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Miles Morales #2

Espero que les guste~

Nota: Tarde más de lo que esperaba en terminar esto xD

Nota-2: No duden en dejarme ideas, ya sea de esto o de otra cosa, aun me faltan para llegar a los 100

Nota-3: Sinceramente, no pensé que llegaría tan lejos O_o

Miles tarda minutos en recomponerse pero MK no lo apura. El adolescente esta agotado hasta los huesos, golpeado y maltratado, con tanto equipaje emocional que aun no a podido digerir del todo, así que le dará todo el tiempo que pueda.

Entonces, falla. Luce como si sucediera una especie de error en un videojuego, deformándose y lleno de colores al azar para luego recuperar su apariencia original.

-¿Estás bien?- se animo a preguntar, viéndolo jadear pesadamente, luciendo exhausto y adolorido, más de lo que ya estaba.

-Eso fue horrible- gimió sin ser realmente exagerado. Su curación rápida era buena, de seguro los huesos rotos estaban mayormente curados, pero lo hacia sentir agotado y con mucha hambre, además de que las fallas dolían. 

-¿Sucederá otra vez?- estaba preocupado porque sinceramente, no sabía que hacer para ayudar a su invitado de otro mundo.

-Lo hará hasta que vuelva a mi propio mundo- dejo escapar un tembloroso suspiro, moviéndose lentamente para plantar sus pies sobre la superficie en la que estaba, levantándose lento y con mucho cuidado, quejándose entre dientes. MK abrió la boca, sin saber que decir a continuación, pero un sonido llamo su atención. Abajo, justo en la calle, se estaban abriendo múltiples portales coloridos, con una multitud de seres saliendo de allí a un ritmo rápido. Había uno que iba frente a todos, su traje mayormente negro y con detalles en rojo, luciendo grande y musculoso. Podía suponer que era el líder.

-Por Buda, ¿tantos para buscarte?- hizo una mueca. Eran muchos y aunque no se estaban metiendo con nadie en particular, la gente entro en pánico de igual manera, corriendo para esconderse y ponerse a salvo. Su vista se centro en uno en particular, uno que encajaba con la descripción que el adolescente le había dado de aquel extraño vampiro que casi lo mata. De gran musculatura, su traje mayormente negro y con detalles en rojo, luciendo grande e imponente.

-No tienes idea- frunció el ceño, apretando los dientes con fuerza y ahogando un gemido apenas cuando volvió a fallar. Demasiado tiempo lejos de su mundo.

-¿Qué necesitas exactamente?- lo miro, curioso, su mente corriendo ya con algunas ideas.

-Un reloj- hizo una mueca. Fallar estando todo golpeado, hacia que todo doliera aun más. -Son los que evitan las fallas y abren los portales. Necesito uno de esos para ir a mi propio mundo- porque a pesar del consejo del Punk, no tenía el tiempo para hacerse su propio reloj. Tenía que ser rápido, no sabía cuanto tiempo le quedaba.

-¡Lo conseguiré!- sonrío, ya con una idea formándose en su mente. -Me encargare de las arañas, mientras necesito que busques un frasco...- se quedo pensativo por unos segundos. -...uno algo grande y con agujeros en la tapa- quería reírse ante la expresión llena de confusión en el rostro ajeno.

-¿Quieres que te deje solo para pelear con todos ellos?- Miles señalo hacia la multitud de diferentes versiones de gente araña que salían del portal, frunciendo ligeramente el ceño al no entender del todo las intenciones ajenas. No podía negar que se sentía algo desconfiado, especialmente después de lo que había sucedido con sus supuestos "amigos", pero MK no parecía tener motivo alguno para mentirle o engañarlo, no parecía ese tipo de persona.

-¿Quien dijo que estoy solo?- rio ligeramente y ante la mirada confundida del adolescente, tomo algo de su cabello soplo y pronto, todo el techo estaba lleno de clones de si mismo. Ninguno de ellos pareció necesitar ningún tipo de orden, soltando un grito de guerra mientras se lanzaban del edificio para ir directamente hacia los intrusos. -¡Porty!- llamo a su versión fiestera antes de que se fuera.

-¿Qué pasa, Jefe?- él se acerco, tranquilo y sonriente como siempre. Habían llegado a una especie de acuerdo, así que ya no desobedecía, siempre que obtuviera lo que quería después.

-Necesito que le robes un reloj a cualquiera de ellos, menos al grandote- señalo al mencionado. El clon fiestero tarareo, su sonrisa volviéndose afilada mientras daba grandes pasos para dejarse caer del edificio, al parecer para cumplir con la petición ajena.

-Voy...a preguntar por eso más tarde- parpadeo, sintiéndose perdido y sumamente confundido. Aunque, con toda la locura que había vivido, se siente casi como un extraño y muy raro sueño pero estando despierto. -¿Seguro que estarás bien?- lo miro, preocupado.

-Soy Monkie Kid- le extendió la mascara que antes había levantado, sonriendo enorme y confiado. -Podre con ellos- Miles le sonrío, pequeño y tentativo, aceptando la mascara para ponérsela. Se miraron entre ellos por unos segundos antes de cada uno fuera por su lado. MK fue ágil para bajar, usando su bastón en un movimiento familiar y practicado, dejándose caer frente al líder de todo ese desastre. -Hey~- guarda su bastón, metiendo por un segundo las manos en el bolsillo de su campera.

-No venimos con mala intención- su voz es grave y suena serio, no tiene su mascara y aunque su expresión es mayormente neutral, algo no le cae bien a MK.

-Eso no importa, están invadiendo mi cuidad y asustando a la gente- y se mueve a gran velocidad antes de que el hombre pudiera reaccionar, colocando sus manos en su pecho y concentrándose, un aura dorada cubriendo el cuerpo ajeno antes de simplemente desaparecer con un humo dorado. MK lo encierra entre sus manos, haciendo una mueca.

-¡MK, tengo el frasco!- Miles corre hacia él con frasco en mano.

-¡Me esta clavando las garras, ábrelo!- chillo con apuro, el adolescente torpe mientras desenroscaba la tapa y acercaba el frasco al chico, quien dejo caer algo adentro, tapándolo al instante. -¿Qué clase de Spider-Man tiene ese tipo de garras?- hizo un puchero, acariciando ligeramente las palmas de sus manos pero Miles estaba más ocupado en su asombro, viendo a la versión de Miguel en tamaño llavero que golpeaba el interior del frasco con los puños.

-¿Lo...encogiste?- no se resiste y lo agita, sintiendo una cierta satisfacción al verlo tropezar. La voz del hombre ahora es aguda y no se le entiende pero se ve tan furioso como en su enfrentamiento, aunque esta vez el adolescente puede reírse sin miedo.

-Sip- toma el frasco de las manos ajenas y se voltea hacia la pelea. -¡Oigan!- llamo, logrando llamar la atención de lo demás, divertido al ver como toda la escena se congelaba como si le hubiera puesto pausa a una película. -¡Si no quieren que esto les pase...!- levanta el frasco para que puedan verlo, escuchando sus murmullos y jadeos. -¡...váyanse de mi mundo!- las gente araña no tarda mucho en desaparecer, obviamente intimidados por la falta de su líder, y cuando no queda ninguno, los clones se esfuman con una ligera nube de humo. 

-¡Jefe!- el único clon que no desapareció se acerco, luciendo orgulloso y con una sonrisa afilada llena de burla. -Tengo lo que me pediste~- dejo caer el objeto a las manos del original, quien sonrío ante eso.

-Gracias, Porty- el clon hizo un saludo rápido antes de desvanecerse como los demás.

-¿Como fue que...?- hizo un gesto, sin saber exactamente como expresarse. El chico parecía inofensivo a simple vista, sonriente y amable, no había esperado que tuviera tantos poderes sinceramente.

-Monkey King es un dios- sonrío, encogiéndose ligeramente de hombros. Le dio una firme sacudida al frasco, logrando que el ser encogido en su interior se cayera. Se veía furioso, gritando con esa voz tan aguda que era difícil saber que decía pero MK estaba seguro de que lo estaba insultando.

-¿Un dios?- el cerebro agotado y lento de Miles tardo unos segundos en digerir la información, sus ojos abriéndose con ligero horror. -Amigo, esos son unos zapatos inmensos para llenar- jadeo. Los zapatos de un héroe querido ya eran grandes pero los de un dios, cielos santos, eso si que debía ser complicado.

-Sip- bufo, extrañamente divertido. -Ahora, con este loco fuera de tu camino...- hizo un gesto hacia el frasco, sonriendo al verlo chillar con ira obvia. -...y con tu reloj, puedes ir a tu mundo para salvar a tu papá- le extendió el objeto, viendo como el adolescente lo colocaba en su muñeca y soltaba un suspiro de alivio. -Como dato extra...- le entrego el frasco esta vez, sonriendo esta vez con nerviosismo. -...no sé como devolverlo a la normalidad, así que si alguna vez quieres que vuelve a su tamaño original...eso lo tendrá que hacer Monkey King- Miles miro fijamente el frasco, pensativo. Este chico se había encargado sin mucho problema de Miguel y eso le daba una idea.

-¿Puedes hacer esto con Spot?- levanto ligeramente su mascara para ver al chico con ojos serios, llenos de esperanza y ansiedad. Si podían hacer lo mismo con Spot, dejarlo encerrado, eso podía ser una solución.

-Puedo...- taraceo, haciendo una mueca. -...pero no creo que sea bueno encerrar en un frasco a un ser que puede hacer múltiples portales-

-¿Y si encontramos algo más seguro que un frasco?- insistió porque sinceramente, encogerlo era la primer y única idea que tenía. Spot era ágil, con esa habilidad de abrir portales constantemente haciendo que fuera difícil asentarle golpes pero encogido y encerrado, eso podía ser lo mejor.

-Podemos preguntarle a Monkey King...- MK siempre estaba dispuesto a ayudar y sabiendo la razón tras la desesperación ajena, eso lo motivaba aun más. La familia era importante. -...seguro que él tiene algo más seguro que un frasco- o por lo menos, eso esperaba.

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