Pánico
Espero que les guste~
Nota: ¡Gracias hikaru-fukawara por toda la ayuda!
Dejando a Macaque solo en una cueva, acurrucado entre algunas mantas que Celestia le había dado, MK decidió ver si encontraba algo de comer.
-¿Se puede comer?- señaló el árbol lleno de manzanas rojas, curioso y algo cauteloso. Este no era su tiempo, así que no tenía ni idea de qué se podía hacer y que no. El chico sonrió al recibir un suave asentimiento como respuesta, trepando el árbol para agarrar todas las manzanas posibles, bajando se de un salto y logrando de alguna manera sostener las frutas con un solo brazo, usando su mano libre para agarrar una fe las tantas y darle un gran mordisco, sonriendo. Él le ofreció sin palabras algo de lo que había conseguido, ella parpadeando un par de veces.
-Muchas gracias- acepto, tomando una de las manzanas, sus dedos dibujando liberas formas en la superficie. -Tengo que preguntar...¿Por qué ayudarlo?- preguntó de repente. -Puedo ver lo que te hizo...te engaño, te utilizo, te robo y sin embargo...estas aquí, ayudándolo, intentando reparar su amistad con tu maestro...no lo entiendo- lucia en serio confundida. MK mastico, pensativo, tragando para poder hablar.
-Porque realmente no creo que Macaque sea realmente malo- mordió su manzana, masticando, dándose algo de tiempo para continuar. -Quiero decir...si, hizo todo eso pero...recuerdo lo triste que se veía cuando debía irme, lo solo que se veía el dojo donde estaba, esa sensación de tristeza que a veces parecía emanar...- la miró de repente, mostrando una suave y triste sonrisa. -...además, se lo que se siente estar solo...- la imagen de un niño triste y solo en medio de la ciudad se le vino a al mente. -...y en serio, no creo que Macaque y Monkie King tengan que sentirse así-
-Ya veo- mordió lentamente su manzana, sonriendo ligeramente ante el sabor. Aún no lo entendía del todo pero lo que sí entendía era que ese chico era extraño, amable y casi demasiado desinteresado. Se sentaron en el suelo de la cueva, algo agradecidos por el cálido clima, MK masticando algunas manzanas y pensando en que iba a decir exactamente, dejando eso de lado cuando cuando el mono de repente se quejo, removiéndose. Se acercó, intentando que él no se moviera mucho, alzando las manos frente a él cuando recibió un gruñido como respuesta.
-Lo siento, lo siento...yo solo...- hizo un gesto, nervioso. -...no te muevas, tu herida se abrirá-
-Te dije que me dejaras solo...- bufo Macaque con el ceño fruncido y el pelaje erizado, como muestra de su tensión y molestia. Se sentó lentamente, haciendo una mueca, bajando la vista y viendo la tela que funcionaba como vendaje. Miró de reojo a su alrededor, notando algunas manzanas y sin ver ningún tipo de equipaje, volviendo a mirar rápidamente al humano al escucharlo moverse. Con un rápido movimiento de mano, hizo aparecer su bastón oscuro y punto al chico con uno de los extremos, MK tragando en seco ante la obvia amenaza. -¿Quién rayos eres?- gruñó, mostrando los colmillos.
-S-Soy...Qi Xiaotian- recordó decir su nombre, sintiéndose extraño de usarlo. -Pasaba por la zona y te vi, así que decidí ayudar...juro que no hay malas intensiones- sonrió, nervioso, sin saber cómo lidiar con este Macaque.
-Tu corazón está acelerado- lo dice como si fuera prueba de algo.
-Me estás amenazando- señaló, sin querer que el mono supiera que su corazón acelerado era más por los nervios por meter la pata que por el miedo de ser amenazado. Macaque lo miró fijamente, casi analizándolo, hasta que pareció cansarse y bajar el brazo, su bastón desapareciendo.
-Eres extraño...- bufo, llevando su mano a su herida, ardía y dolía pero al menos, ya no se estaba desangrando.
-Lo tomaré como un cumplido~- sonrió, riéndose ligeramente, había escuchado eso mucho. Macaque miró al menor mientras se levantaba, cauteloso. -¿Quieres una manzana? No encontré mucho porque no quería dejarte solo mucho tiempo pero estoy seguro de que puedo conseguir algo más ahora que estás despierto y...- divago, estaba nervioso y ansioso, no podía evitarlo.
-MK...- miro a Celestia al escucharla, notando como ella le señalaba algo tras él y cuando se volteo, tenso al notar al mono acurrucado en lugar, al parecer jadeando.
-Oh cielos...- trago en seco, eso parecía un ataque de pánico y sentido tonto por unos segundos, Macaque había sido atacado y herido, de seguro teniendo que huir, por supuesto que debía estar algo asustado aunque no quisiera demostrarlo y con ese pequeño momento de calma que había tenido al despertar, el pánico habrá sido repentino. -Piensa, piensa...- no debía tocarlo, no si no quería ser atacado o empeorar el pánico ajeno. Se acerco unos pasos, el mono levantando la cabeza para mirarlo, gruñendo a pesar de que obviamente tenía problemas para respirar en esos momentos. -Oye, debes estar asustado o molesto, la verdad que no lo sé...- se sentó frente al mono, no muy lejos pero tampoco cerca, sin tocarlo. -...pero tienes que relajarte un poco, no voy a hacerte daño. Además, es más seguro de que me arranques la cabeza antes de que siquiera pudiera hacerte algo...- recibió un ligero bufido como respuesta, MK sonriendo ante eso. Un bufido era mejor que un gruñido. -...muy bien, ahora solo debes respirar profundo...- hizo una exagerada respiración, sin apartar la vista, el mono mirándolo fijamente. -...y concentrarte en un solo sonido, el que menos te moleste- era extraño dar instrucciones pero por la forma en la que el mono lo siguió, parecía estar funcionando al menos. Espero unos segundos y entonces se animo a acercarse un poco, estirando lentamente su mano para agarrar la ajena, sintiendo rápidamente como el mono se tensaba. -Tranquilo...- sonrío, mostrándose lo más tranquilo posible, sintiendo como el agarre ajeno en su mano se apretaba de repente. Dolía, tenía suerte de tener los poderes de Monkie King o de seguro ya tendría la mano rota, pero se negó a soltarlo, esperando que de alguna manera Macaque se sintiera acompañado. Se sentó a su lado con movimientos lentos y torpes, apoyando su espalda contra la incomoda y fría pared de la cueva, tarareando una ligera melodía.
-Si te mueves...te arranco la cabeza...- gruño Macaque después de unos minutos, algo más tranquilo o por lo menos, lo suficiente como para amenazarlo.
-Si, señor~- sonrío enormemente. En algún momento, Macaque volvió a caer inconsciente, de seguro por el cansancio y el dolor de su herida, así que MK lo volvió a acomodar en donde antes estaba acostado, aun sentado cerca y apoyándose contra la pared de la cueva. Bostezo ampliamente y se acomodo ligeramente, dispuesto a tomar una rápida siesta, cansado por todo lo que había sucedido en tan poco tiempo. Se durmió rápidamente, obviamente sin parecer importarle que compartiera su pequeño refugio con un demonio que obviamente podía matarlo en cualquier momento. Ella solo los miro en silencio, curiosa, sin entender a aquel humano que parecía dispuesto a mucho para ayudar.
-Eres tan extraño MK...- murmuro Celestia, mirándolos por unos segundos más antes de mirar hacia afuera de la cueva, vigilante.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro