iii.
Dos semanas habían pasado en las que Teseo y Hermione siempre se encontraban a en la biblioteca para hacer la tarea juntos, aunque en realidad, a veces, Teseo terminaba ayudando a Hermione con esta. En cuanto los dos terminaban su tarea se quedaban leyendo o charlando en la biblioteca, o bien se sentaban junto al lago negro a charlar. Muchas personas murmuraban sobre ellos dos cuando los veían pasar, Harry y Ron no estaban contentos con que su amiga empezara a hablarle a un Slytherin. Con respecto a Draco, este se mostraba reacio a que su amigo conviviera con una sangre sucia, pero simplemente se quedaba callado luego de la última vez que habían discutido por eso, así que ahora intentaba no molestar a Hermione, o al menos no delante de Teseo.
Hermione y Teseo se encontraban sentados frente al lago negro mientras Hermione le contaba de unas anécdotas divertidas de cuando era niña, Teseo la escuchaba con atención y se reía cuando encontraba algo gracioso, Hermione lo hacía con él.
—... Entonces mi madre golpeó a mi padre por vestirme como chico cuando entré a mi primer año en el jardín de niños. –Dijo Hermione mientras reía.
Teseo soltó una carcajada ante el final de la anécdota de su amiga.
—Ojalá hubiera visto eso. –Dijo Teseo mientras iba calmando su risa.
—Mi padre guarda una foto, no me molestaría enseñártela... Mientras no comentes nada con respecto a ella. –Dijo Hermione con una sonrisa.
—Bien, supongo que a cambio también debo mostrarte una foto mía vergonzosa. –Dijo Teseo mientras movía la cabeza para que los pequeños mechones de pelo se acomodaran.
—¿Por qué haces eso? –Preguntó Hermione entre risas.
—¿Qué cosa? –Inquirió Teseo levantando una ceja.
—Eso que hiciste con tu cabello. –Dijo Hermione imitando el gesto que había hecho con anterioridad su amigo.
—¿Acomodarlo? –Preguntó riendo con ella.
—Sí, pero... He visto a muchos chicos hacer ese gesto. ¿No es más sencillo moverlo con la mano? –Preguntó la chica.
—Yo lo hago porque me veo ardiente haciéndolo. –Dijo Teseo con una sonrisa para luego guiñar un ojo.
Hermione sintió un cosquilleo en su estómago cuando Teseo le guiñó, pero decidió ignorarlo pensando que seguramente tenía hambre.
—Claro, si pensar eso te hace sentir mejor. –Dijo Hermione rodando los ojos.
—Sé que es así, he escuchado a muchas chicas decirlo. –Dijo Teseo con una sonrisa egocéntrica.
—Que horror... –Dijo Hermione con una mueca de lástima fingida.
Teseo empujó del hombro de manera muy leve a Hermione y luego se levantó.
—Es hora de la cena. –Dijo Teseo extendiéndole una mano a la chica.
Hermione aceptó su ayuda y luego de que la leona se sacudiera la falda para deshacerse del césped, los dos se fueron directo al comedor mientras charlaban de otras cosas. Dado que no era un secreto para sus amigos, Teseo decidió decirle a Hermione lo que pensaba con respecto al torneo de los tres magos.
—No te había dicho... –Dijo Teseo mientras miraba a su amiga.
—¿Qué cosa? –Preguntó Hermione con una pequeña sonrisa.
—Con respecto al torneo de los tres magos, he estado pensando que si las inscripciones son abiertas para los de cuerto, yo... Creo me inscribiré. –Dijo Teseo mientras se hacía paso entre dos chicos de Hufflepuff.
—¿Estás bromeando? –Preguntó Hermione soltando una risa.
—No, la verdad es que me gustaría participar. –Dijo Teseo alzándose de hombros.
—No hablas en serio, ¿verdad? –Dijo Hermione deteniendo a su amigo mientras lo miraba sorprendida. –Muchos magos en el pasado han muerto a causa de ese estúpido torneo.
—Claro que lo sé. –Dijo Teseo rodando los ojos. –Pero fueron magos incompetente, yo no lo soy.
–¡No puedes inscribirte a eso! –Dijo Hermione cruzándose de brazos.
—Si está permitido lo haré. –Dijo Teseo cruzándose de brazos con una sonrisa ladina divertida.
—No. Podrías morir. –Dijo Hermione empezando a molestarse, y Teseo lo notó en cuanto vio la ligera y casi imperceptible arruga en la nariz de la Gryffindor. –Te prohibo inscribirte en esa estupidez.
Teseo borró su sonrisa y frunció el ceño molesto. ¿Quién se creía que era ella para prohibirle algo?, era algo que Teseo pensaba.
—Tú no eres nadie para prohibirme algo. –Dijo Teseo sin expresión alguna.
—Soy tu amiga y me preocupo por ti. –Dijo Hermione con voz mandona.
Teseo soltó una risa burlona, lo que inquietó a Hermione. Era de ese tipo de risas que Malfoy soltaba cuando se burlaba de Harry, Ron o ella.
—Escucha preciosa, no necesito que te preocupes por mí, yo sé muy bien lo que hago. –Dijo Teseo con una sonrisa cínica antes de pasar de ella y adentrarse al comedor.
Hermione sintió sus mejillas ruborizarse a causa de como la había llamado, pero principalmente fue porque la había dejado con la palabra en la boca, se sentía molesta e indignada. Hermione se dirigió al comedor dando fuertes zancadas. Abrió las puertas del comedor de forma brusca y se sentó frente a sus amigos.
—¿Por qué estás molesta? –Preguntó Ron aún con comida en la boca.
Hermione hizo una mueca de asco con respecto a ello.
—No te importa, Ronald. –Dijo para luego empezar a comer dando mordidas bruscas.
Harry y Ron voltearon a verse y luego a su amiga. Los dos chicos prefirieron no decir nada al respecto y siguieron comiendo su cena.
En la mesa de Slytherin, Teseo comía de forma tranquila, sin hablar con nadie, mucho menos dirigirles una mirada siquiera. Draco sabía que algo andaba mal con su amigo, sabía que este se encontraba molesto por algo, pero prefirio dejarlo para cuando estuvieran en la sala común, sin que hubiera muchas personas chismosas a su alrededor.
Cuando la cena finalizó, todos se levantaron para dirigirse a su sala común. Antes de que Teseo subiera por las escaleras para ir a su habitación, Draco lo interceptó y lo dirigió a una esquina apartados de todos.
—¿Qué pasa? –Preguntó Teseo rodando los ojos.
—¿Por qué estás molesto? –Preguntó Draco directo al punto.
—No lo estoy. –Dijo Teseo.
—Te conozco, O'Neil. No intentes mentirme. –Dijo Draco con una sonrisa egocéntrica.
—Le dije a Hermione que quería unirme al torneo de los tres magos. –Dijo Teseo haciendo una mueca. –Y me lo prohibió.
—¿Y? –Dijo Draco sin importancia.
—¡Me lo prohibió! –Exclamó Teseo molesto. –¿Quién demonios se cree ella para prohibirme algo?
—Mira Teseo, esa sangre su... –En cuanto Teseo le dedicó una mirada de advertencia a su amigo, este se corrigió. –Esa Gryffindor no es nadie como para prohibirte cosas, mucho menos como para que siquiera te importe lo que ella diga.
—Es mi amiga. –Dijo Teseo soltando un suspiro.
—Si ella fuera tu amiga entonces te apoyaría como yo, incluso aún sabiendo que es la cosa más estúpida. –Dijo Draco sonriendo.
Teseo simplemente rió ante el comentario de su amigo antes de cambiar de tema. Los dos amigos siguieron hablando hasta altas horas de la noche. El primero en irse fue Draco, dejando a su amigo en la sala común. Teseo observaba las llamas del fuego frente a él mientras pensaba en su discusión con su amiga. Al rubio nunca le gustó pelear con sus amigos, él siempre fue muy selectivo con sus amistades, hoy en día solo tenía cuatro: Draco, Theo, Jenna y Hermione. Por lo mismo de que el chico siempre fue selectivo con sus amistades tenía muy pocas, pero nunca le importó eso. Finalmente, Teseo apagó el fuego de la chimenea y subió a su habitación.
Era sábado, así que Teseo no se molestó en levantarse temprano, pues el día anterior había terminado todos sus deberes junto a Hermione. Sin embargo, Hermione sí se había levantado temprano, fue al comedor a tomar el desayuno y mientras lo hacía recordaba la discusión que había tenido la noche anterior con su amigo. Hermione no terminaba de creer que su amigo quisiera participar en un torneo en el que podría perder su vida, ella no quería apoyarlo en algo tan tonto, pero sabía que debía hacerlo como su amiga. La castaña soltó un suspiro al darse cuenta lo mal amiga que había sido, se dio la vuelta para buscarlo en el comedor de su casa, pero no lo encontró.
Al terminar su desayuno, se levantó y fue directo a la biblioteca sabiendo que tarde o temprano Teseo iría allí.
A las diez en punto Teseo se había levantado de la cama, duchado y se dirigía directo al comedor. Dado que era fin de semana decidió colocarse otra cosa que no fuera su uniforme, aunque su túnica la tenía puesta encima de todos modos. Tomó asiento frente a Pansy Parkinson y comió sin dirigirle la mirada a alguien.
—Teseo, ¿puedo preguntarte algo? –Oyó la voz de Parkinson frente a él. Teseo rodó los ojos.
—¿Qué cosa? –Levantó la mirada mientras masticaba el trozo de salchicha que se había metido en la boca.
—¿A Draco le gusta alguien más? –Preguntó la chica con desición.
—No creo que deba importante. Draco solo quiere que lo dejes en paz, solo lo estorbas. –Dijo Teseo dando un trago a su jugo de naranja para luego retirarse del comedor dejando a Pansy con la palabra en la boca y con ganas de llorar.
Teseo se dirigió a la biblioteca, pensaba leer sobre dragones un rato y luego quedarse en su sala común hablando con su mejor amigo. Al entrar a la biblioteca lo primero que divisaron los ojos de Teseo fue a su amiga Hermione mirándolo, Teseo ignoró su mirada y se fue directo al ala de criaturas mágicas. Buscó entre los estantes un libro nuevo de dragones para leer y en cuanto lo obtuvo se dirigió a una mesa algo apartada de su amiga. Hermione hizo una mueca ante el acto y soltó un suspiro, se levantó de donde estaba sentada y se dirigió a donde estaba Teseo.
—¿Podemos hablar? –Preguntó Hermione en un susurro.
Teseo levantó la mirada de su lectura y señaló la silla frente a él. Hermione tomó asiento y miró a su amigo.
—Lamento que hayamos discutido. Somos amigos y se supone que yo debo apoyarte. –Dijo Hermione jugando con sus dedos.
—¿Incluso si es algo estúpido? –Inquirió el rubio levantando una ceja, recordando lo que su mejor amigo le había dicho la otra noche.
—Incluso si es algo estúpido y no sea de mi agrado. –Dijo Hermione con una ligera sonrisa.
Teseo asintió con la cabeza y luego miró a su amiga, Hermione lo miraba mientras recargaba su barbilla en su mano.
—Bien, te perdono. –Se limitó a decir Teseo y luego volvió a su lectura.
Al cabo de unos minutos, Hermione acompañó a su amigo también con un libro, solo que este hablaba sobre algunos hechizos avanzados.
Era el grandioso día en el que las otras escuelas asisitirían a Hogwarts. Todos los alumnos de esta se encontraban afuera esperando a que los otros llegaran. Teseo se encontraba junto a Hermione, debido a que estos dos no mostraban interés alguno con respecto a los estudiantes de otras escuelas, se la pasaban platicando de algunos hechizos y pociones, o de los deberes que habían hecho o faltaba por hacer. Ron y Harry veían a los dos amigos charlar divertidos, Harry empezando a pensar que tal vez el chico no fuera tan malo como para que Hermione confiara en él, pero tampoco podía evitar sentir desconfianza por ser el mejor amigo de Malfoy, pensando que tal vez era un plan de las serpientes para herir a su amiga. Ron, sin embargo, se encontraba sumamente furioso ante aquella relación amistosa, él pensaba que el Slytherin estaba jugando con su amiga para luego pisotearla, pues creía que porque era de la casa de las serpientes el chico era malo por naturaleza, además, Ron comenzaba a sentir celos, pues desde que su amiga de cabello esponjado se había vuelto amiga del Slytherin, esta pasaba casi todo el tiempo con él que con sus amigos de casa, se la pasaba quejándose con Harry que ahora Hermione no podía explicarles cosas que no entendían debido a la serpiente, aunque Ginny, su hermana, había comenzando a sospechar que aquellos celos se debían a que su hermano estaba enamorado de Hermione y aún no se daba cuenta de aquello.
—No entiendo como puede caerle bien O'Neil. –Refunfuñó el pelirrojo a su castaño amigo.
—Yo tampoco, pero supongo que debe ser por algo. Tal vez Teseo no sea tan malo como los otros de su casa. –Dijo Harry alzándose de hombros.
—¡Por favor! –Exclamó Ron. –Su padre es mortífago, obviamente no es bueno.
Harry frunció los labios ante aquella nueva información sobre el nuevo amigo de su amiga. Obviamente Hermione no sabía que su padre era un mortífago, de ser así seguramente ni le hablaría. Ron y Harry habían decidido decirle a su amiga aquello para que se alejara del chico lo antes posible, al menos antes de que ella saliera herida.
Todos los alumnos de Hogwarts dejaron de hablar en cuanto divisaron en el cielo un brillo acercarse cada vez más, logrando ver bien que se trataba de un carruaje de un azul turquesa con varios pegasos halando de la carroza. La carroza aterrizó con cuidado justo frente a todos los alumnos, dejándolos sorprendidos ante lo que veían.
—Vaya, creo que les gusta llamar la atención. –Dijo Teseo rodando los ojos.
Hermione soltó una risa y asintió concordando con su amigo. De la carroza, la primera persona que salió fue una mujer altísima, Hermione de inmediato supo que era una gigante, pues la mujer era incluso aún más grande que su amigo Hagrid, seguido de ella, muchas chicas vestidas de azul turquesa salieron de la carroza, a su alrededor, todos los chicos empezaron a murmurar lo hermosas que eran, Hermione levantó la vista para ver la reacción de su amigo, pero se sorprendió al notar que las veía con indiferencia.
—¿No crees que son hermosas? –Preguntó Hermione levantando una ceja.
—A lenguas se nota que son pretenciosas e interesadas. –Dijo Teseo con una media sonrisa.
El director Dumbledore intercambió algunas palabras con la directora del colegio Beauxbatoms y luego todas entraron al castillo para calentarse. No tardó mucho tiempo cuando del lago se iba asomando el asta de lo que parecía un barco, Hermione se puso de puntas para poder ver mejor, Teseo se burló de ella por su baja estatura, pero Hermione solo lo ignoró. Al cabo de unos instantes, los alumnos de Durmstrang se hicieron presentes, todas las chicas los miraban fascinadas, incluso Hermione no pudo resisitirse a la belleza de alguno que otro alumno de la escuela visitante.
—Cierra la boca, Herms. –Dijo Teseo con burla, pues nunca había visto a su amiga de aquella manera tan boba.
—Cállate. –Dijo la Gryffindor mirando de forma amenazante a su amigo.
Teseo soltó una carcajada que llamó la atención de algunas chicas que se encontraban cerca, varias chicas de distintas casas no pudieron evitar soltar un suspiro, pues nunca en sus vidas habían visto al Slytherin reír, y aunque lo habían visto en los pasillos, pensando que era el chico más lindo de Hogwarts, oírlo reír era algo que a muchas les había fascinado. Hermione miró molesta a todas aquellas chicas que miraban a su amigo de forma coqueta.
Los alumnos de Durmstrang se adentraron al castillo junto al director de Hogwarts, Teseo volteó a ver a su amiga, ella le dio una ligera sonrisa y luego ambos se dirigieron al mismo lugar al que siempre solían ir a platicar.
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