Dos Caras #3
Espero que les guste~
Cayeron a una zona donde obviamente no eran bienvenidos, los demonios presentes dejando lo que estaban haciendo para acercarse, todos frunciendo notoriamente el ceño y murmurando entre ellos, demasiadas voces sonando juntas como para que alguno entendiera pero por sus celos fruncido y la ira que podían sentir que venían de ellos, sabían que ninguno de ellos tenían buenas intenciones. Que mala suerte.
-Tengo la sensación de que no estamos en mi mundo- murmuró MK con una ligera mueca, retrocediendo hasta que su espalda tocó la de su contraparte, pudiendo sentir su tensión. Eso tampoco era una buena señal.
-Eso temo- asintió Xiao, frunciendo el ceño, pudiendo reconocer a muchos de los demonios que los estaban rodeando. Lo habían secuestrado y atacado tantas veces que era difícil no reconocerlos a estas alturas. -Son enemigos de mi maestro- y eso estaba peor.
-Oh, cielos...- seres que odiaban al maestro de uno, lidiaba con ellos y sabía por experiencia que eran peligrosos. Supuso que la mala suerte siempre estaba con él, sin importar de que mundo fuera. Se llevó la mano a la oreja, sacando su fiel bastón en un gesto exagerado y bien practicado, haciéndolo grande y colocándose en pose defensiva. Al mismo tiempo, Xiao dio un aplauso, haciendo aparecer un familiar bastón oscuro y con pinchos en los extremos, girándolo con agilidad. Los demonios se lanzaron primero y no les quedó otra más que defenderse, atacando con todo lo que podían. Tenían movimientos tan familiares a pesar de haber sido enseñados por monos diferentes y aunque estaban relativamente acostumbrados a luchar por si solos, lograron complementarse entre ellos de alguna manera, confiando de manera inconsciente en el otro para proteger su espalda o punto ciego. -¡Eso fue asombroso!- sonrió enormemente, viendo a los inconscientes demonios tirados en el suelo a su alrededor. -Somos un buen equipo~- hizo un girar su arma en una mano, estirando la otra con el puño cerrado.
-Si, creo que lo somos- sonrió ligeramente, apoyando su propia arma en su hombro, chocando su puño con el ajeno. Todo parecía tranquilo y ambos estaban dispuestos a quizás caminar un poco, hasta que Xiao pudo notar como una sombra se extendía rápidamente por debajo de ambos, una señal que reconoció al instante. -¡Cuidado!- rodeo con sus brazos a su contraparte, dando un salto hacia atrás, justo para que una figura emergiera lentamente. Era Macaque, fácil de reconocer y con su ropa luciendo no tan diferente como se esperaba, aunque su pelaje negro ahora tenía tonos claros en las puntas y la punta de su larga cola que se movía con tranquilidad era de color blanco, mostrando sin problemas la cicatriz en su rostro y su ojo opaco, sus orejas visibles y con aros de anillos dorados en sus orejas izquierdas. Tenía un aura de tranquilidad a su alrededor, aunque sabía que no debía confiarse del todo, este era el mono de las sombras pero de este mundo, no tenía ni idea de cómo podía reaccionar a su presencia.
-Tu Macaque es más aterrador que el mío- murmuró antes de pensarlo, encogiéndose todo lo posible tras su contraparte pero sintiendo la mirada ajena sobre él. Su mirada era tan intensa que lo hacía sentir intimidado y algo incómodo.
-Xiao...- habló el mono, enarcando una ceja al ver a su alumno protegiendo a alguien, manteniéndolo escindido tras suyo. -...¿Algo que quieras decirme?- tarareo, notando y sintiendo el aura dorada que rodeaba el cuerpo del pequeño escondido. Lo había estado buscando y ahora que lo encontraba, estaba con alguien particular.
-Maestro...yo...- no sabía cómo explicar su loca situación pero tampoco tuvo la oportunidad, siendo absorbido de repente por la oscuridad, abriendo los ojos con sorpresa cuando emergió y vio al mono frente a su contraparte. Jadeo, tenso, sin saber lo que él podría hacer. -¡Maestro! ¡MK!- intento avanzar pero sus pies parecían estar pegados al piso, notando entonces la sombra bajó suyo que lo mantenía quieto.
-Oh, por toda mi mala suerte...- pensó, tenso y tieso, sin hacer amague de moverse por miedo a que el mayor pudiera atacarlo o algo peor.
-El poder de Wukong...- murmuró ante el sello, caminando a paso lento y rodeando al nervioso chico, analizándolo con su único ojo bueno. -...pero limitado...- MK alzó la cabeza, ahogando una carcajada cuando la peluda cola ajena paso por debajo de su mentón, el pelaje haciéndole cosquillas. -...y en un mortal...- tarareo, pensativo, colocando su mano en bajo el mentón del chico para obligarlo a mantener la cara hacia arriba, sonriendo con algo de diversión ante la tensión ajena. -Todavía no muerdo, Kid~- MK cerró los ojos con fuerza al verlo acercarse lentamente, abriéndolos con sorpresa al simplemente sentir una nariz algo fría rozando su frente, escuchándolo olfatear apenas antes de soltarlo y retroceder. -Nos vamos a casa, Xiao. Trae a tu alegre contraparte- se alejo unos pasos, dejando espacio para que su alumno se acercara al pobre chico que ahora empezaba a relajarse en su lugar.
-¿Me acaba de...oler?- parpadeo, confundido hasta el más allá.
-Es algo raro pero creo que tiene que ver con su lado animal- asintió Xiao, aliviado de que el mayor no atacara a su otra versión. Fueron a la casa del mayor rápidamente con ayuda d ella poderes del mono, quien los dejó solos por el momento, Xiao casi empujando a su contraparte por el pasillo para mostrarle su cuarto.
-¿Vives con él?- preguntó con curiosidad, viendo la habitación ajena. Era algo grande, con un desastre de ropa y cosas tirados en el suelo muy familiar, junto a una especie de pizarra con múltiples dibujos pinchado allí.
-El alquiler de mi departamento subió y ya no pude pagarlo, así que el maestro me ofreció su cuarto extra y bueno...- hizo un gesto a su alrededor, sentándose en su cama, viendo con diversión como su contraparte investigaba sus dibujos con ojos brillantes. En serio que le hubiera gustado tener un hermano alegre y siempre sonriente, esta seguro de que eso haría más brillante los días.
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