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Capítulo Siete
Presente

La cantidad de personas que había superaba sus expectativas. Sabía que el festival había llamado mucho la atención y pudo notarlo mejor cuando llegó el evento deportivo. Si bien, HyunWoo y TaeHyung se habían encargado de ello, KiHyun aún no tenía idea de qué habían preparado los clubes deportivos de la escuela, pero ver los banderines de colores y globos por toda la pista de atletismo de la escuela le ayudaba a darse una idea.

En ese momento se encontraba sentado en las gradas, rodeado por un montón de desconocidos que conversaban de cualquier cosa y con el osito que HyunWoo había ganado descansando entre sus brazos; tenía una apariencia adorable y una pequeña sonrisa bordada. Pronto se encontró jugando con las patitas del muñeco, haciéndolo saltar de vez en cuando sobre su regazo.

—¡Kihyunnie~, ahí estás! —escuchó la voz de MinHyuk. Iba acompañado por HyungWon y HoSeok—. ¿Podemos acompañarte? —dijo, sentándose a su lado.

—Hay mucha gente —dijo HyungWon, mirando en derredor—. Me pregunto qué es lo que harán. ¿Y ese muñeco?

—Ah, es de HyunWoo —dijo KiHyun, abrazando ligeramente al osito—. Me pidió que lo cuidara por él.

—Es muy lindo —dijo HoSeok.

KiHyun asintió levemente y giró el muñeco para que pudiera ver lo que estaba por ocurrir, recargó su barbilla sobre la suave cabecita del oso y dirigió su atención a la pista.

En cada carril se formó una fila de jóvenes portando chaquetas deportivas de diferente color; unos se quedaron en la línea de salida mientras otros tres se ubicaban en distintos puntos de la pista.

Los ojitos de KiHyun se fijaron directamente en HyunWoo; vestía una bonita chaqueta de color azul. Podía escuchar las voces de sus amigos conversando de algo, mas todo pareció desaparecer a su alrededor cuando cruzó miradas con el moreno; en medio de sus estiramientos, le regaló una sonrisa, de esas que hacían brincar de felicidad a la fierecilla dentro de KiHyun, y él le respondió agitando su mano y posteriormente la del muñeco en su regazo. «Una carrera de relevos —pensó—, ¿Cómo no se me ocurrió antes?»

Entonces se escuchó la voz de uno de los profesores y la carrera dio inicio una vez sonó la bocina. El primer miembro de cada equipo sostenía un bastón del mismo color que sus uniformes; no era de sorprenderse que el equipo de atletismo estuviera a la delantera, dejando atrás al equipo de básquetbol y al de fútbol. Todos los espectadores daban gritos de apoyo mezclados con gritos de emoción. El equipo de natación se estaba quedando atrás y KiHyun apretó su agarre al pequeño oso; MinHyuk lo miró por el rabillo del ojo y no pudo evitar soltar una risita.

HyunWoo sería el que terminaría la carrera por su equipo, mas las probabilidades de que el club de natación quedara entre los primeros tres lugares se iban haciendo cada vez menores a medida que se acercaban los corredores.

KiHyun se mordió el labio inferior, notablemente nervioso. Pero cuando el bastón de color azul brillante llegó a manos de HyunWoo, todo fue diferente. Las gradas se envolvieron en una misma voz que vitoreaba: «¡Shownu, Shownu, Shownu!» y no hacía más que volverse más y más fuerte a medida que el moreno reducía la distancia entre los primeros corredores.

—¡Tú puedes, Shownu! ¡Corre, corre! —gritaban MinHyuk y HoSeok.

Entonces todas las personas se pusieron de pie animando con más fuerza a los corredores, pronto KiHyun se encontró haciendo lo mismo; sus brazos sosteniendo con fuerza al osito.

Faltaban pocos metros y HyunWoo ya había dejado atrás al corredor del equipo de fútbol. Yendo en contra de cualquier tipo de probabilidad o cálculo matemático, el primer lugar ahora se disputaba entre el club de atletismo y el club de natación; HyunWoo corría cada vez más rápido e intercambiaba miradas feroces con el corredor de chaqueta roja. Fue un final de fotografía, acompañado de gritos y ovaciones; mientras el corazoncito de KiHyun latía rápidamente por la emoción. Nunca se imaginó que HyunWoo pudiera correr tan rápido.

Y mientras todos esperaban el veredicto de los profesores, HyunWoo apoyó sus manos sobre sus muslos mientras trataba de recuperar la respiración; fue más agotador de lo que pensaba. Tenía las mejillas rosadas y el cabello alborotado por el viento, el otro chico no se encontraba en mejor estado. Ambos se miraron y chocaron sus manos diciendo: «Fue una buena carrera, lo hiciste bien». El profesor Yeom se acercó a ellos.

—Cruzaron la línea al mismo tiempo —dijo y les mostró la pantalla de su tableta. Ambos chicos se miraron con aire de sorpresa y un poco de incredulidad—. Si están de acuerdo, pueden compartir el primer lugar o podemos repetir la carrera.

HyunWoo y su compañero intercambiaron miradas cómplices, después miraron al profesor y dijeron al unísono: «Compartiremos.»

Todos los clubes recibieron un pequeño y sencillo, pero no por eso menos hermoso, ramo de flores; el equipo de fútbol recibió cupones de descuento para una tienda deportiva al igual que los clubes de natación y atletismo, salvo que estos compartirían una comida en una de las pizzerías más populares de la ciudad.

Minutos más tarde, los espectadores comenzaron a dispersarse al igual que los competidores. HoSeok y MinHyuk fueron los primeros en acercarse a felicitar a HyunWoo y al resto del equipo por su participación en la carrera, seguidos de HyungWon que se había quedado intercambiando palabras con ChangKyun y JooHeon. KiHyun también felicitó al club y, una vez los chicos se alejaron, aprovechó para felicitar directamente a HyunWoo.

—Hiciste un gran trabajo en la carrera de hoy, no tenía idea de que pudieras correr tan rápido —dijo, sus ojitos brillando con genuina emoción—. Él también se quedó sorprendido —agregó, levantando los brazos al osito.

—Gracias por acompañarme —dijo HyunWoo con voz suave.

—TaeHyung y tú hicieron un gran trabajo organizando todo esto. Estoy seguro de que al director le dará gusto.

—Me es suficiente con saber que te gustó lo que hicimos.

Una pequeña burbuja comenzaba a formarse entre ellos, hasta que fueron interrumpidos por TaeHyung. HyunWoo se apartó por un segundo para ir con el profesor que lo estaba llamando acompañado por el pelinegro. KiHyun se quedó mirando la cabecita del muñeco.

—¿Está todo bien, Kihyunnie~? —preguntó MinHyuk. KiHyun asintió levemente con la cabeza para después mirar al castaño—. ¿Has comido algo?

—Sí, HyunWoo y yo comimos pollo frito.

MinHyuk sonrió.

—Debo ir con los de mi club, ¿Vendrás a nuestra actividad, verdad?

—Claro que sí, Min —dijo con una suave sonrisa. Los ojitos del mayor brillaron como un par de piedras preciosas.

—Entonces supongo que los veré más tarde —agregó, después se giró hacia HoSeok y HyungWon—. ¡Adiós, chicos! Nos vemos después.

MinHyuk se alejó de la pista dando pequeños trotes y agitando su mano, gesto que fue correspondido por los tres chicos.

HyunWoo volvió poco después y los invitó a jugar algunos juegos antes de ir a la actividad del club de arte, así que caminaron de regreso al centro del festival. Pronto se encontraron envueltos en una atmósfera dulce y divertida, había música y el cielo estaba despejado, mostrando su precioso color azul; el sol los abrazaba cálidamente mientras recorrían los pabellones en busca de algo divertido para jugar.

KiHyun y HyunWoo iban adelante de HoSeok y HyungWon, quiénes habían retomado la conversación del día anterior en la cafetería. HoSeok hablaba sobre el ensayo que estaba escribiendo, divagando de manera ocasional en alguna de las obras de Verne y HyungWon soltaba alguno que otro dato histórico que le parecía interesante y que podría ayudar al trabajo del mayor. Un par de pasos después, HyungWon se encontró hablando sobre sus libros favoritos y la preciosa colección literaria de sus padres, todo bajo la atenta mirada —y sonrisa bobalicona— de HoSeok. Se preguntó si Chae sería consciente de los pequeños gestos que hacía al hablar y de lo bonita que se veía su nariz cuando la arrugaba.

—... Aún así no he logrado convencer a mi hermano para que lea el libro, prefiere ver la película. Dice que me paso todo el tiempo con la nariz metida entre los libros. —HoSeok lo sabía, sabía que HyungWon acostumbraba leer entre clases y en lugares tranquilos; una vez lo vio sentado en las escaleras que dan a la parte trasera del gimnasio, con sus ricitos cayendo hermosamente sobre su frente y emanando una sensación de paz y tranquilidad—. Perdona, creo que me desvíe un poco del tema —dijo, jugando torpemente con sus dedos al percatarse del silencio y la mirada fija de HoSeok.

HoSeok negó.

—Al contrario, me gusta escucharte.

Las mejillas de ambos se volvieron de un bonito color rosado y una sonrisita se escapó de sus labios. HyungWon bajó la mirada hacia sus manos mientras HoSeok se llevó una mano a la nuca.

—Wonho, ¿ya viste eso? —llamó HyunWoo. HoSeok miró hacia donde apuntaba su amigo y lo miró con diversión—. ¿Quieren jugar?

—Seguro, se ve divertido —dijo HyungWon con una sonrisita.

Al llegar al puesto fueron recibidos amablemente por la chica en turno. Primero jugaron HyungWon y KiHyun, el más alto tenía los ojos puestos en el osito de color lila; era parecido al que le había ganado MinHyuk, salvo que llevaba un bonito gorro de color verde con ojitos de una rana. Sin embargo, el dardo no logró reventar el último globo otorgándole la victoria a KiHyun.

—Excelente tiro, KiHyun —aplaudió la chica—. Aquí tienes tu premio. ¿Ustedes también quieren jugar? ¡Anímense! Es muy divertido y podrán ganar un premio.

HoSeok y HyunWoo asintieron y recibieron los dardos que les extendió la chica. KiHyun y HyungWon los miraban atentos. El primero en tirar fue HyunWoo, reventando tres, cuatro, cinco globos de los de mayor puntaje. Al terminar, miró a HoSeok, invitándolo a superar su puntaje, y HoSeok no podía estar más decidido a ganar; había visto cómo los ojitos de HyungWon estaban fijos en aquel tierno osito de color lila. Supuso que esperaba ganarlo al jugar contra KiHyun.

HoSeok respiró profundo y fijó su vista en los globos. Reventando uno, tres, cuatro, cinco globos. Todos ellos con el mayor puntaje.

—¡Tenemos un ganador! —canturreó la chica, acercándose a HoSeok; los chicos miraban sorprendidos, HyungWon daba pequeños aplausos—. ¿Qué quieres como premio?

—Quiero ese, por favor —dijo, apuntando al pequeño osito que descansaba sobre una repisa improvisada. Ella se lo entregó con una sonrisa y se despidió de ellos con el mismo buen humor.

HyunWoo y KiHyun seguían un par de pasos adelante, hablando sobre algo que le era completamente ajeno a los dos muchachos que intercambiaban miradas tímidas.

HoSeok miró la carita bordada del muñeco y se lo entregó a HyungWon. Detrás de aquellos anteojos redondos y de esa postura introvertida se asomó un precioso brillo que le recordó las estrellas; el cielo de una noche de verano cubierto de estrellas que centellaban en el infinito.

—Es para ti —dijo con voz suave.

Sus miradas se cruzaron. Oh, si tan solo HyungWon supiera lo rápido que latía el corazón de Lee HoSeok en ese momento; si supiera que, sólo con una sonrisa y un libro entre las manos, se había adueñado de uno de los corazones más hermosos, puros y sinceros que había en la Academia Shinhwa.

—¿De verdad? —cuestionó, mirando al muñeco y al muchacho frente a él. HoSeok asintió—. Muchas gracias —dijo con una tímida sonrisa dibujada en los labios.

HyungWon estaba tan feliz. Su pequeño corazón se volvió una mezcla de mariposas y fuegos artificiales cuando su mano rozó con la mano de HoSeok.

🐰 🧸 🐢

El festival de primavera se acercaba a su final a medida que el cielo se tornaba de un color ámbar con suaves pinceladas rojizas y purpúreas.

Cuando se vieron las primeras las parvadas volar de regreso a casa, el escenario del auditorio se cubría de rosas y se llenaba de vítores hacia los miembros del club de teatro y una sonrojada JeongYeon recibía un precioso arreglo floral por parte de sus compañeros; los miembros del club de arte reían y MinHyuk sentía su corazón lleno, dando de brincos por todo su pecho al ver a sus amigos felices y sobre todo por las pequeñas gotas de pintura amarilla que cubrían el rostro de KiHyun y parte de su ondulado cabello castaño. HyunWoo lo miraba y juraba que el joven presidente estudiantil le recordaba al otoño en ese momento, con sus preciosos colores y la calidez que desprendían sus ojos cada vez que reía en compañía de sus mejores amigos.

«¿Cómo puedo hacer para que siempre sonrías de esta manera, Kihyunah~?», pensó cuando vino a su mente el recuerdo de aquella mañana en donde lo encontró dormido en la sala del consejo estudiantil. Sin embargo, HyunWoo no tenía idea; no tenía idea de que lo qué había visto aquella mañana no se comparaba, en lo absoluto, con lo que había visto MinHyuk esa tarde, poco después de que el sol se ocultara, cuando se presentó en casa de KiHyun y lo encontró con los ojos inundados en lágrimas.

Pero en ese momento, sólo importaba el presente. Esos instantes que se graban en el corazón como si fueran una fotografía o —como a MinHyuk le gustaba describirlo— como la más hermosa exposición de arte que se haya visto jamás.

Importaba el color del atardecer y sus pinceladas de nostalgia; importaba el olor de los dulces y el viento del este. Importaban los chistes de MinHyuk que hacían reír a HyungWon y la mirada cargada de amor de HoSeok; importaban las manchitas de pintura en las mejillas de KiHyun y las pequeñas pecas que enamoraban a HyunWoo cuando lo ayudó a limpiarse. Importaban las palomitas con mantequilla del cine y lo que JooHeon sentía cuando veía al «niño bonito» que conocía desde la infancia.

Importaba el mejor obsequio que uno pudiera recibir: el presente.

Y en ese presente, KiHyun subía al escenario de madera que estaba iluminado por guirnaldas que se trenzaban en las copas de los árboles mientras HyunWoo, sus amigos y muchas personas más lo miraban atentamente desde abajo con sonrisas en el rostro y globos de colores o algodones de azúcar en mano. Todos escuchando el discurso de agradecimiento que había escrito el presidente del consejo estudiantil desde hacía varios días, pero que ahora resultaba una mezcla de palabras grabadas con tinta en su cabeza y líneas improvisadas que salían desde lo más profundo de su corazón. Estando allí arriba pudo darse cuenta de que todo había salido bien; pudo ver a algunos miembros del consejo y al vicepresidente que lograba ponerlo nervioso con su bonita sonrisa y suaves mejillas.

—Antes de terminar, démosle una cálida bienvenida a uno de los mejores grupos locales, ¡Un aplauso para DAY6! —Los gritos de emoción y los aplausos no se hicieron esperar; el pequeño club de fans de SungJin y su banda fueron los que hicieron más ruido en cuanto los chicos subieron al escenario y se posicionaron frente a sus instrumentos—. Buena suerte, chicos —dijo KiHyun al entregarle el micrófono a SungJin.

—Gracias por esto, KiHyun —le dijo sincero. Se colocó la guitarra y saludó al público mientras KiHyun bajaba las escaleras.

—Fue un gran discurso, Kihyunah~ —dijo HyunWoo, recibiéndolo al pie de las escaleras de madera; KiHyun sonrió, sintiendo ese cosquilleo en el pecho una vez más. Ya se estaba acostumbrando a sentirse así con cada sonrisa que le dedicaba el moreno.

HyunWoo le devolvió el pequeño oso de peluche al ver que estiraba sus manitas de manera inconsciente para tomarlo.

—¡Kihyunnie, eso estuvo grandioso! —exclamó MinHyuk lanzándose a abrazarlo—. Estoy tan orgulloso de usted, señor presidente.

—Todo salió perfectamente, KiHyun. El consejo hizo un gran trabajo —dijo HyungWon, acercándose con el muñeco en brazos. MinHyuk soltó una risilla al ver que sus amigos estaban en la misma posición.

—¿Quieren quedarse a bailar? La música es realmente buena —dijo MinHyuk.

—Es una buena idea —habló HyunWoo.

—Me encantaría, pero debo volver a casa temprano —dijo KiHyun, acariciando los bracitos del oso con su pulgar.

—Vamos, Kiki, sólo una canción, quédate una canción y ya. Por favooor —gimoteó MinHyuk, juntando sus manos y haciendo un puchero. KiHyun rodó los ojos y asintió, riendo ante la idea de que algunas cosas nunca cambian.

MinHyuk sonrió y tomó a sus dos amigos por los brazos, arrastrándolos a la pista de baile mientras HoSeok y HyunWoo los seguían con calma.

So free 하게 내일은 걱정 말고
아무 신경 쓰지 말고
Así que sé libre, no te preocupes por el mañana, no tengas cuidado

So free 하게 우리들뿐이라고 생각해봐
Así que sé libre, piensa que sólo somos nosotros

Ese «Quédate una canción y ya» desapareció a medida que las voces de los chicos ambientaban y marcaban el final del festival; el pequeño grupo de amigos saltaba de un lado a otro, extendiendo los brazos en al aire y tarareando intentando seguir el ritmo de la música hasta que las estrellas iluminaron el cielo y pronto comenzó a sonar una balada romántica y las parejas se apropiaron de la pista frente al pequeño escenario.

KiHyun estaba cansado, una fina capa de sudor cubría su frente y su cabellera estaba ligeramente alborotada, aún con rastros de la guerra de pintura cortesía del club de arte. Ahora se encontraban caminando a la salida de la escuela; HyungWon revisaba los mensajes más recientes en su celular mientras MinHyuk rodeaba su brazo —claro que le hizo un gesto gracioso a HoSeok al hacerlo— y KiHyun se acomodaba la chaqueta del uniforme y sacaba una preciosa bufanda de color crema que guardaba en su mochila no sin antes agradecerle a HyunWoo por traerla desde la sala del consejo estudiantil.

—¿Esperaremos a ChangKyunnie y a Honey? —preguntó MinHyuk. HyungWon negó.

—Se fueron hace un par de horas, están en el cine. ¿Quieres quedarte a dormir? No quiero que vayas solo.

—Sólo si me dejas jugar con tu cabello, Wonnie —dijo MinHyuk, aferrándose al brazo del más alto. HyungWon asintió con una sonrisa—. ¿Te acompañamos a la estación, Seokkie?

HoSeok negó.

—Mi hermano vendrá por mí, iremos al supermercado.

—¿Podemos esperarlo contigo? —preguntó HyungWon con voz suave— Así no esperarás tú solo.

HoSeok sonrió al ver sus mejillas volverse de un color rosa tan suave como su voz.

—Gracias —dijo, después se giró hacia HyunWoo y KiHyun—. ¿Se irán juntos?

HyunWoo asintió.

—Acompañaré a KiHyun hasta la estación.

—De acuerdo, vayan con cuidado.

—Avísanos cuando llegues a casa, Kiki —agregó HyungWon—. Te enviaré fotos graciosas de MinHyuk cuando se quede dormido.

—¡No si yo le envío las tuyas primero! —contraatacó el castaño, haciéndole cosquillas a HyungWon. KiHyun soltó una risilla antes de despedirse e irse caminando con HyunWoo.

El camino fue tranquilo, en su mayoría cubierto de un silencio cómodo y de algunas corrientes frías de aire que hacían que el menor se aferrara con más fuerza al pequeño oso de peluche buscando un poco de calor. HyunWoo lo miraba de soslayo, viendo sus orejitas de color rojo y su pequeña nariz cubierta por la bufanda; sus mechones ondulados revolverse con el viento. De verdad quería abrazarlo. Quería abrazarlo tan fuerte como abrazaba al muñeco de peluche.

Hubo un momento antes de llegar a la estación, en el cruce peatonal, cuando KiHyun levantó la mirada hacia el cielo porque le encantaba ver las estrellas y HyunWoo se deleitó con la imagen más hermosa: Los ojitos marrones del menor reflejaban el cielo nocturno en toda su infinidad, sus labios entreabiertos dejaban escapar un poco de vaho y su nariz se había coloreado de un precioso y suave color rosa. Al principio no podía creerlo, pero con el paso del tiempo se convenció de que cada día se enamoraba más y más de Yoo KiHyun; del timbre de su voz y de su inteligencia; de las diminutas pecas en su rostro y de su pulcra caligrafía. De sus sonrisas y su habilidad innata para liderar.

Pero había detalles que solamente HyunWoo tenía el honor de presenciar, como la manera en que sus pestañas acarician su rostro cuando dormía o la forma en que jugaba con un muñeco de peluche sobre su regazo. O como ese momento, cuando sus ojos se llenaban de estrellas.

El semáforo cambió a verde. Cruzaron la calle y bajaron las escaleras para llegar al andén.

KiHyun se avergonzó por haber cargado al osito de HyunWoo todo el día e intentó devolvérselo, pero HyunWoo le dijo con voz suave y un corazón inquieto: «En realidad, lo escogí para ti. Porque es lindo y me recordó mucho a ti. Es tuyo si así lo quieres, Kihyunah~». Después apareció un par de mejillas sonrojadas y un incontrolable deseo por llenarlas de besos.

La voz en los altoparlantes anunció la llegada del tren de KiHyun.

—Ve con cuidado a casa, HyunWoo —dijo KiHyun, mirándolo a los ojos—. Gracias por apoyarme el día de hoy.

—Gracias por confiar en mí. Avísame cuando estén en casa, ¿de acuerdo? Y tú... —dijo, señalando al osito— Cuida muy bien de KiHyun, por favor.

KiHyun lo miró, enternecido. HyunWoo era una cajita llena de sorpresas.

—Tengo qué irme. Nos vemos el lunes en la escuela.

HyunWoo asintió y entonces tocó la mejilla de KiHyun, acariciándola con su pulgar haciendo que se volvieran cálidas y rosadas. Le había quitado una traviesa manchita de pintura.

—Nos vemos el lunes.

KiHyun caminó al interior del vagón, mirando a HyunWoo por la ventana. Apenas sintió el movimiento del tren, tomó la patita del osito y la movió simulando un gesto de despedida que el moreno correspondió. Para después desaparecer al interior del túnel.

🐻 🌟 🐹

Apenas pusieron un pie en la residencia de la familia Chae, MinHyuk caminó directamente a la cocina con el único objetivo de asaltar la nevera. HyungWon lo siguió, dejó al osito sobre la encimera de la cocina y comenzó a rebuscar en la alacena un par de bocadillos mientras discutía con MinHyuk sobre qué películas podrían ver. Cuando se giraron para colocar las palomitas en el tazón, se encontraron con la señora Chae usando una mascarilla de color verde y con el cabello recogido con una banda del mismo color que su bata.

—Buenas noches, niños —dijo ella con una sonrisa, caminando hacia la nevera.

—Buenas noches, tía —saludó MinHyuk, llevándose una patata frita a la boca.

—Hola, mamá —saludó HyungWon de igual manera.

—¿Cómo les fue en el festival? ¿Se divirtieron?

Ambos asintieron, tenían la boca llena de golosinas.

—ChangKyun fue al cine con Honey, dice que no tardan en llegar —agregó HyungWon. Tomó el tazón lleno de palomitas mientras MinHyuk cargaba las bolsas de bocadillos—. Estaremos arriba, vamos a ver una película. ¿Papá ya está dormido?

—Está leyendo. No hagan mucho ruido, ¿de acuerdo, niños?

Ambos asintieron y estaban a punto de salir cuando HyungWon volvió rápidamente por el osito que descansaba en la encimera. «Casi te olvido, Zizi», dijo en voz baja, tomándolo entre sus brazos con cuidado.

Cuando llegaron al dormitorio de HyungWon, MinHyuk dejó su mochila sobre el mueble y acomodó las almohadas de la cama para que pudieran sentarse cómodamente. Las flores no pasaron desapercibidas y una sonrisa apareció ante el recuerdo del mensaje que le había enviado HoSeok la noche previa a la primera flor matutina.

«¿Qué flores le gustan a HyungWon? ¿No es alérgico, verdad? ¿En qué lugar de la clase se sienta?»

Ay, HoSeok. Tan dulce y tan perdidamente enamorado del pequeño Chae HyungWon, amante de las galletas y de la literatura.

—¿Son todas las flores que te han obsequiado? —preguntó MinHyuk, abriendo una bolsa de frituras.

—Son mis favoritas, el resto está en el jardín de mamá o decorando alguna parte de la casa. Pásame las galletas, MinMin, por favor.

—¿Ya me vas a decir cómo ganaste el oso?

—Ah, m-me lo obsequió HoSeok —dijo en voz baja, con el rostro sonrojado. MinHyuk le sonrió divertido haciendo que se avergonzara aún más—. Yah~ no te burles. Fue muy lindo de su parte.

—Wonho es una persona muy linda, creo que le gustas.

—Para nada, seguramente es así con todo el mundo. Es muy amable y gentil. Ya veo porqué dicen que parece un príncipe.

—Se veía muy apuesto hoy en el café, ¿Cierto? —preguntó. HyungWon asintió tratando de ocultar la sonrisa que se dibujaba en sus labios—. Y preparó un postre especialmente para ti.

—¿A dónde quieres llegar con todo esto?

—A nada en especial. Sólo digo que nunca lo había visto hacer con otras personas lo que hace contigo. ¡Oh! Veamos esa, se ve divertida.

Mientras la comedia que habían escogido sonaba por la habitación, HyungWon se encontró recordando lo que una vez llegó a preguntarse en una de sus conversaciones nocturnas con Dolly: «¿Quién me gustaría que fuera el remitente de las flores?... Huh, nunca lo había pensado, pero... Creo que sería lindo si alguien como HoSeok hiciera eso por mí, parece el tipo de persona que haría algo así. ¿Tú qué opinas? Después de todo, HoSeok hizo la ranita que te hace compañía cuando no estoy...»

Sonrió. Ahora Dolly tenía dos amigos que le harían compañía durante el día; la ranita de papel y el osito color lila. Ambos por parte de HoSeok.

🐶 🍿 🐢

¡Hola, solecitos! ¿Cómo están? 🤍
Espero que se encuentren bien y que estén tomando mucha agüita; es importante mantenerse hidratado, así como Honey carga con su botella de diez litros nosotrxs también debemos tomar mucha agua. ✨🐝

¿Les gustó el capítulo de hoy? Realmente no quería perderme tanto en detalles sobre el festival porque al final todos tenían la misma esencia por lo que terminé borrando esas partes del borrador. Tampoco tuvimos mucho de nuestra abejita y nuestro lobito, pero no se preocupen porque ya estoy planeando algo bonito para ellos. 🥰

Gracias infinitas por tomarse el tiempo de leer esta historia, por dejar comentarios bonitos y estrellitas que me hacen feliz. Gracias por darle amor a la historia, a pesar de que siempre quedo como 🤡 diciendo que voy a actualizar cada fin de semana; discúlpenme por eso, estoy haciendo lo mejor que puedo para ser más disciplinada.

Cuídense mucho mucho y nos leeremos en el próximo capítulo~ 🤍

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