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El cuarto año al fin había llegado y eso ponía a Hermione Granger muy contenta, no solo de aprender nuevas cosas sino también de volver a ver a sus amigos y de volver al que consideraba como su segundo hogar: Hogwarts.

Las clases habían comenzado hacía tan solo una semana y todos ya se mostraban exaustos de tantos deberes, claro que eso a Hermione no le molestaba en lo absoluto. Por una parte se encontraba emocionada por aprender nuevos hechizos, pero por otro lado también se le dificultaba tener tantos trabajos. Hermione se encontraba de camino a la biblioteca pues el profesor Snape les había encargado un extenso ensayo sobre la nueva posión que les acababa de enseñar, además, también tenía que redactar un ensayo más para su clase de historia de la magia.

Hermione soltó un suspiro pesado de tan solo pensar en los largos trabajos que tenía que realizar. La chica cruzaba largos pasillos mientras pensaba en lo que podría escribir en su ensayo para historia de la magia cuando sin siquiera quererlo había chocado contra otra persona, por suerte nadie había resultado herido, pero sí se habían tambaleado ambas personas por el fuerte impacto del golpe.

—Lo siento mucho. –Balbuceó Hermione con las mejillas levemente coloradas. –No vi por donde iba.

Hermione levantó la mirada y palideció al ver a un chico de Slytherin, lo conocía a la perfección, se trataba de uno de los amigos de Malfoy: Teseo O'Neil. Había escuchado a algunas chicas de todas las casas decir que Teseo era uno de los chicos más guapos de todo Hogwarts.

—Yo tampoco lo hice así que está bien. –Fue lo unico que el Slytherin dijo antes de hacerse a un lado y seguir con su camino.

Hermione soltó un suspiro de alivio de que Teseo no la insultara o humillara allí mismo, así que sin más la chica siguió con su camino.

Al llegar a la biblioteca la castaña de cabello esponjado buscó entre los estantes los libros que necesitaría para sus dos ensayos, una vez que tuvo diez libros entre sus manos se dirigió a una mesa en la biblioteca para poder hacer todo lo necesario. Hermione tomó asiento y abrió el libro de pociones para empezar a redactar su ensayo, pero ni siquiera podía leer un párrafo, pues en cuanto terminaba de leerlo tenía que volver a hacerlo porque no prestaba la suficiente atención debido a que no dejaba de pensar en el Slytherin con el que se había topado en el pasillo. Hermione no negaba que Teseo se le hacía un chico muy apuesto, además de poseer un gran cerebro, pues este chico era de los mejores de todas sus clases, o al menos eso es lo que había oído de los profesores y compañeros de su casa, también había coincidido en algunas clases, como pociones, aritmancia, transformaciones, entre otras. No entendía cómo era que el chico no la había insultado o humillado ahí mismo; cuando lo veía en los pasillos notaba como insultaba a muy pocos hijos de muggles, pero eran las veces contadas incluso con una de sus manos que las había visto. Cuando su amigo Malfoy la insultaba y humillaba frente a todos Teseo simplemente se quedaba a un lado de él sin siquiera darle importancia, ni siquiera volteaba a verla, no la insultaba, pero tampoco hacía nada para impedirlo.

—Pff, solo es un idiota más de su casa. –Susurró la castaña mientras miraba entre los estantes y recargaba la barbilla en su mano.

La puerta de la biblioteca se abrió con un estruendoso ruido, Hermione volteó curiosa y pudo ver a Teseo entrar por la puerta mientras miraba algo en su pergamino. La chica de cabello esponjado simplemente lo ignoró y siguió leyendo el libro.

Teseo se paseaba entre los enormes libreros en busca de un libro de posiones que necesitaría para hacer su ensayo, pero buscó incluso hasta por donde no debería estar y no lo encontró, frunció el ceño pensando que seguramente otros alumnos se los habían llevado y maldijo por lo bajo por no llegar antes, aunque lo hubiera hecho de no ser porque había olvidado la tinta en su habitación. Caminó entre las abarrotadas mesas de alumnos en busca del libro hasta que lo encontró en manos de Hermione Granger. Teseo aclaró su garganta para llamar la atención de la Gryffindor, Hermione brincó en su sitio y luego volteó a ver a Teseo con el rostro pálido.

—¿Sí? –Inquirió la chica en un hilo de voz.

—Veo que tienes el libro que necesito y lamentablemente ya no hay otro aquí, entonces... ¿Tardarás mucho en ocuparlo? –Preguntó con voz carente de emoción lo que provocó que Hermione frunciera los labios ante aquello.

—Yo acabo de tomarlo, pero si quieres podemos compartirlo. –Dijo Hermione alzándose de hombros.

Teseo frunció el ceño ante la sugerencia de la castaña. Si había algo que a Teseo no le agradaba era estudiar o hacer tareas con otras personas, ni siquiera con su mejor amigo, pero dado que el único libro medianamente disponible era ese no tuvo de otra más que aceptar.

—¿Puedo tomar asiento? –Preguntó Teseo de forma amable mientras hacía un gesto con la cabeza para señalar la silla.

Hermione asintió con la cabeza de forma lenta y tranquila, aunque en realidad, por dentro estaba muriéndose de los nervios de que alguien los viera y entonces él comenzara a armar un escándalo. Teseo tomó asiento junto a la Gryffindor y luego colocó el libro de forma correcta para que los dos pudieran ver bien.

—¿Ves bien así? –Preguntó el chico sin siquiera voltear a verla.

—Uhm... –Murmuró Hermione y luego continuó con su lectura.

Conforme iban pasando los minutos, tanto Hermione como Teseo tenían unos cuantos pergaminos llenos a un lado, tanto de pociones como ahora hacían de historia de la magia.

—Esa información es irrelevante. –Habló Teseo mientras seguía escribiendo en su pergamino.

—¿Disculpa? –Preguntó Hermione mientras dejaba de escribir.

—Lo que has escrito sobre Godric Gryffindor es irrelevante. –Dijo Teseo aún continuando con su escritura.

Hermione sintió sus mejillas ruborizarse, pero no porque se sintiera apenada, al contrario, se encontraba molesta por creer que tenía el derecho de corregirla, ¿quién se creía que era?

—Disculpa, pero no encuentro razones por las que quieras corregirme, yo no te he dicho nada sobre tus ensayos. –Soltó la castaña de cabello esponjado haciendo pucheros.

Teseo dejó de escribir, hizo su pluma a un lado para evitar desastres y luego miró a la Gryffindor a su lado. Hermione no pudo evitar pensar que sus ojos eran de un gris tormentoso tan profundo, aterrador, frío y carente de emoción, pero tampoco pudo evitar pensar que eran unos hermosos ojos, no quería imaginar lo bellos que se verían si mostrara una emoción en ellos, pero dejó de lado todos aquellos pensamientos en cuanto recordó la razón por la que estaba molesta.

Teseo miró a detalle el rostro de la Gryffindor, notó al instante que esta se encontraba molesta. Miró que sus ojos mostraban un brillo levemente aterrador, sus labios pequeños se encontraban haciendo un ligero puchero y su nariz se encontraba ligeramente arrugada, era casi imperceptible, pero Teseo lo notó; entonces el Slytherin soltó una ligera sonrisa ladina ante la vista graciosa de la chica.

—No lo decía con el afán de ofenderte, sino de que mejorases tu trabajo así que lamento si te di una idea equivocada. –Dijo el Slytherin enrollando sus pergaminos y luego se levantó.

Hermione aligeró su expresión y se sintió mal por creer que intentaba burlarse de ella.

—Y en cuanto a lo otro... –Teseo aclaró su garganta y luego miró a Hermione con mirada divertida, una mirada que no pasó por alto la chica. Hermione no pudo evitar sentir sus mejillas ruborizarse ante aquello sin siquiera saber la razón. –No podías decirme algo negativo de mi trabajo porque este se encuentra perfecto en todos los aspectos. Hasta luego, Granger.

La puerta de la biblioteca hizo un estrundoso ruido al abrirse y otro al cerrarse. Hermione abrió sus labios sorprendida. Teseo O'Neil le había sonreído, tal vez fue de forma burlona, pero aún así lo hizo.

—Hermione, ¿te encuentras bien? –Oyó una dulce e inocente voz detrás de ella.

Hermione se volteó y vio a su amiga Luna con una sonrisa.

—Estoy bien, Luna. –Dijo para luego seguir escribiendo su pergamino, intentando tapar la irrelevancia que, a los ojos de Teseo, había escrito.

Las semanas iban pasando de forma rápida, desde aquella vez en la biblioteca, Hermione y Teseo no habían vuelto hablar; coincidían en los pasillos y clases, pero ni siquiera volteaban a verse.

Era un miércoles por la tarde. Las clases habían finalizado por aquel día y Hermione junto a Harry y Ron habían decidido pasear por los terrenos del castillo mientras charlaban de como les iba en las clases, al menos por parte de Hermione, en cambio, Ron y Harry hablaban de algunas cosas con respecto al quidditch.

—Yo creo que la razón por la que suspendieron el quidditch este año fue porque piensan darnos más clases... ¡Que horror! –Exclamó Ron con terror en los ojos, puesto que aquel chico pelirrojo no estaba muy contento con tener más trabajos, a duras penas podía con lo que tenía y no eran los mejores del mundo.

—Genial, Malfoy ya está haciendo de las suyas. –Dijo Harry apretando la mandíbula.

Antes de que Hermione o Ron pudieran decirle algo o retenerlo siquiera, en un parpadeó Harry ya estaba de pie frente a Draco para enfrentarlo.

—Déjalo en paz, Malfoy. –Dijo Harry con voz furiosa mientras lo miraba de forma retadora.

—San Potter, me sorprende que sigas viniendo a mí. –Dijo Malfoy de forma burlona. –¿A caso te gusto, Potter?

En cuanto Draco Malfoy terminó de decir aquellas palabras, Harry no pudo evitar lanzarse al Slytherin y atestarle un gran golpe en el pómulo, Malfoy se molestó ante aquello y le devolvió el golpe, solo que este le dio en el estómago al Gryffindor, provocando que cayera al suelo por la falta de aire.

—¡Déjalo en paz, Malfoy! –Dijo Hermione colocándose frente a Harry para evitar que lo golpeara de nuevo.

—Aléjate, maldita sangre sucia. –Dijo el Slytherin empujando a Hermione provocando que esta cayera de espaldas al césped.

Teseo, que se encontraba entablando una conversación con Theodore Nott, en cuanto vio que su amigo Malfoy había empujado a una chica no pudo evitar enfurecerse a causa de aquello. Si había algo que a Teseo O'Neil lo enfurecía más que la imperfección, era que lastimaran a una mujer delante de sus narices. Teseo apretó los puños y dejó a su amigo Nott hablando solo para encaminarse hacia Malfoy.

—¡Malfoy! –Gritó con furia una vez que estuvo cerca de su amigo.

Draco volteó con una sonrisa burlona.

—Hay que divertirnos con Po... –Dijo Draco con diversión, pero su diálogo había sido interrumpido a causa de un hechizo que Teseo le había lanzado.

¡Expulso! –Exclamó con notable furia.

Draco Malfoy había sido lanzado por los aires a causa del hechizo de su amigo. Todos los que se encontraban alrededor se habían acercado a presenciar la pelea entre los dos Slytherins, los presentes se encontraban sorprendidos, no sabían la razón por la que los dos mejores amigos se encontraran peleando de la nada.

Teseo se encaminó a la Gryffindor tirada en el césped y la ayudó a levantarse, lo que provocó que todos los presentes abrieran los ojos y boca a causa de la impresión.

—¿Te encuentras bien? –Preguntó Teseo mirando el rostro de Hermione para cerciorarse de que la chica no estuviera herida.

—Yo... Sí... –Balbuceó la Gryffindor confundida por la forma en la que la había defendido.

—¿Qué demonios te sucede, O'Neil? –Exclamó furioso Malfoy mientras se limpiaba un hilo de sangre que brotaba de su labio.

—Deja de comportarte como un imbécil, Malfoy. –Dijo Teseo con voz fría, lo que provocó un escalofrío en Hermione que se encontraba detrás de él. –Si quieres molestar a Potter, bien, pero deja a Granger fuera de esto.

Los expectantes soltaron una exclamación ante las palabras del Slytherin. Harry se puso de pie al instante y se hizo a un lado junto a su amigo Ron.

—¿Estás defendiendo a una sangre sucia? –Exclamó Draco con incredulidad en su voz.

Teseo apretó las manos en puños y la mandíbula a causa del enojo.

—No vuelvas a ponerle una mano encima, Malfoy. –Dijo Teseo antes de darle la espalda a su amigo para tomar del brazo a la Gryffindor y llevársela lejos de allí.

En cuanto el Slytherin y la Gryffindor abandonaron el patio todos empezaron a hablar de ellos dos, algunos incluso corrieron en busca de sus amigos para contarles lo sucedido. En cambio, Teseo y Hermione se encontraban caminando por los pasillos.

—¿A dónde vamos? –Preguntó Hermione en un pequeño susurro.

Pero Teseo no le respondió en lo absoluto, no porque no la haya escuchado, sino que no quería hablar al respecto, no quería hablar con nadie. Al cabo de unos minutos Teseo hizo pasar a Hermione a la enfermería y antes de que Hermione pudiera decirle que estaba bien o siquiera agradecerle, Teseo ya había cerrado la puerta sin siquiera entrar, luego desapareció con paso apresurado, dirigiéndose a su sala común y finalmente a su habitación.

Hermione soltó un suspiro y luego se acercó a Madam Pomfrey para contarle lo que había sucedido en el patio mientras notaba que tenía un pequeño raspón en el codo, no le dolía, pero de todos modos le pidió que lo tratara, no por nada Teseo la había llevado a la enfermería. Luego de que Madam Pomfrey le colocara una pequeña gasa en el codo se dirigió a su sala común, aún intentando descifrar la razón por la que Teseo O'Neil la había defendido de su mejor amigo y frente a todo el colegio. Pensar aquello le provocaba una maraña de pensamientos y un pequeño cosquilleo en el estómago. En cuanto entró a su sala común muchos Gryffindors la miraban mientras murmuraban cosas referente a lo que había sucedido en el patio, algunos de ellos estaban ahí, otros lo sabían gracias a lo rápido que corrían los chismes.

—Hermione, ¿estás bien? –Preguntó Harry acercándose junto a Ron.

—Sí, ¿tú te encuentras bien, Harry? –Preguntó su amiga con notable preocupación.

—Eh, sí, gracias. –Dijo Harry frunciendo el ceño confundido.

—¿Por qué Teseo O'Neil te defendió de Draco Malfoy? –Preguntó Ron con curiosidad, con el normal tacto que solía tener siempre.

Harry miró interesado a Hermione, esta solo miró a otro lugar de la sala común mientras sus mejillas se tornaban de un leve color rosado.

—No lo sé... –Dijo Hermione con voz baja.

—¿Son amigos? –Preguntó Harry, era la única razón que pudo encontrar como para que el mejor amigo de Draco Malfoy le haya lanzado un expulso para defender a su amiga.

—No, nunca antes habíamos hablado siquiera. –Mintió Hermione para luego retirarse a su habitación, ignorando las miradas curiosas de sus compañeras de cuarto.


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