Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Hija

Nota: Eso sería parte de la historia "fantasmas"

Nota-2: Tengo que decir que esta fue la mejor manera en que se me ocurrió xD

Nota-3: Se supone que Wukong, al principio de todo, no era inmortal

Nota-4: Por si no quedo claro, la hija de Wukong no heredó sus poderes, ni siquiera una habilidad. Nació como Rinrin, una simple demonio mono más

Petición de: kazumidelama

MK no puede evitar estar orgulloso al notar que la cantidad de espíritus en la montaña de su maestro a disminuido dramáticamente. Son pocos los que quedan, quienes parecen no estar listos aun para desaparecer pero que tampoco parecen deprimidos por estar allí, hasta se podría decir que tenían un aura más tranquila, una mejoría si podía decirlo él mismo.

-Sucesor...- uno de ellos se le acerco, luciendo calmada pero preocupada al mismo tiempo, sus ojos algo vacíos mirándolo.

-¿Si?- sonrió, reprimiendo un escalofrío. La mayoría de los espíritus tristes y que parecían estar atrapados en el mundo de los vivos tenían los ojos blancos y vacíos, aunque aquellos que se quedaban por propia cuenta tenían un brillo ligero en medio de todo ese blanco vacío.

-...me gustaría advertirte...- acortó un poco más la distancia para susurrar y él no pudo evitar inclinarse, sintiendo que estaba a punto de escuchar algo importante. -...que hay un nuevo fantasma rondando la montaña- el chico se enderezó, alarmado.

-¿Monkey King mato a alguien recientemente?- esta espantado de solo pensarlo.

-No me sorprendería- Macaque tarareo, fingiendo desinterés mientras flotaba con las manos tras la cabeza y mirando el techo, aunque estaba atento a todos.

-Yo...creo que no es un espíritu reciente...- negó, luciendo pensativa. -...es aterradora, se puede sentir el odio y el rencor...- MK se tensó. El libro que Nezha le había dejado no tenía mucho pero era mucho más de lo que él sabía y decía que aquellos espíritus que se alimentaban de lo malo podían llegar a ser un gran problema, como lo fue Lady Bone Demon y eso no era bueno. -...ronda alrededor del rey y luego se va-

-Creemos que esta buscando algo...- otro espíritu se acerco, luciendo tan preocupada como ella. -...pero no tenemos muy en claro qué-

-Esta bien, gracias por decírmelo...- les sonrió, nerviosos y un poco ansioso por poder esconderse en su habitación lo más pronto posible. -...estaré muy atento- no va a negar que corrió directamente a su casa luego de eso y dormirse acurrucado tapado por completo, abrazando a Momo contra su pecho y confiando completamente en que Macaque espantaría a cualquier fantasma que intentara acercarse.

En la mañana, se sentía un poco mejor, aun alerta pero menos paranoico y se permitió seguir con su día con normalidad. Así que se preparo y se dispuso a trabajar, colocando todos los pedidos posibles en su carrito para poder entregarlos, hasta que uno de ellos lo llevo al parque.

-No hay nadie aquí- comento el mono con una mueca, viendo a su alrededor con ojo atento. No había nadie, mucho menos a esas horas donde la gente buscaba donde comer para seguir con su día lo más rápido posible.

-Awww, ¿otra broma?- hizo un puchero. -Rayos, Pigsy se va a enojar- aunque no pudo evitar reír entre dientes al imaginar las maldiciones entre dientes que su jefe iba a soltar cuando volviera con la noticia.

-Podrías comértelo, la comida no se desperdicia- bufo el demonio, quien siempre se reía a carcajadas mientras escuchaba las blasfemias que soltaba el chef y luego recalcaba que no se debían repetir.

-Lo descontara de mi paga...- murmuro, dándose media vuelta para caminar hacia su carrito. -...pero tienes razón, la comida no se desperdicia- además, no podía negar que tenía hambre, el delicioso olor y la calidez que aun podía sentir ayudando a tomar su decisión. 

-¡Al fin te encontré!- se sobresalto, el extraño eco que hacia la voz fantasmal dándole un escalofrió. Fue rápido en empujar el pedido al asiento del carro, volteándose con bastón en mano por puro reflejo y con Macaque un poco enfrente suyo, luciendo tan tenso como se sentía. El ambiente se volvió repentinamente frio mientras el fantasma se acercaba a ellos. Era un demonio mono, femenina teniendo en cuenta el vestido blanco que tenía y las facciones de su rostro, el pelaje castaño entrecano y los ojos dorados algo oscuros. -Eres más escurridizo de lo que esperaba...- se acerco con el ceño fruncido. -...y este lugar es enorme- agrego lo ultimo con un gruñido.

-Un momento, se parece a...- Macaque la analizo con la mirada, entrecerrando su ojos en concentración, abriéndolo con sorpresa. -...oh- se enderezo y aunque su postura delataba su sorpresa, su pelaje erizado no era una buena señal.

-Tu...- el gruñido de ella se hace más profundo, el eco fantasmal en su voz resonando un poco a pesar de estar en un lugar abierto.

-¿La conoces?- MK pregunto, tembloroso, sintiéndose confundido por toda la situación.

-Desgraciadamente- él suspiro, pasando una mano por su pelaje, permitiendo que sus pies tocarán el suelo como en pocas ocasiones.

-¡Te lo llevaste! ¡Lo apartaste de nosotras!- mostró los colmillos con un gruñido. -¡Eres su hermano jurado y llenaste su cabeza de mentiras para llevártelo!-

-Tienes mal la historia- bufo con molestia. -Wukong quería ser fuerte, quería enfrentar a los mejores y sabía que quedarse en el bosque no lo ayudaría en su sueño-

-¡Tu querías alejarlo de nosotras para tenerlo solo para tu!- lo miro con burla. -Pero las cosas no te salieron tan bien, ¿o si?- parecía satisfecha cuando el mono frunció el ceño.

-¡El bastado me mato!- MK se estremeció ante el tono lleno de ira y resentimiento.

-¡No lo llames así!- ella se erizo.

-¡Es un bastado, acéptalo!- gruñó. -No se que clase de tonterías te contó tu madre...- casi escupió lo último con desagrado. -...pero Wukong no era ningún santo- se crio de brazos. -Él tomo sus decisiones-

-¡No lo detuviste!- grito, el dolor obvio en su voz.

-¡Y no iba a poder hacerlo!- Macaque parecía cansado, arto, como si quisiera arrancarse las orejas para no tener que escucharla. -No lo conociste pero Wukong era terco, nada ni nadie iba a poder detenerlo- rodo los ojos cuando ella volvió a gruñir. -Él decidió irse, él decidió seguir viajando, él decidió dejarlas...- se cruzó de brazos. -...yo no tuve nada que ver con eso-

-¡Él nos amaba, mamá me lo dijo!- ahora lucia dolida.

-Los hacía pero no había ningún tipo de amor que pudiera competir con su adorada libertad- se veía pensativo, casi melancólico. MK dudo, sintiéndose mal por su amigo, pero terminó por avanzar, tomando la mano ajena e ignorando el toque helado, le mostró una sonrisa tentativa. El aura del mono pareció apaciguarse lentamente, sonriendo un poco más tranquilo.

-¡Y tu!- el menor se sobresalto cuando ella lo apuntó repentinamente, sintiendo como si lo estuvieran acusando. -¡Tu no debiste existir!- parecía estar haciendo un berrinche, sonando más joven de lo que parecía. -¡No es justo!- sollozo, molesta y frustrada. -¡Yo debía ser su sucesora, yo debía heredar todo su poder y sus cosas! ¡Soy su hija!- y por primera vez desde que se mostró, MK pudo obtener algo de información sólida.

-¿Su...hija?- recorrió toda la historia que se sabía pero en ningún lado hablaba de parejas o de hijas. Según los libros y demás, Sun Wukong nunca tuvo herederos biológicos.

-¡Si, soy su hija!- se erizo, el frío haciéndose aun más intenso, siento doloroso ahora para el único vivo entre ellos. -¡Y ni tu, ni ese mentiroso, me lo podrán arrebatar otra vez!-y se desvaneció, llevándose la tensión y el frío con ella.

-La historia no te dice que Monkey King tuviera una hija- no pudo evitar murmurar, aliviado de que ella se hubiera ido, permitiéndose caer lentamente de sentón.

-Apuesto a que ni siquiera la recuerda- bufo el mono, luciendo pensativo y con el ceño fruncido.

-¿A qué te refieres?- lo quiso tomar como una broma o una burla pero había algo en la postura ajena que le daba la señal de que era un comentario más serio.

-La inmortalidad viene con consecuencias- se cruzo de brazos. -Vivíamos entre demonios monos en el bosque al principio...- hablo, flotando con aire ausente mientras se cruzaba de piernas. -...allí vivía Rinrin, quien amo a Wukong desde el principio y aunque él tardo un poco en darse cuenta, le devolvió el sentimiento- el menor no pudo evitar mirarlo con los ojos bien abiertos, sorprendido. -Ella quería una familia, así que estaba muy emocionada cuando se embarazo pero Wukong quería más. Quería conocer el mundo, pelear contra los más fuertes, dejar su marca en el mundo para que nadie pudiera olvidar su nombre- MK tarareo, eso sonaba como Monkey King. -Rinrin le rogo durante meses, le suplico que se quedara con ella y su bebé, aunque fue en vano, él no escucho, la decisión ya estaba tomada- se paso una mano por el pelaje. -Wukong la amaba y amaba a su bebé pero amaba más la libertad-

-Si las amaba...¿Por qué las olvido?- eso era algo que no entendía.

-Consecuencias- se encogió de hombros. -Cuando Wukong aprendió a ser inmortal, olvido mucho de nuestra vida en el bosque y solo empeoro cuando comió esos duraznos-

-Ya veo- hizo un puchero. Olvidar tu vida antes de ser inmortal no sonaba para nada bien. -¿Los celestiales también olvidan?- ladeo la cabeza con confusión.

-Los que nacen inmortales no tiene problema...- negó. -...aquellos que buscan la inmortalidad y la consiguen son los que corren peligro de olvidar-

-¿Como puedes recordar?- pregunto con curiosidad.

-"En mi lecho de muerte, vi mi vida pasar frente a mis ojos", una frase rara que escuche de una película...- hizo un gesto, apoyando con cautela su mano sobre su ojos blanco, sus dedos rozando la cicatriz. -...que resulta ser mucho más cierta de lo que esperaba- y a eso, MK no supo que contestar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro