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Cachorro #5

Espero que les guste~

Por primera vez en muchas décadas, Macaque duerme profundo y sin ningún tipo de sueño, pacífico y reparador, lo suficiente como para que le costará despertar por completo.

-¡Macaque!- abre lentamente los ojos, el rostro sonriente y contento que se eleva por encima suyo, su cabello suelto y ligeramente húmedo, el aroma suave a coco que le da la señal de que se baño y uso su shampoo. -¡Tienes que levantarte, es un gran día!- esta animado, demasiado. Parece que es un chico de mañanas, no sabe si es bueno o no.

-¿Qué hora es?- bufo, retorciéndose para hundirá su rostro en su nido. Usualmente, no tiene mucho problemas para levantarse, pero ahora, su cuerpo es pesado y lo único que quiere hacer es volver a dormir.

-¡Van a ser las 8!- rio, divertido. Por alguna razón, se siente lleno de energía, mucho más de lo que se había sentido en años. El vínculo lo hace sentir ligero y libre al mismo tiempo, con su mente un poco más activa de lo usual. -Tienes que apurarte, debemos irnos pronto o a los amigos les va a dar un paro cardíaco-

-Ya voy, ya voy- dejo escapar un largo suspiro, aunque estaba divertida, principalmente porque puede escucharlo tararear una melodía movida. Junta fuerza y se sienta, estirándose todo lo que puede para desperezarse y pasando sus manos por su cabello antes de decidir levantarse por completo, sintiéndose llena de vitalidad. Agarra algo de ropa y va al baño para darse una ducha, además de lavarse los dientes, sintiéndose limpia y más despierta. Sale mientras se cepilla su largo cabello, lidiando sin mucha dificultad con los nudos producidos por removerse al dormir. No puede evitar reír ligeramente al ver a MK comiendo algunos de los bollos que sobraron del día anterior, luciendo contento. -¿Es mi ropa?- enarco una ceja, notando que el menos está vestido con su pantalón de siempre pero su remera blanca es reemplazada con una manga corta gris claro, con una calavera negra y con mucho detalles enfrente, con medias coloridas. No parece de su estilo pero MK se ve contento, así que no va a decir nada.

-Huelen a mango- es su justificación al terminar su bollo, aprovechando sus manos ahora libres para colocarse sus zapatos y atar los cordones. Ella solo puede sonreír, contenta porque su aroma está pegado a su cachorro, así que no se va a quejar.

Se oculta tras un glamour, sin querer llamar la atención de nadie mientras avanza, y los lleva hasta alguna parte de la ciudad para disponerse a caminar, con ella escuchando al chico divagar sobre sus amigos y de lo emocionado que estaba por presentarla.

El aroma viene desde mejor, así que no le sorprende mucho cuando se detienen frente a una tienda. El aroma a especias y pasta es intenso, incluso si no están dentro aún.

-Hagamos esto antes de que lo piense mejor- lo dice en broma, aunque está ansiosa. No se relaciono con nadie en mucho tiempo, no activamente al menos, pero va a esforzarse, porque esta gente es importante para su cachorro.

-¡Vamos!- rio, asintiendo con ánimo, decidiendo ser el primero en dar un paso al frente. -¡Hola chicos!- entro, su sonrisa en aumento ante la expresión de desconcierto y sorpresa que tienen sus dos amigos presentes.

-¡MK!- y de repente, esta entre el cocinero y el humano, siendo aplastado por la fuerza del abrazo pero en realidad, no puede quejarse, le gusta la sensación. Puede escucharlo hablar, al mismo tiempo y demasiado rápido como para poder entenderlo del todo, aunque no necesita hacerlo para saber que son reclamos y retos llenos de preocupación, el simple comienzo ante de cualquier sermón. Con la preocupación ahora calmada, da lugar al enojo y la ira.

Sabe lo que viene después, así que realmente no se sorprende mucho cuando lo sueltan y empiezan a gritar. Esta algo acostumbrado a estas alturas, hizo muchas cosas tontas y se ganó cada uno de los sermones de su pasado, pero a pesar de eso, no puede evitar encogerse, los gritos haciéndolo sentir triste y regañado. Hace un sonido raro, lleno de angustia y miedo, uno que estremece a la mona, quien no duda en avanzar a grandes pasos.

-Basta- Macaque se mete en medio, un gruñido profundo de advertencia emanando de lo más profundo de su garganta, su glamour cayendo para poder mostrar sus rasgos animales y rodear la muñeca del menor escondido en su espalda.

-¿Quién rayos te crees que eres?- Pigsy parece dispuesto a empezar una pelea física, sin importarle que quien está frente suyo sea más poderoso que él, pero el menor se remueve.

-¡Basta!- su voz llama la atención, suspirando de alivio cuando los presentes se detienen para mirarlo. -Papá Pigsy...- el mencionado hincha ligeramente el pecho. MK dejó de llamarlo así después de cumplir los 15 años pero no va a negar que se siente muy bien escucharlo de nuevo, incluso después de un tiempo. -...ella es mi mamá Macaque- la mencionada sonrió, satisfecha y divertida ante las expresiones ajenas. Tomar a otros por sorpresa y con la guardia baja siempre es divertido. -Mamá Macaque, él es mi papá Pigsy- los presenta con todo el orgullo del mundo pero todo eso se le olvida cuando un aroma floral fuerte e intenso, mezclado con algo más que no puede identificar llega a su nariz. Se volteo, su emoción y alegría en aumento al ver a la chica vestida de verde que entra en esos momento a la tienda. -¡Mei-Mei!- se levanta y salta, tirándola al suelo en el proceso pero esta demasiado feliz de verla como para escucharla quejarse ante el golpe. -¡Estas aquí, estas aquí!- llena su rostro de pesos, riendo alegremente, contento de escucharla reír con él.

-Eso...es nuevo- Tang enarco una ceja ante la escena.

-Son mejores amigos, ¿no?- Macaque enarco una ceja.

-Lo son, básicamente son hermanos pero...- Pigsy se rasco ligeramente la nuca. -...esto es mas...efusivo de lo usual- MK siempre recibe a Mei con abrazos de osos y besos en la mejilla pero esta vez, es mucho más animado, luciendo como un niño muy feliz de ver a alguien después de mucho tiempo.

-Y eso sólo es el principio- la mona rio ligeramente.

-¿Principio de qué?- ambos la miraron, enarcando una ceja con curiosidad y confusión. Macaque solo puede tararear, moviendo ligeramente la cola, preparándose para lo que va a ser una larga explicación.

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