Espero que les guste~

Nota: No etiqueto a nadie porque estoy escribiendo del celu y los nombres siempre se me olvidan xD

Había una historia realmente vieja que rondaba entre los vampiros, de cómo uno de los más antiguos y poderosos se enfrentó al gran y único Monkey King. Se contaba de cómo lucho con todo su poder y logró probar algo de su sangre como recompensa, dijo que sabía cómo algo celestial y único, pero también se hablaba de las consecuencias que vinieron con ello, del cómo aquel vampiro se moría de hambre cuando ninguna cantidad de sangre parecía saciarlo, del cómo se volvió loco mientras deseaba probar aquella sangre nuevamente, de lo imprudente y desesperado que se volvió a la hora de atacar, sólo logrando perder ante cada intento de volver a probar aquella sangre que lo había vuelto adicto. Murió a manos del dios, quien se había hartado de sus múltiples ataques y lo había dejado bajo el sol sin poder moverse. Fue deshonroso, una muerte de la más dolorosa para quienes lo había presenciado, pero ninguno de ellos intervino, temerosos por aquel mono con poca paciencia y mucho poder.

Era un historia en la que muchos habían estado presentes para verla en persona, una razón por la que se mantenían lejos de la ciudad donde todos sabían que el mono vivía, ninguno de ellos queriendo caer en la misma locura que aquel vampiro obsesionado.

Y entonces, la noticia del sucesor llegó a ellos, causando algo parecido al miedo en los más antiguos y curiosidad en los más nuevos, algunos de ellos decididos a romper las reglas entre los suyos sólo para poder acercarse y ver.

Lo que no esperaban era encontrar a un chico de sonrisa amable y ojos brillantes, que parecía joven e inexperto, torpe mientras peleaba pero al mismo tiempo, ágil si lo necesitaba y se ponía serio. Era lindo y los novatos decidieron que valía la pena el riesgo de intentar probar aquella sangre que era casi una leyenda entre los suyos.

El primero que decidió intentarlo lo siguió atentamente hasta una fiesta ruidosa y bien iluminada, caminando con agilidad por entre medio de la gente, acercándose a su objetivo lo más pronto que pudo, estirando su mano con toda la intención de agarrar la muñeca ajena y quizás arrastrarlo a un lugar más privado pero apenas pudo rozar la piel del menor cuando un repentino puñetazo golpeó su rostro, haciéndolo caer de sentón, su nariz rota y sangrando.

-¡No toques a mi amigo, ratito!- gruñó la chica de cabello negro con toques verde luciendo furiosa mientras sacudía su puño con ira. El sucesor se apresuró a detenerla, en pánico, obviamente sorprendido de verla tan enojada. Él se fue, asustado por ella y el poder que podía sentir que venía de su cuerpo, siendo recibiendo con burlas y chistes de parte de su grupo.

El segundo que decidió intentar decidió esperar en la oscuridad, atento a los rostros que pasaban, sonriendo como depredador al ver el rostro de su objeto caminando a paso rápido para volver a lo que estaba seguro era su casa. Dio un paso, dispuesto a acercarse, solo para sorprenderse cuando el suelo bajó suyo de repente desapareció y se hundió en una fría oscuridad, gritando cuando de repente estaba rodeado de fuego, alguien presente y frente suyo.

-Adiós, idiota~- pudo ver la sonrisa macabra en el rostro del mono de pelaje oscuro antes de hundirse en una sombra. Salió con torpeza y apuro del fuego, jadeando por el dolor de las quemaduras graves que empezaban a curarse lentamente. Volvió con su grupo, quienes parecían confundidos.

El tercero fue básicamente empujado a intentar, decidió a ser más directo, moviéndose con pasos silenciosos para poder acercarse lo más posible y con las intenciones de sino mente morderlo pero un repentino agarre alrededor de su cuello lo detuvo en seco, retorciéndose mientras sentía que sus pies dejaban de tocar el suelo.

-No se te ocurra- gruñó el mono de pelaje castaño que lo miraba con expresión fulminante, rompiendo unos cuantos de sus huesos antes de tener piedad y soltarlo, su gente teniendo que llevarse porque no podía moverse por sí mismo. En este punto, todos en su grupo ya estaban asustados.

Él cuarto ya estaba aterrado, entrando a la pequeña tienda que habían estado vigilando, pudiendo ver a su objetivo agarrando unos cuantos pedidos pero su atención se dirigió al demonio cerdo tras el mostrador, quien se aclaró bruscamente la garganta.

-¿Qué se te ofrece?- y a pesar de sus palabras, había un claro "lárgate" expresado en su mirar y expresión, luciendo agresivo. Decidió alejarse sin decir ninguna palabra, todos juntando sus cosas los más pronto posible y yéndose rápidamente de la ciudad para volver con su gente, decididos a darle una advertencia.

El sucesor en sí no era peligroso pero tenía gente aterradora que lo cuidaba y estaba a su alrededor todo el tiempo, así que era mejor mantenerse alejados. Nada valía la pena, ni siquiera el intentar probar aquella sangre divina segundo aquel antepasado.