Algo raro que se me vino a la mente :3

Espero que les guste~

Estar en cerrado en una cueva, a oscuras y con la única salida bloqueada por un montón de rocas, no era algo exactamente bueno pero eso solo empeoraba teniendo en cuanta que había un claustrofóbico allí.

-¡Monkey King!- MK esta asustado, en especial al ver el aspecto salvaje y el comportamiento frenético de su maestro pero sabe que no es su culpa, no exactamente. Conoce la historia de cómo el mono quedó atrapado por tantos años bajo la montaña y supuso, después de conocerlo, que algo así dejaría alguna especie de marca en él a pesar del tiempo que había pasado y no estaba equivocado, en especial viéndolo ahora.

-¡Necesito salir de aquí!- golpeó su cuerpo contra una de las paredes de la cueva, brusco y molesto, algunas piedras de la parte superior cayendo por la fuerza. -¡No volveré a quedar atrapado!- otro golpe, más piedras cayendo. -¡No otra vez!- otro golpe un poco más fuerte, solo logrando que más piedras cayeran.

-¡Tienes que calmarte!- chillo, acurrucándose lo mejor posible en un intento de que nada golpeara su cabeza. Estaba oscuro, apenas iluminado por la linterna de su teléfono pero eso no parecía ayudar. -¡Monkey King!- si seguía así, la estructura de la cueva no iba aguantar mucho y aunque el mono iba a salir ileso de todo aquello, él iba a morir si eso sucedía y no quería morir enterrado bajo piedras. -¡Basta, Monkey King!- se levantó y se lanzó hacia el mayor, logrando rodearlo con sus brazos, aferrándose con todos sus fuerzas ante los bruscos movimientos ajenos. Jadeo cuando su espalda golpeó el suelo, escuchando los fuertes y profundos gruñidos que salían del mono ahora salvaje pero se mantuvo firme, aferrándose. Estaba agradecido que a pesar de su loco estado el mayor no decidiera morderlo o algo peor. -¡Monkey King, por favor!- suplico y en un movimiento desesperado, dejo escapar un destello de poder en general, sin ninguna intención en particular, sorprendido cuando el mayor de repente se detuvo en seco. -¿Monkey King?- lo volvió a intentar y está vez, recibió un destello de poder como respuesta, fuerte hasta el punto de traer un escalofrío pero era la mejor respuesta que había tenido hasta ahora. -Esta bien, todo va a estar bien. Los demás nos sacaran de aquí y podrás volver a tu montaña, con tus monos, a dormir siestas sobre su nube y a comer todos los duraznos inmortales que puedas- aseguró, concentrando su poder en sus manos, las cuales paso de forma suave sobre la espalda ajena, aliviado de sentirlo relajarse ligeramente.

-...casa...- lo escucho murmurar con la voz ronca, agotado por sus gritos de seguro.

-Así es, casa. Estaremos fuera de aquí muy pronto, estoy...uffff...- soltó un bufido de sorpresa cuando el peso completo del cuerpo de Wukong cayó encima suyo, completamente relajado al parecer, sintiendo la cola ajena rodeando su tobillo con firmeza y la nariz fría rozando su cuello. -Esta bien, estoy justo aquí. Sé que este lugar es horrible y el encierro lo hace peor pero no estas solo, Monkey King. Estoy aquí, contigo- estaba divagando en este punto pero no le importaba, aliviado de que el mono estuviera más tranquilo ahora. El suelo de piedra era duro y doloroso, incómodo para estar acostado con alguien más pesado encima pero no hizo amague de moverse, decidido a sacrificar su comodidad a favor de pasar suavemente sus manos por la espalda ajena, tarareando una melodía cualquiera mientras se disponía a esperar a que fueran a salvarlos.