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Muñeco Poseído #7

Espero que les guste~

MK tararear con gusto ante el plato humeante de fideos que su jefe deja frente a él. Ha estado haciendo entregas durante horas y al fin, es su turno para almorzar. Prepara sus palillos, los acomoda en su mano y justo cuando está a punto de empezar a comer, escucha pasos rápidos acercándose.

-¡MK!- Mei entra, con teléfono en mano. -¡Hay una pelea!- y él suspira con tristeza, dejando los palillos a un lado.

-¿Que pelea?- la miró con curiosidad. Era Monkie Kid, él debía solucionar las peleas de los demonios y proteger a la ciudad pero quería comer antes de hacer cualquier cosa de esas.

-¡Mira!- ella básicamente le pego el teléfono al rostro y él tuvo que alejarse para ver bien. En la pantalla del teléfono de su amiga se veían destellos, dos figuras notándose apenas, luchando entre sí al parecer.

-Rayos...- bufo, levantándose de su lugar, resignado. -Ahí voy- suspiro. -Adiós, mi almuerzo~- se acomodo su campera y salió de la tienda, sacando su bastón para moverse más rápidamente. Pudo ver a quienes peleaban pero sin identificarlos, viendo que se estaban alejando de la ciudad y no dudo en seguirlos, llegando hasta lo alto de una montaña algo alejada, viendo a uno de ellos golpear el piso con fuerza y siendo retenido al parecer. -¡Oigan!- llamo, apoyando su bastón en su hombro. -¡Es la hora del almuerzo! ¿No tienen un mejor horario para pelear?-

-¡¿Kid?!- reconoció la voz con facilidad, notando entonces que era Wukong quien estaba en el suelo, retenido por clones oscuros.

-¿Monkie King?- chillo al verlo, sorprendido.

-¡Vete de aquí, ahora!- ordenó con seriedad y el seño fruncido, el menor solo mirándolo con confusión. Abrió la boca para preguntar pero alguien se le adelantó.

-Siempre pensando con el estómago- él quedó tieso, reconociendo la voz con tono burlon. Levantó la vista, notando con quien había estado peleando su maestro. -Hey Kid~- Macaque sonrió con diversión ante la expresión ajena. -¿Me extrañaste?- tarareo, abriendo los brazos, ya sabiendo lo que iba a pasar.

-¡Mac!- guardo su bastón y corrió hacia él, pisando por accidente a su maestro, saltando hacia los brazos ajenos. -¡Volviste!- lo abrazo con fuerza, contento de verlo, riendo al sentir como el mono lo rodeaba con sus brazos y lo alzaba, su risa aumentando ante el apretón juguetón del mayor.

-Solo me fui unos días, MK- sonrió, bajando suavemente al menor, quien se separó ligeramente para mostrar una gran sonrisa.

-Te extrañe igual~- rio ligeramente, emocionado.

-Si, si, si- rodó los ojos, alzando las manos para despeinar el cabello castaño oscuro. -Yo también, Kid- se inclino para apoyar su frente contra la ajena, en un gesto fraternal que tenían desde que él fue liberado. Se se separaron y miraron al otro mono al escuchar un estruendo, un destello dorado destruyendo a los clones y dejando que el dios se levantará.

-¡¿Qué rayos está pasando aquí?!- los miro fijamente. -¡¿Se conocen?!- señaló, acercándose a grandes pasos. Había estado temeroso de que su contraparte lastimar a a su sucesor pero ahora que los veía, sólo estaba muy confundido por sus conductas.

-Sip- asintió MK, mientras que Macaque se reía ante la expresión del mono. -Es Mac, Monkie King, te hable de él- señalo y eso solo hizo que el pelaje del dios se erizara aún más.

-¡¿Él ese ese Mac?!- se revolvió el pelaje, sin entender nada de lo que estaba sucediendo. El chico iba a explicar todo pero el sonido de su estómago se le adelantó, llamando la atención de los monos.

-Tengo hambre~- hizo una ligera mueca.

-Vamos a comer primero y explicaciones después, ¿Qué les parece?- Macaque se hundió en una sombra, volviendo al poco tiempo con unas bolsas. Se sentaron allí, MK rebuscando en las bolsas con emoción y empezando a comer a penas encontró algo que llamo su atención, sonriendo con satisfacción. Mientras, Wukong solo pudo mirarlos, parado y sin moverse. -No se que loca idea este cruzando tu cabeza en este momento pero ya puedo decirte que nada de eso es cierto- miro a su contraparte, enarcando una ceja ante el ceño fruncido. -Vamos, come- rebusco en una de las bolsas y le lanzó al mono una bolsa de bocadillos sabor durazno, el dios agarrándolas rápidamente. Aún parecía dudoso pero se sentí, abriendo la bolsa, empezando a comer.

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