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Dragón Salvaje #2

Espero que les guste~

Nota: Hay dos tipos de gorgoteo según lo que encontré. Uno es el sonido que hace un líquido cuando hierve y el otro es el sonido que puede emitir un gato cuando se siente especialmente amigable

Nota-2: MK no le gusta la idea de comer monos, prefiere pescar o robar algún tipo de carne. Además, lo puede comer crudo, aunque cocido también le gusta

El dragón comió como todo un glotón, disfrutando por completo de los pescados cocinados y sin importarle los huesos o las escamas, lamiéndose las manos de manera meticulosa cuando terminó.

-¿Satisfecho?- Macaque tarareo, quedaban algunos pescados aun que en serio esperaba que pudieran durar hasta el día siguiente. El pequeño soltó un suave gorgoteo, bostezando ampliamente y parpadeando lentamente, al parecer adormilado ahora que tenía el estómago lleno.

-Panza llena, corazón contento- bufo Wukong, divertido al ver al menor amenazar con quedarse dormido allí sentado. -¿Hora de dormir, Kid?- el dragón asintió  bajándose de la silla en la que estaba y alejándose con pasos torpes pero no voló, sino que analizó los arbustos presentes, lanzándose sobre uno cuando lo considero bueno y dando un par de vueltas antes de dejarse caer pesadamente, acurrucándose de tal manera para abrazar su cola y cerrando los ojos luego de bostezar nuevamente, durmiéndose rápidamente.

Ninguno tiene el corazón para echarlo, así que lo dejaron allí y se fueron a dormir.

Siendo sinceros, habían esperado que se fuera una vez que estuviera despierto.

-¡Sigues aquí!- Wukong se erizo, obviamente aun resentido por los múltiples mordiscos que había sufrido. -Este es mi territorio, así que vete- hace un gesto con las manos, tan serio como puede estar, y con toda la molestia posible en su mirada, una que desaparece momentáneamente cuando el pequeño abre la boca. Hace ruidos, como gruñidos ligeros y algo arrastrados. -¿Qué dijo?- miro de reojo a su acompañante, confundido.

-No hablo dragón- Macaque tarareo, luciendo curioso y sorprendido. -¿Puedes repetir eso?- enarco una ceja, haciendo un ligero gesto con las manos. El dragón parpadeo lentamente, sus pupilas ahora grandes y llenos curiosidad, asintiendo a los pocos segundos. Ante la atenta mirada de los monos, él estira los brazos a todo lo que puede, señalando el bonito lugar en el que está, para luego señalar al dios.

-Si, es mi territorio- asintió y por la forma en el que el menor se anima, parece orgulloso cuando parte de su mensaje es entendido. El niño se señala a si mismo con urgencia a continuación, encogiéndose de hombros con lo que parece ser una sonrisa burlona.

-Oh...- el domador de sombras sonrió, luchando para no reírse a carcajadas en esos momentos. -Creo...- bufo. -Creo que dice que no le importa que sea tu territorio- el dragón asintió con entusiasmo y eso basta para que el mono se tape la boca para ocultar su risa, su diversión solo en aumento ante el sonido de pura ofensa que sale del dios.

-¡Soy Sun Wukong!- su orgullo esta lastimado ante la falta de reconocimiento y respeto, lo que solo hace que la risa ajena se vuelva más fuerte. -¡Soy el ser poderoso que engaño a la muerte, el que consiguió beber el ponche inmortal en la cara de los celestiales y quien robo todos sus duraznos inmortales! ¡Soy el que lucho contra todos ellos y ganó!- en medio de sus palabras, se inclino para ver directamente a los ojos ajenos. El dragón le devuelve la mirada fija, su cola moviéndose contra el suelo y removiendo algo de tierra, un suave gruñido saliendo de su boca mientras vuelve a encogerse de hombros.

Por un rato, el domador de sombras se ríe y el dios se queja, aunque en algún momento al fin se relajan y se tranquilizan.

-Bien, haz lo que quieras...- bufo, al parecer resignado, aunque Macaque sabe que Wukong no está dispuesto a echar a un niño así nada más. -...pero si quieres quedarte, hay una regla- levantó uno de sus dedos. -Nada de comerte a los monos- señaló a sus súbditos, quienes aun dormían cómodamente en lo alto de algunos árboles. El menor los miro, parpadeo, e hizo un mueca, arrugando la nariz. -¿Qué? ¿No te gustan los monos?- y el menor negó.

-¿Qué comes?- no pudo evitar preguntar, sintiendo curiosidad. Los dragones eran carnívoros según lo que entendía. -A parte de pescado- el dragón bufo, haciendo un gesto exagerado de estar escondiéndose y luego tomando algo, abriendo las alas como si se estuviera ocultando y haciendo sonidos de comer. -¿Robas carne?- el menor dobló sus alas, asintiendo con una sonrisa.

-Bueno, si, supongo que eso resuelve algunas cosas- se rasco la nuca, pensativo.

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