Espero que les guste~

Las múltiples galletas desaparecieron junto a las pequeñas tarjetas de disculpas con un chasquido de dedos de parte del niño de las estrellas, y no volvió a mencionar sobre el tema durante unas semanas pero todos podían ver su ansiedad por momentos.

Hasta que un día, pareció armarse de valor, y suplico con la mirada por

-Ahora, debes recordar que...- lo alzó para poder tenerlo a su altura, mirándolo a los ojos con tranquilidad, aunque por dentro se estaba retorciendo con algo de ansiedad. -...aunque realmente estés arrepentido y hayas sido totalmente sincero con tus disculpas...-

-...puede que no todos me perdones- asintió con un ligero puchero pero había sido algo se lo que habían hablado mucho desde que comento que tenía intenciones de volver a las islas para ver a todos. -No me enojare, tampoco usaré magia para obligarlos...- abrazo al chico, agradecido cuando este lo acomodo porque eso le daba la oportunidad de hundir su rostro en el hombro ajeno. -...pero tengo permitido sentirme triste- no le gustaba ese sentimiento pero según todo, era parte de la vida y debía dejar que eso siguiera su curso.

-Exacto- asintió, sin hacer amague de bajarlo por ahora. -Podemos irnos cuando estés listo- murmuró, pudiendo sentir las manos ajenas aferrarse a su ropa por unos segundos más antes de soltarlo solo para poder chasquear los dedos, una ráfaga azul y brillante rodeando al par, desapareciendo con un destello y reapareciendo en otro lugar, justo en frente de una casa en particular. -¿Quieres tocar?- no se acerca, se mantiene en su lugar. El niño solo tararea, sin hacer amague de bajarse para tocar.

-Yo...creo que prefiero volver a casa...- y la puerta se abre de repente, mostrando a un pequeño ser peludo y con un cráneo sobre su cabeza. Parece confundido de verlos, solo para animarse cuando sus ojos brillantes se encuentras con los rojizos.

-¡Collector!- se acercó sin dudar, con pasos rápidos y su tono lleno de emoción, su cola moviéndose de manera algo frenética.

-¡K-King!- la presencia del pequeño parece ayudar, Collector rápido para bajarse y rodear a su amigo con sus brazos, alzándolo. Dos personas más salen de la casa, una mujer muy pálida y con una sola mano, junto a una chica de cabello castaño y expresión cansada. Parecen confundidas pero listas para lo que sea.

-¿Quién rayos eres?- hay un gruñido de mal humor en su tono nasal, sus ojos entrecerrados con sospecha.

-Soy MK- sonrió, sin siquiera estar ofendido ante el tono brusco ajeno. A estas alturas, esta acostumbrado. -Tu pequeño amigo estaba en mi mundo- señaló hacia el par.

-¿Tu mundo?- la chica parece confundidos y preocupada, una buena señal. -¿Por qué estaba allí?- parece genuinamente confundida y MK puede suponer que no supo lo que sucedió. Collector les presta atención y luce nervioso, soltando a King solo para poder acercarse al sucesor y acurrucarse a su lado, agradecido por la mano que acaricia suavemente su cabeza.

-Collector me dijo que sus hermanos no lo querían, así que lo echaron...- ambas se tensan, frunciendo el ceño y con algo de enojo emanando de ambas. Espera que eso sea una buena señal. -...y como tampoco lo querían aquí, decidió ir a otro mundo y cayó al mío- ahora lucen ofendidas, aunque se relajan rápidamente, compartiendo una rápida y significativa mirada entre ellos.

-¿Por eso enviaste disculpas?- la castaña mira al niño, sus ojos tristes pero amables. -¿Por qué pensaste que no te queríamos?-

-Sé que no me quieren aquí- murmuró con un puchero y el chico esta seguir de que eso es su autoestima hablando en si mayor parte.

-¡Por supuesto que te queremos aquí!- el pequeño ser salta, pelaje erizado y luciendo como si estuviera frunciendo el ceño. -¡Eres nuestro amigo!- Collector se aferra un poco más a MK, escondiendo ligeramente su rostro contra su costado, no muy confiado al parecer.

MK tiene la sensación que lo que se acerca ahora es una larga y muy sentimental charla.

...no sabe si eso es bueno o malo...