Kung Fu Panda
Espero que les guste~
Nota: Voy a ser sincera y decir que soy una fanática de esta saga, Tigresa es mi diosa xD
Nota-2 ¿Suena mal si digo que tengo muchas ganas de escribir algunas cosas de ese fandom? Nada demasiado largo o completo, sino un libro como este, de One-shorts con mis ideas y las de quienes lo lean. Aun lo estoy meditando, tengo que dejar de hacer libros ^_^U
Nota-3: Lo siento, tenía ganas de comentarlo :3
MK miro el pueblo en el que de repente apareció, mirando a los habitantes que aun no habían notado su presencia, y tragando en seco, retrocediendo grandes pasos para adentrarse a un callejón, medio acurrucándose tras un montón de cajas que lo ocultaban de todos los demás. Todos eran animales, de la manera más literal posible, y él resaltaba horriblemente. No sabía como eran las cosas en ese mundo, si había humanos o no, pero temía que su apariencia pudiera llamar la atención y quizás...no de la buena manera.
-Muy bien, has estado practicando esto- se alentó a si mismo mientras se cruzaba de piernas, apretando las manos sobre su regazo, sintiéndose algo ansioso. -Modo mono, modo mono- cerro los ojos para concentrarse, frunciendo el ceño en esfuerzo. Su cuerpo se ilumino con destellos dorados, luciendo como una falla mientras su apariencia luchaba entre dos formas que aun no sabía cual era la original. -Modo mono- el brillo se desvaneció y abrió los ojos con cierta cautela, enderezando su espalda cuando escucho algo golpear las cajas. Chillo, moviéndose para enfrentar lo que sea que se le hubiera acercado, solo para no encontrar nada. -¿Eh?- se enderezo, confundido, y miro por encima de su hombro con curiosidad, sus ojos iluminándose ante al nueva extremidad castaña que no había visto en un tiempo. -¡Cola!- se paso las manos por el rostro, extasiado ante la textura de pelaje y las orejas más grandes. -¡Lo logre!- da un salto de emoción, avergonzado cuando llama la atención y es rápido en esconderse tras las cajas una vez más. -...lo logre...- festeja en silencio esta vez, aunque su alegría dura poco. Se asoma, notando la ropa que los demás usan, haciendo una mueca mientras mira lo que tiene puesto. La ropa que usan aquellos animales tiene colores opacos y se ve antigua, mientras la suya es colorida y demasiado fuera de la época.
Necesita un cambio para no sobresalir. Robar no es algo que le guste pero para su desgracia, en su situación, tiene que hacerlo y para su suerte, encuentra ropa que parece de su talla colgada a las afueras de una casa.
-Lo siento, lo siento- se disculpa entre dientes mientras se aleja con pasos rápidos, buscando donde cambiarse, encogiendo su ropa para ocultarla lo mejor posible. Se siente extraño usar ropa ajena, aun más por los colores opacos, pero cuando sale de su escondite y no atrae ni una mirada, no puede evitar suspirar de alivio. Camina entre todos, curioso por los seres que allí habitan. Tenían demonios en la ciudad, aunque los que tenían característica animal eran escasos y ya casi no se veían pero allí había conejos, cabreas, cerdos, gansos y quien sabe que más, viviendo con tranquilidad, en una civilización que se sentía más antigua a la que estaba acostumbrado.
No tiene idea de donde esta, ni siquiera sabe como se llama el lugar, pero toda su atención se centra en el fuerte y delicioso aroma a comida que pronto circula en el aire, haciendo que su cola se agita sin su consentimiento, respirando profundo y tarareando con gusto, casi pudiendo saborear la comida si se concentraba lo suficiente.
-Tengo hambre- hizo un puchero, mirando a su alrededor, sintiéndose un poco perdido. MK toca de manera tentativa su pelaje, pensativo mientras retuerce entre sus dedos mechones castaños, terminando hacer una mueca. No quiere convertir su cabello en comida, aun le daba un cierto asco saber que lo estaba comiendo, incluso si sabía bien. Además, no creía que su dinero sirviera. -Rayos, que mala suerte- bufo, aunque eso no evito que siquiera a su nariz hasta un lugar donde había mucho movimiento, seres entrando y saliendo, acompañando de charla entusiasta, hablando de un "Guerrero Dragón" o algo así. Se asomo solo por curiosidad, notando las mesas del interior llenas y a un gran panda alzando una bandeja con platos calientes al parecer por encima de su cabeza mientras intentaba moverse entre todos con cuidado, sonriendo ante quienes le hablaban y saludando a quienes lo llamaban.
Todo va a bien...hasta que el gran panda parece tropezar y la bandeja sale volando.
-¡No!- cae con un bufido y MK se mueve antes de pensar, sabiendo lo enojado que podía ponerse un jefe ante un accidente así. Salta, garrando la bandeja en el aire y de alguna manera, logra aterrizar de manera segura en el suelo, con los platos aun llenos y bien equilibrados, sin haber derramado ni una gota para su alivio. Ya tenía algo de practica.
-Eso...estuvo cerca- suspiro de alivio, escuchando un jadea de asombro y bajando la vista, apenas dándose cuenta que quedo frente al otro que aun no se levantaba. -¿Para que mesa es?- sonrío con nerviosismo mientras sus ojos se conectaban con los verdes del panda, quien parecía asombrado mientras señalaba una de las mesas de su lado derecho. -Aquí esta su comida- les mostro una amplia sonrisa mientras dejaba los platos frente a cada uno, quienes le aplaudieron mientras se alejaba y se volvía hacia el otro.
-¡Eso fue bárbaro!- el panda se levanto de un salto con una sonrisa enorme y los ojos brillantes, con emoción casi infantil. MK se pregunto si él se veía así todo el tiempo. -Te moviste super rápido, amiguito...- se rasco la nuca con una sonrisa nerviosa. -...y salvaste la comida- suspiro con alivio. -Gracias por eso, mi papá se habría enfadado mucho-
-¿Tu papá es el dueño?- le devolvió la bandeja, viéndolo asentir. -No te preocupes, te entiendo- por alguna razón, lo siguió cuando empezó a caminar. -Mi papá también es el dueño de una tienda de fideos y siempre me gris cuando las ordenes se me caen- hizo una mueca, pudiendo escuchar los gritos del cerdo incluso si no estaba allí. -"¡Son fideos sagrados, MK! ¡Sagrados!"-hizo la mejor imitación, sonriendo mientras el otro se reía.
-"Los fideos son vida, Po ¡Abraza los fideos!"- el panda hizo una voz dramática. Ambos se miraron y no pudieron evitar reírse a carcajadas, sintiendo que podían entenderse mucho más allá de lo esperado. Su charla se corta cuando un rugido suela y MK siente sus mejillas arder mientras se abraza a si mismo, avergonzado por su estomago que suplica por comida, agitando la cola con nerviosismo y apenas evitar golpear una silla. Estaba poco acostumbrado a esa extremidad extra. -¿Quieres un plato de fideos recién hechos?- sonrío, al parecer divertido por alguna razón.
-Yo...no tengo dinero- no cree que su dinero sea utilizable allí.
-No te preocupes, va por mi cuenta- MK alza la vista para mirarlo, notando su sinceridad y no puede evitar agarrar su cola para retorcerla entre sus manos, sintiendo una gran mano en su hombro que lo guía hasta una mesa extrañamente vacía. -Espera aquí...- el castaño chillo al ser alzado y puesto en una silla, la cual fue arrastrada más cerca de la mesa. Era pequeño, aunque eso no parecía mucho comparando a algunos animales a su alrededor. -...y te traeré algo- el panda se alejo antes de que pudiera quejarse y al sucesor no le quedo otra más que esperar, agitando la cola, esperando no hacer tropezar a nadie por accidente. -Aquí tienes, amiguito...- no tarda mucho en volver con dos platos humeantes que deja sobre la mesa, uno enfrente suyo y el otro del otro lado. -...un agradecimiento de mi parte por evitarme un largo y horrible sermón de mi papá- se sienta en la silla que esta frente al sucesor.
-Yo suelo escapar para evitarlo- bufo, aunque su atención se centro en la comida. Olía tan bien que su estomago volvió a rugir, impaciente pero dudo mientras agarraba los palillos. -Pigsy estará tan enojado si se entera de esto- ya puede imaginar el aura de traición rodeando al cerdo y se estremece.
-Oye, será nuestro secreto- el panda hace un gesto, una especie de cruz sobre su corazón en señal de promesa. -Nadie jamás se enterara de esto, en especial tu papá- luce tan segur que MK no puede evitar sonreírle, aliviado, rompiendo la unión de los palillos antes de agarrarlos de la manera correcta y llevar algunos fideos a su boca después de soplar, sonriendo y tarareando con puro encanto ante el sabor.
-Es delicioso~- no tarda en llenarse la boca, queriendo disfrutar del sabor y calmar su hambre, mientras el panda mostraba una gran sonrisa de felicidad pura.
-Olvide presentarme- los ojos verdes se abrieron con realización. -Soy Po, el Guerrero Dragón- parece orgulloso de su titulo, aunque el castaño no tiene idea de que significa eso.
-Soy MK- sonrío, dejando los palillos a un lado para acunar el palto hondo y darle un sorbo para probar la sopa, su cola meneándose con gusto. -¿Qué es "Guerrero Dragón"?- ladeo la cabeza con curiosidad y puede ver como los ojos verdes brillan con pura emoción antes de empezar a divagar sobre muchas cosas.
MK aprende que esta en el Valle de la Paz, la cual esta bajo la protección de los 5 furiosos, estudiantes de Kung Fu que viven en el Palacio de Jade y están bajo el mando de un tal Maestro Shifu, siendo Po el guerrero elegido por una tortuga sabia y vieja que ya no esta vivo. Hay mucha información pero él esta contento con escuchar, sintiendo que su propia emoción crece. Se siente como escuchar las historias de Monkey King pero con otros personajes que en realidad, le traen mucha curiosidad.
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