࿐♡ 38
Jeongin se sentía raro, abría sus ojos, solo recordaba haberse corrido y quedarse dormido, en cuestión se desmayó luego de eso.
Y ahora que abría los ojos sentía algo húmedo y algo de ardor en su pecho, cuando bajó la mirada, vio a Chan succionar sus pezones, con fuerza y de manera rápida.
—Despertaste —dijo el híbrido mientras sonreía y se enderezaba.
—Ah... ¿yo me dor...? —cuando quiso moverse, sintió esta vez algo agitarse dentro de él, cuando vio más abajo, vio que Chan seguía dentro.
—Te desmayaste solo veinte minutos —ahora que estaba despierto, no perdería más tiempo.
—¡Ah! —su espalda tembló cuando sintió el miembro de Chan adentrarse cada vez más y más.
—Es tan bueno tu interior —sujetó su cintura y cambió de posiciones, dejando al rey sostenido en sus rodillas y brazos, los cuales casi no tenían fuerza.
—No digas esas cosas...yo... ¡Ah! ¡No toques ahí! —los dedos de Chan presionaron en el bulto en su estómago, el cual estaba en su ombligo, hasta donde Chan llegaba.
—¿Me sientes? Estoy aquí —presionó más fuerte, provocando que el semen dentro de Jeongin empezará a escurrir.
—¡Oh! —perdió la poca fuerza que le quedaba en sus brazos.
—Hay una posición que quiero probar —volvió a sujetar su cintura y lo levantó.
Estaba completamente empinado ahora, apoyado en sus pies y en sus manos, gracias a su gran flexibilidad.
—Es difícil igualar nuestras caderas —lamió sus labios y se agachó hasta que Jeongin pueda pisar bien la cama y sus caderas estén a un mismo nivel, ya que Chan era más alto ya antes y ahora, en celo, lo era aún más.
—No creo que... esta posición es algo rara y...
—Eres tan pequeño que puedo rodear tu cintura solo con mis dos manos —y empezó a embestir mientras Jeongin tenía sus caderas en alto y él estaba de pie.
—¡Oh! —la sensación era compleja diferente, sentía que estaba aún más adentro.
—Ah... ¿Por qué aprietas tanto? —embistió de manera constante, para que Jeongin se acostumbrará.
—Yo... ah~ tú eres el... el que está muy grande... ¡Oh! ¡Ahí no! —esa intenta estimulación de hace rato volvió, cuando Chan embistió con fuerza hasta lo más profundo que podía.
—Ah... mierda —aunque quería escuchar a Jeongin, sus instintos le pedían continuar mucho más—. Esto es tan bueno —cuando miraba hacia la espalda de Jeongin solo veía todas las mordidas, chupetones y el sudor que pelaba su piel.
—¡Ah! —Jeongin, otra vez, ya no podía pensar en nada más—. ¡Oh, Dios! —sus manos se guiaron hasta las de Chan, apretándolas pues ya no sabía dónde poner sus manos.
—Te voy a romper.
Enderezó sus piernas, haciendo que los pies de Jeongin dejen de tocar la cama.
—¡Es demasiado! —su mente estaba en blanco, todo un desastre, mientras sus ojos lloraban y sus mejillas eran bañadas de estas, sus cejas preocupadas y sus pupilas mirando hacia arriba, sin saber a dónde mirar.
—No —embestir fuerte, se notaba tan claramente en su vientre y estómago.
—Vas a romperme... ¡Ah! ¡Me vas a romper! —su labio inferior temblaba, apenas hace quince minutos había despertado, la estimulación era tanta, pero no era como si no le gustará.
De hecho, el papel de Chan siendo rudo y malo, era tan bueno para Jeongin.
¡Cógeme tanto como quieras!
—Tan lindo... —Chan susurraba—. Tan pequeño... —levantó el torso de Jeongin, abrazando su tórax, embistiendo con impulso de este—. Tan mío —y con eso, se corrió dentro de Jeongin, provocando que este igual se corriera, manchando aún más las sábanas.
—Beso... quiero... besarte —Jeongin pronunció mientras sus piernas temblaban y desde su interior rebalsaba el semen de Chan.
—Tu pequeña boca es deliciosa —de una manera rápida le dio la vuelta, sin salir de su interior, llenando su cavidad bucal con su lengua.
¡Devórame!
La lengua de Chan jugaba con la suya, la cual en comparación era pequeña y suave, la de Chan era larga y rasposa, por ser un híbrido felino.
—Todo en ti sabe tan bien —se lamió los labios cuando se separó por un momento.
—Tengo sed —pronunció el Rey cuando Chan se separó.
—Aquí hay algo de agua —le pasó el vaso, pero Jeongin no podía sostenerlo por la poca fuerza que tenía en ese momento—, te la paso yo —y tomando de aquella agua, se la paso de boca a boca a Jeongin, este tragó enseguida, enredando sus brazos al cuello de Chan.
Ah, a la mierda.
—Aún tengo sed... —se lamió los labios—. Pero quiero tomarte.
La timidez era como la virginidad, existe para perderse.
—Quiero que te vengas en mi boca —Jeongin lamió sus labios, mientras susurraba aquello en el oído de Chan.
—Si eso quieres —salió de su interior, levantó el pequeño cuerpo del Rey y lo dejó arrodillado en el suelo y él se sentó en la orilla de la cama.
Jeongin solo miraba el miembro del híbrido con una sonrisa, en cuanto pudo, lo tomó en manos, las cuales no tenían tanta fuerza, pero estaba perfecto así.
Era imposible meterlo todo a su boca, apenas entraba la punta, puesto que era grueso y no podía meterlo.
Sus manos estimulaban todo el falo y sus labios y lengua estimulaba la punta de manera constante y rápida.
—¿Te gusta hacer eso?
¡Me encanta tu pene!
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