Extra xD
Un cosa que se me ocurrió y decidí poner por aquí, como una especie de extra
Espero que les guste~
MK fue convencido de alguna manera para ayudar a arreglar aquel desorden lleno de cosas misteriosas y mercancía de mucho tiempo, con un pequeño reloj de arena muy familia colgado alrededor de su cuello en forma de collar y escuchando atentamente lo que Celestia le contaba, divagando de todo lo que le había llamado la atención con el paso del tiempo. Había decidido a mantener el reloj, hablando de vez en cuando con ella para que no se sintiera sola.
-¡En serio que fue genial! Empezaron con un teléfono del tamaño de un ladrillo y con posibilidades mínimas pero de repente...¡Boom!...se hicieron mucho más pequeños y con tantas aplicaciones para todo lo que necesites- era divertido escucharla divagar con tanta emoción. El chico metió sus manos en una de las tantas cajas, su trabajo solo era ver que había y etiquetar cada una, muchas de ella resultando ser mercancía, sus dedos rozando tela. Se imagino que era ropa, algo que iba a tener que mover de caja pero se quedó estático al ver lo que había sacado de allí. Era una tela muy familia, de aspecto viejo y muy bien cuidado, con el color rojo gastado y casi gris por los años de uso, con detalles en hilo negro donde de seguro se rompió y lo volvieron a coser. Sus dedos rodaron el bordado en letras amarillas, las letras que decían "Macaque" aún claras y legibles. -¿MK?- llamo al verlo tan quieto, notando entonces lo que tenía entre sus manos.
-"Pará qué recuerdes qué tienes un amigo"- fueron sus palabras cuando se lo regalo al mono de las sombras en el pasado y ahora estaba allí, entre sus manos, después de tantos años.
-Lo encontraste...- se sobresalto, notando entonces que Macaque estaba a su lado, mirando la tela con una suave sonrisa en su rostro. MK no dudo en entregarlo a su dueño, viendo como este lo tomaba con mucho cuidado. -...lo busque por todas partes...y resultó estar entre la mercancía basura de Wukong- bufo con diversión.
-¡Deja de llamar a mi mercancía basura, maldito!- gruñó Wukong, entrando a la habitación, mirando a su contraparte con el ceño fruncido.
-Es basura, deberías tirar muchas de esas cajas- señaló las pila de cajas que tenían la etiqueta de "mercancía" escrito en letras grandes.
-¿Y si mejor tiramos tu colección de lámparas?- se cruzó de brazos, señalando la caja con etiqueta de "lámparas de Mac".
-Ni se te ocurra- gruño, mostrando los colmillos a en señal de advertencia.
-Bien...- el dios sonrió, superior. -...yo conservo mi mercancía y tu conserva tus extrañas lámparas- MK se rio ante la pelea extrañamente amistosa entre esos dos, algo que había encontrado divertido desde la primera vez que lo presenció. Los monos lo miraron, sonriendo ligeramente ante la risa y entonces, el de pelaje castaño se acercó, notando la tela que no había visto en mucho tiempo entre las manos del mono de las sombras. -¿Eso estaba aquí?- enarco una ceja y se lanzó a mirar dentro de la caja abierta al lado de su sucesor, su cola moviéndose con curiosidad.
-Me lo regalo alguien hace mucho tiempo...- comento Macaque al notar que el menor miraba la tela con curiosidad. -...un humano muy torpe y confiado...- MK rio ligeramente ante aquello.
-¡Miren lo que encontré!- sacó lo que parecía ser una carpeta, mostrando folios que guardaban dibujos de aspecto antiguo. -Mira, es es Xiao, nuestro amigo. El maestro lo dibujo- mostró uno de los tantos dibujos a su alumno, quien aceptó la carpeta con mucho cuidado.
-¿El dibujaba?- preguntó con curiosidad, tomando lo que él mayor le extendía con sumo cuidado.
-No todo el tiempo pero lo hacía a veces, en especial cuando acampábamos y todo estaba tranquilo- Wukong sonrió ante el recuerdo de su maestro.
-Oh...- MK miro los dibujos, abriendo los ojos con sorpresa. Era un dibujo muy detallado, el cual estaba seguro que había llevado más que sólo unas horas, hecho con tinta negra. Podía reconocerse con suma facilidad, con los extremos de su bandana cayendo sobre sus hombros y los ojos fijos en frente, luciendo una sonrisa. Era increíble verlo y se preguntó si podría dibujar así algún día. Recorrió los trazos con la vista y ahí lo vio, escrito en la esquina inferior, un mensaje que decía "Buen trabajo, joven Xiao". Una lenta y gran sonrisa se dibujo en su rostro. Alzó la vista, viendo a los monos seguir mirando dentro se la caja, y luego miro a la chica, quien le devolvió la sonrisa.
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