Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¡No Eres Mi Papá!

Espero que les guste~

Nota: MK puede sentir la energía que Tang tiene y como no entiende, le tiene miedo y prefiere mantenerse lejos

Nota-2: No sé si lo notaron pero MK siempre hace referencia a que Pigsy es su papá y nunca menciona a Tang a pesar de que él declara que es su figura paterna

Nota-3: Por si no lo notaron, me gusta el drama :3

MK era un niño horriblemente directo, hasta el punto de ser bruscamente sincero. Había leído libros sobre niño que hablaba de la falta de filtro que venía con la inocencia infantil pero sinceramente, nada lo había preparado para eso. Algunos se reían y encontraban la sinceridad infantil como algo divertido pero otro no tanto, había recibido quejas y miradas feas cuando él soltaba un comentario sobre algo que llamaba su atención. "Ese color es horrible" "Ese hombre huele raro" "La señora se hecho un gas" y eso solo eran algunos ejemplos.

-No tienes que decir todo lo que viene a tu mente, MK- dijo después de que la maestra lo llamara. La escuela había mejorado mucho la actitud del niño pero eso no significaba que no hubiera algunos tropiezos en el camino.

-¿Por qué no?- frunció ligeramente el ceño, luciendo tan genuinamente confundidos que el demonio no pudo evitar ablandara un poco.

-Porque puedes herir los sentimientos de los demás...o molestarlos- cielos, como deseaba en momentos como esos que su madre estuviera allí para ayudarlo en eso. Ella había sido buena en la enseñanza, siempre pareció saber que decir. -¿Cómo te sentirías si alguien te dijera que tus dibujos son feos?-

-Triste...y enojado...- murmuró con un puchero pero lucia pensativo, no irritado o molesto, así que el mayor lo iba a tomar como victoria. -Intentaré no ser grosero, papá- parecía tan decidido que era dulce.

-Es todo lo que pido- le dio un beso en la frente, ambos compartiendo una suave sonrisa entre ellos.

MK pareció entender y se esforzó aun más en no decir lo primero que venía a su mente, a veces tropezando para cerrar la boca y evitar que algo grosero saliera. Estaba agradecido de que su maestra ya no llamara tan seguido y de ya no estar del lado malo de la mala cara de algunos clientes con feo carácter, eso hacia qué su día fuera más tranquilo.

Ahí es cuando tuvo que enfrentar otro problema.

MK y Tang tenían una relación complicada. Bueno, más bien, era una relación unilateral.

Con la primera impresión siendo peor de lo que Pigsy realmente había querido, no estaba nada sorprendido que MK se mantuviera cauteloso y alejado todo lo posible. Tang había intentado todo para ganarse algo del afecto del niño, desde traerle muñecos y juegos hasta libros para colorear y cajas de colores, incluso lo había visto suplicar de rodillas y con lágrimas, pero el menor no parecía dispuesto a dar el brazo a torcer.

-¿Por qué no le das una oportunidad, chico?- Pigsy pregunto, genuinamente queriendo saber que pasaba por la mente del extraño niño que se había adentrado a su vida sin ninguna advertencia.

-...no quiero...- fue lo único que murmuró antes de enterrar su rostro contra su costado y el demonio no insistió. MK era un niño extraño, uno que aprendía rápido y aun así luchaba por saber como actuar o que decir, un pequeño con un pasado desconocido y que se estaba esforzando por entender. No iba a forzarlo a nada, incluso si el hombre le rogaba por ayuda cuando estaban solos.

A pesar de la señales negativas, Tang parecía decidido a ocupar el puesto de "figura paterna" por alguna razón. Lo proclamaba en cada oportunidad que tenía, con una sonrisa orgullosa y mucha seguridad, ignorando el suspiro cansado del demonio y el ceño fruncido del menor. Era insistente y sinceramente, si Pigsy hubiera estado en el lugar de MK, le hubiera puesto un bozal al hombre para callarlo pero el niño no dijo nada, solo lo miraba de reojo y luego se alejaba, una decisión sabía según muchos.

Pero Pigsy también era muy consiente de que todo estaba llegando a un límite. Tang podía ser mucho, tanto en presencia como en actitud, y su insistencia estaba acabando rápidamente con la paciencia que tenía el niño pero él no intervino, porque lo había intentado en más de una oportunidad y el maldito de su supuesto amigo lo había ignorado, así que solo quedaba observar y esperar.

-Escucha MK, como tu figura paterna...- y ahí iba otra vez, el cerdo suspirando con cansancio mientras se cubrió momentáneamente el rostro con las manos pero levantó la vista al escuchar como su hijo daba un pisotón con frustración notable. Se preparo porque MK se veía furioso.

-¡No eres mi papá!- el demonio hizo una mueca ligera ante el grito del niño. Se escuchaba molesto, su voz rompiéndose ligeramente en señal de angustia y aunque su ceño estaba fruncido, parecía al borde de las lágrimas. -¡Deja de decir que eres mi papá, no lo eres!- gruñó, al mismo tiempo que la expresión del hombre caí algo lleno de culpa y desesperación. -¡No quiero que seas mi papá!- y con eso, les dio la espalda para correr hacia su cuarto, ambos haciendo una mueca ante el portazo que resonó en el pequeño departamento.

-Oh dioses de los fideos, denme paciencia porque si me dan fuerzas, lo mato...- murmuró el demonio para si mismo, respirando profundo para aplacar su mal carácter. Gritar no era recomendable, no en ese momento.

-Pigsy, yo...- Tang llamo, dudoso y ansioso, sin saber que debía hacer a continuación.

-Me encargaré de ti más tarde- lo corto, rápido en levantarse e ir tras su angustiado hijo, apenas sintiendo una punzada de culpa por dejar a su amigo triste en la sala. Abrió la puerta, dolido ante el llanto que pudo escuchar, no tardando mucho en ver a su hijo en una esquina de la habitación.

-Fui grosero...- MK sollozo, acurrucándose, rompiendo el corazón del demonio. Se veía tan triste, con sus pequeñas manos enredadas en su cabello en señal de desesperación, su cuerpo sacudiéndose por el llanto que luchaba por detener. -...fui grosero...- repitió con la voz rota. -Lo siento papá. Lo siento mucho, intente no ser grosero pero...-

-No, no lo fuiste- negó, arrimando la puerta al ingresar a la habitación, acercándose para sentarse al lado de su hijo con un gemido exagerado y sonriendo ligeramente cuando se ganó un bufido. -Tang fue demasiado lejos y tu estabas cansado pero no fuiste grosero- alzó su brazo en una invitación, tarareando cuando el menor fue rápido en acurrucarse contra su costado y lo abrazo, pasando su mano por su cabello apenas el niño se aferro a su ropa. -A veces...ser sincero puede parecer grosero pero es lo mejor. Tienes el derecho de establecer límites-

-Él no es mi papá- murmuró y el demonio dejo escapar un largo suspiro.

-No si no quieres que lo sea- pudo sentir su pequeño cuerpo relajarse, lleno de alivio y tranquilidad. No iba a obligarlo a algo que no quería. -¿Quieres ir con Momo a mi habitación?- decidió que se merecía un descanso después de lo sucedido.

-¿Puedo?- alzó la vista para verlo con emoción ligera. Sus ojos estaban irritados por llorar y su rostro era un desastre por el llanto anterior pero no había nada que no se pudiera arreglar con algo de agua.

-Si, puedes- acomodo su agarre para alzar al menor, sintiendo sus pequeñas manos aferradas a su ropa, y se acercó a la cama ajena solo para agarrar el mono de peluche que allí descansaba. -Vamos, hasta te dejaré comer en la cama...- MK chillo con felicidad, aceptando su peluche y abrazándola contra su pecho, dejando un beso en su frente en señal de cariño puro. -...pero solo por hoy- lo llevo al baño para lavar su rostro y solo entonces lo dejo caer en su propia cama, bufando con diversión y cariño al ver como el chico se acurrucaba contra una de las almohadas. -Volveré dentro de poco- prendió la tele que allí tenía y le dio el control, dejándolo solo con sus dibujos animados y yendo para lidiar con el otro lado.

-Pigsy...- Tang se veía un poco más recuperado, las mejillas rojas por la vergüenza y por haber limpiado bruscamente las lágrimas pero con algo desesperado brillando en sus ojos.

-Escucha, se que tu insistente y abrumadora personalidad es lo que te ayuda a hacer amigos...- los recuerdos del hombre joven y con poca vergüenza a la hora de llamar la atención se le había acercado cuando estaba con Sandy, del como lo siguió sin descanso hasta meterse a la fuerza a su vida. Lo quería, no iba a negarlo, su extraña personalidad había llamado su atención y aunque a veces quería tirarlo por la ventana, lo quería mucho y no cambiaría nada. -...pero no puedes esperar que eso funcione con un niño-

-Yo solo...quiero ser parte de su vida...- murmuró, luciendo culpable y triste, avergonzado por la forma en la que retorcía sus manos.

-Serás parte de su vida porque ambos son parte de la mía, el es mi hijo y tu eres mi amigo...- se cruzó de brazos, decidido a ignorar como los ojos ajenos se llenaban de lágrimas rápidamente. Demasiado emocional. -...pero no llegaras a ningún lado si sigues insistiendo en ocupar un puesto que el niño no quiere que ocupes- se paso una mano por la cabeza, cansado.

Solo podía esperar que las cosas mejoraran a partir de allí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro