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Pelea

Espero que les guste~

Nota: Las peleas sentimentales son las peores para escribir xD

El séptimo y temido día, MK se despertó, sintiéndose poco descansado y nervioso pero se levanto y se preparo para continuar, comiendo algo de fruta como desayuno. Juntaron todo y se movieron para continuar con el viaje, MK subido a la nube junto al mono y tarareando para si mismo, mirando a su alrededor, atento a cualquier cosa que pudiera suceder. Miro hacia el monje, quien le estaba mostrando una pequeña y amable sonrisa, un gesto que no dudo en devolver, abriendo los ojos con sorpresa al notar algo que llamo su atención.

-¡Cuidado!- chillo, viendo la gran sombra formándose bajo el pequeño grupo de viaje, ellos hundiéndose en la oscuridad.

-¡Maestro!- Wukong se tiro básicamente, en un intento de salvar al mayor, pero llegando demasiado tarde, la sombra desapareciendo con quienes se habían hundido dentro. La nube, sin su dueño y creador, se esfumo y MK cayo con un grito, solo para ser repentinamente atrapado.

-Hey Kid~- los ojos del menor se abrieron con asombro al ver quien lo sostenía.

-¡¿Mac?!- chillo al reconocer al mono de pelaje oscuro. Grito, aferrándose al mayor cuando este de repente salto, esquivando el golpe del otro mono.

-Suéltalo- gruño Wukong, mostrando los colmillos.

-Oblígame~- Macaque sonrío, burlón, los ojos del menor abriéndose.

-Ho no...no, no, no, no, no, no...- se retorció entre los brazos ajenos, logrando soltarse de alguna manera. -No- miro al mono oscuro, agarrando su muñeca, el mayor solo parpadeando con confusión y sorpresa. -No, no, no, no, no...- avanzo a paso firme hacia el otro mono, arrastrando a su amigo. -No- agarro esta vez la muñeca del mono de pelaje claro. Se sentó, tironeando de los brazos ajenos para obligarlos a hacer lo mismo, el par de mono demasiado confundidos y extrañados como para oponerse, cruzándose de piernas para sentarse en el suelo. -Ahora, vamos a hablar como gente civilizada...-

-...somos demonios- señalo Macaque.

-...no me importa, vamos a hablar de cualquier manera- los miro con seriedad, decidido. -Ahora, hablen- mantuvo un firme agarre en las muñecas ajenas, negándose a soltarlos, temiendo que alguno intentara escapar. Los monos miraron al humano por unos segundos y luego de miraron entre si, entrecerrando los ojos, ninguno de los dos muy contentos con la situación.

-Eres un bastardo- bufo Wukong.

-Y tu eres un imbécil- Macaque rodo los ojos.

-¡Dije hablar, no insultar!- hizo un puchero. -Vamos chicos, no sean así. Eran amigos...-

-"Éramos"...- resalto el de pelaje claro. -...hasta que alguien decidió echarlo todo a perder...- miro a su contraparte.

-¡¿Yo?!- gruño el de pelaje oscuro, molesto y ofendido. -¡Tu fuiste el que se fue y nunca volvió!-

-¡Estaba bajo una maldita montaña!- gruño, mostrando los colmillos. -¡¿Dónde diablos estabas tu en ese entonces?!-

-¡Cuidándote, bastardo!- su pelaje se erizo. -¡Buda prohibió a todos que se acercaran pero siempre estuve cerca para cuidarte!-

-¡Como si fuera a creerte semejante estupidez!- su pelaje también se erizo.

-¡Estupidez tu maldita cara!- MK retrocedió de repente, soltándolos, viendo con los ojos bien abiertos como el mono de las sombras se lanzaba sobre el otro, ambos retorciéndose en el suelo mientras peleaba a puñetazos y soltando insultos. -¡Eres un malagradecido bastardo, me abandonaste!-

-¡Y tu eres un maldito imbécil, tu me dejaste primero!- golpe la mejilla ajena. El menor hizo una mueca, esto no era nada en comparación con la pelea que había visto la primera vez pero seguía siendo malo, en especial si se estaban echando cosas a la cara a los gritos. Se cubrió los oídos para no escuchar los insultos y gritos, cerrando los ojos para no ver como se golpeaban entre si.

-MK...- abrió los ojos al sentir una mano en su brazo, viendo entonces a Calestia, quien lo estaba viendo con preocupación. El menor hizo una mueca, volviendo a ver al par de monos, haciendo una mueca. Los golpes eran más violentos y los gritos más intensos, podía ver sangre salpicar el suelo.

-Tengo que detenerlos...- jadeo, levantándose con torpeza. -¡Basta!- se lanzo antes de pensarlo bien, intentando sepáralos, solo para recibir un fuerte puñetazo en la cara. Retrocedió, aturdido, cayendo al suelo con un quejido y sintiendo algo cálido saliendo de sus fosas nasales, oliendo fácilmente la sangre. Se quejo, llevando sus manos a la nariz, sintiendo como salió demasiada sangre y se escurría, llegando a su boca rápidamente. Tenia mucha suerte de ser el sucesor del dios y tener gran parte de sus poderes, haciendo que fuera más resistente pero no era invencible y ese golpe había dolido mucho, en especial con la fuerza ajena.

-¡MK!- Celestia se acerco, haciendo una mueca ante la sangre.

-E-Estoy bien- estaba aturdido y la cara le dolía pero no era nada grave, solo necesitaba quedarse quieto un rato y esperar. Ninguno de los dos noto al aturdido chico, demasiado concentrados en su pelea. La chica miro hacia los monos y dejo escapar un largo suspiro, resignada, sabiendo lo que se avecinaba. Puso su mano suavemente sobre la cara de MK, la marca en su frente y sus ojos brillando por unos segundos, los ojos ajenos cerrándose de repente y cayendo inconsciente, su mano ensangrentada cayendo a su lado.

-Lo siento...- lo puso de costado, temerosa de que se ahogara con su sangre y sin confiar en curarlo delante de esos dos, a pesar de que estaban concentrado en otra cosa.

-¡TU SIEMPRE LO ARRUINAS TODO!- grito Wukong.

-¡YA LO SÉ!- Macaque bufo, su contraparte deteniéndose en seco ante eso. -¡Ya sé que siempre lo arruino todo! ¡Ya sé que soy un maldito desastre! ¡Ya sé que soy un inútil! ¡Ya sé todo eso!- gruño, sus ojos volviéndose lloroso de repente. -¡Pero tu tampoco eres perfecto!- esculpió la frese con  molestia y enojo. -¡Solo eres un desagradable fenómeno! ¡Un demonio que se hace llamar "Dios"! ¡Solo eres un tonto, ingenuo e idiota!- gruño, mostrando los colmillos, sin importarle como los ojos ajenos también se volvían lloroso. -¡Por eso los celestiales disfrutaban tanto el humillarte! ¡Porque eres un simple y desagradable demonio ingenuo!- detuvo el puño ajeno con algo de dificultad. -¡Por eso te fueron a atacar, por eso mataron a ese lugar que tu llamas "reino"! ¡Eres peor que un mocoso humano, siempre caprichoso! ¡Nunca te disculpas porque tratas de guardarlo todo para ti mismo! ¡Siempre va solo! ¡Dejando y lastimando a la gente a tu alrededor!- se quejo ante el golpe en su estomago pero se negó a retroceder. -¡Por eso todos se alejan de ti! ¡Los únicos que se mantienen a tu lado son esa pandilla de monos que te cuidaron, son los únicos idiotas que te soportan!- se burlo. -¡Estoy muy agradecido de no parecerme por completo a ti!- jadeo, lagrimas saliendo de sus ojos. Estaba dolido, muy dolido, y sentía como algo en su interior se rompía. -¡Ojala hubieras muerto cuando te cocinaron, así ya no tendría ningún problema! ¡Estaría feliz y tranquilo!-

-¡Y tu no eres mas que un tonto demonio que nació de mi sombra!- gruño, decidido a ignorar el nudo que se estaba formando en su garganta ante las palabras ajenas. Eran unas cuantas verdades, verdades que lo golpearon con fuerza. -¡No eres nada mas que una mala copia de mi, una que no puede hacer nada sin el original!- había lagrimas saliendo de sus ojos y mojando su pelaje. Dolían, las palabras ajenas dolían mucho más de lo que había esperado. Logro apartar a su contraparte de un empujo, levantándose rápidamente. -¡Tu no eres mejor que yo, nunca serás mejor que yo! ¡Me criticas por como manejo las cosas pero tu eres peor, hundiendo en tu miseria con el más mínima critica o insulto!- pateo al otro mono tirado en el suelo, quien se quejo pero no dijo nada. -¡Dices que yo alejo a todos pero tu no dejas que nadie se acerqué! ¡Decides que estas mejor solo!- otra patada, el mono oscuro quejándose entre dientes. -¡Quien debería estar muerto, eres tu! ¡Nadie te extrañaría y yo podría ser feliz de no tener una copia barata ensuciando mi nombre por ahí!- ambos jadearon, una horrible tensión sintiéndose a su alrededor.

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