Aquí esta para quien lo pido :3

Espero que les guste~

-Oye Kid...- llamo Macaque, el menor levantando la vista del dibujo que estaba haciendo para mirarlo y prestarle atención. -...¿Cómo era tu linea temporal original?- preguntó de repente.

-¿Disculpa?- eso lo había tomado por sorpresa al decir verdad.

-La línea temporal que viviste antes de decidir volver al pasado para arreglar nuestra amistad- señaló al dios que estaba a su lado, quien levantó la vista con la boca llena de duraznos. -Eres un asco...- bufo al verlo, el otro mono masticando ruidosamente y con una sonrisa, divertido ante la mueca en la cara ajena.

-Oh...- tarareo, bajando lentamente la vista y volviendo a colorear el dibujo en el que estaba trabajando, decidido a ignorar la pregunta.

-Oh, vamos...- Wukong habló después de tragar sus duraznos, notando las intenciones del menor. -...no puede ser tan malo, ¿o si?- en arco una ceja.

-Bueno...- MK dudo, jugando con el lápiz que tenía en mano, indeciso. Arreglar las cosas entre esos dos había resultado mejor de lo que había esperado, mucho de lo que había vivido sucedió pero de una manera diferente. Miro al par de monos, pensativo. Ambos eran diferentes a lo que había conocido primeramente, habían cambiado con su metida de pata. -Eras manipulador y frío...- miro a Macaque, quien parpadeo ligeramente ante eso. -...me engañaste, pusiste un hechizo en mi espalda para robar mis poderes y utilizaste eso para pelear contra Monkie King, por no mencionar que fui la carnada para que él fuera hasta donde querías...- el mono hizo una mueca ante eso. -...también nos guíate hasta su teatro y robaste las sombras de mis amigos, me atacaste y me obligaste a contratadas, aun no puedo entender del todo lo que sucedió esa vez...- el mono se tapó el rostro con las manos. -...también...LBD te obligó a trabajar para ella y creo que cuando no cumpliste con lo que ella quería, congeló la mitad de tu cuerpo y te mando a atacarnos. Las cosas no salieron bien pero al menos, te liberaste de su control...- jugo con el lápiz que tenía en mano. -...te uniste a pelear de nuestro lado y nos hicimos amigos cuando todo terminó- sonrió, mientras que el mayor solo pudo cruzar sus brazos sobre la mesa y ocultar su rostro allí.

-Wow...- el dios parpadeo ante todo eso, mirando de reojo a su amigo y palmeando ligeramente la espalda ajena.

-Me arrepiento de haber preguntado...- murmuró el mono de las sombras, molesto y avergonzado por aquella versión suya.

-Eras socialmente torpe y se notaba de lejos que no tenías ni idea de lo que debías hacer conmigo...- miro esta vez a Wukong, quien se sobresalto. -...repetías frases que sonaban sabias pero a veces sentía que eran cosas que te habían dicho alguna vez a ti y decidiste utilizarlas conmigo...- el mono se encogió en su lugar. -...me mentiste diciendo que te ibas de vacaciones, cuando en realidad ibas a buscar una forma de derrotar a LBD y me dejaste solo, tuve que revisar tus cosas para aprender cosas nuevas...- el mono hizo una mueca. -...no me dijiste que Mei tenía el cuarto anillo hasta que fue muy tarde y tu plan original se fue por el inodoro...- rio ante sus propias palabras, sin notar como su maestro se encogía aún más en su sitio. -...te fuiste otra vez para enfrentar a LBD solo y terminaste siendo poseído. Nos atacaste, secuestraste a Mei, golpeaste a Nezha y golpeaste a Macaque hasta que pudimos liberarte de su control...- el dios se tapó el rostro. -...te disculpaste y luego te volviste más responsable conmigo- eso era todo lo que se le vino a la mente.

-Yo ni siquiera pregunté...- sollozo Wukong, queriendo golpear a la otra versión de si mismo.

-Esta bien, ya los perdone, incluso si nada de eso pasó esta vez- sonrió con tranquilidad. No había rencor al decir verdad, estuvo molesto y dolido en sus momentos pero ya no y no quería que esos dos se sintieran mal, en especial si en realidad no habían sido ellos. Los monos destaparon ligeramente sus rostros para mirarse entre sí, tomando una decisión, levantándose de sus lugares para acercarse al menor, quien sólo los miró con curiosidad. -¿Eh?- parpadeo con confusión al ser repentinamente abrazado, atrapado entre ambos mayores, quienes parecían soltar pequeños y tristes sonidos. Logró levantarse de alguna manera y los abrazo a ambos, murmurando palabras de consuelo, sintiendo como se aferraba a él. Tenía la sensación de que no debió responder aquella pregunta.