Lee
Espero que les guste~
Nota: Esto pertenece al AU de "Fantasma"
Nota-2: MK era un niño nuevo en el mundo, perdido y confundido, así que se aferra a quienes lo tratan amablemente en sus primeros años
No estuvieron juntos mucho tiempo pero MK la recuerda con mucho cariño.
Su cabello negro corto y desordenado, la ve cortarlo por si misma y sabe sin necesidad de palabras que es para evitar ser agarrada del pelo. Los ojos celestes fríos como el hielo y duros cual piedra, solo para ablandarse y volverse algo más suave lejos de los adultos que los rodean. Su tono de voz lleno de ira apenas reprimida, que se volvía cariñoso y casi maternal cuando hablaba solo con ellos. Manos duras y cerradas en puños para defenderse a golpes en cualquier momento, que se vuelven manos suaves para acunar su rostro y dar un toque amable.
Recuerda aferrarse a ella con todas sus fuerza cuando la policía los mete al auto y los lleva de vuelta con la agencia, agradecido cuando lo llevan a otra casa y le permiten permanecer juntos por un tiempo más pero algo sucede, algo que no entiende en su corta edad, y la gente llega para llevárselo. Grita y llora, también muerde mucho, luchando contra las manos que lo alejan de la chica, quien grita y súplica con la misma desesperación que él, pidiendo que no se lo lleven pero nada funciona y los separan. Va a otras casas que no le interesan y aprovecha cada oportunidad para escapar, buscándola, pero es un niño pequeño en una ciudad enorme y no la encuentra, aunque vuelve a encontrar a Pigsy de alguna manera.
El resto, es historia.
Se obligó a olvidar esa casa y a ese hombre pero nunca la olvido a ella y por alguna extraña razón, guardo su recuerdo en su corazón. Hablo de ella con Pigsy en un principio, quien intento ayudar a buscarla, aunque eso fue todo. Quizás fue un poco mezquino de su parte pero no encuentra algo en él para arrepentirse, hasta guardo los bocetos y dibujos que hizo de ella.
Ver al espíritu de ese hombre trae tantos recuerdos que duelen, como un golpe directo al rostro, pero también lo llena de una repentina esperanza difícil de explicar y es quizás eso lo que lo impulsa a alejarse sin decir nada, porque no quiere que lo detengan para hacerle preguntas, y sigue al espíritu de aquel hombre que había querido no volver a ver durante el resto de su vida.
-¡Hey!- Macaque no duda en seguirlo, atravesando a la gente que cruza en su camino e ignorando sus escalofríos a favor de llegar al chico, apoyando sus manos en su hombros. No lo detiene, solo lo sigue. -Pensé que querías mantenerte alejado de él-
-Eso quiero...- se concentró en no perderlo entre el gentío, negándose a rendirse por el momento. -...pero si me encontró a mi, quizás encontró a Lee- trago en seco. -Yo...espero que lo haya hecho- es su esperanza. Ese viejo hombre siempre fue rencoroso, lo recuerda, así que no le sorprendería que los buscará para quizás acosar a aquellos niños que se habían puesto en su contra desde el más haya con su fría y triste presencia.
-Bien, sigamos al bastardo- el mono tarareo, dispuesto a seguir la idea ajena. Había escuchado mucho de Lee en los últimos días, había visto los dibujos que el chico había hecho y acumulado con los años, y aunque no entiende del todo su anhelo de verla, decide ayudar de cualquier manera que pueda, incluso si solo puede ser compañía.
Camina por quien sabe cuanto tiempo y se aleja bastante de su ruta normal, hasta el punto de no tener muy en claro en donde esta, sintiendo que su ansiedad crece con cada paso que da, solo para parpadear y darse cuenta de que lo perdió.
-¿Dónde...?- miro a su alrededor, haciendo una mueca al no verlo. Hace un puchero ligero, sintiendo que ahí va su oportunidad de encontrarla.
-¿Estás bien, Kid?- floto para estar frente al menor y mirarlo con preocupación, sabiendo que a pesar del alivio de no ver a ese hombre, hay una tristeza al no poder lograr lo que quería.
-Si, si, yo solo...- suspiro, dejando ir la ligera frustración que lo quiso invadir. -...supongo que hasta aquí llegue- el mono no sabe que decirle pero se apoya en sus hombros en lo que espera sea un gesto de consuelo, señalando una tienda que llama su atención y espera que pueda animar al menor.
Así que con un vaso de plástico lleno de licuado, decidió tomarse momento antes de volver, y va a lo que parece ser un parque, sin juegos a simple vista pero si unos cuantos bancos y flores de diferentes colores plateadas en cada pequeño sitio disponible, sentándose en el primer banco que encuentra libre y se permite respirar profundo. El lugar es tranquilo y muy bonito, aunque el olor a demasiadas flores juntas puede ser un poco demasiado para su ahora sensible nariz, pero hay una paz notable porque no hay mucha gente a su alrededor y quienes están presentes parecen ser gente mayor, disfrutando de la paz.
Toma otro sorbo de su vaso, mirando a su alrededor con expresión ausente. Hay una niña que parece entusiasmada con la cantidad de flores y luce preparada para salir encima, solo para que un hombre la sujete y la alce, haciéndole cosquillas mientras le dice que no debe hacer eso.
También hay una pareja allí, con una niña pequeña y risueña que se remueve en los brazos del hombre pero MK se atraganta un poco cuando se concentra en la mujer. Su cabello negro oscuro tan largo que llega a su cintura y cae como cascada por su espalda, con algunos mechones atados en una media cola. Tiene una sonrisa alegre y ojos brillantes, aunque hay algo más que lo hace que su corazón se acelere, una cicatriz marcando una de sus mejillas, clara pero aun notable a pesar de los años. El chico quiere sollozar con alivio.
-¿Es ella?- Macaque rompe el silencio entre ellos, genuinamente curioso porque él no la conoce, aunque se ve vagamente familiar si la compara con alguno de los dibujos que MK había hecho.
-...si es...- jadeo, con una sonrisa temblorosa y tentativa creciendo en su rostro. La había buscado, lo había intentado, pero era muy pequeño y la agencia no le había dado ni siquiera una pista. -Oh cielos, en serio es ella...- sollozo con lágrimas corriendo por su rostro, sintiéndose mayormente eufórico y un poco ridículo, aunque de seguro se veía muy extraño en esos momentos.
-¿Estás bien?- Macaque se sentó a su lado, apoyando su mano en la espalda ajena, dándole una fría y amable caricia, tarareando al verlo asentir entre sollozos. -¿Quieres hablar con ella a solas? Puedo quedarme cerca y asegurarme que el viejo no se acerque- ofreció después de unos segundos, dándole algo de tiempo al menor para recomponerse.
-Yo...no pensé hablar con ella, solo quería verla- confesó, aunque no era del todo verdad. Su primera intensión había sido encontrarla y hablar, esperando ser recordado, pero viéndola ahora, luciendo tan feliz con quienes estaba seguro era su familia ahora, decidió retroceder. -De seguro ni siquiera me recuerda, solo fui un niño más en su vida- y a pesar de eso, aun estaba contento de poder verla.
-Apuesto a que si- el teléfono ajeno los interrumpió y MK se apresuró a sacar el aparato, haciendo una mueca ante el nombre que mostraba el identificador.
-Es Pigsy...- hizo un puchero. -...debe estar furioso- atendió sin muchas ganas, sin sorprenderse ante los gritos y reclamos que pronto empezaron a sonar, aunque le entro por un oído y le salió por el otro porque ya había escuchado el discurso más veces de lo que le gustaría.
-Demasiado estresado ese cerdo- bufo, rodando los ojos con burla. A ese demonio le vendría bien relajarse para variar. Escucho los gritos por unos segundos, mirando de reojo a la familia, moviendo lentamente su cola en señal de que algo se le estaba ocurriendo y flotando hacia ellos cuando se decidió, rozando el brazo de la chica, sabiendo que la frialdad llamaría su atención.
-Oh cielos...- se estremeció. -...que escalofrío- hizo una mueca, frotándose el brazo en un intento de deshacerse de la sensación. Ella frunció el ceño, confundida de seguro, pero entonces, levantó la vista y el mono pudo notar como los ojos azules se abrían con asombro en cuanto se fijaron en MK, sus labios temblando mientas parecía luchar entre querer sonreír y largarse a llorar. Si, eso lucia como reconocimiento en su opinión.
-¿Estás bien, cariño?- el hombre pregunto, ajustando su agarre en la niña que se retorcía en un intento de ser soltada.
-Si, si, yo solo...- ella se mordió el labio inferior y el fantasma pudo notar como se enderezaba, decidida de repente al parecer. -...tengo que hacer una cosa, volveré en un rato- miro a la niña, inclinándose para besar suavemente su frente.
-Adelante, la llevaré a un banco para darle algo de comer- asintió con tranquilidad, haciendo un gesto hacia la mochila que tenía. Lee le agradeció con un beso, alejándose con pasos rápidos para ir con aquel chico tan familiar, sintiendo como su corazón se aceleraba.
-¿Xiaotian?- llamo de manera tentativa y esperanzada, mientras el chico se tensaba y se volteaba a verla con los ojos bien abiertos, ignorando por completo al cerdo que aun le estaba hablando por el teléfono.
-...hola Lee...- saludo con voz suave, como si temiera romper el momento entre ambos. Se quedaron mirando entre ellos, analizándose, sin poder creer del todo que el otro estuviera allí. -¿En serio me recuerdas?- se atrevió a preguntar mientras se levantaba de su lugar lentamente, colgando la llamada para guardar el aparato, dispuesto a enfrentar las consecuencias de eso.
-¿Bromeas?- bufo, ya con lágrimas saliendo de sus ojos. -¡Eres inolvidable!- rio con alegría pura. -Mírate nada más, no has cambiado en nada...- dudo solo un segundo antes de levantar las manos y acunar suavemente el rostro del chico, soltando un sollozo al verlo apoyarse en el toque. -...pero has crecido tanto- sollozo.
-Tu también- sonrió ligeramente, sintiéndose como un niño nuevamente, siendo revisado en busca de heridas luego de un mal encuentro. -Me gusta tu cabello- ella rio, soltándolo solo para rodearlo con sus brazos y abrazarlo con fuerza, eufórica y alegre. Ella siempre había sido más alta, incluso en esos momento, y MK no pudo evitar enterrar su rostro en su hombro, aferrándose a ella.
Que bueno era volver a verla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro