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࿐♡ 24

Chan caminaba con una sonrisa a su habitación, sin saber si saludar o no a Jeongin para entrar por su puerta.

Además de eso que pasó en la mañana, no intercambiaron más palabras en todo el día.

Suspiró entrando a su habitación propia, cambiándose para darse una ducha en su cuarto personal, puesto que Yongbok estaba haciendo no sé qué con Jisung y los otros príncipes.

Pero antes de poder cambiarse de ropa, mejor dicho, quitarse la anterior, escuchó un muy suave sollozo desde la habitación de su príncipe.

Su "Jeongin-instinto" se acababa de activar, ignoró por completo su orgullo y recelo, yendo directamente a la otra habitación, viendo que Jeongin era una pequeña bolita en medio de las sábanas.

—Jeongin —Chan dijo con preocupación, por todas las luces apagadas podía intuir que estaba dormido o con los otros príncipes.

Sabiendo que iba a tardar más tiempo y que probablemente sean interrumpidos, aseguró la puerta para evitar problemas futuros.

—Jeongin —habló de nuevo destapando su cuerpo, encendió la luz que estaba cerca de su cama y vio todo su rostro bañado en lágrimas.

El príncipe miró al híbrido tratando de calmarse un poco, pero no funcionó muy bien.

—Está bien —Chan se acostó a su lado pasando su brazo por debajo de su cuello viendo que tenía algo en manos.

—Papá y mamá... no volverán —y sus sollozos se hicieron todavía más fuertes.

Chan sostuvo las coronas en sus manos, las colocó en la pequeña mesita que estaba a un lado de la cama y abrió sus brazos, siendo inmediatamente abrazado por el joven príncipe.

—Es que... yo... yo no... no sabía si... —a Jeongin le costaba mucho explicar lo que decía esa carta.

—Está bien —Chan solo mantenía su cuerpo muy cerca del suyo—. No te preocupes en explicar —besó su frente—. Sé cómo duele.

Jeongin solo pudo dejar salir todo su dolor en ese protector y fuerte abrazo, sintiendo que podía expresarse como quería con él al lado.

Pasó un rato muy largo donde Jeongin mojó con sus lágrimas una pequeña parte de la camiseta de Chan.

—Perdón —dijo el príncipe mientras se sentaba en la cama.

—Está bien, me gusta que puedas desahogarte conmigo.

—No es por eso... —lo miró—. Perdón por haberte dejado solo por tanto tiempo —sorbió su nariz.

—Está bien, Jeongin, solo querías divertirte con tus amigos —le sonrió—. Está completamente bien.

—No lo está —se acercó a él un poco—. Perdón por haberme comportado así ayer —besó su mejilla—. Perdón por tratar de decirte cómo ser con tus amigos —era su primera vez teniendo esta clase relación con alguien, trataba de hacerlo bien.

—Perdón por gritarte —le dijo a Jeongin alcanzando su mano con la suya propia—. Te amo —entrelazó sus manos—. ¿Ya no más peleas?

—Ya no más peleas —le dedicó una sonrisa—. Te prometo no volver a comportarme así y.. trataré de llevarme bien con Yongbok.

—Y yo te prometo tratar de llevarme bien con esos... príncipes —le sonrió, no le agradaba que estén tan cerca de Jeongin, pero si era por él, trataría lo mejor que podía.

—Perdón —ya estaba sensible por lo de sus padres y empeoró cuando Chan sostuvo su rostro para secar sus lágrimas.

—Está bien —besó su frente—. Ahora todo está bien —sujetó su cintura para acercarlo más hasta sentarlo en sus piernas y poder abrazarlo mejor.

—Perdón por gritarte —en lo que él constaba, Chan era su única familia, la única que le quedaba—. Yo estaba siendo un idiota y...

Sus labios fueron aplacados por los de Chan, quien calló sus palabras en un beso.

—Ya no más disculpas —besó de nueva cuenta sus dulces labios—. No más tristeza —sostenía su cintura en sus manos.

—Está bien... —volvió al besó que tenía con Chan en ese momento, siendo un muy suave vaivén de labios.

Las pequeñas manos de Jeongin treparon al cuello de Chan, abrazando su cuello para asegurarse de tenerlo cerca.

—¿Ibas a ducharte? —preguntó Jeongin.

—Sí.

—¿Quieres que te ayude?

(...)

—Esto es muy relajante —Chan sentía los delgados y finos dedos de Jeongin masajear su curro cabelludo.

—Ah, ¿sí?—Jeongin empezó a hacerlo más suave, llegando a su nuca empezando a masajear sus hombros.

—Sí... —era muy relajante, pero quería hacer eso con Jeongin también—. ¿Por qué no entras? —preguntó alcanzando su mano.

—¿Qué? —preguntó esperando a que le diga a qué se refería.

—Entra al agua conmigo —pidió.

La tina era grande, más parecía un jacuzzi, así que podían entrar los dos sin dificultad.

Pero la sola idea de... él... con Chan desnudos y enjabonados dentro del agua... ¿Podría controlarse?

—Sí —dijo empezando a quitarse la ropa, frente a la atenta y hambrienta mirada de Chan.

—¿Ya? —preguntó Chan al ver a Jeongin casi desnudo, simplemente con su ropa interior—. Debes quitarte toda la ropa —le sonrió.

—Ya lo sé —tomó aire y se sacó aquella ropa interior viendo cómo Chan abría sus brazos invitándolo a entrar.

Sus pies tocaron el agua y luego el fondo de la tina, se dio la vuelta para darle la espalda a Chan, así cuando se siente estaría apoyado en su pecho.

—Mi turno —el híbrido habló colocando sus manos con algo de shampoo en el cabello de Jeongin, masajeando con suavidad y delicadeza su cabello.

Luego pasó a su cuello donde empezó colocando un poco de presión en sus pulgares cuando empezó a delinear su columna vertebral, pasando del mismo modo a sus hombros, tensos y cohibidos.

—Uhm... —Jeongin se estaba sintiendo muy relajado y hasta bien en ese momento—. Oh... sí —desde hacía mucho que no recibía un masaje.

—¿Aquí? —Chan volvió a repetirlo, sabiendo que si podía distraer a Jeongin de sus preocupaciones y tristezas, lo estaba haciendo bien.

—Sí... —empezó a arquear su espalda dejando que las manos del híbrido delinearan toda su espalda hasta llegar a su cintura, sintiendo cómo volvían a subir—. Ah~ —salió de sus labios por un corto momento.

—¿Te gusta?

—Sí... —empezó a sentir sus manos bajar de su cintura a sus muslos acariciándolos de manera suave y fluida aún bajo el agua.

—Jeongin —dijo Chan.

—¿Sí? —respondió el nombrado desde su lugar.

—¿Quieres continuar? —con sus dedos alcanzó su entrada, rozándola con sus dedos resbaladizos.

Un poco de sexo de reconciliación no estaría nada mal.

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