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viii.





—¡Dragones! –Exclamó Harry en un susurro.

Hermione saltó en su sitio y luego miró a Harry con el ceño fruncido.

—¿A ti también te interesan? –Inquirió la castaña en tono burlón.

—No, de eso trata la primera prueba. –Dijo Harry frunciendo el ceño. –Creo que tendremos que luchar con ellos o algo así, no sé.

Hermione miró a su amigo con gesto preocupado, los dragones eran las criaturas más peligrosas del mundo mágico y que su amigo tenga que enfrentarse con uno en unos días era algo que no le agradaba en lo absoluto.

—Eso... Es muy peligroso. –Dijo Hermione sin saber qué más decir.

—¿Me ayudarás a investigar? –Preguntó Harry con voz suplicante.

—Harry, yo no sé nada de dragones. –Dijo Hermione con una mueca. –Pero conozco a alguien que sí.

Teseo entró al gran comedor con paso lento, el rubio estaba cansado, anoche no había dormido bien, aunque últimamente no lo hacía, no desde... Hacía un tiempo. Cuando se acercó a su mesa simplemente se dejó caer en el primer lugar vacío y tomó lo primero que encontró a su alcance.

—Maldición, que asco. –Susurró el el chico escupiendo el chocolate en una cervilleta.

—¿No te gusta el chocolate? –Escuchó una extrajera voz con tono divertido a su lado izquierdo.

Teseo se volteó y casi rueda los ojos. Viktor Krum estaba sentado a su lado.

—Lo detesto. –Contestó con simpleza.

—Entiendo, a mí tampoco me gusta. –Dijo soltando una risa. –Luces muy cansado... ¿Cómo te llamas?

—Teseo O'Neil. –Dijo mientras agarraba pure de papas y tocino.

—Mucho gusto. –Dijo el chico.

—Uhm... –Murmuró el rubio mientras trituraba el tocino con su tendor y luego revolverlo con el pure.

Teseo continuó con su desayuno, pero lo dejó a la mitad, pues en realidad no tenía nada de apetito. El rubio se levantó de la mesa y salió del gran comedor para dirigirse a la biblioteca, hoy no habría clases porque los profesores decidieron arreglar un asunto acerca del concurso.

—¡Teseo! –Escuchó un grito femenino detrás de él.

El Slytherin dio media vuelta y vio cómo Hermione y Harry se acercaban a ellos, Teseo bajó la mirada y encontró a la chica tomando la mano del chico, Hermione soltó la mano de su amigo al instente y Harry simplemente dio una ligera sonrisa nerviosa.

—¿Sucede algo? –Inquirió el chico.

—Harry me dijo que la primera prueba es sobre... –Hermione hizo una mueca.

—Dragones. –Concluyó el de gafas.

—Increíble... –Murmuró el rubio con molestia.

—Tú sabes mucho de dragones, te encantan. –Dijo Hermione con una sonrisa. –Pensé que tal vez podrías ayudar a Harry.

—Estás loca si crees que ayudaré a San Potter. –Soltó Teseo con burla.

—¿Por qué no? –Frunció el ceño la chica.

—Draco se molestaría aún más de lo que ya está conmigo y la verdad no me apetece estropear mi amistad con mi mejor amigo por el idiota de tu novio. –Dijo Teseo rodando los ojos.

—¡HARRY NO ES MI NOVIO! –Gritó la chica furiosa.

—¿Malfoy está molesto contigo? –Preguntó Harry interesado en saber la razón.

—Teseo, por favor. –Suplicó Hermione. –Sé que me alejé y que tal vez ya no me consideras tu amiga y entiendo eso, pero necesito tu ayuda.

Teseo miró a la chica a los ojos y notó un brillo en ellos, no pudo evitar sostenerle la mirada a su amiga por un largo rato provocando que Harry se sintiera incómodo.

—Bien, con dos condiciones. –Dijo Teseo con una sonrisa burlona.

—Bien, acepto. –Dijo Hermione soltando un suspiro.

—Una: no vendrás con nosotros, el de la competencia es Potter, no tú. –Dijo el chico sonriendo.

—Bien... –Bufo la chica.

—Segundo... –Teseo tomó a la Gryffindor de la cintura y la pegó contra su pecho, Hermione se impresionó ante aquello. El chico se acerco a su oído y le susurró con voz socarrona. –Quiero que salgas conmigo la próxima salida a Hogsmade.

Hermione sintió un cosquilleo recorrer toda su columna vertebral, no pudo emitir sonido alguno así que se limitó a asentir de forma rápida. Teseo se alejó de ella con una sonrisa burlona y luego le indicó a Harry que lo siguiera, el de gafas poseía una sonrisa divertida ante la escena.

—¡Más vale que uses algo lindo, preciosa! –Gritó el rubio una vez que estuvieron a unos cuantos metros de distancia. Todos en el pasillo murmuraron sobre aquello y miraron a Hermione curiosos, en cambio, la chica se encontraba ruborizada completamente.

—Idiota... –Murmuró Hermione mientras se dirigía a su sala común.

Harry esperó al Slytherin en una mesa alejada de los otros alumnos, el chico no quería ocasionarle más problemas a su amiga con el Slytherin así que pensó que evitar que todos lo vieran sería mejor para el rubio.

—Bien, este libro habla sobre lo que no debes hacer al enfrentar a un dragón. –Dijo el rubio colocando frente a Harry un libro de pasta café. –Es para principiantes tontos, con ofender.

Harry abrió el libro y miró imagenes de dragones distintos a los que había visto en el bosque con Hagrid.

—Pero eso es para que te vaya preparando, primero debes decirme qué dragones viste, búscalos en este otro libro y luego te diré un poco de ellos. –Dijo el rubio tomando asiento al lado del Gryffyndor.

—Claro... –Murmuró Harry buscando los dragones que vio la noche anterior.

No tardó mucho cuando encontró a los cinco dragones que había visto, Teseo sonrió con entusiasmo y burla.

—Son Colacuerno Húngaro, Bola de fuego Chino, Galés verde común, Hocicorto Sueco y Niebla Rusa.–Dijo Teseo con una sonrisa orgullosa.

—Vaya, sí que te gustan los dragones. –Dijo Harry acomodándose mejor en su silla.

—Bueno, si te toca el Galés verde común no tienes mucho de qué preocuparte, esos dragones no comen humanos a menos de que sean provocados, es el más inofensivo de todos ellos. En Hocicorto Sueco es el dragon que menos muertes causa, entonces también va a los que no son tan peligrosos. –Dijo Teseo con indiferencia. –Los bola de fuego Chino... Uhm, esos son algo complicados, ellos sí que comen carne humana, además de ser peligrosos, esos dragones pelean por territorio lo que quiere decir que son dificiles de atemorizar, pero tienen sus puntos debiles. El Colacuerno Húngaro... Esos dragones son de los más peligrosos que existen, aunque claro que hay otros peores que él, pero bueno. Estos dragones poseen un mayor alcance con respecto a sus llamas y considerando que el lugar en el que tendrán que enfrentarse a su dragón no es muy grande, considero que sería bueno atacar de forma rápida, y el Niebla Rusa, es el dragón más peligroso de tratar, especialmente de noche, pues al ser negro este se camuflajea para atacar, son rápidos, lanzan un fuego que tiene un gran alcance y cuando tienen a sus víctimas suelen jugar con ellas un poco antes de matarlas, si te toca este dragón significa que serás el más suertudo del mundo.

—Ok, creo que odio este torneo. –Se quejó el de gafas.

—Será mejor que leas el primer libro que te di, solo de los dragones que viste, pero como no viene mucha información sobre ellos ahí iré a buscar otros. –Dijo Teseo ignorando el comentario del chico.

—No puedo creer que hayas ayudado al idiota de Potter. –Se quejó Draco indignado. –Traicionaste nuestra amistad.

—Por Salazar, Draco. –Dijo el rubio. –Solo le hice un favor a alguien.

—Si, sí, sí, a la maldita Granger. –Gruñó el platinado. –Te dije que te mantuvieras lejos de ella y ahora tienes una cita con esa sangre sucia.

—No entiendo por qué te molesta eso. –Frunció el ceño Teseo.

—¿Disculpa? –Preguntó incrédulo el platinado. –¿Te has visto en un espejo, O'Neil?

Teseo no dijo nada ante el comentario de su amigo, sabía que su aspecto estaba hecho un asco, pero no creía conveniente hecharle la culpa a la Gryffindor.

—Desde que la sangre sucia terminó con su amistad te has vuelto reservado, no comes ni duermes, tus tareas son un asco, a veces ni vas a clases e insultas a cualquiera que te toque. –Dijo Draco frunciendo el ceño. –Eres diferente y todo por culpa de esa.

—Ya no haré eso. –Dijo Teseo en su defensa.

—Sí porque Granger y tú han vuelto en su amistad, y creo que debes terminar con eso para siempre. –Dijo Draco soltando un suspiro. –Cuando se trata de ella eres una bomba, ¡te tiene en sus manos, Teseo!

—No volverá a pasar, lo prometo. –Prometió Teseo.

—No entiendo por qué te gusta Granger. –Bufo Draco.

—No me gusta Hermione. –Dijo el rubio rodando los ojos.

—¿Entonces por qué la invitaste a una cita? –Inquirió el platinado levantando una ceja.

—Solo quiero aclarar las cosas con ella, ya te lo dije. –Ahora había sido el turno de Teseo de bufar.

—Vamos, Teseo. –Dijo Draco riendo. –Soy tu mejor amigo, ¿en serio piensas mentirme?

—No te estoy mintiendo. –Dijo Teseo rodando los ojos.

—Entonces me ocultas algo, sabes que puedes decírmelo. –Dijo Draco burlón.

—Bien, solo... –Teseo miró debajo del árbol en el que ambos amigos se encontraban y verificó que nadie estuviera debajo de ellos o cerca como para escuchar. –Solo creo que es linda y ya.

—Ugh, preferiría la Gryffindor rubia con la que hablaste un tiempo. –Dijo Draco con una mueca.

—Es muy tonta, enserio. –Dijo Teseo recordando a Zoë.

—Eso no impidió que te la cogieras. –Recordó el platinado.

—No me la cogí. –Dijo Teseo riendo.

—Bueno, que la tocaras, lo que sea. –Dijo Draco siguiendo las risas de su amigo.

—Sí, pero ella no es tan linda como Hermione. –Dijo Teseo mirando una hoja roja que sobresalía entre las verdes.

—Granger es lista, pero hay chicas más lindas que ella... Y menos mandonas e irritantes. –Dijo Draco con una mueca.

—Ella no es irritante. –Defendió Teseo.

—Bueno, a ti te gusta así que tu opinión no cuenta... Hey, ahí viene Potter. –Dijo Draco con una sonrisa malvada.

—A veces creo que te gusta Potter. –Dijo Teseo.

—Maldición, Teseo, que asco. –Dijo Draco.

—Estoy bromeando, sé que estás muerto por Violet. –Sonrió el platinado con burla.

—Cállate. –Claudicó el rubio antes de dirigirse a Potter. –¿Por qué tan tenso, Potter?

Teseo miró al de gafas desde el árbol con una sonrisa burlona, notó que el chico poseía expresiones faciales como si estuviera molesto, aunque no era para menos, todos sabían que él y Ron se habían peleado, seguro el chico se encontraba frustrado por ello.

—Mi padre y yo apostamos. –Dijo con aquella sonrisa socarrona tan típica del platinado. –Le dije que no durarás ni diez minutos en el torneo. –Draco saltó del árbol y Teseo le siguió del mismo modo.

Los Slytherin que se encontraban alejados para darles la privacidad a los dos amigos se habían acercado en cuanto Draco bajó del árbol.

—¿Qué crees que dijo? –Dijo acercándose un poco. –Que no durarías ni cinco.

Draco soltó una risa y los demás chicos también, incluso Teseo se reía de aquello, pero sabía que con las clases de dragones que tuvieron al menos saldría casi ileso de la primera prueba.

—Mi importa un bledo lo que tu padre diga, Malfoy. –Dijo Harry empujando al platinado. –Él es vil y cruel y tú eres patético.

—Más vale que cierres la boca, Potter. –Dijo Teseo poniéndose delante de su amigo. –No querrás quedar inconsciente antes de la primera prueba.

Harry miró al rubio con molestia y luego se alejó de ahí.

—Maldito idiota... –Murmuró Draco mientras sacaba su varita de la túnica.

—Oh, no lo harás. –Habló Moody desde un costado.

Teseo se volteó y lo que vio lo enfureció por completo, su mejor amigo era un hurón albino, el rubio miró al profesor.

—Eso te enseñará a no encantar a nadie desde las espaldas. –Dijo Moody mientras se acercaba.

—Devuelva a Draco a como era antes. –Dijo Teseo mientras apretaba la mandíbula.

—Cállate niño, yo soy la autoridad aquí. –Dijo Moody con simpleza.

—Pues se está comportando como un tonto, no como una autoridad. –Habló el rubio, los Slytherin y Harry miraron al chico impresionados. –Además, no puede convertir en animales a los alumnos.

Draco corrió en dirección a su amigo y Teseo lo tomó entre sus manos mientras Moody y el chico se miraban de forma retadora.

—Profesor Moody, ¿qué está pasando aquí? –Dijo McGonagall con voz agitada.

—Enseñando. –Dijo Moody sin quitarle la mirada al chico.

—¿Ese es un estudiante? –Inquirió la profesora incrédula mientras señalaba al hurón entre las manos de Teseo.

—De hecho es un hurón. –Dijo Moody con voz burlona.

—No es un hurón, es Draco. –Dijo Teseo mirando a la profesora.

Los alumnos se acercaron en cuanto vieron a la profesora McGonagall y al profesor Moody. Teseo dejó en el suelo a su amigo y la profesora lo devolvió a la normalidad, todos alrededor estaba riendo ante aquello, pero Teseo miraba mal a Moody.

—Mi padre se enterará de esto. –Dijo Draco con voz molesta y asustada.

—¿Es una amenaza? –Dijo Moody correteando a Draco. –¿Es una amenaza?

—¡Profesor! –Llamó la profesora molesta.

Moody dejó de perseguir al chico y este se fue junto a sus amigos, Teseo no se fue sin antes chocar el hombro de Harry.

El rubio salió de su sala común luego de que su amigo le dijera que se encontraba bien como para que lo estuviera cuidando todo el día. El rubio fue a la biblioteca por un libro de hechizos avanzados y luego de que pidiera el permiso para sacarlo de la biblioteca se encaminó al lago negro, se sentó debajo de un árbol y abrió el libro para estudiar un poco.

—Oí lo de Draco, ¿él está bien? –Oyó una voz preocupada.

Teseo sonrió de lado y levantó la mirada para ver a Hermione con una mueca.

—Vaya, Granger, no sabía que te interesaba que Draco estuviera herido o no. –Dijo Teseo con burla.

—En realidad no me importa, creo que se lo merece, pero es tu amigo. –Dijo Hermione sentándose al lado de su amigo.

—Draco está bien, eso dice. –Dijo Teseo volviendo su vista al libro.

—Está bien. –Dijo Hermione jugando con sus manos. –¿Qué tal las clases con Harry?

—No volveré a ayudar a Potter en la vida, fue su culpa que Draco se convirtiera en hurón. –Dijo Teseo molesto.

—Harry no haría eso... –Dijo Hermione. –Bueno, olvídalo.

Teseo cerró el libro de pociones y miró a la Gryffindor a su lado.

—¿Sucede algo, preciosa? –Inquirió el chico levantando una ceja.

—Solo... Solo quería saber si estabas bien por lo de Draco. –Dijo Hermione apartando la mirada del chico para evitar que viera su sonrojo.

—Pues estoy bien, gracias. –Dijo Teseo sonriendo ante el acto de su amiga. –Hermione.

—¿Sí? –Preguntó la chica sin mirar a su amigo.

—¿Seguimos siendo amigos? –Preguntó el chico con voz seria.

Hermione levantó la mirada y notó a su amigo tenso, luego sonrió y asintió.

—Seguimos siendo amigos, Teseo. –Dijo la chica recargando su cabeza en el hombro del rubio.

Teseo sonrió y recargó su cabeza en la de su amiga, los dos chicos entrelazaron sus dedos y hablaron de lo que no pudieron decirse cuando se habían separado.

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