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Antes de leer...
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Ha pasado poco tiempo desde que la Luna se reunió con las estrellas y es algo que realmente cuesta asimilar.
En el momento en el que comenzó este viaje que me llevó a conocer más acerca de los hermosos seres humanos a quienes AROHA tanto ama, en el momento en el que vi su hermosa sonrisa y su personalidad tan bella y brillante como la luz de la Luna, tomé la decisión de incluir a un personaje que en un principio no figuraba en esta historia, pero que en definitiva tenía ese algo que daría el toque final.
Ahora brilla en el firmamento nocturno.
Al principio no estaba segura de si debería realizar cambios, y lo intenté, pero no es lo mismo. Él siempre tendrá ese algo que difícilmente se puede encontrar en alguien más.
Siempre me conduciré a tu memoria con el respeto y la admiración que tanto se merece. Porque un alma tan brillante y tan hermosa es algo difícil de encontrar e imposible de olvidar.
Siempre serás la Luna que acompaña a las estrellas.
— Jun.O8.2O23 💌
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Capítulo Dieciséis
❝ Secretos ❞
Los miembros del Consejo se encontraban discutiendo sobre lo que hacía falta para poner en marcha uno de los eventos más importantes para la comunidad estudiantil de Shinhwa; la venta anual de pasteles no era únicamente una oportunidad para dar a conocer las habilidades de panadería y repostería de los participantes, sino que era uno de los eventos que lograba recaudar más fondos que posteriormente se destinaban al financiamiento de las actividades de cada uno de los clubes estudiantiles, desde la adquisición del equipo hasta cubrir parte de los gastos de viaje en competencias o presentaciones llevadas a cabo fuera de Seúl.
JiHyo se tomaba muy en serio su rol como tesorera del Consejo Estudiantil, por eso había preparado su presentación con varios días de anticipación, previendo cualquier escenario que pudiera afectar (aún en lo más mínimo) la venta de pasteles de la Academia Shinhwa. KiHyun y el resto de los miembros del Consejo, junto a los representantes de clase, la escuchaban con atención; a pesar de hacer uso de un lenguaje técnico, JiHyo siempre se las arreglaba para que todos en la habitación comprendieran cada punto de la presentación para dejar el mínimo de dudas al final.
Las luces de la sala de conferencias se encendieron apenas terminó la presentación; JiHyo y su equipo de trabajo respondieron un par de preguntas por parte de los representantes de clase y volvieron a su lugar tras recibir un asentimiento por parte de KiHyun. El Presidente se puso de pie y agradeció a los presentes por su tiempo, no sin antes informarles sobre la próxima asamblea y extendiendo la invitación para asistir y apoyar a los estudiantes que participarán en los eventos deportivos que se llevarían a cabo a finales de esa semana.
Los estudiantes se retiraron poco a poco de la habitación. HyunWoo se quedó en su lugar haciendo un par de anotaciones en su agenda personal, miraba de reojo cómo KiHyun conversaba con algunos representantes de clase y se acercaba a JiHyo y a sus compañeras para agradecerles por el arduo trabajo; las chicas pasaron junto al moreno en su camino a la salida, despidiéndose con una sonrisa y dejando el eco de sus voces al salir. HyunWoo se aseguró que sólo quedaran KiHyun y él antes de levantarse y ser recibido por la preciosa sonrisa del castaño.
—Maravillosa conferencia, señor Presidente. No cabe duda de que la venta de pasteles será todo un éxito con usted al frente.
—Se lo agradezco, Vicepresidente Son.
KiHyun tomó asiento al borde del escenario, quedando más cerca de HyunWoo.
—Dígame, ¿tiene planes para después de clases? —preguntó el moreno.
—Además de realizar un informe para la clase del señor Kang, no tenía planeado algo en específico. ¿Y usted?
—Esperaba que aceptara mi invitación para tomar un café.
—Lo escucho.
HyunWoo se acercó al castaño, acomodando un pequeño mechón de cabello detrás de su oreja.
—Da la casualidad que cerca de aquí hay una pequeña tienda donde venden un café muy bueno. Entiendo que tiene una agenda ocupada, así que pensé que podríamos tomar algo mientras lo acompaño a la estación de trenes —dijo, perdiéndose lentamente en los ojos de su enamorado.
—Me encantaría tomar un café con usted, señor Son.
Ambos soltaron una risita. HyunWoo ayudó a KiHyun a bajar del escenario, tomaron sus cosas y pronto se encontraron caminando sobre la vereda rumbo a la tienda que mencionó HyunWoo. La brisa fresca de primavera y un cielo que recién mostraba las primeras pinceladas de un color anaranjado fueron los acompañantes de aquel par de jóvenes enamorados sumergidos en una agradable conversación, con un tímido roce de manos que se hacía presente de forma ocasional. La fierecilla dentro de KiHyun corría de un lado a otro ante la mera cercanía de HyunWoo, quien deseaba poder capturar la belleza del momento con algo más que una cámara fotográfica.
Al llegar a la tienda fueron recibidos por una señora de mejillas sonrojadas que se encargó de tomar su pedido e invitarlos a tomar asiento mientras estaba listo. Una suave melodía de jazz se escuchaba de fondo y el interior tenía ese perfume tan propio de los granos de café con una mezcla de vainilla y nueces. KiHyun trató de no pensar en la larga lista de cosas que tenía por hacer apenas llegara a casa y se permitió vivir ese momento al lado de HyunWoo.
—La competencia de natación es este sábado, ¿estás nervioso? —preguntó KiHyun.
—Tal vez un poco.
—¿Qué es lo que te preocupa? Han entrenado muy duro últimamente —dijo KiHyun, demostrando una sincera preocupación.
En los labios de HyunWoo se dibujó una pequeña sonrisa pues encontraba cierto encanto en la expresión del muchacho frente a él.
—Me preocupa que no me vea lo suficientemente genial como para impresionar a alguien especial.
KiHyun soltó una pequeña risa a manera de suspiro, negó suavemente y dijo:
—Estoy seguro de que estará impresionado sin importar lo que pase.
HyunWoo le regaló una mirada cargada de cariño antes de levantarse a la barra para atender al barista y recibir las bebidas. KiHyun tomó una servilleta de papel y dibujó algo rápido con un bolígrafo que siempre traía a la mano; no era el mejor dibujante (a comparación de MinHyuk), pero esperaba que el pequeño detalle calmara el atisbo de nervios que percibió en HyunWoo. Cuando el moreno regresó, KiHyun le extendió la servilleta tras haberla doblado delicadamente en cuatro.
—Puedes abrirla cuando llegues a casa o si te sientes nervioso antes del gran día.
HyunWoo la tomó y se aseguró de guardarla en el bolsillo interior de su chaqueta, mirando curioso al castaño, quien daba el primer sorbo a su bebida.
—Gracias, Kihyunah~
La fierecilla amaba cuando lo llamaba así.
Conversaron por un rato más antes de continuar su camino hacia la estación de trenes. En los breves momentos de silencio, KiHyun se daba ánimos para hacer lo que tanto había querido hacer desde la cita del viernes por la tarde, sin saber que HyunWoo hacía lo mismo.
Al igual que en otras ocasiones, HyunWoo acompañaría a KiHyun hasta el andén y esperarían juntos hasta que el castaño subiera al tren. Hasta entonces, aprovecharon cada momento juntos para seguir cultivando la preciosa relación que crecía a un ritmo constante y que poco a poco echaba raíces en sus corazones. KiHyun observó la pantalla que anunciaba el tiempo restante hasta la llegada del próximo tren, sintiendo un cosquilleo en la punta de los dedos a medida que el tiempo de espera se reducía.
—Por eso creo que en una dimensión alterna todos usamos guantes como Mickey Mouse, pero no se permite cuestionar el porqué —dijo HyunWoo.
—Interesante. Un tanto intrigante por el trasfondo político, pero interesante. Aunque todavía no entiendo por qué las cucharas para melón juegan un papel tan relevante en todo esto.
HyunWoo estaba por responder cuando el anuncio de la llegada del tren sonó por los altavoces; la maquinaria no tardó en escucharse y entonces, convencido que fue por un breve momento de adrenalina, KiHyun se apoyó ligeramente en la punta de los pies hasta que sus labios rozaron suavemente la mejilla de HyunWoo.
—Nos vemos mañana, HyunWoo —se despidió KiHyun con una sonrisa y las mejillas coloreadas de ese tono rosado que a Son tanto le gustaba.
KiHyun no esperaba que HyunWoo respondiera a su pequeño acto de valentía. El moreno lo tomó suavemente de la cintura y devolvió el gesto, quedándose tan cerca de los esponjosos labios de KiHyun.
—Hasta mañana, Kihyunah~
Y así, con una pequeña sonrisa (un tanto pícara) dibujada en los labios del moreno, se despidieron.
🐻 ☕️ 🐹
Era el turno de ChangKyun para quedarse a limpiar el aula después de clases. A diferencia de algunos de sus compañeros, aquello no le disgustaba, no mientras tuviera sus audífonos haciéndole compañía. El dorado del atardecer comenzaba a filtrarse por entre las cortinas del aula, dejando un juego de luces y sombras sobre las baldosas de cerámica y los pupitres.
ChangKyun recién terminaba de acomodar el material de clase en el armario del fondo, siguiendo en voz baja una de sus canciones favoritas. Al terminar, se enorgulleció de sí mismo por haber terminado a tiempo y dejar el aula perfectamente ordenada para el día siguiente; limpiar no era exactamente su fuerte, por eso solía recibir el apoyo de JooHeon en algunas tareas. Pensó en el rubio y miró el reloj de su teléfono preguntándose dónde estaría, pues había salido hacía un largo rato para devolver unas escobas al armario de limpieza al fondo del pasillo.
—¿Le habrá pasado algo? —preocupado, ChangKyun tomó su mochila y salió del aula rumbo a buscar a su mejor amigo, sintiéndose cada vez más inquieto conforme se acercaba al final del pasillo—. Está cerrado... ¿Dónde estará?
Intentó llamarlo por teléfono, pero tampoco hubo respuesta, algo extraño puesto que JooHeon solía responder casi de inmediato. ChangKyun recorrió los otros dos pisos del edificio, intentando contactarlo nuevamente por teléfono sin éxito alguno.
Esa tarde el equipo de fútbol tenía entrenamiento, y dado que JooHeon era cercano a algunos de los chicos en el equipo, se le ocurrió pasarse por ahí y preguntarles si lo habían visto. JinYoung lo saludó apenas lo vio acercarse a las gradas que daban a la cancha.
—¿Te tocó quedarte a limpiar?
—Sí. JooHeon también se quedó, pero no lo he visto desde hace rato. ¿De casualidad no lo has visto por aquí?
JinYoung negó.
—Llegué hace poco, pero tal vez JB lo haya visto —dijo, entonces miró al pelinegro que se había acercado; JaeBom tenía las mejillas ligeramente enrojecidas y estaba un poco sudoroso. JinYoung le regaló una bonita sonrisa al entregarle una botella de agua recién salida de la máquina expendedora—. Jay, ¿has visto a JooHeon? ChangKyun lo está buscando.
El pelinegro asintió suavemente, tomando una toalla para secarse.
—Lo vi hace un rato, creo que iba hacia la cafetería —dijo. El semblante de ChangKyun se relajó por un momento—. Me parece que estaba con alguien.
—¿Con alguien? —preguntó ChangKyun.
—No vi bien quién era, pero pude distinguir el color de sus zapatos, parece que es de primer año.
—Ah, ya veo... —dijo ChangKyun, haciendo un ligero puchero que apenas fue percibido por JinYoung— Lo buscaré en la cafetería. Muchas gracias, chicos.
—Qué tengas suerte, Chang —dijo JaeBom, despidiéndose del muchacho con un movimiento de manos. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, miró a JinYoung y dijo:— Creí que tenías qué hacer un reporte de historia y que por eso no te quedarías.
JinYoung desvió la mirada, haciendo un adorable gesto molesto que provocó una sonrisa en los labios de JaeBom.
—Sólo no quería que me molestaras con eso después.
JaeBom depositó un beso fugaz en la mejilla del castaño.
—Gracias por esperarme.
—C-cómo sea. Vámonos ya, se hace tarde.
ChangKyun se dirigió hacia la cafetería de la escuela; su cabello ligeramente despeinado por la brisa fresca de primavera. Había pocas personas en la cafetería, en su mayoría personal administrativo o profesores que se quedaban trabajando hasta poco más tarde, pero no había rastros de JooHeon por ningún lado. ChangKyun estaba a punto de volver a llamarlo por teléfono cuando accidentalmente escuchó la conversación de un grupo de jovencitas que parecían llevar poco tiempo en el lugar.
—¿Crees que JooHeon acepte salir con ella?
—No lo sé, es la segunda vez que intenta acercarse para invitarlo al cine —dijo una de ellas—. Tal vez esta vez le diga que sí, parece muy determinada a salir con él.
—Pero JooHeon es demasiado amable. ¿Y si acepta sólo para no hacerla sentir mal?
—¿No sería eso muy cruel? Le daría falsas esperanzas, JooHeon no es así...
Las chicas siguieron hablando del tema, pero ChangKyun ya se había dado la media vuelta para salir de la cafetería. Por alguna razón que no podía explicar, la idea de que JooHeon saliera en una cita con alguien más le provocaba una sensación de pesadez en el pecho. Si JooHeon tuviera a alguien que le gustara, se lo diría... ¿Cierto?
Cansado y a punto de irse a casa, ChangKyun pudo ver a lo lejos a una hermosa muchacha de cabello castaño, largo y brillante, peinado con un moño que combinaba con el color de su uniforme. Tenía la apariencia del personaje principal de un drama romántico, de esos que le gustan tanto a su madre; su imagen combinaba de cierta manera con los árboles engalanados por las flores de primavera y el verde de los arbustos que no hacía más que resaltar la belleza de la naturaleza. Y por si fuera poco, el color rubio del chico frente a ella completaba aquel cuadro romántico sacado de una novela.
ChangKyun quería apartar la mirada e irse a casa para jugar con Maya y cenar algo delicioso mientras terminaba sus deberes para el día siguiente, pero la sensación de pesadez en el pecho crecía a pasos lentos y agigantados con cada segundo. Y cuando vio que JooHeon le regaló una sonrisa a la muchacha de hermoso cabello castaño, sintió cómo las lágrimas comenzaban a picarle los ojos. Se fue a casa tan pronto como pudo, sin darse cuenta de que el muchacho con cabellos tan brillantes como el Sol lo miraba preocupado.
🐝 🌤️ 🐺
El pequeño hogar de Dolly lucía mucho más colorido después de que HyungWon cambiaba las flores que lo decoraban; a la tortuga parecía no molestarle la presencia de las flores, o eso pensaba HyungWon pues, al terminar, Dolly se dedicaba a nadar o simplemente flotar en el agua mientras dejaba que el pelinegro pusiera diminutas flores sobre su caparazón.
Esa tarde, HyungWon se encontraba terminando sus deberes escolares después de limpiar y decorar apropiadamente el hogar de su mejor amigo; Maya los acompañaba con su cabecita recostada en la frazada que HyungWon siempre deja al pie de su cama pues sabe que la samoyedo gusta de entrar a su recámara a dormir por las tardes. Una tarde donde reinaba la calma en la residencia Chae, los señores de la casa habían salido a cenar con unos clientes y ChangKyun se quedaría en la escuela hasta más tarde para cumplir con sus deberes de limpieza; sin ellos en casa, HyungWon y sus mascotas se encontraron sumergidos en una atmósfera de paz y tranquilidad. Normalmente habría colocado su disco favorito de jazz suave, pero había algo en el ambiente que le hizo saber que no necesitaba de música, el sonido de las teclas de su teclado y el ocasional clic del ratón eran lo único que necesitaba en ese momento.
Se tomó un momento para descansar y estirar los músculos en su silla; Maya yacía dormida sobre la cama y Dolly descansaba en su pequeña casita de flores. El libro que había sacado de la biblioteca esa mañana se encontraba a la vista, esperando pacientemente para que el pelinegro lo leyera una vez terminara sus deberes. Aunque era una novela que HyungWon ya había leído en dos ocasiones, sabía que esta vez había algo que hacía de aquel libro algo especial, y ese algo se encontraba entre las descoloridas páginas del ejemplar. Sintió sus dedos cosquillear por abrir el libro y buscar lo que tanto quería, pero aquello pasó a un segundo plano cuando escuchó la puerta principal siendo cerrada con un poco más de fuerza de lo habitual; Maya despertó repentinamente de su sueño de belleza y tanto ella como HyungWon salieron de la habitación al escuchar los pasos del menor de los Chae dirigiéndose a su propia recámara.
HyungWon, preocupado, se acercó a la recámara de su hermano menor y esperó unos momentos antes de tocar la puerta.
—Changkyunnie~, ¿podemos pasar? —dijo— No saludaste a Maya.
Pasaron unos segundos en silencio hasta que la puerta se abrió. ChangKyun tenía el ceño ligeramente fruncido y se veía cansado. Maya fue la primera en entrar a la habitación, frotando su cabeza con las piernas del menor buscando darle un poco de consuelo. ChangKyun y Maya se sentaron en la cama, dejando que HyungWon cerrara la puerta tras de sí y tomara asiento en el pequeño sofá frente a la cama.
—¿Tienes hambre? —preguntó HyungWon con voz suave, ChangKyun negó— ¿Pasó algo?
Su hermano asintió, acariciando la cabecita blanca de Maya; en su regazo descansaba un pequeño lobo de peluche, uno de sus muñecos favoritos. HyungWon creyó recordar cuándo había visto a ChangKyun con una expresión parecida a la que tenía en ese momento, aún si no era lo que creía que era, se atrevió a preguntar, sólo para estar seguro de su corazonada.
—¿Tiene qué ver con JooHeon?
ChangKyun abrazó el muñeco con forma de lobo, y ahí estaba, era exactamente la misma expresión de hace algunos años.
HyungWon suspiró y dijo:
—¿Quieres hablar de eso?
ChangKyun levantó la mirada.
—¿Alguna vez le has ocultado algo a MinHyuk o a KiHyun? —preguntó. Después de lo ocurrido esa mañana (y tal vez algunos detalles de las últimas semanas) HyungWon sentía que no era la persona indicada para responder a esa pregunta como a él le gustaría.
—Normalmente nos contamos todo, porque confiamos el uno en el otro, pero...
—Entonces, si a alguno de ustedes les gustara alguien, ¿se lo contarían? —dijo, tomando a HyungWon un tanto desprevenido.
—No entiendo...
—Si confían el uno en el otro y han sido amigos por muchos años, ¿no sería lógico que se dijeran algo tan importante como eso?
—Espera, ve más despacio...
—Los mejores amigos no se guardan secretos, va en contra del código de los mejores amigos. ¡Es una regla de oro!
—Chang...
—Le conté cuando se me rompió el traje en la cena de gala de papá, cuando tomé medidas desesperadas en el baño de la estación de servicio, ¡Y cuando llegué tarde a clases porque me equivoqué de escuela!
—ChangKyun...
—Prácticamente nos conocemos desde que usábamos pañales, ¿y aún así no confía en mí? ¿Sabías que ha estado actuando raro en las últimas semanas? ¡Yo sabía que algo le estaba pasando! Todas esas veces cuando Jackson se reía de él, ¡él lo sabía! ¡El idiota de Jackson lo sabía! ¡Confía más en ese... sujeto que en mí, su mejor amigo!
—Espera, ChangKyun... —interrumpió HyungWon— No... No entiendo... ¿Te gusta alguien?
ChangKyun hizo un mohín molesto y le lanzó un cojín a su hermano mayor.
—¡No me gusta nadie! Pero al parecer a JooHeon sí, ¡y se lo contó a Jackson antes que a mí!
—¿Por qué estás tan seguro de eso?
—¡Porque lo vi, Wonnie! JooHeon estaba con una chica en el jardín de la escuela —suspiró—. Los hubieras visto, parecían la pareja perfecta, como salidos de un drama.
—¿Dices que está enamorado de esa chica?
—La estaba viendo con esa tonta mirada suya de cachorrito que siempre pone cuando le gusta algo... O cuando está comiendo las galletas que prepara su tía.
—De acuerdo... ¿Quieres agregar algo más?
ChangKyun abrazó al lobo de peluche y se recostó en la cama a un lado de Maya.
—Tonto JooHeon...—dijo en voz baja.
HyungWon suspiró y se subió a la cama, sentándose al otro lado de Maya.
—Mira, ChangKyunah, a veces los mejores amigos no siempre se cuentan todo, también tienen secretos entre ellos, pero no lo hacen porque no confíen en ellos, sino porque a veces no saben cómo abordar el tema o aún no se sienten preparados para hablar de ello —dijo, acariciando el pelaje de la samoyedo—. ¿Recuerdas lo que pasó en la obra de secundaria?
ChangKyun asintió.
—Cómo olvidarlo, estabas muy triste.
—En ese entonces sólo los tenía a ustedes —dijo—, pasaron meses antes de que pudiera decirles a MinHyuk o KiHyun.
—¿Ellos no lo sabían?
—Lo sabían. Sabían que algo me tenía mal, pero nunca me presionaron para hablar de eso, todo ocurrió a su debido tiempo.
—Ya veo... ¿Cómo supiste que era tiempo de decirles?
HyungWon se encogió de hombros.
—Supongo que es de esas veces cuando el corazón lo sabe mejor que nadie y sólo... sucede.
—¿Hay algo que no le hayas dicho?
HyungWon se quedó callado por unos segundos. Después asintió.
—¿Se los dirás?
—Algo me dice que ellos ya lo saben. Los mejores amigos pueden llegar a ser muy observadores, ¿sabes? Quizás algo chismosos —dijo, soltando una pequeña risa—. Pero supongo que, el corazón sabrá cuando sea el momento apropiado. Hasta entonces, supongo que está bien ser un poco egoísta con los demás, sobre todo en lo que respecta al amor.
—¿Entonces no saben que te gusta HoSeok?
Las mejillas de HyungWon se tiñeron de un suave color rosado, provocando una simpática risa en su hermano menor.
—No intentes cambiar el tema, ChangKyun —dijo, carraspeando la garganta—. El punto es que si JooHeon no te ha hablado sobre esa persona especial, no lo presiones a que lo haga. Tal vez está esperando el momento indicado o quiere estar seguro de que lo que siente es verdadero.
—Ya veo...
—Aunque más bien parecía que estabas celoso —agregó HyungWon con una sonrisa burlona.
—¿¡Qué!? ¿Yo, celoso? ¡Para nada!
—Seguro que no, hermanito. No voy a presionarte para que lo admitas, tarde o temprano te darás cuenta.
—¡Tú...! —ChangKyun tomó el pequeño lobo de peluche y comenzó el ataque a su hermano mayor, arrojándole desde pequeños muñecos de felpa hasta los cojines decorativos del sofá— ¡No estoy celoso de nadie! ¡No vuelvas a decir algo así!
—Pero si te ves tan adorable cuando estás celoso.
—¡No lo soy!
—A little jealousy~
—¡Basta! ¡Fuera de mi habitación!
HyungWon salió entre risas de la recámara de ChangKyun, sintiendo que hizo una buena labor como hermano mayor: Consolar y aconsejar, pero también molestar.
La conversación con ChangKyun lo dejó pensando. Sabía que sus amigos le ocultaban una o dos cosas, como KiHyun con su evidente atracción hacia HyunWoo o la relación de MinHyuk con el helado de chocolate y menta, y más recientemente su evidente deseo por evitar cualquier tipo de interacción con Moon Bin.
🐢 🌼 🐺
La habitación se sentía tan fría como de costumbre. Viera por dónde lo viera, siempre era lo mismo. Había lienzos en blanco arrinconados a un lado del librero y otros cuantos, de diferentes tamaños, esparcidos sobre el escritorio que daba a la ventana, apenas iluminados por la calidez de la lámpara de junto. MinHyuk veía aquel escenario como si de un viejo amigo se tratase, un viejo amigo que había llegado sin avisar y que siempre traía consigo una atmósfera de tristeza y pesadez que difícilmente dejaba de lado. Trató de concentrarse en la sensación de las sábanas deslizándose sobre su piel marcada por las estrellas, en el vapor que se escapaba del baño en la habitación contigua o simplemente en la manera en la que la luz de la luna se colaba a duras penas por entre las cortinas del balcón.
Tomó el vaso con restos de licor que descansaba sobre la mesa de noche y de un solo trago se acabó lo que quedaba en el fondo; nunca terminaba de acostumbrarse a la sensación de ardor que le provocaba aquel líquido ámbar cuando se deslizaba por su garganta, pero al menos le servía para recordarse que seguía ahí. Se frotó suavemente el rostro, dejando escapar un suspiro desde el fondo de su garganta, preguntándose si se sentiría diferente si no se hubiera escondido en el museo aquel día, si no se hubiera arrepentido de ver a su tía para tomar el té como tanto le había estado insistiendo, si no...
Dejó de lado la suavidad de ese juego de sábanas de lino que tanto le gustaban para servirse otro poco de licor; recogió sus pantalones de algodón de la alfombra y caminó con pasos lentos —un poco perezosos— hasta el pequeño escondite en la cajonera de su buró. En definitiva le desagrada la sensación que deja el alcohol en la boca, pero no podía negar que el color era simplemente precioso a la luz de la luna. Escuchó el agua de la ducha detenerse y al poco tiempo la puerta se abrió por completo, dejando ver a contraluz la silueta de aquel musculoso caballero de piel nívea y adornada con hermosos rosales a lo largo de sus brazos. MinHyuk suspiró con desgano al sentir el calor que irradiaba su cuerpo producto del baño caliente, él odiaba bañarse con agua caliente.
—¿Me sirves un trago, dulzura? —dijo aquel hombre, dejando un camino de besos que iba desde el hombro del muchacho hasta su cuello, deteniéndose para deleitarse con el aroma dulzón que parecía desprender por naturaleza.
MinHyuk no respondió y sólo le sirvió un vaso igual al suyo, sin girarse a mirarlo y sin tomarle importancia al agarre en sus caderas.
—¿Por qué no quisiste acompañarme? Te eché de menos —le ronroneó al oído— ¿O es que quieres que hagamos otra cosa?
—Quiero irme a dormir —respondió MinHyuk con voz apagada, alejándose del sofocante calor del cuerpo ajeno. Abrió las puertas del balcón, se permitió disfrutar de la brisa fresca de esa noche de primavera—. No deberías volver aquí —agregó, seguro de que el hombre lo había seguido.
—¿Cómo dices?
—No deberías volver —repitió—. No. No volverás aquí.
—No lo entiendo. Creí que la estábamos pasando bien —dijo él, acercándose al muchacho de cabello castaño.
—Eres trece años mayor. Tienes esposa y un hermoso hijo, el segundo en camino —agregó MinHyuk, tomándose lo último que quedaba del detestable líquido ámbar—. Vete de aquí.
—Pero...
—¿Tengo qué repetírtelo? ¿Es que no entiendes mi idioma? —dijo. El hombre se quedó en su lugar al ver esa mirada en su rostro, la misma de la que tanto le habían hablado. La mirada de hielo de la familia Lee—. El dinero está en el recibidor, tómalo y vete.
MinHyuk volvió al interior de la habitación, sin detenerse a mirar a aquel sujeto. Se lavó la cara y los dientes para después cambiarse por un pijama cómodo y fresco. Cuando se asomó por el ventanal de la recámara vio el auto de aquel atractivo hombre alejándose en la carretera; en el piso de la habitación no había rastros de lo sucedido hace un par de horas.
Encendió el televisor en un canal cualquiera sólo para hacerse la falsa ilusión de que había más personas en casa. Eran pasadas las tres y veintitrés de la mañana cuando MinHyuk se encontró pintando las sombras de la luz de luna que se plasmaron en un lienzo polvoriento.
🐶 🌙 🍸
¡Hola, solecitos! ¿Cómo han estado?
Gracias infinitas por siempre esperar pacientemente por nuevas actualizaciones de esta historia. Me propuse a realizar una actualización mensual de mis historias en curso, espero poder cumplirlo y no quedar (como siempre). 🫵🏼🤡
También quiero agradecerles por todo el amor y todo el apoyo. Cada estrellita y cada comentario significan mucho, en serio. 🤍
¡Nos leemos en el próximo capítulo!
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