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Dos Caras

Espero que les guste~

Nota: Se supone que esto iba a ser corto pero me inspire un poco xD

Petición de: A-z123545775

MK ladeo ligeramente la cabeza, más curioso que molesto, viendo a la extraña versión de su mismo que había aparecido de repente. El parecido era bastante obvio, aunque la bandana alrededor de su cabeza que mantenía su usual peinado era violeta y con los extremos un poco más largos que la suya, vistiendo de negro con un pantalón largo y una remera sin mangas con una chaleco de colores oscuros, junto con unas zapatillas del mismo color con detalles en morado y lo que parecían ser guantes sin dedos en sus manos. Su expresión era lo que más llamaba su atención, con los ojos oscuros algo fríos y el ceño apenas fruncido.

-Así que...- no le gustaba el silencio, así que decidió romperlo. Además, tenía curiosidad. -...¿Eres alumno de Macaque?- lo dedujo por el símbolo que estaba en la espalda del chaleco, mostrando el rostro del mono sonriente con dientes afilados y bordes violetas que solo había visto una vez cuando el mayor lo había hechizado en su primer encuentro.

-Su sucesor- se cruzó de brazos, MK sintiéndose analizado bajo la mirada ajena. -Supongo que tu eres el sucesor de Wukong en este mundo- y su ceño fruncido se profundizó ante sus propias palabras, casi como si estuviera algo molesto por ello.

-Si- él nunca llamo a su maestro por su nombre pero su extraña versión al parecer si, aunque parecía más que escupió el nombre con desprecio. -No eres dan de Monkey King- era una afirmación.

-Él lastimó a mi maestro- gruñó, un destello violeta brillando en sus ojos, algo que sorprendió al menor.

-Se lastimaron mutuamente- frunció el ceño, algo molesto. Ambos monos habían tenido la culpa de su pelea, demasiado tercos y orgullosos para retroceder. -Wukong hizo mal en matarlo pero Macaque no detuvo ninguno de sus intentos por manchar su nombre o de sus intentos de matar a sus amigos. Ambos tuvieron la culpa- metió las manos en los bolsillo de su campera, algo incómodo por la mirada fulminante de su extraña contraparte, quien estaba obviamente molesto por sus palabras. -Hagamos una cosa, ¿bien?- porque lo que menos quería era pelear contra si mismo. Además, si el maestro ajeno aparecía y Monkey King, con su extraño sexto sentido que siempre sabía cuando su alumno estaba en problemas, también aparecía en escena, eso podía terminar en una muy mala pelea. No podía permitir algo así, no cuando ese era su mundo y estaba cerca de la ciudad. -Yo no diré nada sobre tu maestro y tu no dirás nada sobre el mío...- extendió una de sus manos. -...¿Trato?- sonrió, tentativo. Su yo de las sombras lo miró, pensativo, tarareando para si mismo mientras lo analizaba.

-Trato- asintió, aceptando el apretón de manos, dejando escapar un largo suspiro y obligándose a relajar su expresión.

-¡Genial!- le dio un firme apretón antes de soltarlo, animado. -Tengo fideos en mi carrito, ¿quieres? Aun están tibios- camino hacia su carrito, sacando dos potes de que se suponía que debía entregar pero supuso que se iba a enfrentar a la ira de su jefe luego. -Aquí. Mi jefe Pigsy hace los fideos desde cero y son los mejores de la ciudad, te encantarán- se sentó de piernas cruzadas, extendiendo una de los potes cerrados hacia su contraparte, quien dudo unos segundos en aceptarlo y luego sentándose, abriendo el pote con cautela tarareando ante el olor a comida. -Entonces...supongo que no te llamas MK, ¿no?- abrió su pote para comer, tarareando ante el delicioso y familiar sabor.

-¿Ese es tu apodo?- enarco una ceja, bufando apenas. -Me llamo Xiao- se llevó algo de la comida ofrecida a la boca, sus ojos abriéndose con sorpresa. -...están ricos...- parecía tan asombrado que MK no pudo evitar soltar una carcajada.

-¡Te dije!- sonrió enormemente. -¿No tienes un Pigsy en tu mundo?- se animo a preguntar.

-Conozco a un tal Pigsy, es el dueño de un pequeño restaurante pero...- se encogió de hombros, comiendo un poco más, disfrutando del delicioso sabor. -...realmente nunca fui allí, evitó en su mayoría a la gente- jugó con los palillos, dudando en sus siguientes palabras. Este era una versión de sí mismo, una de gran sonrisa y actitud animada. -Tengo la suposición de que...estuviste en la calle un tiempo...- MK se sobresalto ante eso y lo miró de reojo pero no hizo amague de detenerlo. -...él se fue, ella murió y solo quedaste tu, un niño triste y solo que no tuvo más opción que comer lo que podía encontrar en la basura...si tenías suerte...- comió un poco más. -...pero encontraste esperanza y un nuevo comienzo en ese restaurante, encontraste una familia con el dueño de ese lugar, una familia que solo se hizo más grande entre más conocías gente...- al de bandana roja se le estrujo el corazón, dolido por el tono melancólico y triste en la voz ajena.

-Eso no sucedió contigo, ¿no?- no lo miro para darle al menos una sensación de privacidad.

-No- negó. -Soy la versión de alguien que no tuvo apoyo y estuvo solo pero realmente no tengo nada en contra de nadie y tampoco busco venganza o algo así, como los personajes de las series- se sentía extraño hablar de aquello con alguien pero al mismo tiempo, no se sentía tan raro teniendo en cuenta que quien lo escuchaba era el mismo. -Viví en la calle hasta que tuve la edad suficiente como para conseguir un trabajo y ahorre todo lo necesario para tener un departamento, pequeño pero mío al fin. Nunca estuve realmente enojado con nadie, yo solo...segui adelante, sin esperar nada en particular pero Macaque...- miro a su contraparte y por primera vez desde que se encontraron, sus ojos oscuros se veían más vivos y ligeramente brillantes. -...él me dio esperanza de que podía ser algo más que solo un chico que luchaba para llegar a fin de mes. Me dio algo que hacer todos los días, una razón para levantarme...pero a veces...siento que no importa cuanto lo intente, cuanto me esfuerce, sigo siendo un fracaso y solo lo estoy haciendo perder el tiempo- MK no pudo evitar estremecerse apenas ante la sinceridad repentina.

-No eres un fracaso- su tono firme pareció sorprender a su contraparte, quien parpadeo. -Sobreviviste a años en la calle, superaste cualquier tipo de enfermedad, seguiste adelante a pesar de todos los problemas que se te presentaron pero luchaste con uñas y dientes para llegar a donde estas ahora- sonrió, confiado. -¿Macaque te escogió para ser su sucesor?- Xiao asintió. -Entonces, eso lo demuestra. Él te escogió porque vio que eras un luchador...- se arriesgo a colocar su mano en el hombro ajeno, contento cuando el otro no lo apartó. -...uno que se siempre se levanta, sin importar lo que suceda, porque es increíble y fuerte-

-Esa...es una forma de verlo...- soltó una ligera risa, aunque se veía aliviado y menos tenso, algo que MK decidió tomar como una victoria. -¿Ser el sucesor de Wukong es tan fácil como me lo imagino?-

-Yo...- estaba sorprendido por la pregunta, no iba a negarlo. -No es tan fácil, no...no es...- se mordió el labio inferior, dudando solo por unos segundos antes de decidirse. -...¿Guardas un secreto?- el de bandana morada asintió, serio, ya teniendo una sensación de lo que venía a continuación. -Yo...a veces siento que Monkey King no tuvo opción- jugó con los palillos, ansioso. -Quiero decir, a veces creo que el bastón me escogió porque era la persona más cercana que había en un momento de desesperación y que Monkey King no tuvo otras opción más que...conformarse conmigo- eso había sido algo que invadió su mente más de una vez. -Me esfuerzo para estar a la altura de su legado pero...cometo tantos errores, aprendo tan lento, me meto en tantos problemas...- hizo una mueca. -...que a veces me pregunto por qué no recupera el bastón y solo...- hace un gesto con las manos, sin saber como expresarse.

-¿Nunca le preguntaste?- su propio maestro no le decía nada pero si preguntaba, era sincero, hasta el punto de llegar a ser un poco bruto y brusco.

-Monkey King no sabe lidiar con lo sentimental y apenas está aprendiendo a ser sincero...- negó con un bufido.

-Pues en ese caso, con opción o sin opción, yo creo que el bastón escogió bien...- golpeó ligeramente su hombro con el ajeno. -...porque por lo que me dices, sigues adelante a pesar de dudar y me puedo imaginar que si somos parecidos en algo, es que somos capaces de seguir sin importar que tan difícil se vuelva todo- MK sonrió, suave y ligero antes las palabras llenas de confianza, divertido. Aquí estaban, el mismo ser, dos caras de una misma moneda, hablando de sus problemas y consolándose entre ellos.

-¡Somos un desastre!- soltó kan carcajada sin poder evitarlo.

-Puedes repetirlo- asintió, divertido de igual manera. -¿Crees que necesitemos a una terapeuta?-

-¿Qué crees que piense si nos ve?- sonrió, dejando el pote vacío y los palillos a un lado.

-Que somos gemelos- imitó el gesto ajeno.

-¡Eso sería genial!- se animo, emocionado. -Siempre quise tener un hermano~- sonrió. -Tendríamos literas, ¿Qué cama te gustaría?-

-Me quedo con la de abajo- respondió sin dudar, era la opción más cómoda y segura para él.

-¡La de arriba es mía, entonces!- rio. -Le pondría sábanas naranja, es mi color favorito-

-Prefiero el rojo- sonrió ligeramente porque aunque ni lo demostraba tan abiertamente como su contraparte de colores brillantes, también se estaba emocionado, incluso si la idea de que fueran gemelos era imposible porque cada quien pertenecía a su propio mundo pero por el momento, se iban a permitir disfrutar del momento.

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