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Calma

Espero que les guste~

Nota: No lo escribo como shipp pero como siempre, cada quien puede tomarlo como quiere :3

MK se arrodilló al lado de un río cercano, aceptando el trozo de tela blanca que Celestia le estaba extendiendo y hundiendo la tela en el agua, sacándola al poco tiempo para escurrir el exceso y empezando a limpiar su rostro. Podía sentir la mano ajena en su frente por un segundo, suspirando de alivio cuando su dolor de cabeza y de nariz disminuyó hasta casi desaparecer.

-¿Estas bien?- preguntó la chica, viendo cómo él se limpiaba la mejilla, volviendo a remojar la tela para limpiarla un poco.

-Estoy bien~- estaba aliviado y relajado ahora que todo había pasado, contento de haberlos visto abrazarse. Podía sentir el cansancio de los últimos días invadirlo pero eso no iba a quitar su buen humor ni borrar su sonrisa. Bostezo ampliamente, apretando la tela para quitar el exceso y empezando a limpiar bajo su nariz con mucho cuidado, su nariz algo sensible aún. -Entonces...- miró a la chica. -...¿Cambie su futuro?- preguntó, refiriéndose a los monos. Ella tarareo, pensativa, el símbolo en su frente y sus ojos dorados brillando por unos segundos.

-Lo hiciste- contestó, mostrando una pequeña sonrisa. -Se tienen el uno al otro a partir de aquí, apoyándose con los años y manteniéndose juntos-

-Que alivio~- sonrió enormemente, contento con ello. -¿Qué?- párpado, notando cómo ella lo miraba fijamente.

-Eres el ser humano más raro que he conocido en mucho tiempo- señaló donde el chico escondía el reloj. -Muchos han usado mi poder para cambiar su propio pasado y hacer de su presente algo mucho mejor, teniendo dinero o algún tipo de fama, todos egoístas, pensando en lo que era mejor para ellos mismos y sin importarle si le hacían daño a los que estaban a su alrededor...- recordar a aquellos seres del pasado que habían conseguido su reloj y la habían obligado a obedecer traía una sensación de amargura y tristeza. -...pero tu...- sonrió ligeramente. -...usaste mis poderes para hacer la vida de esos dos mejor-

-...quería ayudarlos...- porque no sabe que responder ante todo eso, sintiéndose contento por lo logrado pero aún sintiéndose algo egoísta por todo lo que había hecho.

-...y lo hiciste- asintió con una ligera sonrisa. El chico había preguntado directamente si había cambiado la vida de los monos, ni siquiera preguntó sobre su propio presente y como los cambios afectarían eso.

-Es hora de que me vaya, ¿no es así?- preguntó después de unos segundos de silencio, recibiendo un suave asentimiento como respuesta. -¿Puedo despedirme de ellos?- la miró con esperanza. No quería desaparecer así nada más, dejando a quienes había conocido confundidos.

-Por supuesto- ella no dudo en estar de acuerdo, satisfecha al ver la gran sonrisa que se dibujo en el rostro ajeno.

... ... ... ...

Macaque y Wukong se sonrieron, golpeados y con las gargantas ardiendo, un ligero dolor de cabeza por aguantar el llanto y la boca seca, pero sintiéndose satisfechos y livianos, como si un peso enorme se hubiera ido de repente. El mono de las sombras se enderezó, moviendo ligeramente las orejas, escuchando todo con expresión seria.

-¿Mac?- enarco una ceja, curioso. Algo había llamado la atención de su amigo, algo importante.

-Se fue- dijo, solo confundiendo más al dios. -¡El chico, se fue!- señaló y entonces ambos cayeron en cuenta de que en algún momento en medio de su discusión, el chico que los había obligado a hablar ya no estaba a la vista.

-¿Xiao?- llamo con la esperanza de que el menor saliera de un escondite improvisado pero eso no sucedió. Olfateo ligeramente, abriendo los ojos al reconocer un olor en particular. -Huelo sangre- se miraron con alarma y se levantaron rápidamente, corriendo, guiándose por sus sentidos. Había estado tan concentrados en su pelea y sus insultos que no le habían prestado atención a nada a su alrededor. No tardaron mucho en ver a quien buscaban, arrodillado y dándoles la espalda, al parecer ocupado con algo.

-¡Xiao!- el menor se sobresalto y se volteo, sonriendo al verlos, sacando la tela manchada de rojo que estaba usando para limpiarse la cara al parecer. Se acercaron rápidamente, arrodillándose al lado de su amigo.

-¡Ho por todos mis duraznos!- Wukong tomo el rostro ajeno, en pánico, aun pudiendo oler la sangre. -¡¿Te lastimamos?!- chillo.

-Me tropecé y me golpe, estoy bien- sonrío ligeramente, restándole importancia. Celestia se había encargado del dolor y del moretón, así que era la mejor forma de explicarlo, además de que no quería que el par se sitiera mal por haberlo golpeado por accidente.

-Maldición Kid...- gruño Macaque, pasando una de sus manos por su pelaje, luciendo aliviado. -...no nos asustes así-

-Lo siento, lo siento- estaba contento de verlos. -Entonces...- sonrío, emocionado. -...¿son amigos otra vez?- pregunto solo para cerciorarse. El par de monos se miro de reojo y luego al menor, dejando escapar un suspiro pero asintiendo con una sonrisa. -¡Eso es genial~!- chillo con pura alegría, abriendo los brazos para poder abrazarlos a ambos, queriendo poder aferrarse a ella un rato antes de tener que despedirse, su felicidad en aumento al sentirlos corresponder con torpeza.

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