Melancolía #2
Espero que les guste~
Nota: El fandom se puso de acuerdo que Macaque y Wukong tenían apodos entre ellos. "Peaches" y "Mango". Nunca los use pero aquí, encontré un motivo perfecto para usarlos :3
MK sabe que Macaque y Wukong tienen una historia juntos, una que no termino nada bien y cuyas secuelas aún los afecta notablemente pero incluso entonces, tenía la esperanza de que en algún punto, pudieran llevarse bien. No quería que fueran los mejores amigos en el mundo, porque sabía que la confianza perdida una vez nunca llegaría a ese punto y mucho menos tratándose de esos dos monos tercos hasta la médula, pero aun así, quería que se llevaran bien, lo suficiente como para ya no estar en medio de sus peleas y no tener que intervenir antes de que se arrancaran los ojos entre ellos o algo así de malo.
Los adora con todo su corazón, sin importar nada, y aunque no piensa obligarlos a ser hermanos como lo eran antes, desea que al menos dejaran de odiarse tanto. No pide que se quieran, cree que eso esta muy lejos de momento, pero al menos, que se soporten hasta el punto de no pelear tan seguido, algo que siente que no pasara pronto.
Es por eso que el cambio lo toma por sorpresa.
-¿Eh?- MK se siente confundido por unos segundos mientras los ve interactuar. Macaque sonríe, de esa manera tan sincera y con un toque infantil que ha logrado ver en sus momentos a solas, hablando con cierto entusiasmo y luciendo realmente cómodo, al mismo tiempo que Wukong tiene una gran sonrisa y parece mucho más animado. Es casi como ver a amigos de toda la vida interactuar, un poco raro si recordaba que hace no mucho tiempo habían estado discutiendo sobre alguna tonteria. A pesar de que hay una parte de si que esta feliz por ese cambio, hay otra que se siente aprensiva y ansiosa, con una sensación de que hay algo incorrecto en todo eso pero no sabe exactamente que hacer más que sonreír con cierta torpeza cuando se voltean al verlo, intentando ignorar la presión en su pecho.
Monkey King no parece preocupado por eso en absoluto.
-¡Oh, vamos, todo esta bien!- lo dijo con total seguridad, haciendo un gesto como si intentara empujar el asunto a un lado. -Macaque y yo solo nos sentamos a hablar, como nos dijiste- MK hace una mueca, sintiendo la mentira de cierta manera. Wukong le ha mentido tantas veces en la cara que ya no siempre puede confiar en su palabra, aunque no lo demuestra. -¿Nos estas feliz de que nos llevemos bien ahora?- sonrío enormemente, orgulloso de cierta manera y el castaño se esfuerza por mostrarle la mejor sonrisa que puede, decidido a no decir más pero si mantenerse atento.
Es...antinatural casi verlos. Es con contraste enorme en comparación a antes. Al cuerpo de Macaque le falta tensión y resentimiento, sus ojos más claros que nunca y su sonrisa más grande pero le falta algo, como ese sarcasmo brusco que parecía ser parte de su carácter a estar alturas y esos pequeños chistes de humor morboso que siempre disfruto soltar, en especial cerca del dios, solo para verlo retorcerse. Wukong también se ve más relajado, alegre, como si hubiera recuperado algo que perdió hace mucho tiempo y esta satisfecho con eso, persiguiendo al otro casi como una especie de cachorro, aunque al mismo tiempo parece no querer perder al domador de sombras de vista. Es pegajoso, del tipo que resulta casi raro, y a pesar de que el de pelaje oscuro luce confundido, no se queja.
MK casi se siente mal por dudar de toda la situación y lucha por aceptar todo eso, intentando ignorar la alerta en el fondo de su mente que le grita casi que algo anda mal, sin poder saberlo con total seguridad...hasta que escucha el apodo.
-¡Vamos, Peaches, puedes hacerlo mejor!- se burlo Macaque con diversión, esquivando con agilidad el intento del otro por agarrarlo. Se suponía que solo era una sesión de entrenamiento que de repente se volvió un juego entre ese par, mientras MK se queda estático en su lugar.
-¡Ya veras cuando te atrape, Mangos!- Wukong solo ríe, veloz para seguir al otro, gruñendo con frustración juguetona cuando no logra atraparlo.
MK recuerda haber escuchado algo sobre esos apodos.
-¿Monkey King y tu tiene apodos cariñosos?- sus ojos brillaron ante ese detalle que apenas estaba conociendo, encantado. -Eso es adorable~-
-Si, supongo que puedes decirlo de esa manera- Macaque bufo, encogiéndose de hombros, su sonrisa un poco temblorosa. -Era una cosa que inventamos para sellar nuestra hermandad en esa época...- su expresión decayó, luciendo casi melancólico por unos segundos antes de apretar los puños con fuerza, con algo de ira repentina. -...pero es algo que murió conmigo y se quedo muerto- sus dedos rozan la cicatriz de su ojos ciego y MK siente una punzada de culpa por haber preguntado.
-¿Por qué?- se atrevió a preguntar, con cuidado, sin estar exigiendo una respuesta.
-Era la forma en la que nos llamábamos "hermanos"- hizo un gesto. -En cuanto me mato, mi confianza y cariño se transformaron en ira y dolor, cualquier vinculo entre nosotros solo...se rompió- agito la cola, brusco, a pesar de que no lucia molesto. -Incluso si dentro de lo que cabe estamos en buenos términos ahora, nunca podría llamarlo así otra vez- parece triste, melancólico casi, aunque hay seguridad en sus palabras. -El apodo murió junto a mi confianza y nuestra hermandad-
Y eso sirve como confirmación suficiente de que hay algo raro en todo eso.
-Monkey King...- siente ansiedad, quizás un poco de miedo también, porque el dios parecía muy feliz por el cambio de actitud del domador de sombras y quiso gritar por haber decidido ignorar lo sospechoso que era eso. Se sintió como un mal amigo de repente. -...¿Qué hiciste?- espera, desea con todas sus fuerzas que su maestro no hubiera hecho alguna tonteria pero sospecha y eso es suficiente para darle algo de nauseas.
Necesita respuestas, por lo menos, alguien que lo oriente hacia donde ir.
-¡Red Son!- entra por la ventana sin ninguna advertencia como un insecto y vuele a la normalidad con un destello dorado, sintiendo una punzada de culpa cuando el demonio grita de la sorpresa, haciendo un movimiento tan brusco que se cae con todo y silla. -Lo siento- hace una mueca.
-¡Maldita sea, niño de los fideos!- se levanta con furia, el cabello en llamas y los ojos brillantes, aunque el castaño no siente miedo como lo había sentido en sus principios, solo tiene la tentación de reírse. -¡¿Quién te crees que eres para entrar de esa forma a mi territorio?!- agita el puño en una promesa vacía de violencia.
-Un amigo necesitado- Red Son es un demonio que ha vivido años, muchos más que él, y es inteligente, sabe muchas cosas, así que espera que sea de ayuda. -¿Conoces algo que pueda borrar o bloquear un recuerdo realmente malo?- pregunta con apuro y eso parece ser suficiente como para apagar la ira ajena.
-¿Qué?- frunce el ceño, esta vez con confusión, como si estuviera analizando lo que acaba de escuchar.
-Es...Es Macaque- el demonio se endereza un poco en su lugar, más atento, cruzándose de brazos y luciendo preocupado de repente. -Actúa como si no...hubiera muerto a manos de Monkey King- no tiene muy en claro como explicarse y es un poco frustrante. -Están...sonriendo, jugando, llevándose bien pero sé que hay algo raro en todo eso. Macaque no es Macaque sin sus comentarios sarcásticos y humor negro- retuerce sus manos y divaga por un tiempo, hablando de todo lo que ha visto, de las sospechas que lo invaden y Red Son, por primera vez, solo se siente y escucha. -Algo esta mal- repite. -Es como si...le hubieran hecho algo a sus recuerdos o algo así-
-Existen sellos y pociones que pueden hacer ese efecto. Bloquear un recuerdo en particular, usualmente el peor de todos- se cruza de brazos, pensativo.
-No puede ser un sello, yo no...pude sentir nada de eso en él- los bordes de su cuerpo brillan, su imagen cambiando por unos segundos antes de volver a verse como humano. Es culpa de la ansiedad.
-Me lo imagine. Para ser un sello se necesitaría ser preciso, saber que es lo que quiere bloquear y mantener al sujeto quieto, cosa que no creo que se pueda con alguien como Macaque- asintió el demonio y MK siente algo de alivio por tener a alguien con más conocimiento. -En todo caso, una poción es mucho más simple. Son las más comunes, fáciles de hacer y no son dañinas, ni siquiera son peligrosas o adictivas pero no tienes el control de lo que bloquea- asintió para si mismo, seguro de sus palabras. -Si es una poción, quien le dio esa cosa sabía que el recuerdo de su muerte existía y era uno de los peores-
-¿Y qué puedo hacer para que eso...deje de funcionar?- esta ansioso, quiere liberar a Macaque de lo que sea que estuviera jugando con su memoria, incluso si eso significa que los monos volverían a pelear.
-Usualmente son temporales- enarco una ceja. -¿Hace cuanto tiempo actúa así?-
-Casi tres semanas- MK siente vergüenza de decir eso. Su instinto le grito que algo andaba mal, que aquel cambio no era natural, debió hacerle caso desde el principio. Se siente como el peor amigo de todos.
-No debería durar tanto- tarareo para si mismo, frunciendo el ceño con cierta molestia y tensión. -Si Macaque aun esta bajo el efecto, significa que el responsable le sigue dando dosis diarias para mantenerlo como esta- aprieta los dientes con un gruñido, repentinamente decidido mientras se levanta de donde esta. -Vamos, niño de los fideos, creo que sé como hacer para que el efecto pase- hace un gesto, caminando hacia un estante llenos de libros y MK se apresura a seguirlo.
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