Jeongin estaba apoyado en el pecho de Chan mientras las manos de este bajaban desde sus muslos hasta su entrada, rozándola con sus dedos, impidiéndole separarse de él.

—¿Cuál es tu respuesta? —y fue cuando sintió la elección contraria rozar con su entrada y su propio miembro, había olvidado el tamaño de Chan.

—Solo... —tomó aire sin tener el valor de mirarlo—. Solo lo haremos una vez, ¿no?

—Tal vez —Chan empezó lamiendo su nuca, para morder suavemente escuchando los deliciosos gemidos que salían de los labios de Jeongin.

—Mételo —dijo el príncipe.

—Aún no puedo hacerlo, lindo —besó su cuello mientras introducía un dedo entro del contrario.

—Ah~ —estaba desesperado y no sabía el porqué, simplemente tenía tantas ganas de ser follado tan duro por ese otro chico.

—Si lo hago te voy a lastimar —metió otros dos dedos, siendo tres demasiado pronto para que Jeongin se acostumbre.

—¡Oh! —sus rodillas se contrajeron a su pecho por instinto, en un intento de cerrar sus piernas.

—Estás así de estrecho y quieres que lo meta de una vez —movía de manera rápida sus dedos—. Eres un masoquista, Jeongin.

—No lo soy... —sus manos alcanzaron los brazos de Chan, sosteniéndose de ahí.

Pasaron pocos minutos, tal vez unos dos hasta que Jeongin volvió a insistir.

—Por favor... Chan... entra —pero al no obtener respuesta en palabras, con su desespero agarró el miembro de Chan en sus manos, retirando las contrarias de su interior, alineando su entrada con el miembro de Chan aún bajo el agua.

—Espera, vas a lastimarte si... —Chan sintió lo estrecho que era el interior de Jeongin en ese momento, ya que el contrario estaba bajando sus caderas muy lentamente.

—Ah~ —su voz salía entre cortada—. Sí~

Pero al llegar menos de la mitad, Jeongin se detuvo, tal vez Chan si tenía razón sobre necesitar más preparación.

—¿Qué pasa, Jeongin? —Chan sentía su interior tan apretado y caliente, era difícil colocar la razón antes que su impulso de arremeterse por completo.

—Nada... —no podía decirle "sí, duele, tienes razón" cuando insistió tanto en eso.

—¿En serio? —sujetó su cintura en sus manos, acariciando suavemente bajando por sus muslos—. Tus piernas están temblando.

—Sí... en verdad yo... —quiso darse la vuelta para poder ver a Chan, pero apoyó mal sus manos y se resbaló perdiendo equilibrio, provocando que Chan entre por completo dentro de él—. ¡¡Ah!!

Las lágrimas salieron de sus ojos poco después.

—Te dije que aún faltaba —Chan cambió de posición, acomodando a Jeongin para poder ver su rostro, sujetando sus muslos y sus piernas para salir del agua que estaba comenzando a enfriarse.

Jeongin solo se sostuvo lo más fuerte que pudo de Chan, abrazando su cuello con miedo de caer al suelo.

—Sí.. pero... —Jeongin no podía pensar en mucho en ese momento.

—Está bien —Chan destapó la cama, metiéndose a él y a Jeongin dentro, para evitar la pérdida de calor—. No me voy a mover. ¿Duele mucho? —besó su nariz.

—No tanto —no quería soltarse de Chan.

—Eres muy malo mintiendo —besó sus labios de manera nada lujuriosa, solo un "te amo" de unos labios a otros.

Pasaron varios minutos que pasaron en medio de besos, cada vez más húmedos hasta que las piernas de Jeongin empezaron a empujar la cadera de Chan contra él, como una pequeña señal de que ya estaba listo.

—Puedes seguir —Jeongin se separó del beso.

—Si te duele, tienes que decirme —empezó a embestir suave y lentamente, viendo las expresiones de Jeongin, aún le dolía, y eso le impedía ir más rápido y fuerte como él quiere.

Así que, para ahogar su deseo, empezó a morder su cuello y clavícula, lamiendo toda la la zona como una instintiva técnica de "marcar" a Jeongin.

—No dejes marcas —Jeongin habló desde su lugar—. Hyunjinnie podría da-darse cuenta —no dijo nada de eso con mala intención—. Es muy observa...

—¿Aún ahora piensas en ellos? —paró en seco—. Entonces, ¿estoy siendo demasiado amable en este momento? —sujetó con ambas manos la cintura de Jeongin.

—No es a lo que me refiero —Jeongin se sintió como una presa en ese momento, parecía que los ojos de Chan brillaban con la luz que entraba a su habitación—. Solo digo que podrían darse cuenta y...

—Si tienes tanto tiempo para pensar —levantó la cadera contraria para elevarla al nivel de él estando erguido—, piensa solamente en mí ahora —dio la primera embestida fuerte en esa noche, viendo el bulto en el vientre contrario que indicaba dónde estaba.

—¡Ah! —gritó Jeongin con su cadera y cintura más elevadas, su rostro estaba unos grados de cabeza, sin saber cómo o dónde colocar sus manos.

—Cuide su voz, príncipe Jeongin —siguió embistiendo fuertemente y no tan rápido—, o los otros príncipes lo oirán.

Entonces fue cuando Jeongin colocó sus manos en su boca, para tratar de callar todos esos gemidos que se quedaban atorados en su garganta.

—Creo que me estoy preocupando demasiado —Chan habló—. Tu interior solo me recibe a mí —y empezó a embestir más rápido, provocando el choque de pieles y ese delicioso sonido viscoso cada que se arremetía dentro de él—. Todo tu cuerpo ahora me pertenece, yo sabría si alguien más te toca como yo lo hago.

Jeongin solo ahogaba sus gemidos, aunque estos salían en forma de quejidos de su garganta, con las lágrimas, que eran producto de varias emociones, corrían por sus mejillas y los laterales de sus ojos.

—Solo... ¡Ah! —trató de hablar el príncipe alcanzando la mano de Chan con la suya propia—. Solo... solo ha-haría e-esto contigo.

—Lo sé.