tres horas. Teseo soltó un suspiro y se dirigió a la torrecilla en donde las lechuzas de Hogwarts se encontraban, ingresó a la torrecilla y de inmediato vio a la lechuza negra a la que siempre le pedía que hiciera algunas entregas; en cuanto la lechuza vio al rubio comenzó a ulular con emoción, pues había estado encerrada mucho tiempo que ya se encontraba ansiosa por volver a volar.

Teseo la sacó de la jaula y le tendió el paquete a la lechuza, pero se dio cuenta de que no iba a poder cargar con el ella sola, así que sacó a otras tres para que la ayudaran, Teseo les dijo a las lechuzas a dónde enviarla y ellas emprendieron vuelo de inmediato. Cuando el Slytherin las vio partir, dio media vuelta y se fue directo al castillo.

En la habitación de Hermione, ella se encontraba junto a Ginny y otras dos chicas para ayudarse entre ellas a arreglarse para el baile de esa misma noche, que era dentro de un par de horas.

—Hermione, ¿Estás segura de que ese vestido usarás? -Preguntó una chica de cabello castaño cuyo nombre era Sylvia. -Si quieres puedo prestarte uno, mis padres me enviaron dos, pero ya elegí el que usaré.

—Tal vez pueda hecharle un vistazo. -Dijo Hermione mientras dejaba su vestido sobre la cama de su amiga pelirroja.

Antes de que Sylvia pudiera ir en busca del vestido, la ventana de la habitación sonó de forma algo fuerte, Sylvia se acercó a ella y corrió la cortina, dejando a la vista tres lechuzas que cargaban un gran paquete color verde con un listón plateado. La castaña abrió la ventana y las lechuzas entraron dejando el paquete frente a Hermione.

—Son los colores de Slytherin. -Dijo una chica de cabello negro.

—Tal vez sea de Teseo. -Dijo Hermione mientras tomaba la pequeña nota que estaba entre el listón.

Las tres chicas se acercaron curiosas y leyeron sobre el hombro de Hermione lo escrito en la nota.

Querida Hermione:

Mientras estuve en Hogsmade me tomé la molestia de comprar tu regalo de navidad, espero que pueda verte esta noche con esto puesto.

Con aprecio, Teseo.

Cuando Hermione terminó de leer la nota, sonrió con ternura y luego miró el paquete con curiosidad.

—Vamos, Herms. -Dijo Ginny con entusiasmo.

—Abrelo. -Dijo la pelinegra con curiosidad.

Hermione tomó la caja y con cuidado retiró el listón de ella, tomó la tapa y descubrió el contenido de aquel paquete.

Las chicas soltaron un chillido de emoción al ver el contenido del paquete. Hermione tomó el contenido con sorpresa y lo dejó a la vista para que todas pudieran verlo por completo.

—¡Oh por Grodic Gryffindor! -Exclamó la pelinegra con un brillo en sus ojos.

—¡Es el vestido más hermoso que mis ojos han visto! - Comentó Sylvia entre chillidos.

—Definitivamente usarás eso esta noche, Hermione. -Dijo Ginny mientras tomaba una parte del vestido. -Oh por Merlín, es de seda.

Hermione sintió un nudo en su garganta al recibir tan hermoso obsequio y ella no pudo comprarle nada a su amigo. Las chicas comenzaron a animar a Hermione de que se colocara el vestido para que pudieran prepararla, pues ella era la única que aún no se arreglaba en lo absoluto y las otras chicas ya estaban casi listas.

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