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Extra xD #4

¡Para los que lo pidieron, aquí esta!

:3

Espero que les guste~

Nota: Macaque Y Wukong pueden ver a Celestia solo porque MK tomaba sus manos, manteniendo el reloj colgando de su cuello como collar

MK intento huir, escuchando como Celestia se reía, pero poca habilidad no era nada en comparación con la de los monos, así no tardaron mucho en agarrar y básicamente arrastrarlo fuera de su departamento, siendo llevado a la casa del dios, quejándose en el camino y siendo ignorado. Fue dejado en el sofá, donde no dudo en encogerse ligeramente, sintiendo las miradas fijas de los mayores sobre él. Estaba sudando, nervioso e incomodo, intentando organizar un poco sus pensamientos.

-Bueno, chico...- Macaque se cruzó de brazos, su cola moviéndose lentamente. -...te escuchamos- el castaño apenas los miro, bajando la vista rápidamente, retorciendo sus dedos.

-Habla con nosotros, MK- habló Wukong con una pequeña sonrisa. Ambos habían estado muy preocupados, con el menor evitándolos y protegiendo aquel reloj extraño que no entendían para que era pero que parecía ser sumamente importante. Lo habían vigilado y su paranoia sólo creció al verlo hablando solo, al parecer recibiendo una respuesta cada vez, una que ellos nunca escucharon.

-Habla con ellos...- Celestia se sentó al lado del chico, quien la mira de reojo. -...todo estará bien- aseguró con una sonrisa.

-Bien...- suspiro, resignado. -...pero creo que deberían sentarse, es una larga y complicada historia- los monos no dudaron en sentarse, dispuesto a escuchar. MK respiro profundo, sintiendo la mano de su amiga apoyada en su espalda como en señal de apoyo, y se dispuso a hablar. Contó todo lo que había sucedido, el cómo había viajado hacia atrás en el tiempo por puro accidente, el como vio la pelea y decidió intervenir para arreglar un poco la historia, contó todo lo que había hecho. Omitió unos cuantos detalles, como la desesperación que había sentido y lo triste que había sido, sin contar lo egoísta que se sentía por sus acciones. Cuando terminó, los monos se mantuvieron quietos, tiesos, mirándolo con los ojos bien abiertos y sin mover un solo musculo, incluso sus cosas estaban quietas.

-Déjame ver si entendimos bien...- Wukong fue el primero en romper el silencio, con una expresión en blanco. -...encontraste un objeto entre mis cosas y fuiste al pasado por accidente...- el menor asintió.

-...viste una pelea entre nosotros...- continuó Macaque, con la misma expresión que el dios. -...y en vez de volver a tu tiempo para estar seguro...¿Decidiste quedarte e intentar arreglar nuestra relación?- MK volvió a asentir.

-¿Eres Xiao?- preguntó el dios, sin poder creerlo del todo, recibiendo un asentimiento como respuesta. -¿Nuestro Xiao?-

-¿El mismo niño confiado y tonto?- preguntó el mono de las sombras, recibiendo un asentimiento como respuesta. Para ambos tenía algo de sentido, la extraña familiaridad que habían sentido cuando él chico se había mostrado en la montaña, sollozando del como le habían arrebatado el bastón y del cómo la ciudad estaba en peligro. Se había sentido familiar, como si lo hubieran conocido antes, pero sólo lo tacharon como con algún tipo de herencia o algo así.

-¿Están bien?- preguntó, preocupado. El par se miró entre ellos, una lenta mueca dibujándose en sus rostros, dejando escapar un largo y pesado gemido.

-¡Maldita sea, niño!- el menor se sobresalto cuando ambos se voltearon a verlo, luciendo preocupados y molestos al mismo tiempo.

-¡Pudiste haberte lastimado!- gruñó el mono de las sombras.

-¡Pudimos haberte lastimado!- el dios se revolvió el pelaje.

-¡N-No lo hicieron!- chillo, que bueno que tampoco les había contado del golpe que le habían dado por accidente cuando intento separarlos. -Ustedes fueron amables conmigo- sonrió al recordarlos. -Me salvaste de un demonio...- miró al de pelaje oscuro. -...me dejaste subir a tu nube...- tomo con su mano izquierda una de las manos de Macaque y con su derecha tomó una de las manos de Wukong, mostrando una gran sonrisa. -...me trataron como su amigo, incluso si no me conocían-

-De cualquier manera, debiste haber vuelto lo más pronto posible- el de pelaje oscuro frunció el ceño, su contraparte asintiendo a su lado, aunque ninguno soltó las manos ajenas.

-No podía- negó rápidamente.

-¿Por qué?- el de pelaje claro enarco una ceja, curioso.

-Porque no podía dejarlos así- respondió. -Ustedes se necesitaban, incluso si no querían admitirlo- los miró cariño. Muchas cosas habían cambiado, fue algo que se dio cuenta a medida que algunos recuerdos nuevos llegaban a él en sueños. Las cosas habían ido para mejor.

-Esto es tu culpa- dijo Macaque de repente, mirando al otro mono.

-¿Disculpa?- Wukong frunció el ceño ante esa acusación. -¿Como puede ser mi culpa?-

-¡Porque eres un desastre con patas!- gruñó de repente. -¡El chico encontró esa cosa porque estaba arreglando tu desorden!-

-¡Ni siquiera sabia que tenía esa cosa entre mis chucherías!- era la mejor defensa que tenía.

-Te dije que no estarían molestos...- el par se detuvo en seco ante la repentina voz, notando entonces a la chica de ojos dorados sentada en el sillón. -...aunque...omitiste la parte en la que te rompieron la nariz de un puñetazo- sonrió, notando que los monos podían verla y escucharla.

-¡¿Qué?!- ambos reclamaron, el menor mirándolos con los ojos bien abiertos, sin haber esperado que ellos la hubieran escuchado. -¡¿Te lastimamos?!- ahora se veían culpables y preocupados.

-Fue un accidente- sonrió con nerviosismo, solo encogiéndose ante las preguntas y reclamos llenos de preocupación de los mayores hacia él, revisándolo a pesar de que el golpe había sido ya curado. Celestia sólo tarareo, divertida, viendo la escena con toda la tranquilidad del mundo. Había salido han bien como había esperado.

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