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Bosque Aterrador

Algo raro que se me vino a la mente y no pude resistir a escribir xD

Espero que les guste~

Nota: Técnicamente, esto era mucho más largo pero decidí cortarlo porque ya me estaba pasando de las 2.000 palabras y a veces, la página no siempre guarda bien tantas palabras. Una vez se me borro todo T-T

Nota-2: Arreglaré mis errores en cuanto me den mi computadora ^_^

Nota-3: Estoy inspirada :3

MK odiaba ir al bosque a esas horas cuando el sol ya no estaba en lo alto para iluminar y con la oscuridad haciendo que el bosque se vería aún más aterrador de lo que ya era, aunque en esos momentos se veía especialmente terrorífico. Los árboles se veían negros casi y con la copa de los árboles repletos de hojas cubriendo la mayor parte de la parte de arriba hasta el punto de no dejar ver el cielo, pisando y el suave crujir de las ramas en el suelo resonando junto al viendo aullando, haciéndolo temblar.

-Odio este lugar...odio este lugar...odio este lugar...- murmuró para si mismo, mirando a su alrededor con miedo y paranoia, asustando. -¿A qué clase de loco se le ocurre pedir fideos a esta hora y justo aquí?- estaba casi sollozando en este punto, sólo queriendo correr de vuelta al carrito de entregas y volver a su departamento bien iluminado. Jadeo cuando una sensación de deja-vu lo golpeó, había visto este aterrador bosque antes, cuando hizo aquella entrega y sus poderes parecieron volverse locos sin su consentimiento. -¿E-Estoy causando esto...?- se preguntó, algo preocupado, aunque juraba que el bosque se veía aterrado desde que lo vio a la distancia. Retrocedió cuando un ruido particularmente fuerte lo sobresalto, solo para caer con un grito femenino de espaldas al suelo, mirando sus pies para ver que lo había frenado. -Eso no es buena señal...- jadeo, viendo la raíz que rodeaba su pierna derecha, la cual parecía hacerse más larga mientras seguía subiendo, otra raíz saliendo de suelo y empezando a rodear su pierna izquierda. -¡No!- chillo cuando múltiples raíces salieron del suelo bajo suyo, rodeando con fuerza y firmeza sus brazos, moviéndose rápidamente para rodear su torso también e inmovilizarlo casi por completo. Eso no era bueno, no era nada bueno. -No, no, no, no, no...- su respiración se volvió agitada, congelado por el miedo, tenso cuando algo fino rozó su cuello y abriendo los ojos con alarma cuando aquella misma cosa se incrustó bruscamente en su nuca, su grito de miedo y dolor resonando por el bosque solo por unos segundos antes de que todo quedara en silencio.

... ... ... ...

Los informes de desapariciones de los últimos días eran lo que más se repetían en las noticias, agregando rostro y nombres nuevos con cada actualización, todos habiendo desaparecido sin dejar rastro alguno, y supieron, en el momento en el que MK no bajó corriendo de las escaleras pocos minutos después de la hora en la que empezaba su turno mientras gritaba disculpas, que él formaba parte de aquella lista.

-Oh, pobre amiguito...- murmuró Sandy con preocupación, acariciando a un ritmo más rápido de lo normal a Lo, quién no se quejaba queriendo poder ayudar a su dueño con su estrés.

-Ese niño, siempre se mete en problemas- suspiro Pigsy con cansancio, había intentado llamarlo pero lo considero inútil después de su décimo intento.

-¿Deberíamos comprar el rastreador?- Tang miró su teléfono, ya haciendo un pedido por si las dudas, ya planeando en cocerlo en alguna parte de la bandana roja o quizás en su campera, todavía lo estaba analizando.

-Agh, ni siquiera puedo encontrar su teléfono- gruñó Mei, molesta con quien había tenido las agallas para llevarse a su amigo, lo iba a encontrar y le iba a arrancar esas agallas con toda la violencia posible para que se arrepintiera de todas sus malas acciones hasta el momento.

-¿Pudiste contactarlo?- miraron a Wukong, quien tenía los ojos brillantes mirando a la nada, casi en trance.

-No, nada- negó el dios, parpadeando para apagar el brillo en sus ojos, haciendo una mueca. -Es como si algo bloqueara nuestra conexión- bufo, molesto. Macaque tarareo para si mismo, manteniendo los ojos cerrados para concentrarse, frunciendo el ceño cuando no pudo detectar nada pudiera ayudarlo a encontrar al chico.

-¿Sabes donde fue su última entrega anoche?- preguntó el mono de las sombras, abriendo los ojos para mirar al dueño del lugar, el cual se removió algo incómodo en su lugar.

-Él no me lo dijo, solo me grito la orden y se fue- el chef se masajeo las sienes, cansado y algo culpable. -Yo...cerré temprano anoche, me dolía la cabeza- si hubiera preguntado o por lo menos hubiera esperado a que el chico volviera, quizás las cosas serían diferentes. Que tonto que se sentía.

-¿Y el carrito?- preguntó el de piel azul, llamando la atención. -Quizás si los buscamos y lo encontramos, podamos obtener una pista-

-Sobrevolé la ciudad pero ni siquiera ese carro pude encontrar- el de pelaje castaño se cruzó de brazos, recordando todo lo que había visto desde los cielos con su visión dorada.

-Haz sonar ese infernal aparato una vez más- hablo el de pelaje oscuro, el cerdo frunciendo el ceño con confusión pero obedeciendo, volviendo a llamar al menor, al mismo tiempo que el mono cerraba los ojos y se concentraba una vez más. -Lo puedo escuchar- los ojos de todos los presentes de abrieron con sorpresa y anticipación, viendo como el mayor se hundía en una sombra y volvía al poco tiempo, mirando fijamente el familiar aparato de carcaza roja que sostenía en su mano. Parecía estar algo sucio pero en general, intacto.

-¿Dónde lo encontraste?- la chica de mechones verdes exigió, estirando su mano par agarrar el aparato pero el mayor la esquivo con facilidad.

-En un arbusto, a las afueras del bosque...- contestó, pensativo. -...había marcas en el suelo, como si hubieran arrastrado algo con ruedas y con algo de peso- los presentes se miraron entre ellos y asintieron, todos yendo directo al bosque, aunque se mantuvieron a las afueras y sin entrar por el momento. Las marcas estaban en el suelo, algo frescas y muy claras, las cuales llevaban hasta el interior del bosque y se perdían en la sorprendente oscuridad para aquella hora del día.

-Se ve...aterrador- murmuró Sandy con una pequeña mueca. El bosque usualmente en el día era un lugar muy bonito, lleno de pájaros cantantes y flores de todos los colores, con el sol haciendo que el color verde de las hojas se vieran brillantes y hermosas pero ahora, era todo lo contrario, luciendo tan oscuro como si fuera de noche, los troncos luciendo negros y las hojas en las copas oscuros, junto a un aura algo siniestra. No daba una buena sensación, a ninguno.

-No puedo ver nada allí, parece estar vacío...- comentó Wukong, recorriendo el bosque con su visión dorada y sin poder ver a nadie allí. -...pero hay algo sospechoso aquí- parpadeo, sus ojos dejando de brillar.

-Entremos- Mei hizo el amague de avanzar, dispuesta a adentrarse al bosque, solo para que un firme agarre en la parte de atrás de su campera no se lo permitió.

-No se te ocurra, niña loca- Pigsy le dio un firme tirón, obligándola a retroceder, ignorando la mara cara con la que ella ahora lo miraba. -Si MK esta perdido allí, que entres sin pensar y te pierdas también no lo ayudará-

-Puedo sentir una energía extraña...- murmuró Tang, pensativo, pudiendo sentir algo pesado y con malas intenciones que venía del bosque. -...pero no puedo especificar que es-

-Sé de alguien que si puede- Macaque se hundió y volvió al poco tiempo con alguien más, una demonio de piel verde manzana y ojos verde oscuro con anteojos de marco del mismo color, su cabello corto negro y con detalles en verde, junto a su pequeños pero visibles cuernos. Vestía shorts negros y un buzo que parecía quedarle grande de color verde, junto a zapatilla negras y con los cordones verdes. La reconocieron vagamente, siendo Mei la única que la había visto en persona.

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