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Quemado #3

Espero que les guste~

Nota: ¡Necesito ideas para Halloween!

Nota-2: La mayoría voto por Macaque y que bueno porque tenía el capítulo armado con el en mente xD

Nota-3: ¿Creen que fui demasiado dura?

MK no volvió o se comunicó, sin importar cuantas mensajes y llamadas hicieran, él no atendía, ni siquiera marcaba los mensajes como "leídos".

La situación es preocupante y un poco desesperante, por no decir muy frustrante pero no tiene como reclamar o quejarse, porque tienen la sensación de que cometieron un error en su enfrentamiento, aunque no entienden cuál.

Al día siguiente, continúan con el día lo mejor posible, luchando por la normalidad y la tranquilidad pero la presencia de los trabajadores, que se acercan para que les mostrarán donde debían comenzar, les recuerda lo obvio.

La culpa del día anterior solo crece mientras se sientan abajo en la tienda, fuera del horario de apertura, escuchando a los hombres trabajar en el departamento del menor. Están desarmando el mueble quemado, de seguro para sacarlo por pedazos, para tener más espacio y revisar cualquier posible daño que deban reparar, para luego pintar las marcas negras.

O por lo menos, eso es lo que entendieron.

-¿A donde crees que fue?- preguntó Tang, pensativo, tocando con la punta de sus dedos su taza llena de cafeína. Tiene un nudo en la garganta, que apenas le permite tragar, y un agujero en el estómago que lo hace sentir incómodo. Es una sensación rara.

-No lo sé- Pigsy suena desganado, luciendo tenso y triste, dejándose caer en un asiento al lado de su amigo, acunando su taza y tomando un sorbo de su segunda servida de café negro, sin fuerzas para siguiera ponerle azúcar.

-Lejos de nosotros- Mei cruzó los brazos sobre la mesa para poder enterrar su rostro allí, avergonzada y con la culpa ardiendo en su pecho, luchando contra las ganas de arrancarse el cabello del estrés. Sabía, en el instante en el que vio las llamas verdosas consumir la cama ajena, que las cosas iban a salir mal pero de alguna manera, salieron mucho peor de lo que había esperado.

-¿Crees que fue con Sun Wukong?- el de anteojos tomo un sorbo de su bebida, haciendo una mueca ligera al darse cuenta de que ya estaba frío pero no tenía ganas de levantarse y preparar más.

-Espero que no, él tiene tanta capacidad sentimental como un maldito ladrillo- el demonio apretó los dientes de solo imaginar que su hijo podría haber acudido al dios que tantas veces había metido la pata hasta el fondo, negándose a admitir la punzada de envidia.

-Apuesto a que fue con Macaque- la chica casi escupió, molesta más allá de la situación. Ella era la mejor amiga, su hermana, y el hombro para llorar de MK, ser reemplazada dolía, incluso si todo era su culpa. -Ellos dos se llevan super bien ahora- rodo apenas los ojos.

-Puedo oler la envidia desde lejos~- Tang se atraganta con su café y tose con fuerza, con Pigsy maldiciendo entre dientes y dejando su taza a favor de golpear la espalda ajena en un intento de ayudarlo, mientras Mei se sobresalta apenas y mira fijamente al mono que sale de las sombras. Luce relajado, caminado con tranquilidad y como si fuera dueño del lugar, aunque hay algo frío y duro en sus ojos que los mira, analizándolos. -Entonces, lucen fatales...- los señaló con cierto desinterés. -...¿De quién es el velorio?- Macaque los mira, casi exigiendo respuestas en silencio, pero sin dejar del todo de lado la burla.

-No te hagas como si no lo supieras, oh gran rey del chisme- bufo ella. Estaba frustrada por no poder ver a su amigo, algo avergonzada por la charla que tuvo que tener con sus padres, y molesta por los cursos de control de la ira que la esperaban por los siguientes meses, la parecencia del mono solo la molestaba, incluso si sabia que él no tenía la culpa.

-MK estaba furioso cuando llego a mi casa ayer...- eso confirmo la teoría de Mei. -...demasiado como para preguntar, así que lo lleve lejos para entrenar y darle la oportunidad de desahogarse un poco- MK termino llorando en cuanto su energía se agotó, con tantos sentimientos mezclados que el demonio no pudo identificar, y solo pudo abrazarlo, esperando estar ayudando en algo. -Durmió hasta el medio día y en cuanto se despertó, logre que comiera algo antes de que empezara a tocar...- los presentes hicieron una mueca. -...pero tengo el contexto de todo- en medio de su llanto, el chico había contado lo que sucedió lo mejor que pudo, aunque con tanta angustia que soltó tantas frases sueltas que el mayor se confundió por segundos.

-¿Qué...tan enojado esta ahora?- Mei se animo a preguntar, jugando con su teléfono de manera nerviosa, preocupada por su amigo. Macaque enarco una ceja y chasqueo los dedos, un portal oscuro apareciendo justo encima de sus cabezas, el sonido del violín pronto resonando por la habitación. Era una tonada rápida y ligeramente enloquecida, demostrando de alguna manera la frustración y enojo de aquel que tocaba, el portal desapareciendo después de unos segundos. Si, eso no eran una buena señal.

-Fue un accidente- el cerdo suspiro, cansado por toda la situación, y terminando su taza rápidamente, ya pensando en preparar más. Estaba funcionando con pura cafeína.

-Eso no lo hace mejor...- enarco una ceja y de alguna manera, eso sonó como una crítica hacia ellos. -...y decirle que Momo, su muñeco preciado, es simple y reemplazable, solo lo empeoró- su tono fue frío y cortante esta vez, mirándolos con molestia notable.

-Fue la verdad- Tang fue rápido en defender a su amigo, sin gustarle el repentino ambiente que los rodeaba. Se sentía opresivo y tenso, peligroso.

-Tu recetario es solo un libro feo y polvoriento lleno de letras tan deformes que debería ser considerado jeroglíficos a estas alturas- miro fijamente al cerdo, sonriendo cuando sus palabras obtuvieron el resultado que esperaba.

-¡Eso es importante para mi!- la cara de Pigsy estaba roja de la ira, golpeando la mesa con su taza vacía y  levantándose de su asiento, luciendo dispuesto a lanzarse sobre el mono para golpearlo, sin importarle que tan poderoso es.

-Y Momo es importante para MK- sus palabras se sintieron como un balde de agua fría para todos, especialmente para el chef, quien se volvió a sentar, luciendo devastado. -Puede que Momo no está cocida con hilos dorados super antiguos o tenga décadas edad, ni siquiera paso de generación en generación en una familia importante pero aun así, es preciado e importante para él- y eso fue como terminar por clavarles un puñal directamente al pecho. Ellos sabían que MK amaba a Momo con toda su alma, era su ancla y su objeto de confort, la adoraba y la cuidaba pero aun así, lo habían llamado simple, le habían dicho al chico que podían reemplazarla fácilmente. Con razón él se fue, sin querer verlos o hablar con ellos. -No estoy de acuerdo con lo que hicieron ...- gruñó, mostrando los colmillos, y ellos se esforzaron por no desviar la vista antes eso, aunque tragaron en seco. -...y tienen mucha suerte de que ese chico los adore, porque estarían en una isla desierta si fuera por mi...- cerca de un volcán si hubiera podido. -...pero creo que dejarlos revolcarse en su propia culpa puede ser suficiente...por ahora- había una cierta satisfacción en verlos removerse en sus lugares, incómodos, con ese aire de culpabilidad y tristeza rodeándolo. -Adiós~- sonrío e hizo un gesto, hundiéndose en la oscuridad, dejando al pequeño grupo de tres en un horrible silencio.

Pigsy se levantó para ir a la cocina, negándose a mostrar que estaba llorando pero Tang no tuvo ese problema, sollozando abiertamente, mientras Mei gruñó con frustración y aunque su cabello estaba en llamas, había lágrimas saliendo de sus ojos.

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