Carta no Deseada #2
Espero que les guste~
Nota: Ignoren los errores ortográficos, estoy escribiendo temporalmente en el cel, en cuanto pueda usar la compu arreglaré mis fallas xD
Wukong tarareo suavemente, terminando de peinar y arreglar el cabello mojado de su alumno, quien ahora estaba limpio y con ropa que le quedaba algo grande pero luciendo cómodo y un poco más tranquilo que antes. No había dicho nada desde que habían llegado y el dios había decidido no preguntar, incluso si lo único que quería era buscar esa carta causante de todo y leerla para saber a quien debía matar. Se levantó de donde estaba para sentarse al lado del menor, tomando sus manos con suavidad para inspeccionarlas, satisfecho de ml ver ningún tipo de herida, masajeando las palmas con sus pulgares y sintiendo como él se relajaba lentamente en su lugar. Se quedaron en silencio por un rato, el suave sonido que venía del programa que se reproducía en el televisor siendo el único ruido en la sala, teléfono del menor vibrando constantemente en el bolsillo del dios pero este lo ignoro.
-Mi padre...no era una buena persona- comentó, rompiendo el silencio entre ellos. -Puedo recordarlo...gritándome...y golpeando a lo mamá- hizo una mueca ante los recuerdos que se le vinieron a la mente, mientras que el mayor simplemente le dio un ligero apretón en señal de apoyo. -Él era malo pero un día, simplemente se fue...y no volvió, ni llamó, ni nada por el estilo. Solo...desapareció de nuestras vidas- se encogió ligeramente de hombros. -Yo estaba tan aliviado y mi mamá también, al fin podíamos estar juntos, al fin ya no teníamos que soportarlo y todo iba a mejorar, tenía la esperanza de que si- se mordió el labio inferior, pensando en sus siguientes palabras. -Estábamos bien...pero entonces...ella se enfermo y las cosas ya no estaban bien. Ella no mejoraba, ya no podía trabajar y nos estaba faltando dinero, incluso con la ayuda de Pigsy...todo era difícil-
-¿Ya conocías a Pigsy?- no pudo evitar preguntar, curioso.
-Él y mi mamá eran amigos de la escuela. Ella lo dejó como mi tutor antes de...antes de morir- extrañaba a su mamá, la extrañaba tanto que dolía a veces. -Ese hombre nunca nos contacto, ni siquiera apareció en su funeral pero realmente no me importaba porque no lo quería en mi vida, no después de perder a mi mamá...pero...- miro de reojo su campera, la cual estaba colgada en un gancho en la pared, recordando la carta arrugada guardada allí.
-...él te contacto- era una suposición y por la forma en la que su alumno se tenso, supo que había acertado.
-Me envió esa tonta carta- hizo un puchero, sus dedos jugando ligeramente con la mano ajena, queriendo distraerse. -Dice que esta enfermo, que quiere verme para hablar con su hijo...- frunció el ceño. -...actúa como si nada hubiera pasado, como si no nos hubiera lastimado...- estaba molesto y frustrado por la osadía de ese hombre, las palabras "hijo mío" de la carta solo lo habían asqueado. Él no era su hijo, no quería ser su hijo.
-Ven aquí, Kid- lo rodeo con sus brazos para acercarlo, acariciando ligeramente su espalda mientras lo sentía acurrucarse contra su costado.
-¿Qué se supone que voy a hacer, Monkey King?- preguntó, enterrando su rostro en el hombro del mayor aferrándose a su ropa ligeramente. -No quiero tener nada que ver con él...pero al mismo tiempo...- no sabía cómo expresarse. No quería verlo pero al mismo tiempo si quería, solo quizás para enfrentar al monstruo de sus pesadillas de niño.
-Escucha Bud, no soy muy bueno con la parte sentimental, así que disculpa de antemano si soy un poco brusco pero...- apoyo sus manos en los hombros ajenos para alejarlo un poco y mirarlo a los ojos. -...es tu decisión- MK solo pudo parpadear. -¿Quieres ir a donde ese tonto para poder reclamarle y recordarle lo basura que fue en la vida antes de morir? Ve y hazlo, sin vergüenza ¿Quieres quemar esa carta, ignorarlo y dejarlo morir solo como el bastardo que es? Pues traigamos a los demás y hagamos noche de cine...- el menor rio ligeramente, su maestro aún se estaba adaptando a lidiar con la parte sentimental de la vida pero estaba mejorando, incluso si era un poco brusco. -...pero lo que decidas, es tu decisión. Lo que quieras hacer, lo que decidas hacer, te apoyaremos- sonrió, suave y confiado. El labio inferior del menor tembló y esa fue la única advertencia que el dios tuvo antes de que su alumno empezará a llorar, luciendo aliviado y molesto al mismo tiempo. El pelaje del mono se erizo por la sorpresa y se apresuró a abrazarlo con fuerza, susurrando torpes palabras de consuelo, ansioso y nervioso. MK sólo se aferro a su maestro, sollozando, un cúmulo de sentimientos estallando en su interior y haciéndolo sentir abrumado. Lo iba a pensar, tenía que pensar, y ver que iba a hacer a continuación pero por el momento se permitió simplemente disfrutar del consuelo que le estaban dando.
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