Espero que les guste~

Nota: Escuche un audio en Tiktok y no pude resistirme xD

-¡Oigan!- MK dio un salto, parándose en medio de la sala del barco de Sandy, todos reunidos allí simplemente sin un motivo importante en particular además de pasar tiempo justos. -¡Necesito un consolador!- declaro y obtuvo múltiples reacciones, aunque todos medio parecidas. Sandy se tambaleo con sorpresa, luchando para no tirar la bandeja con bocadillos que estaba llevando, Mo maullando ruidosamente en su hombro e intentando no caerse de allí. Nezha, quien había estado disfrutando de un té dulce, se atraganto, enderezándose de su posición cómoda e inclinándose hacia adelante, apenas logrando dejar la taza sobre la mesa más cercana mientras tosía violentamente. Tang se puso pálido, con los ojos bien abiertos, el libro que había estado leyendo cayendo al suelo con un golpe en seco. Pigsy abrió la boca con asombro y horror, apretando con tanta fuerza sus manos que rompió por la mitad el lápiz que estaba sosteniendo, los pedazos cayendo. Mei solo pudo parpadear, su cerebro intentando procesar la palabra que había salido de la boca de su inocente y dulce mejor amigo. Wukong se enderezo con el pelaje erizado, un brillo dorado destellado en sus ojos. Macaque solo pudo ver al menor, entrecerrando los ojos, analizando quien pudo haberle enseñado eso.

-¿Disculpa?- el chef logro romper el repentino y tenso silencio que se había formado entre ellos. -¿Qué necesitas?- se aclaro la garganta con incomodidad.

-Un consolador- sonrío, solo poniendo más incomodos a los presentes.

-MK, Kid, Buddy...- el dios se levanto de donde estaba, acercándose a su alumno con una sonrisa nerviosa, su cola moviéndose un poco más rápido de lo usual. -...¿sabes...tu...?- se rasco la nuca, sin querer completar la pregunta por temor a la respuesta.

-¿Sabes siquiera lo que es eso?- el mono de las sombras fue más brusco, algo impaciente.

-Alguien que consuela, ¿no?- parpadeo con inocencia, sin entender la razón por la cual todos ellos dejaron escapar un largo suspiro de alivio, notando como se relajaban en sus lugares. -Alguien que te abraza y te dice palabras de consuelo, un consolador- ladeo la cabeza. -¿Me equivoque?-

-Para nuestro alivio, si- asintió el de anteojo, hachándose hacia atrás en el sillón de manera dramática para apoyarse en el respaldo, agotado.

-Esa palabra no es...lo que tu dijiste- negó el príncipe, volviendo a acomodarse en su lugar, absolutamente relajado y aliviado.

-¿No?- rayos, ahora MK se sentía un poco tonto. -Entonces, ¿Qué es?- pregunto, lleno de curiosidad ahora.

-Escucha MK...- hablo Mei, llamando la atención. -...como tu mejor amiga y hermana mayor...-

-Solo eres unos meses mayor que yo- rio, divertido, ella usaba esa frase cada vez que podía.

-...tengo el deber de decirte que un consolador es...- levanto las manos, dispuesta a hacer gestos groseros para explicar, solo para que una cinta roja la callara, tirando de ella hacia atrás para obligarla a sentarse nuevamente. Sus reclamos y gritos fueron ahogados por la cinta firmemente que tapaba su boca, mirando de mala manera al príncipe, quien le estaba lanzando una mirada de muerte que asustaría a cualquiera.

-No importa- negó Wukong, moviéndose para estar frente al chico, logrando que dejara de ver como su amiga luchaba para liberarse.

-Escucha, chico...- Macaque también se acerco, mostrando una pequeña sonrisa. -...te daremos todos los abrazos que quieres, ni siquiera necesitas preguntar...- ya estaban acostumbrados a los abrazos de parte del chico a estas alturas.

-...pero con la condición de que no vuelvas a usar esa palabra...- el dios se lo pensó un poco. -...y no lo busques en internet- se apresuro a agregar.

-Oh...- hizo un pequeño puchero pero se encogió de hombros, su curiosidad por aquella palabra en particular no era suficiente como para querer buscarla, así que podía cumplir con aquellas condiciones sin mucho problemas. -¡Esta bien!- se lanzo sobre el par, abrazándolos con fuerza al mismo tiempo que una gran sonrisa se dibujo en su rostro. El par suspiro, devolviendo el gesto, mirándose de reojo entre ellos. Eso había estado tan cerca.