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Somos Parecidos

Espero que les guste~

Las cosas no son tan diferentes ahora que Steven parece ser parte de su pequeño grupo pero, al mismo tiempo, si lo son.

MK no actúa diferente, saluda a todos por igual, lleno de emoción y cariño, pero Mei no puede luchar contra la punzada de celos que la golpea mientras los ve.

Hay un equilibrio obvio entre ambos, una dinámica bien armada a pesar de que mayormente solo hablaban por mensaje y video llamada.

Cuando Steven se pone tenso por las múltiples preguntas que suelta Tang, MK básicamente se interpone entre ambos y cambia de tema, aprovechando por completo que el hombre es fácil de distraer.

Cuando MK parecía hundirse en sus pensamientos no muy buenos y amables, Steven le agarraba la mano y lo traía de vuelta, alzando su teléfono para empezar a reproducir algún video random para distraerlo.

Cuando la batería social de Steven se agotaba y lo dejaba luciendo cansado, MK se sentaba tras suyo para apoyar su espalda contra la ajena y simplemente dibujaba, su ligero tarareo siendo lo único que sonaba entre ellos.

Cuando MK parecía especialmente cansado y estresado, Steven lo abrazaba con fuerza y empezaba a cantar una extraña canción que de alguna manera lograba que ambos rieran a carcajadas al final.

Y había mucho más.

Mei en realidad no lo entiende del todo, especialmente cuando se llaman entre ellos "compañeros de trauma", pero tampoco interviene, porque su mejor amigo esta sonriendo y feliz, tan sincero y sin tensión.

Cree que puede empezar a entender cuando los escucha hablar.

Su intención realmente no es espiarlos pero allí está, escondida en el callejón al lado de la tienda y viendo de reojo al par sentados en el suelo frente a esa, un sonido musical del un celular llenando el momentáneo silencio.

-¿No quieres hablar con ellos?- preguntó, suave y amable. Parece ser que el teléfono que suena es el de Steven, quien no se ve muy contento con eso.

-No realmente...no hoy- negó. Luce avergonzado por sus propias palabras y por su postura incómodamente inclinada, también debe sentirse culpable. El sonido del aparato se apaga, solo para volver a sonar a los pocos segundos.

-¿Quieres que me lo lleve? Puedo apagarlo y guardarlo- señaló su teléfono, sin hacer amague de agarrarlo aun para darle la oportunidad de pensar. -Puedes llamarlos en la mañana o mandarles un mensaje, depende de tu ánimo- se encogió de hombros.

-¿En serio puedes?- suena tan esperanzado y Mei no puede evitar sentir empatía. MK le había preguntado eso mismo muchas veces y entiende la esperanza, el alivio, la comodidad de no sentirse juzgado y criticado ante la mirada de aquellos ojos oscuros que solo muestras amabilidad pura y sincera.

-Por supuesto~- extendió sus manos y Steven entrego el ruidoso aparato después de unos tensos segundos de ver fijamente la pantalla. Mei observa a su amigo cortar la llamada sin mucho problema y apagarlo antes de que pudiera empezar a sonar nuevamente, guardándolo por el momento en su bolsillo, y no puede evitar sentir cierta curiosidad.

Sabe que nadie tiene una vida perfecta pero nunca pensó mucho en la vida de Steven antes de llegar a la ciudad y se siente mal, porque ese pequeño gesto que acaba de presenciar le da la señal de que algo había sucedido y tiene una sensación de familiaridad que la golpea muy de cerca.

Debió haberlo imaginado aunque sea, porque MK tiene la costumbre de adoptar a aquellas almas tristes y rotas.

Vuelve a prestar atención, escuchando pero no entendiendo lo que el sucesor susurra antes de darle al menor un rápido y suave abrazo antes de levantarse, volviendo a la tienda para dejar al triste chico solo. Y antes de que pudiera pensarlo mejor, salió de su escondite para acercarse al solitario chico.

-¿Tu también tienes problemas con tus padres?- la pregunta salió más brusca de lo que había querido pero ya no había vuelta atrás, no cuando el menor se volteo a verla rápidamente.

-¿Disculpa?- enarco una ceja y ahora que lo ve bien, se ve cansado, con algo que esta segura es estrés y tristeza brillando en los ojos oscuros.

-Problemas con tus padres- se sentó al lado ajeno, sin mirarlo pero sintiendo su mirada encima suyo, atento. -MK escondía mi teléfono cuando no tenía ganas de contestar las llamadas de mis padres...- se cruzó de piernas para poder estar más cómoda. -...ellos siempre me castigaban pero nunca estaban presentes lo suficiente como para cerciorarse de que cumplía con sus ordenes, así que me escapaba y el ciclo empezaba de nuevo-

-¿Muy exigentes?- preguntó, tentativo y algo dudoso.

-Exigentes, perfeccionistas. Querían mantener una imagen feliz y perfecta en la que to realmente no quería participar- hizo un gesto con la mano, fingiendo desinterés.

-...lo siento...- pareció algo incómodo.

-Nha, llegué a un acuerdo con eso- lo hizo pero incluso si ahora las cosas estaban relativamente bien, aun había un cierto resentimiento del que no podía deshacerse aun. -Entonces, ¿problemas con tus padres?-

-Es...mas complicado que eso- dejo escapar un largo y pesado suspiro, pasando sus manos por su esponjado cabello.

-Pues, si quieres criticar a tu familia, no dudes en buscarme- se ofreció. MK es demasiado amable como para criticar a alguien, principalmente porque ellos eran toda la familia que tenía y conocía. -Tengo una larga lista, mi familia es muy grande- se animo ligeramente al escucharlo bufar. -En serio. Se supone que somos familiares de dragones pero tengo una tía que parece más un conejo- y al fin, el menor rio, apenas y ligero pero una risa al fin y al cabo.

-...criticar esta mal...- susurro después de unos segundos de silencio.

-Quizás...- asintió. -...pero lo que sea que digas, se quedará entre nosotros. Honor de dragón- como prueba de sus palabras, soplo, logrando formar con llamas verdosas un círculo perfecto. -¡Lo logre!- festejo con orgullo y Steven no puede evitar reír ligeramente. Hay un cómodo silencio entre ambos, solo rotó cuando el menor respiro profundo y empieza a hablar, murmurando sobre aquellas cosas que nunca le dieron la oportunidad de hacer y de las acciones de sus familiares que le dolieron. A cambio, ella también habla de sus días en solitario y el resentimiento que aun no puede soltar del todo.

Si, son algo parecidos después de todo.

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