Jeongin se separó de Chan, después de unos pocos segundos.

¿Qué estoy haciendo?

Se hizo para atrás, sin saber por qué lo había besado, sin saber por qué Chan tenía una gran sonrisa en el rostro.

—¿Qué pasa? —pregunto Chan aún con una sonrisa.

—¡¿Cómo que qué pasa?! —Jeongin estaba algo alterado—. Yo... agh... se supone que no deberíamos hacer esto...

—¿Por qué no?

—Porque tú eres un híbrido y yo soy...

—Un príncipe —completó lo que Jeongin quería decir.

—Sí... y mi padre lucha todos los días contra personas como tú, hasta se fue a un viaje peligroso del que no sé si van a volver solo para acabar con ustedes y yo...

—Tienes que elegirlos a ellos, ¿no? —comprendió la euforia en los ojos y palabras temblorosas de Jeongin.

—Debería elegirlos a ellos... pero sigo eligiéndote a ti...

Y en ese mismo momento, cuando Chan terminó de comprender el "te elijo a ti" se abalanzó hacia Jeongin, atrapándolo en un fuerte abrazo aún acostados sobre el campo de flores.

—Yo también te elijo a ti —besó de manera muy suave los labios de Jeongin—. Te quiero —y los ojos de Jeongin se llenaron de lágrimas—. Jeongin...

—No lo digas...

—Jeongin —dijo otra vez, con una sonrisa.

—No...

—Te amo.

Y fue el turno de Jeongin para tomar el rostro contrario par a hacer chocar sus labios, tratando de aguantar todas las emociones que estaba sintiendo.

Le gustaba Chan, era totalmente atractivo, atento, cariñoso, cuidadoso y siempre lo tomaba en cuenta para todo, le daba detalles cada día, aunque era malo haciendo cosas con las manos, a veces trataba de cocinar para él y siempre le daba una que otra flor.

Pero, ¿correspondía el amor de Chan?

Pensar en los sentimientos de otra persona, pensar en sus propios sentimientos y tener cuidado de no dañar a ninguno, nunca se había puesto a pensar en si lo amaba...

—Yo... no sé si te amo —fue sincero con el híbrido.

—Igual voy a seguir amándote.

—¿Y si no logro corresponderte?

—Seguiría amándote.

—¿Y si tengo que alejarme de ti?

—Seguiría amándote.

—¿Y si...?

—No importa qué pase o qué hagas, yo te amo y voy a amarte para toda la vida —como leyó en uno de sus libros de historia y teniendo en cuenta que Jeongin era un príncipe tomó su mano izquierda, besando delicadamente sus nudillos—. Desde ahora, tú eres mi único camino.

Se quedaron un rato acostados en las flores, hasta que empezó a anochecer.

—Volvamos a casa —dijo Chan convirtiéndose en puma, agachándose para que Jeongin suba, llegaron en unos 15 minutos, Jeongin bajó y Chan volvió a su forma humana.

—Chan...

—Tienes que irte, ¿no?

—Puedo quedarme hoy... Seungmin está en su tercer aniversario con su pareja... Tú... ¿Quieres que me quede? —con sus dedos tomó suavemente la camisa del contrario.

No hubo palabras, solo fue levantado del suelo, siendo llevando hasta adentro de la cabaña.

—Siempre quiero estar contigo.

(...)

—¡Así no! —Jeongin reía viendo a Chan tratar de cocinar un pastel.

—Pero aquí dice revolver con fuerza —se excusaba.

—Pero la harina está en todas partes —empezó a reír viendo a Chan cubierto de ese polvo blanco.

Mientras Chan sonreía por ver a Jeongin sonreír.

—Ven, te mostraré cómo —tomó el bol en sus manos y empezó a mezclar con la fuerza necesaria, aumentando más harina pues parte de la principal había volado por la fuerza que Chan había aplicado al principio.

Empezó a mezclarlo mientras Chan lo miraba.

—¿Ya entendiste? —Jeongin lo miró y Chan asintió, iba a dejárselo a él para que termine de menear la mezcla, pero Chan se colocó atrás de él colocando sus manos sobre las de Jeongin.

—Así aprendo mejor —apoyó su cabeza sobre la de Jeongin.

—¿Estas mintiendo?

—Sip.

(...)

—¿Puedo secar tu pelo? —Chan preguntó cuando Jeongin salió del baño, ya que acababa de ducharse, como todas las noches antes de dormir.

—Sí... supongo —se sentó en la cama dejando la toalla a Chan quien empezó frotando ésta muy suavemente sobre su pelo—. ¿Por qué quieres hacerlo?

—Porque fue lo primero que tu hiciste cuando me trajiste aquí —explicó con calma.

Jeongin simplemente sonrió dejando que Chan haga su trabajo.

—Chan —llamó Jeongin.

—¿Sí?

—Sabes que yo no soy una mujer... y no puedo embarazarme, por lo que, no tendrías hijos nunca.

—No es un problema para mí —dejó la toalla a un lado, acomodándose en la cama dejando que Jeongin se acomode a su lado.

—No tendrías una familia —se acostó a su lado, mirándolo.

—Tú serás mi familia —acarició su mejilla acomodando su pelo—. Pase lo que pase, hagas lo que hagas, voy a quedarme a tu lado.

Le dijo a Jeongin que iría lento desde ahora... pero no le dijo que preguntaría.

Besó sus labios, posicionándose encima y en medio de sus piernas, sujetando su cintura entre sus manos, sintiendo cómo Jeongin subía las suyas hasta llegar a su cuello donde se sujetó de ahí, abrazando las caderas de Chan con sus piernas.

Ir un poco más lejos no estaría mal.