Al final y luego de discutir por casi veinte minutos con Aryu, logró sacarlos de su casa, saliendo un poco más tarde de lo que pretendía. Tuvo que admitir que sí iba a encontrarse con alguien, para que el de cabello largo pudiese dejarlo irse en paz. Los arrastró fuera de su casa y les amenazó con que no volvieran, aunque era obvio que no le harían ni caso.

Estacionó su auto una a una calle de distancia, y se bajó con calma, realmente no iba tan tarde, poco más de diez minutos sobre la hora acordada. Así que caminó con calma hasta la cafetería, unos pocos pasos después de entrar, no tardó en divisar la espalda de Isagi.

Pudo notar que ya tenía un vaso junto a él, y sobre la mesa un cuaderno que se encontraba garabateando totalmente perdido en su mundo. Miró sobre su hombro, y pudo ver un dibujo de su café, de la camarera, y de las personas sentadas en sus propias mesas. Al más alto le sorprendía la facilidad que tenía Yoichi para hacer trazos tan buenos en poco tiempo.

Rin llegó por detrás, intentando no dejar caer el abrigo que colgaba de su antebrazo, y le arrebató el lápiz a Isagi de un rápido movimiento, porque molestarlo cada vez se volvía una actividad más divertida, el de ojos azules volteó con rapidez con su ceño fruncido y obvia molestia.

Su rostro cambió del enojo, a la sorpresa al darse cuenta quien era. Rin le sonrió.

—¿Bastard München? Yo prefiero al Francia PXG, pero lo respeto. Noel Noa es un caso único e impresionante. —Eso fue lo primero que dijo cuando Isagi lo miró, colocó su abrigo en el respaldo de la silla y tomó asiento frente a su acompañante.

Pudo ver la sorpresa en los ojos de Isagi, para luego pasar a una sonrisa divertida, apoyando la barbilla en su palma.

—Hola para tí también, Rin.