Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra xD #5

Para quienes lo pidieron, aquí esta :3

Espero que les guste~

Wukong esta transformado en ave, haciendo una de sus rondas de vigilancia en la ciudad, cuando un rostro muy familiar llama su atención. Es un chico, joven, que esta corriendo tras una niña que parece de su misma edad. Ambos tiene grandes sonrisas, riendo alegremente y jugando solamente entre ellos, ignorando al parecer a todos los demás niños a su alrededor. Los ojos del dios están fijos en el chico, con el cabello castaño en punta y con una bandana roja alrededor de su cabeza que mantiene su peinado, con los ojos brillantes de felicidad y una sonrisa que le es tan familiar a pesar de no haberla visto en muchos años.

-Xiao...- su nombre nunca se le olvida, tampoco su rostro. Es idéntico, mucho más joven obviamente, aunque aun conserva aquella gran sonrisa deslumbrante y ojos llenos de entusiasmo. No sabe pero tiene la sensación de que puede ser un descendiente de su amigo de hace muchos años. Se siente como espiar pero de igual manera se posa sobre un rama alta que le permite seguir mirándolo, quedándose allí durante horas, hasta que un demonio cerdo y un humano de anteojos los llaman. Lo sigue solo por curiosidad y vuelve a su casa una vez que el chico desaparece dentro de un edificio.

-Te tardaste más de lo habitual...- es lo primero que dice Macaque al ver al dios, enarcando una ceja ante la expresión de asombro que tiene apenas vuelve a la normalidad. -...¿todo bien?- se acerca unos pasos, ligeramente preocupado.

-...vi a Xiao...- murmura, aun sin poder creer haber visto su rostro. -¡Vi a Xiao!- repite, la emoción de lo que había visto invadiéndolo de golpe, una gran y feliz sonrisa dibujándose en su rostro.

-No pude ser él, ¿recuerdas?- aunque el solo pensar en su amigo de hace mucho tiempo le trae melancolía, el pensar que había un descendiente de este en la ciudad llama su atención.

-¡Ya sé!- es la verdad, una que duele pero que debe aceptar. -Sé que no puede ser él pero...creo que pueden ser familia...- el rostro del pequeño niño que jugaba en el parque se le viene a la mente, haciendo que sonriera con algo de cariño. -...se parece tanto a él...es increíble...- Macaque solo mira a su amigo y deja escapar un suspiro, sonriendo ligeramente. Extrañaban a aquel chico que los había ayudado, uno al que nunca pudieron volver a ver a pesar de buscarlo pero encontrar un descendiente, justo en la ciudad que vigilaban, era toda una sorpresa.

-...¿Cómo es él?- pregunto después de unos segundos de silencio. No va a la ciudad muy seguido, decidiendo evitar los ruidos demasiado intensos para su sensible audición.

-¡Es adorable~!- y entonces, Wukong cuenta todo lo que había visto, sin importarle que hubiera parecido un acosador de algún tipo. El dios vuelve al parque y observa al pequeño niño cada vez que tiene la oportunidad, siempre de lejos y sin meterse en la vida ajena, solo observando y sintiendo un extraño tirón viniendo de su interior, uno que no puede identificar hasta mucho más adelante, cuando ve al niño tan parecido a su Xiao levantar su bastón con facilidad. Su emoción aumenta al verlo, haciendo un pequeño baile cuando esta solo, su niño favorito en la ciudad es su sucesor ¡Su sucesor!

... ... ... ...

Macaque lo ve más de cerca, escondido entre las sombras, sonriendo ante el entusiasmo de aquel pequeño niño de rostro tan familiar que se mueve de un lado al otro en el pequeño local, ayudando a quien el mono cree que son sus tutores o algo por el estilo. Se contenta con verlo, sonriendo ante su risa estridente y llena de felicidad, aprieta los puños para evitar defenderlo de los tontos que lo molestan. Solo debe mirar y conformarse con ello.

Las cosas cambian cuando un día, saliendo de la pequeña casa que los monos comparten, nota como Wukong hace un extraño y entusiasta baile.

-¿Que rayos estas haciendo?- enarca una ceja, sintiendo vergüenza por la fea y extraña danza.

-Bailando de felicidad~- responde sin detenerse.

-¿Y por qué tan feliz, desastre con patas?- esta algo molesto por no recibir una respuesta directa.

-¡Mi niño favorito!- se volteo a ver a su contraparte con una gran sonrisa. -Es mi su-ce-sor~- canturrea, su cola moviéndose con gusto. 

-¿El...el descendiente de Xiao?- parpadeo, sorprendido ante aquella información. -¿Es tu...tu sucesor?- quiere cerciorarse de haber escuchado bien.

-¡Si, lo es!- da pequeños saltos en su lugar. -¡Es mi sucesor!-

-Eso significa...¿Qué podremos verle más seguido?- no lo dirá en voz alta pero tiene la esperanza de que eso sea cierto.

-¡Si!- y vuelve a empezar ese extraño baile.

-Va a venir a la montaña...al templo...- se da cuenta de lo que aquello significa, sus ojos abriéndose con horror, eso llamando la atención del dios y haciendo que se detuviera, mirándolo con curiosidad. -¡Hay que ordenar!- porque no han ordenado en mucho tiempo, demasiado acostumbrados a solo ser ellos y los pequeños monos de pelaje blanco. 

-¿Eh?- Wukong parpadea, sin entender.

-¡El descendiente de nuestro Xiao viene para acá, quizás incluso le hablo de nosotros y este lugar...!- señala a su alrededor. -¡...es un desastre!-

-Rayos...- se da cuenta de aquello. -¡Mueve tu inútil trasero y empieza a limpiar!- y ambos se lanzan a limpiar el desastre al que llamar hogar, emocionados y nerviosos, ansiosos también, por la visita del pequeño descendiente de su amigo del pasado. Tienen que causar una buena primera impresión.

La primera impresión sucedió tan mal como se podía con el ansioso y torpe Wukong, quien no quería esperar y se convirtió en mariposa, siguiendo al menor de cerca todo el tiempo, mientras Macaque los vigilaba desde las sombras. Todo iba relativamente bien, con el sucesor encontrando el mural y activando su vista dorada, siguiendo las proyecciones que ambos hicieron para que llegarán a su pequeño hogar. Esperaron a que cruzará la catarata, viendo la descepción momentánea en el rostro del chico al no verlos al instante, dejándose caer de sentón en el el suelo...y ahí es cuando algo sale mal.

-Idiota...- bufo con mala cara cuando la mariposa habló y eso asustó al chico, quien se levantó de un salto y lo aplastó con el pie. Claro, el dios no tardó en recuperarse, transformándose en algunos animales más antes de volver a la normalidad, aparentando normalidad mientras se cruzaba de brazos y mostraba una sonrisa confiada. El chico estaba estupefacto, mirando al mayor con asombro, y Macaque se aprovecho del momento de silencio para emerger de una sombra al lado de su amigo, golepandolo en la nuca con su cola. -Eres un maldito impaciente- gruñó cuando el mono se volteo a verlo con mala cara.

-¡Me emocione!- no era una mentira, era la verdad.

-Y por eso te aplastaron- se burlo, rodando los ojos.

-No...puede...ser...- se voltearon a ver al chico, quien se había acercado un par de pasos. -Eres Monkie King...- miro al dios, quien no lucho contra la gran sonrisa que se dibujo en su rostro. -...eres Six Eared Macaque...- miro al mono de las sombras, quien sonrió ligeramente ante el reconocimiento. -¡Esto es asombroso!- y de repente salto, acercándose ligeramente pero al aparecer conteniendose para no invadir el espacio personal de ellos, mirándolos con ojos brillantes y que casi parecían tener estrellas.

-Es adorable...- pensaron ambos con diversión, dejando al menor divagar ligeramente. Ese momento era el solo el principio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro