Monkey King: Hero Is Back #3
Espero que les guste~
Nota: Estaba super inspirada xD
Resulta que su presentimiento estaba en lo correcto, es lo que se da cuenta cuando de repente se encuentran rodeados de demonios, todos ellos teniendo como objetivo a la pequeña niña que aun duerme a pesar del ruido. MK se encarga de proteger al niño lo mejor posible, sintiéndose extraño al no usar su bastón pero sin dejar que eso lo detuviera, agarrando el palo más cercano para hacer todo lo que fuera posible, sudando al ver cuantos de esos demonios están allí.
Todo se va al diablo cuando aquel ser de rostro raro aparece de la nada, mandando a volar al mono con gran facilidad y saben que ya no tiene más opción que huir, subiéndose al pequeño bote que había allí, aprovechando la distracción que el mono da con su pelea y se alejan, este aterrizando sobre el bote antes de ir demasiado lejos pero aquel ser es poderoso y rápidos, sin querer perder, subiéndose a su bote con espantosa facilidad y barriendo el suelo de madera con todos ellos hasta el punto de destruir el bota, volviendo de un salto con sus seguidores demonios y tomando a la pequeña en su mano, ellos siendo llevados por la corriente rápidamente.
Cuando salen, MK no puede evitar sentirse inútil, se la habían llevado justo bajo sus narices y no había podido hacer nada para evitarlo.
-¡La niña!- Liuer se levanta apenas su pequeño cuerpo tiene la fuerza. -¡Tenemos que salvarla!- corre hacia el mono, quien se había levantado en silencio y les estaba dando la espalda, tomando su mano e tirando, insistente. -¡Gran sabio, tenemos que volver para salvarla!-
-...no puedo ayudarte...- gruño entre dientes, sin siquiera mirar a ninguno, y MK lo entiende de alguna manera. Él mismo se siente inútil con el poco y restringido poder que tiene, solo puede imaginarse como se debe sentir el mono sin ningún poder en absoluto.
-¡Gran sabio!- pero el niño es insistente, obviamente sin notar la molestia ajena y el chico sabe lo que sigue, puede verlo con mucha facilidad.
-¡Te dije que no puedo ayudarte!- lo empuja, brusco, mirándolo con el ceño fruncido y mostrando los colmillos con un gruñido con ira reprimida.
-...p-pero...- el niño se levanta, suplicante, al parecer sin estar molesto por el empujón. -¡Usted es el único que puede salvarla!- el mono no contesta y simplemente desvía la vista pero eso parece ser respuesta suficiente, Liuer retrocediendo con una mueca, luciendo devastado y al borde de las lagrimas. -Entonces...¡la salvare yo solo!- les da la espalda y corre, su expresión decidida a pesar de aun estar dolido.
-¡Joven maestro!/¡Liuer!- el chico y el cerdo llaman pero el menor se aleja sin hacer amague de detenerse
-¡Mono, no puedes dejar que valla solo!- hablo Pigsy mientras miraba al mayor, frunciendo el ceño al no recibir una respuesta directa.
-Yo...- mira a ambos lados, dudoso, no quiere dejar al mono deprimido así nada más pero tampoco quiere dejar que el niño vaya solo a la guardia de esos demonios en un intento de salvar a la niña. -...iré con él- informa al cerdo, mostrándole una pequeña sonrisa y esperando poder tranquilizarlo de alguna manera, corriendo para alcanzar al niño, quien no había llegado muy lejos antes de tropezar. Relaja su expresión al verlo, hay lagrimas visibles corriendo por sus mejillas, las cuales esta limpiando bruscamente y con el ceño fruncido. -Hey...- se agacho, sonriendo ligeramente, decidió a no comentar sobre las lagrimas ajenas. -...vamos a salvar a esa pequeña y a todos los demás- suena mucho más confiado de lo que esta pero eso parece animar al niño, su ojos irritados brillando con felicidad.
-¡Si!- se levanto rápidamente, animado de golpe
-Bien...- es bueno ver esa gran sonrisa de vuelta en el rostro ajeno. -...pero vas a tener que confiar en mi- extendió su mano, el menor no dudando ni un segundo en poner la suya encima, el sucesor sonriendo ante eso. Se pregunto si la confianza era más fácil a su edad. -Ven, sube- lo guía para que se suba a su espalda, sus cortas piernas rodeándolo y sus manos aferrándose a su ropa. Activa su visión dorada, tardando un poco pero puede ver a aquellos demonios no muy lejos, huyendo o quizás volviendo a su guarida. -Perfecto~- sonrío, llevando su mano a su oreja y sacando su bastón en un movimiento exagerado muy practicado, entusiasmado de escuchar al niño jadear con asombro apenas el bastón crece. Apoya uno de los extremos en el suelo y lo hace crecer de golpe para impulsarse en el aire, moviéndose con agilidad para alcanzar a esos demonios, el chico aferrado firmemente a su espalda y soltando risas llenas de adrenalina. -Los ayudare, solo esperen- esta decidido a salvar a esos niños, sin importar cuando le cueste.
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