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Nezha: El renacer de un dios #2

Nadie me pidió otra parte pero estaba de inspiración xD

Espero que les guste~

Nota: ¿Como creen que reaccione el Nezha de este mundo al conocer a MK?

MK no supo cuánto tiempo había estado volando o cuan lejos había llegando pero estaba agotado, decidiendo acercarse a un edifico alto y sin nadie a la vista, transformándose a pocos centímetros del techo, cayendo de rodillas y jadeando ligeramente, apoyando sus manos e intentando recuperarse. Las transformaciones lo cansaba un poco pero está vez fue diferente al tener que volar tan rápido y por quien sabe cuanto tiempo, eso lo dejo más cansado de lo que esperaba.

-Al menos...lo perdí...- jadeo, ahora solo quería acostarse por un rato y recuperarse antes de buscar su salida.

-No puedes perder a alguien que conoce esta ciudad mejor que tú- se enderezó de goleó, volteandose al instante, abriendo los ojos con alarma y sorpresa al ver al extraño de traje sentado en el borde del edifico, supuso que mirándolo con diversión.

-¡¿Cómo?!- chillo, levantándose lo más pronto que tuvo, acercando su mano a su oreja para repetir lo que había hecho pero en un parpadeo, el extremo estaba frente suyo, sus dedos largos rodeando con facilidad su pequeña muñeca y alejando su mano, evitando que sacara su bastón. -¡Oye!- reclamo. El agarre ajeno era firme pero no lo suficientemente como para lastimarlo, solo para mantenerlo agarrado al parecer. Frunció el ceño pero aún así decidió no luchar, el sujeto no lo estaba lastimando, además que podía sentir su gran fuerza a pesar de su contextura delgada, por no mencionar lo rápido que era y lo bien que conocía la ciudad. No tenía oportunidad contra él.

-Nada de trucos está vez, chico- tarareo, alzando su mano libre para mover un dedo de forma negativa frente al menor, para después mover rápidamente su brazo para rodear al chico, quien soltó un grito al ser repentinamente alzado con suma facilidad.

-¡¿Qué estas...?!- MK jadeo, sorprendido por estar entre los brazos ajenos pero sus palabras se cortaron de gole al sentir una mano en su nuca, dedos expertos bajando hasta apretar firmemente un punto en particular. El menor solo alcanzó a apoyar su mejilla en el hombro ajeno antes de caer inconsciente.

... ... ... ...

La consciencia volvió de manera lenta, MK bostezando ampliamente antes de removerse ligeramente, acomodándose y teniendo ganas de seguir con su siesta. Parecía estar sobre algo suave y esponjoso, cómodo, con una almohada mullida bajo su cabeza. Lucho para abrir los ojos, su visión borrosa por el cansancio ajustándose de manera gradual, sin reconocer en donde estaba. Se sentó lentamente, la sabana que apenas se daba cuenta que lo estaba cubriendo cayendo a su regazo, levantando las manos para frotarse ligeramente los ojos en un intento de quitarse el sueño restante y bostezando nuevamente.

-Ya despierto, ¿eh?- asintió, tarareando ligeramente, aún queriendo dormir un poco más. -¿Jugo?- una taza de plástico entró a su campo de visión, MK alzando su manos de manera inconsciente para aceptar la taza y dándole un sorbo tentativo, tarareando con gusto ante el sabor a naranja, fresco y rico. Ya se había tomado un poco más de la mitad cuando recordó de repente lo que había sucedido, alzando la vista con los ojos bien abiertos, viendo entonces al ser enmascarado parado a su lado.

-Oh...- parpadeo, más despierto y atento ahora. -¿Me pusiste a dormir?- se llevo la mano a su cuello, recordando los dedos ajenos apretando un punto en particular.

-Sip- ni siquiera se escucha a arrepentido. -Y ahora te voy a llevar- esa fue la única advertencia que tuvo antes de ser rodeado por un largo brazo y alzado, sintiéndose como un niño pequeño en su nueva posición pero decidió no quejarse, tomando lo que quedaba de su jugo mientras el más alto se movía por lo que parecía ser su casa. Miró de reojo a su alrededor, el lugar era grande, con los techos altos, con pocos muebles y una suave iluminación, algunas ventanas abiertas ayudaban gracias al sol de afuera.

-¿Puedo tener más, por favor?- preguntó.

-Claro, chico- asintió, entrando a la cocina, el gran refrigerador siendo lo que llamó su atención primero. Tenía muchos imanes, de todos los tamaños y colores. Fue dejado sobre la mesada, balanceando los pies mientras lo veía abrir la puerta de su heladera, sacando una jarra casi llena y le servía un poco más. Aquel sujeto parecía aterrador en un primer vistazo pero era amable, teniendo en cuenta como lo estaba tratando. Tomó un sorbo, mirándolo guardar la jarra en donde la había sacado, y por alguna razón, en unos parpadeo, su visión dorada se activo por sí sola. Grito, por la sorpresa y el ligero escosor, cuando un destello dorado golpeó directamente sus ojos, una gran mano cubriendolo de repente. -¡Wow, chico!- se relajo ante la ligera oscuridad, sus ojos sintiéndose un poco mejor, tocando la superficie de la tasa entre sus manos con sus dedos. No la había tirado o roto, eso era un alivio. -Lo viste muy de cerca, eso no es una buena idea-

-¿Ver muy de cerca?- desactivo su visión dorada, la mano ajena alejándose lentamente. -¿Qué cosa?- tenía curiosidad ahora, aprovechando que no había tirado su jugo para seguir tomando.

-Te lo mostraré- él alzó al chico nuevamente, saliendo de la cocina, dejándolo suavemente en el piso de una parte bastante despejada del lugar. Se alejo unos cuantos pasos, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón, luciendo despreocupado. -Ahí, puedes verlo ahora sin lastimarte- MK se cruzó de piernas y dejó su taza a un lado por seguridad, mirando al mayor y activando su visión dorada de manera consiente esta vez, jadeando ante lo que ahora podía ver. Había un ser que se elevaba por encima de aquel sujeto, enorme e imponente, completamente dorado y con aspecto de mono, de piernas cruzadas y las manos justas como si estuviera meditando, con un gran círculo detras y un bastón flotando por enfrente.

-¡¿M-Monkie King?!- chillo con asombro puro, sin poder creer que aquel ser enmascarado fuera la extraña versión de su maestro de ese mundo, sus visión dorada apagandose.

-Vaya, ha pasado un tiempo desde que escuche ese nombre- rio, alzando su mano para sacarse la máscara, mostrando su rostro sonriente y divertido, demostrando con eso que lo que sobresalía por detrás de la máscara era su cabello en realidad.

-Oh cielos...- MK se encogio, mortificado, había huido de Monkie King, con razón había sido tan fácil para él atraparlo.

-Oh cielos...- repitió Wukong, avanzando a paso lento y tranquilo, agachandlse frente al chico como en su primer encuentra, aunque esta vez el menor lo veía con timidez en vez de miedo. -Creo que tu y yo tenemos mucho de que hablar, ¿no?- su sonrisa solo se agrando. -Puedo decir que no eres un Monkie King...pero tienes el bastón y mi poder, aunque estos estén limitados con ese sello enorme en tu pecho...- comentó. -...¿Algo que quieras decir, chico?-

-¡Soy tu sucesor!- soltó antes de pensarlo, haciendo una mueca. -Quiero decir...- se mordió el labio inferior, el mayor mirándolo atentamente. -...soy el sucesor del Monkie King de mi mundo- retorcio ligeramente con sus dedos antes de armarse de valor y extender su pequeña mano. -Soy Monkie Kid pero todos me llaman MK- porque ahora que lo pensaba, nunca le había dicho su nombre.

-Bueno, MK...- tomo la pequeña mano entre la suya, el menor pudiendo sentir la suavidad del extraño guante sin dedos que el mayor usaba y notando la calavera en el dorso, con esas pequeñas púas en los puños. -...creo que tienes toda una historia para contar, ¿no es así?-

-Eso creo- soltó una ligera risa nerviosa, aprovechando que el mono lo había soltado para volver a agarrar su taza, siendo alzado casi al instante. -Es...una historia algo larga...- tomo su jugo, indeciso de cómo comenzar.

-Tengo todo el tiempo del mundo- aseguro sin mucho problema, tenía mucha curiosidad a estas alturas.

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