XIX
Sigan comentandoooo 👹👹👹👹..
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Ya habían pasado al rededor de cuatro días en los que Sunoo y Ni-ki vivían juntos en el castillo, el híbrido estaba comenzando a agarrarle el ritmo a aquella vida, era tan pero tan diferente a su vida de hace unos meses.
Era feliz mientras estaba con Sunoo.
Y en estos momentos, estaban haciendo lo que Sunoo describía como "pasarse babas" cuando sus padres lo hacían.
-¿Así está bien?- Ni-ki estaba encima de Sunoo, con una de sus piernas en medio de las dos del más pequeño.
Sunoo despertó a causa de que sintió suaves besos en su cuello, y desde como hace diez minutos que estaban besándose sin alguna pausa.
-S-sí.. así está bien- subió sus manos al cuello de Ni-ki, acercándolo solo un poco más, provocando que el híbrido coloque ambas piernas en medio de las de Sunoo, llevando sus manos a su cintura.
El ambiente se estaba poniendo cada vez más caliente, las manos de Ni-ki se apresuraron a dirigirse dentro de su pijama, acariciando en el acto.
-Están... a-algo frías...- dijo el príncipe.
-Entonces caliéntalas- respondió el híbrido.
Estaban en su propio mundo... hasta que la puerta fue tocada.
-Joven príncipe- se escuchó desde afuera.
En un rápido movimiento, Ni-ki se alejó de Sunoo, volviendo a su habitación casi corriendo, dejando solo al príncipe acostado en esa cama.
-¿S-sí?- respondió Sunoo cuando se arregló un poco el cabello y la ropa. -Pasa.
-Llegaron las cartas del Reino del Sur, Este y Oeste, aceptaron venir para su coronación.- dijo solo abriendo la puerta y hablando desde ahí.
-Excelente...
-¿Tiene fiebre? Sus mejillas están algo rojas.
-¿Ah si? D-debe ser la temperatura- dijo nervioso.
-Estamos a doce grados centígrados.
Estaba haciendo algo de frío como para que las mejillas de alguien se ruboricen con el calor.
-Ah...- no sabía qué más responder -¿Sabes si vendrán el día antes para celebrar mi cumpleaños?- él era muy amigo de los príncipes de los otros reinos, básicamente porque su padre fue tan amable con los otros reyes que cada cuanto se reunían.
-Sí, vendrán tres días antes- avisó.
-¡Pero eso es hoy!- se dúo cuenta.
-Pensé que el general le había informado, perdone- se disculpó haciendo una reverencia.
-No te preocupes... llama a Jungwon- al fin pudo sacar a aquel chico de su habitación.
-¿Me pasé?- dijo Ni-ki desde la puerta de su habitación.
-Solo un poquito- tocó sus propias mejillas, sintiéndonos aún un poco calientes.
-¿Entonces ya no podemos hacer esto?- Ni-ki infló su labio inferior, formando un puchero.
-No dije eso- se lamió los labios mientras sonreía. -solo... cerremos la puerta la próxima vez- le guiño el ojo y justo después entro Jungwon a la habitación.
-Sunoo ¿me llamaste?- dijo Yang.
-Sí- frunció sus cejas -¿Porqué no me dijiste que llegan hoy?
-¿Quienes?- trató de hacerse a los tontos.
-Cómo que quienes, tonto, es obvio que lo sabes.
-Ya, Sunoo~- se quejó -esa noche era mi aniversario con Jay... y... pues me olvidé avisarte esa noche porque no... estuve aquí- sabía que vendría un regaño luego de eso.
-¡Debiste haberme dicho al día siguiente!- se cruzó de brazos, justo ese día interrumpieron su sesión de besos mañaneros con Ni-ki además de que le dolia el cuello porque talvez durmió mal, y ahora debía preparar las habitaciones para que esa gente se quede a dormir a último momento, ni siquiera sabía a qué hora llegarían.
-Lo sé.. pero tampoco dormí en mi habitación ese día... yo me encargaré de los preparativos- Sunoo daba miedo cuando estaba molesto.
-Sé las cosas que estabas haciendo, Yang.
Oh no, Sunoo lo llamó por su apellido.
-Sé que lo que tu y Jay hacían no ea solo dormir, pero hablaremos de eso más tarde, ahora como me dijiste a último momento, hazte responsable y alista todo antes de que lleguen o dormirás en el establo y no es una broma.
Sunoo estaba tan molesto en ese momento que parecía un fosforito, con el mínimo toque, iba a estallar.
-Sí... lo sé, pero tengo que tener ti aprobación para elegir los colores del mesón de cena- con miedo entró a la habitación sacando el libro de telas -está sección es para--
-Ya sé para qué es, Yang.
-Sí...
-Sunoo- Ni-ki habló, ya era hora de su ducha diaria, las sirvientas habían preparado ya la bañera y se enfriaria si no se apuraba -Sunoo- llamó de nueva cuenta.
-Ni-ki, no estoy de humor en este momento- Sunoo no quería escuchar nada en al menos cinco minutos, no importaba si fuera Ni-ki o no, estaba molesto y sabía que iba a gritarle si no tenía esos cinco minutos para relajarse.
-Y también, Sunoo, el material de los vasos...
-Mi príncipe- Ni-ki sabía que tenía que ir pronto a la ducha.
-Sunoo, tenemos que terminar de elegir el color de flores....
Eran demasiadas cosas en tan corto tiempo, en verdad quería, no, necesitaba esos 5 minutos.
-Pero Sunoo- Ni-ki quiso explicar..
-¡Ya basta! ¡Ni-ki estoy ocupado haciendo el trabajo que debí haber hecho con tiempo pero alguien llamado Yang Jungwon no me avisó en el debido momento!- se paró de su cama listo para escapar a cualquier lugar donde pueda tener cinco minutos de tranquilidad.
El lugar quedó en silencio por al menos minuto y medio.
-Tu baño está listo, lo siento- Ni-ki se sintió culpable por haber molestado a su dulce príncipe.
Luego de hacer una referencia en disculpa, Ni-ki se paró, esta vez sin mirarlo.
-Perdón por gritarte- Sunoo en verdad no quería ser grosero con él, con quien estaba molesto era con Jungwon y terminó gritándole a Ni-ki -Y-yo no quería--
-Desayunaré en el comedor, les diré que traigan el tuyo- y salió de la habitación.
-Espera- trató de alcanzarlo antes de que salga por la puerta -en verdad lo siento- pero no lo logró -Ni-ki...
Y Jungwon, con algo de miedo y culpa habló.
-Y-yo... iré a alistar las habitaciones y mesones.
Era tan poco usual ver a Sunoo molesto pero tan terrorífico.
Jungwon solía enojarse casi a menudo, daba miedo de por sí, pero imaginen que si eso daba miedo, Sunoo era lo que Jungwon multiplicado por cinco.
Ni siquiera su padre podía contradecir lo que Sunoo decía cuando este estaba enojado.
Ahora Sunoo estaba en su habitación, solo, pero no se estaba relajando, ya no era enojo, era culpa por haberle gritado a Ni-ki sin razón alguna.
En este momento lo que necesitaba era un fuerte abrazo, justo de los que Ni-ki daba, pero no estaba ahí.
Vendrían sus amigos, después de no verlos por medio año.
Golpeó su frente con su palma tres veces antes de ir a su jardín personal con una tijera de podar.
Sería un largo día, eso era seguro.
Pero primero, debía disculparse con Ni-ki de inmediato, a penas estuvo lejos de él como veinte minutos y ya lo extrañaba.
¿Qué estaba pasando con él?
Sacó margaritas y claveles, junto a unos cuantos tulipanes, volvió a su habitación, cortó algunos trozos de papel de arroz y de ceda, de diferentes colores y texturas, acomodando todo en un bonito ramo de tonalidades blancas y naranjas.
Se cortó el dedo al cortar uno de los tulipanes así que ahora tenía una bendita.
Estaba cambiándose, colocándose una camisa que combinaba con las flores.
Siquiera terminó de abotonar su camisa cuando escuchó la puerta de Ni-ki ser abierta, cuando fue a ver si era él se lo encontró con su bandeja de desayuno en sus manos.
-Tu... podías haber entrado por mi puerta... en vez de entrar por la tuya y dar una vuelta- Sunoo no sabía cómo comenzar a disculparse.
-Príncipe, no me parece correcto hacer eso, usted podría estar indispuesto- explicó colocando su bandeja de desayuno en una mesita al lado de su cama.
¿Príncipe?... ¿Porqué no sólo me dices "Sunoo"?
¿Porqué?... si yo en verdad no quería lastimarte...
Cami~
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