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vii.





Esa misma noche, cuando Teseo se adentró al baño, Draco Malfoy entró a la habitación de su amigo para dejar un poco de comida y luego salió sin esperarlo. Teseo salió del baño y vio la comida allí, pero la ignoró por completo, estaba tan molesto que el hambre se le había esfumado. Se acostó en su cama y simplemente maldijo a todo el mundo por la injustiacia.

Hermione, acostada en su habitación, pensaba en lo molesto que debía estar Teseo a causa de que Harry compitiera en el torneo de los tres magos, sindo casi de la misma edad. La chica quería ir a hablar con él mañana, pero no podía ni quería acercarse al Slytherin y eso era algo que la desesperaba demasiado.

El chico había sido su amigo por un tiempo, y tal vez no llevaban años de amistad, pero el tiempo que habían pasado juntos Hermione lo había apreciado bastante, y ahora la chica se enteraba que su amigo pertenece a una familia de mortífagos y que el chico seguramente solo se acercaba a ella para llegar a su amigo Harry Potter y hacerle daño.

—Ya olvídalo, Hermione. –Se susurró la chica a sí misma antes de caer profundamente dormida.

A la mañana siguiente, todos en el gran comedor se encontraban hablando sobre los concursantes del torneo. Algunos chicos se la pasaban insultando a Potter, entre ellos estaban Draco y Teseo, si bien, Teseo nunca había mostrado interés en molestar a Potter, ahora lo haría hasta que el chico explotara.

Cuando el desayuno terminó Teseo se acercó a la mesa de Gryffindor con paso seguro, Zoë pensó que se acercaba para buscarla así que sonrió emocionada, pero su sonrisa se había esfumado cuando el chico pasó de ella y notó que se encaminaba a Hermione Granger, la decepción se notó en sus ojos y también la molestia de que la castaña tuviera la total atención del Slytherin.

—Hermione, ¿podemos hablar? –Preguntó el chico ignorando todas las miradas de los Gryffindors posarse en él. Todos sabían de la extraña amistad entre Teseo y Hermione, pero ni el chico ni la chica se habían acercado a la mesa del contrario.

Hermione se mostró seria y nerviosa ante la presencia del chico.

—Ahora estoy hablando con Harry, pero tal vez luego. –Dijo la chica sin siquiera verlo.

Teseo sintió la furia emanar dentro de sí, por el extraño comportamiento de la chica hacia él, por dejarlo en ridículo frente a Gryffindors y por estar con Harry Potter.

—Vamos a hablar, ahora. –Demandó el chico tomando del brazo a la Gryffindor con fuerza.

—¡Auh, me lastimas! –Se quejó Hermione con una mueca de dolor.

—¡Déjala en paz, O'Neil! –Defendió el de gafas a su amiga.

—No te metas conmigo, Potter. –Dijo el chico empujando al de gafas.

Harry cayó de sentón en la banca y luego Teseo salió del comedor arrastrando a Hermione. Una vez que ambos estuvieron afuera Teseo la soltó de forma brusca. Hermione se acarició el brazo en la zona afectada con una mueca de dolor, entonces Teseo mostró arrepentimiento por el acto barbárico hacia su amiga.

—L-lo lament-to... –Tartamudeo el chico mientras acariciaba el brazo de su amiga. –Yo no quería lastiamrte...

Hermione se impresionó ante las disculpas del Slytherin, pero no dijo nada al respecto.

—¿Por qué no me dijiste que estás saliendo con Potter? –Preguntó el chico y luego soltó un suspiro.

—¿Qué? –Hermione frunció el ceño ante aquello. –Yo no estoy saliendo con Harry, ¿quién dijo eso?

—Harry me lo dijo. –Contestó el Slytherin levantando una de sus cejas.

—¡Pues no es cierto! –Dijo Hermione inflando sus mofletes.

Teseo sonrió ante la imagen que su amiga le proporcionaba y luego soltó una risa divertida.

—Bien, pero ¿ahora me dirás qué te sucede? –Inquirió el chico con una sonrisa débil.

—¿De qué hablas? –Preguntó la chica nerviosa.

—Estás evitándome, Herms. –Dijo el chico frunciendo el ceño. –Y ni siquiera sé la razón. ¿A caso he hecho algo malo?

Hermione soltó un suspiro y luego habló.

—Solo creo que debemos distanciarnos un tiempo, ahora Harry me necesita para esto del torneo y... –Dijo, pero fue interrumpida abruptamente.

—¿Distanciarnos? ¿Harry? ¿El torneo? –Dijo Teseo con más furia en sus palabras. –¿A caso estás escuchandote, Granger? ¡TÚ DIJISTE QUE EL TORNEO ERA ALGO ESTÚPIDO Y AHORA QUIERES AYUDAR AL IMBÉCIL DE SAN POTTER A GANARLO!

El Slytherin gritó furioso y simplemente se hizo hacia atrás mientras se halaba del cabello. Las puertas del comedor se abrieron y de ellas salieron la profesora McGonagall, el profesor Snape y el profesor Dumbledore.

—¿Qué ocurre aquí? –Preguntó la profesora.

—N-nada. –Dijo Hermione con voz temblorosa.

La profesora se impresionó al ver los ojos llorosos de su alumna y luego miró al Slytherin frente a ellos. Teseo se encontraba con una notable furia, se notaba que estaba conteniendose todo para no herir a la chica.

—Vete a la mierda, Granger. –Dijo Teseo con tanta frialdad que Hermione no pudo evitar sentir miedo.

—¡Señor O'Neil, diez puntos menos para Slytherin! –Dijo McGonagall indignada.

Teseo ignoró a la profesora y simplemente se fue de allí. Los profesores presentes voltearon a ver a la chica y esta simplemente salió corriendo hacia su sala común.

Teseo subió con paso rápido hacia su habitación y en cuanto estuvo dentro se dedicó a tirar todo lo que encontraba a su alrededor. El chico se sentía frustrado, molesto, indignado y dolido porque su amiga había preferido a Potter antes que a ella.

—Claro, soy Harry Potter y quiero que todos me pongan atención... –Murmuró el chico mientras tiraba todos su libros. –¡ESE IMBÉCIL QUERIENDO LLAMAR LA ATENCIÓN TODO EL PUTO TIEMPO. VETE A LA MIERDA, POTTER!

El chico volcó el colchon de su cama y luego empujó con el pie la base de esta. Del otro lado de la puerta el profesor Snape escuchaba atento, decidió dejar al chico en paz y se encaminó a su clase. Al llegar al aula correspondiente, entró mirando a muchos estudiantes mirando de forma aburrida al frente, pero Potter se encontraba hablando junto a Weasley, miró por todas partes y notó que su amiga no se encontraba por ninguna parte.

—Diez puntos menos para Gryffindor. –Habló Snape mirando a Potter. –Por hablar en clase.

—¡Pero usted no había llegado! –Se quejó el chico de gafas.

—Cinco puntos menos por su queja, y si sigue así le bajaré más. –Claudicó Snape con una mirada mordaz.

Harry soltó un suspiro y se recargó en el respaldo de la silla mientras maldecía al profesor en su cabeza.

Ya habían pasado tres días desde que Teseo y Hermione habían tenido aquella discusión afuera del gran comedor; todos en Hogwarts (y los alumnos de las escuelas visitantes) se habían enterado de la pelea de ambos amigos, algunos alumnos de Hogwarts no lo veían nada extraño puesto que la amistad entre un Gryffindor y un Slytherin era simplemente imposible a los ojos de muchos. En la casa de Slytherin nadie decía nada sobre el rompimiento de aquella amistad, pero Draco sabía que su amigo no se encontraba nada bien con aquello, pues lo conocía desde toda su vida y sabía que cuando Teseo pelea con alguien a quien aprecia siempre se siente mal, pero respeta que su amigo no quiera hablar sobre el tema.

Hermione se encontraba decaída, eso lo había notado Harry y Ginny, Ron no le prestaba mucha atención al comportamiento de la chica, mucho menos ahora que se había peleado con su mejor amigo. Harry había ido a hablar con la chica al día siguiente de ser anunciado uno de los campeones para participar en el torneo de los tres magos, pero se sintió fatal luego del regaño que su amiga le dio.

—¡Harry Potter! –Exclamó la chica con el rostro rojo a causa de la furia.

Harry se había quedado paralizado ante la escena, pues bien su amiga le brindaba un ligero temor cuando era ella misma, con su normalidad, cuando se enojaba era aterradora.

—¿S-sí? –Preguntó Harry con nerviosismo.

—¿Por qué le dijiste a Teseo que estabamos en una relación amorosa? –Inquirió la castaña arrugando el ceño.

—Yo no le dije eso. –Dijo Harry jugando con sus manos. Tal vez el chico no le había dicho que estaban en una relación, pero cuando hablaron aquel día que los participantes colocaron sus nombres en el cáliz y pensó que estaban saliendo, Harry no lo había negado.

—Eso no fue lo que me dijo y sé que él no miente. –Dijo Hermione cruzándose de brazos.

Harry frunció el ceño ante aquello y miró a su amiga asombrado.

—Te mintió sobre su familia mortífaga. –Claudicó el chico indignado.

Hermione sintió una presión en el pecho y simplemente dio media vuelta para irse a su habitación. Harry se sintió culpable ante aquello y se maldijo a sí mismo.

Desde aquella pelea el Gryffindor de gafas se había sentido culpable de que la amistad de su amiga con el Slytherin había terminado por el pequeño mal entendido de palabras, pero decidió ignorarlo intentando convencerse de que su amiga se encontraba mejor sin un futuro mortífago andando a su lado.

Ahora mismo, Harry se encontraba sentado bajo la sombra de un árbol viendo un libro de herbología mientras esperaba que Neville cortara unas hierbas en el lago negro.

—Sorprendente... Sorprendente. –Murmuró Nevill con entusiasmo.

—Neville, lo hiciste de nuevo. –Se quejó Harry.

—Lo siento –Contestó Neville.

—Plantas acuáticas magicas de los lagos. –Leyó Potter el libro de su amigo.

—Moody me lo dio el día que me invitó un té. –Explicó Neville.

Harry vio a sus amigos acercarse a ellos y al instente se levantó del tronco en el que se encontraba sentado. Desde que Ron se había molestado con él no se dirigían la palabra, Hermione le preguntaba de vez en cuando por lo del torneo para ayudarlo, pero fuera de ello no hablaban, Harry pensaba que se debía a que seguía molesto con él por romper su amistad con el Slytherin.

—Ronald me pidió que te dijera que Seamus le dijo que Dean le dijo a Parvati que Hagrid te busca. –Dijo Hermione con una mueca en los labios.

—Ah sí, pues... ¿qué? –Dijo Harry confundido.

—Ah... –Hermione dio media vuelta y se acercó a Ron, Harry vio como discutían algo y luego su amiga volvió. –Dean le dijo a Parvati que... No me hagas repetirlo, solo busca a Hagrid.

Hermione se dio media vuelta para irse y a mitad del camino Harry le habló.

—Pues dile a Ron que...

—¡No soy una lechuza! –Gritó Hermione molesta.

Hermione, Ginny y Ron se fueron de ahí en dirección al castillo, a mitad del camino Hermione vio a Teseo caminando con paso lento hacia la biblioteca.

—Uhm, chicos... Iré a la biblioteca un rato. –Dijo Hermione sin dejar de mirar al Slytherin.

—Qué raro... –Murmuró Ron sin prestarle atención.

Hermione caminó con paso decidido hacia el Slytherin, tomó una gran inhalación y luego picó su hombro repetidas veces. Teseo se volteó y su mirada se oscureció en cuanto vio a su ex amiga, en cambio Hermione estuvo apunto de abrir su boca a causa de la impresión, los grises ojos de su amigo se encontraban exhaustos, tenía unas horribles ojeras debajo de ellos y se encontraba más pálido de lo normal.

—Yo... –Hermione olvidó por un momento la razón por la que estaba allí.

—¿Qué quieres, Gryffindor? –Escupió con furia el Slytherin.

Hermione abrió sus ojos de la impresión y soltó un suspiro.

—Quiero hablar contigo respecto a algo muy importante. –Contestó Hermione con su voz mandona.

Teseo soltó un gruñido y luego señaló un pasillo casi desierto con la cabeza. Hermione siguió al chico hasta que llegaron a los baños a los que nadie iba del segundo piso.

—No entraré al baño de chicos. –Se quejó Hermione frunciendo la nariz.

—Pues yo no iré al de chicas, la fantasma chillona entrometida está ahí. –Dijo Teseo con una media sonrisa.

Hermione soltó un suspiro sabiendo que tenía razón respecto a Myrtle. La Gryffindor entró al baño después de Teseo y se acercó al chico que se encontraba mirando al reflejo de la chica en el espejo del lavabo.

—¿De qué querías hablar? –Inquirió el chico con tono frío.

—Escucha, antes no vine a preguntártelo porque temía la respuesta, pero ahora ya estoy lista. –Empezó Hermione. –Y tal vez no quieras decírmelo, pero creeme cuando te digo que de verdad necesito saberlo, de verdad.

—¿Qué cosa? –Dijo Teseo rodando los ojos.

—Harry me dijo que Ron le dijo que toda tu familia son... Mortífagos. –Soltó la castaña. –¿Es cierto?

Teseo se volteó a ver a la chica con el ceño fruncido. No iba a preguntarle cómo Ron Weasley sabía lo de su familia, pues el padre del pelirrojo también trabajaba en el ministerio, pero no entendía por qué la chica de cabello esponjado necesitaba saber aquello.

—¿Por qué necesitarías saber si es verdad o no? –Cuestionó el chico levantando una ceja.

—Porque pasamos mucho tiempo juntos, confié en tí, te conté todo y yo... –Hermione mordió su labio inferior y miró el espejo detrás del chico.

Entonces recordó todos aquellos momentos que había pasado con el Slytherin, la chica había sido feliz, el chico de verdad le agradaba, era un buen amigo, siempre estaba ahí cuando necesitaba desahogarse o cuando la chica estuvo mal respecto a la demostraciones de las maldiciones.

—Es cierto, toda mi familia es mortífaga. –Contestó el Slytherin sabiendo que aquello marcaría el final de la amistad entre ambos.

Hermione cerró los ojos dolida ante aquello y asintió con la cabeza.

—Bien, yo... –Guardó silencio un momento. –Gracias por decirme.

—Hermione... –Llamó el chico con nervios. –¿En serio dejarás de hablarme por eso?

Hermione no respondió la pregunta del Slytherin.

—Por Salazar, Herms. –Dijo Teseo con frustración. –Fuiste mi amiga por un momento, yo no suelo abrirme así con la gente, pero tú eres diferente... Sí, tal vez mi familia sea mortífaga, pero eso no significa que yo también lo sea. Gryffindor es reconocido por no ser prejuiciosos, pero tú lo estás siendo ahora mismo.

El Slytherin salió de ahí dejando a la Gryffindor con un mal sabor de boca. Hermione sabía que estaba siendo prejuiciosa y odiaba aquella sensación de culpabilidad, pero no se encontraba segura de que el chico no vaya a lastimarla con otra mentira.

—Teseo, espera. –Gritó la chica corriendo detrás de él.

Teseo se detuvo y dio media vuelta para encarar a la chica.

—Yo... Yo no pretendo ser prejuiciosa. –Soltó la Gryffindor. –Solo que me has estado ocultando cosas todo este tiempo, yo no quiero una amistad que vaya a basarse en ocultar cosas.

Teseo apretó sus manos en puños y miró a otra parte.

—Mi familia es un asco, Hermione. –Confesó el chico. –Tenemos dinero, está bien, pero... ¿De qué sirve tener todo el dinero del mundo cuando estar en aquella casa solo te hace sentir miserable?

Hermione se acercó al chico con paso lento y luego lo abrazó.

—Lamento comportarme como una estúpida. –Murmuró la chica.

—Tal vez hiciste bien en alejarte de mí, Granger. –Susurró el chico de vuelta.

Hermione miró a Teseo con el ceño fruncido y luego notó que los ojos de su amigo se encontraban mirando detrás de ella, la chica volteó y vio a Draco Malfoy mirando con molestia.

—Tal vez deba irme. –Dijo Teseo mirando a la chica de vuelta.

Hermione se apartó de Teseo y asintió con la cabeza.

Teseo se encaminó hacia su amigo con paso decidido sin siquiera voltear atrás a ver a Hermione, solo mirando como su amigo miraba furioso a la Gryffindor detrás de él.

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