Mentiroso
Espero que les guste~
Nota: Esto está en el AU de "Fantasmas"
Nota-2: ¿Les gustaría que Lee y MK se encontrarán?
La paz no podía durar demasiado para ellos y cuando encontró ese extraño pergamino de madera, sello su destino y el de todos sus amigos. La tinta que se escurría entre las tablas y se extendía a un ritmo alarmante ya había consumido a todos a su alrededor, hasta que un demonio león salió de la nada. Se mostró amable, presentándose como el hermano jurado de Wukong, ofreciendo su ayuda para liberarlo a él y a todos los demás pero había algo mal en todo eso.
El primer aviso de que algo iba mal era el simple hecho de que Macaque estaba inusualmente callado y cuando logró mirarlo de reojo, pudo notar la tensión en su flotante cuerpo, su ceño fruncido y las manos temblando. Eso no podía ser una buena señal.
El segundo aviso fue algo que solo él podía ver. Había fantasmas, muchos de ellos, luciendo como una especie de masa que se removía y retorcía alrededor del león, quien aun mantenía una fachada amistosa, extendiendo su mano hacia ellos en un claro gesto.
-Entonces, ¿Qué dices?- hablo Azure, su voz tranquila y amable, aunque si lo mirabas bien, podías notar la cierta tensión en su postura. -Podemos ayudarnos mutuamente, chico. Salvar a tus amigos y a los míos-
-Mentiroso- decían los fantasmas, gruñendo con ira y tristes, los ojos de todos mirándolo fijamente, advirtiéndole. -Es un mentiroso, no le creas-
-Azure debería estar encerrado...- murmuró el mono. -...que este libre no es nada bueno- y eso no podía ser nada bueno. -Tenemos que irnos, MK- floto lo suficiente como para verlo de frente, aunque sin darle la espalda al gran felino que aun esperaba respuesta. -Ahora mismo- se tan serio, a lo que el menor asintió y el fantasma no dudo en adentrarse a su cuerpo, acurrucándose en el fondo de su mente y dándole acceso total a sus poderes.
-MK...- Mei lo miro, curiosa y confundida. -...¿Qué hacemos?- preguntó, dispuesta a seguir lo que él decidiera.
-Puedes confiar en mi, chico- hablo el demonio, insistente, los fantasmas que lo rodeaban gruñendo y casi gritando "mentiroso" con más firmeza, sus manos tirando de los brazos ajenos pero sin causar real efecto. Parecía que querían detenerlo, quizás mantenerlo quieto, pero no parecían tener suficiente energía para eso.
-Me gustaría...- se aferro al pergamino, sintiéndose tembloroso por los nervios. No iba a soltarlo, sus amigos estaban allí dentro. -...pero...- agarro la mano de su amiga, quien se enderezó, atenta y preparada. Se concentró y sabía que su sombra se estaba moviendo, monos de aspecto oscuro emergiendo y pudo ver como el león se tensaba, abriendo los ojos con sorpresa, de seguro reconociéndolos. -...eres un mentiroso- los clones se lanzaron sobre el león, quien levantó la espada para defenderse, mientras que MK se apresuró a correr hacia la salida y arrastrando a su mejor amiga consigo. Podían escuchar como Azure luchaba contra los clones, de seguro con esa gran y rara espada suya.
-¡Vuelvan aquí y entreguen el pergamino!- rugió con enojo, cortando un clon para hacerlo desaparecer y apresurándose a seguirlos.
-¡Se esta acercando!- gruño el mono porque podía escuchar los gruñidos de molestia del demonio que los seguía. La cueva de Monkey King era enorme y en esos momentos, siendo perseguidos, se sentía horriblemente eterna y sin fin.
-¡Ya sé!- los hundió en una sombra, emergiendo a pocos metros de la salida. Utilizo un fuerte impuso para atravesar la barrera que protegía la montaña y golpearon el agua del otro lado, ambos gimiendo con ligero dolor. Se levantan lentamente, pudiendo ver al león parado allí, golpeando la barrera que ahora lo mantenía lejos de ellos con furia, gritando reclamos. -Vamos, tenemos que alejarnos un poco- ayudo a su amiga a levantarse y empezaron a alejarse, un ligero alivio inundando sus cuerpos al estar lejos del furioso león.
-¿Tenía fantasmas?- ella se animo a preguntar, lentamente como si estuviera dudosa. Ninguno de ellos sabía cómo referirse a los espíritus o cómo preguntar por ellos son ofender, así que lo evitaban lo mejor posible.
-Muchos- hizo una mueca. Demasiado como para poder siquiera saber si fueron humanos o demonios. -Seguían diciendo que era un mentiroso y Macaque...- se detuvieron cuando llegaron a los pies de la montaña, justo en la playa. -...él dijo que no podía ser bueno que estuviera libre-
-Esta bien, no confiar en el loco león. Lo tengo- asintió Mei. La posibilidad de ver fantasma parecía mucho más útil en momentos como ese, aunque no iba a comentar nada sobre ello. -¿Qué hacemos ahora?- la pregunta del año. -¿Don Sombrin tiene alguna idea?-
-¿Macaque?- llamo, esperando por una respuesta. Aun podía sentir su presencia en el fondo de su mente, algo inquieta y nerviosa.
-Tenemos que ir con DBK- hablo Macaque después de unos segundos de silencio pensativo.
-¿Por qué?- frunció el ceño, confundido.
-DBK y Azure eran hermanos jurados pero la cosa entre ellos termino muy mal- hablo, destellos de imágenes del león y del gran toro gritándose entre ellos viniendo a la mente del menor. Se veían furioso y golpeados, como si hubieran tenido una pelea a puñetazos. -Él estará totalmente dispuesto a patear su triste trasero de vuelta a su encierro- rio con diversión.
-¿Y cómo sacamos a los demás de aquí?- hizo un gesto hacia el pergamino, con Mei sintiéndose un poco perdida por no poder escuchar la conversación completa.
-Eso...no lo sé- sonaba avergonzado de admitirlo. -Se suponía que el pergamino era una prisión, un castigo, pero nunca supe como funcionaban o como se controlaban, no tuve la oportunidad de estudiarlo de cerca- si estuviera fuera del cuerpo ajeno, estaría cruzándose de brazos con el ceño fruncido. -Los celestiales, por otro lado...-
-¿Crees que Nezha pueda saber algo de esto?- el príncipe era lo más cercano a un ser celestial que conocía y que esperaba que ayudará.
-Puede ser- tarareo.
-¿Sabes como llamarlo?- enarco una ceja. -Porque si Monkey King tenía algo para hacerlo, ya no podemos conseguirlo-
-Tengo mis medios- y eso era mejor que nada. MK bufo, guardando el pergamino en el interior de su campera, para luego transformarse en águila con un destello dorado y enganchando sus garras en los hombros de su amiga, alzó el vuelo para alejarse de la montaña e ir directamente hacia la casa del demonio toro, esperando que en serio él estuviera dispuesto a estar de su lado.
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