Mondostrano.

Es un lugar que jamás creí que llegaría a pisar, o que al menos existía.

Cuando mis padres me dijeron que venían de un mundo llamado Mondostrano, lo único que quería hacer era reír.

Y lo hice, pero al saber que todo era verdad y no una farsa, como los comerciales de hamburguesas cuando te dan la imagén de un combo, te llega el pan del tamaño de un chihuahua y te quedas sorprendido.

Al encontrar la llave no quería esperar más, pero como Alec no trajo el cofre... tuvimos que volver. ¡Oh sí amigos! Alec Evans es todo un distraído.

-Yo no pienso volver al hotel -le digo de mala manera, estaba de tan buen humor pero se me esfumó cuando escuche las palabras "Lo deje en la habitación"-. Tendrás que traerlo tu solito.

-¡Oh vamos! -alzó los brazos por los aires y bufó- Bien. Tu ganas, iré por el cofre.

Levanto mi pulgar, él sale negando y diciendo varias palabras muy fuertes, hasta para mí.

"Este chico necesita un buen diccionario"

¿Ahora qué hago? Miro alrededor y solo hay turistas, niños corriendo de sus padres, padres corriendo por sus niños, dos guardias, un sujeto con un traje y con unas gafas negras hablando con alguien, un señor robus... ¿Espera qué?

¿Un hombre con un traje negro y unas gafas? Sospechoso ¿Porqué dejarían entrar a alguien así?

Como si sintiera mi mirada; se aleja, pero aún habla con alguien ¿Con quién? No soy chismosa ni nada por el estilo, si no.. ¡Vamos! Parece sospechoso. Si no lo mencioné antes, cuando era pequeña quería ser agente secreto.

Atrapar a los villanos, encarcelarlos y poner justicia en la ciudad, es un pensamiento tonto, lo sé, pero todo niño soñó con algo parecido alguna vez.

Avanzo con lentitud, es peligroso, pero me arriesgaré.

Cuando me acerco más, escucho que tiene una conversación muy interesante y extraña:

-La tengo vigilada, no llegaran tan lejos. Ten por seguro que ni respiraran el mismo aire que tu -¿Ah?-. Creo que encontraron una llave... no sé de qué es -¿Estará hablando de nosotros?-. El chico se fue, solo está la chica -no, es sólo coincidencia-. Llevaré a Jazzlyn contigo, confía en mí.

Está hablando de mi, pero ¿Quién es él? Nunca lo ví en mi vida.

Me alejo y trato de esconderme, pero me resulta difícil eso ¿Porqué? Bueno el sujeto que parece Chuky reencarnado me tomo de los brazos y me alejo de los demás.

-¡Sueltame! ¡Dejame! -pataleo con todas mis fuerzas para que me deje pero nada- Sé karate-le digo esperando que con eso me suelte.

-Y yo tacklear, así que quédate quieta.

Éste tipo me da miedo, su brazos son grandes, muy grandes que sobra centímetros de sus dedos cuando toca mis brazos, es que soy muy delgada o es muy grande su mano.

Aún pataleo para poder darle en las joyas familiares, pero sólo alcanzo a golpear sus rodillas.

-Dejarás de hacer eso cuando te suelte -creo que no fue una pregunta, fue una orden.

Asiento no muy convencida de lo que hago.

Me sienta en una caja, no sé si gritar, llorar o correr, pero mi mente se pone en blanco cuando veo un arma en su pantalón.

-¡¿Vas a matarme?! -le digo asustada, mis vellos de la nuca se erizan y siento que voy a desmayarme.

-Por ahora no.

-¡Oh por dios! Vas a matarme -mi respiración está un poco agitada y mi corazón da un vuelco al pensar aquello.

-Si dejas de gritar no lo haré -me callé al instante, su voz es gruesa, tendrá como unos 24 años- Ahora. ¿Qué sabes acerca de Mondostrano?

Al llegar a la habitación busco por todas las ropas el cofre.

Por si no lo sabían, aquí la más desordenada es Jazz.

-Cofre. Cofre. ¿Dónde estás cofre? -comienzo a cantar una canción que acabo de inventar.

Soy muy original.

¿Dónde pudo haberlo puesto? Botoncito es muy despistada así que puede estar...

-¡En los zapatos! -exclamo eufórico al ver que acerté.

Camino feliz hacia la puerta cuando...

-¡Debe estar aquí! -me detengo al escuchar la voz de un hombre en la puerta. ¿Se habrán equivocado de habitación?

Escucho como meten una llave al cerrojo, me escondo debajo de la cama para que no me vean.

¿Quién es el tipo? ¿Qué hace aquí? ¿Qué quiere? Esto parece una película de terror.

La típica chica que se esconde debajo de la cama cuando el asesino o secuestrador esta al acecho, ¿Típica chica? Debo decir típico chico.

Suerte que Jazz no está acá, si ella estaría aquí conmigo no dudaría en habentarse contra los hombres, la conozco bien.

Escucho la puerta abrirse, con el cofre en la mano y debajo de la cama, esperaré a que se vayan. ¡Hey! ¡Eso rimó!

-No está aquí -dijo la voz que escuché hace un ratito- Coronel... si. Se supone que estaría aquí ¿no? Pues no está -se escucha un breve silencio- Lo encontraré, tenlo por seguro.

Se nota que está hablando con alguien, pero no sé por dónde. Si es un teléfono o un Woki-toki.

-¿Ya tienen a la chica? -eso hace que mis alertas se enciendan- ¿Cómo que aún no? Genial. Encuentren a Jazzlyn ¡Ahora!

¿Jazzlyn? ¿Hablan de la misma Jazzlyn que estoy pensando yo? ¿Jazzlyn, la loca de la comida? Si es ella. Lo puedo confirmar, por que... vamos. Ella está en el museo y ¿Qué haría un hombre en mi habitación que comparto con Jazz? No se habrá equivocado ni nada de eso, están hablando de Jazzlyn Carter. Alias: Botoncito.

Lo bueno es que no la han hallado, ojalá que esté bien.

-Los esperaré en el museo -¡No! Yo te esperaré en el museo- Llego en 20.

¿Ah, sí? Pues yo llegaré en 10.

Escucho como la puerta se abre y se cierra, al igual que los pasos se sienten cada vez más alejados.

Ruedo debajo de la cama y salgo de ellas dos, Jazz no le gusta compartir nada de nada.

Me acerco a la puerta un poco para saber si ya se fue y no escucho nada.

Abro la puerta y salgo, pero regreso por el cofre, si llego a olvidarlo Botoncito me matará.

-Joven -me detengo al escuchar a la portera-. Disculpe pero hace rato un hombre preguntó por usted y su novia.

Novia ¡Ja! Si Jazz estuviera aquí de seguro me golpearía por reírme, aunque suena lindo.

-¿Y qué le dijo? -le contesto ya deteniendo mi risa.

-No sabía que decirles, sólo les dije que no se encontraban.

Asentí y le di las gracias, y un poco de propina. Ésta chica no me dejaría ir si no le daba un centavo.

Pero le dí un poco más.

Botoncito, voy por ti.

-¿Mondostrano? ¿Qué es eso? ¿Se come? -le digo para hacerme la desapercibida, pero nada ¡Help!

-No te hagas niña -me dijo serio el Chuky y además ¿Niña? ¿Enserio? Tengo 17 años, no soy una niñata-. Tu eres Jazzlyn Carter, y sabes perfectamente que hay un mundo llamado Mondostrano ¿No es así?

¿Si lo sé? Claro que lo sé, pero no quiero que me mate o me haga algo.

-No sé de lo que me hablas -miro detrás de él, la llave la tengo en el bolsillo de la falda, casi ni se nota y agradezco eso- ¿Cómo sabes que soy Jazzlyn Carter?

Frunzo el ceño ¿Me estaban vigilando todo éste tiempo?

-Tus padres, Chloe y Adam Carter ¿Ellos son tus padres verdad? -me muestra una hojas que parece ser una foto, eran mis padres.

Mamá y papá están ahí, pero se ven diferentes, un poco raros con una ropa media rara, bueno para ellos, se ven jóvenes, pero en la foto están separados, me refiero a que no están juntos en la foto ¿Me entienden?

-No, no son mis padres -miento para que me deje ir, él solo ríe.

-Si claro, y yo soy Chuky -si supieras...- ¿Me dirás que tienes una hermana gemela ahora?

Le iba a responder pero habla otra vez por su Woki-Toki.

-¿Tienen al chico? -¿Chico? ¿Qué chico?- La tengo justo aquí. En dónde siempre, claro, pero encuentren al chico.

Aprovecho que está por colgar y le doy un golpe en la cabeza, se queja de dolor y yo salgo corriendo.

No sé por donde correr ni tampoco por donde ir.

Decido pedir ayuda, pero no encuentro a nadie por aquí. Parece que está todo desierto.

Corro y corro, no obstante me falta el aire. Tengo que hacer ejercicio, aún cuando estoy delegada, pero aun así.

Aunque siempre que digo eso, nunca lo cumplo, cambiando de tema... sigo corriendo y la verdad que no sé si me siguen o no, pero preferiría que me lo dijera, así paro de correr.

Me meto en los pasadizos, mi Buela me dijo una vez "Si te llega la hora, solamente déjate llevar"... pues Buela, yo no quiero que sea mi hora.

Corro y veo a lo lejos a un sudoroso Alec, voy hacia él pero veo que aún no me ve.

-¡Hey! -grita el sujeto y definitivamente no le hago caso y sigo corriendo aún más rápido - ¡Jazzlyn!

Alec me ve, un brillo extraño se apodera de sus ojos y viene hacia mí.

-Alec... atrás... mío... -digo entrecortadamente y aún asustada por esto.

Alec me vuelve a mirar, luego atrás y no duda en tomar mi mano y correr.

-¡Tengo el cofre! -dijo mientras corríamos sin rumbo fijo- Hay que
perderlos para poder usarlo.

Asiento y seguimos corriendo.

No vimos el caso de hablar con un oficial, no harían nada, no sólo corrimos de los sujetos, también de los guardias.

Cuando llegamos a un lugar que parece ser la oficina del administrador, nos adentramos y cerramos la puerta.

-La llave -me dice Alec agitado y sacando el cofre.

-El cofre -le digo igual de agitada y sacando la llave.

El toma la llave que tenía en mí mano y abre el cofre.

Los hermosos collares que mi mamá ocultó de mí ¡Los tengo en la mano!

-¿Ahora qué? -me dice Alec y coloco el collar alrededor de él- ¿Q-ué ha-ces? -me dice nervioso mientras lo ubico alrededor de su cuello.

Escucho su corazón latir, pero debe de ser por lo agitado que está.

Me pongo el otro collar en mi cuello.

-Piensa en Mondostrano -le digo y me mira confundido.

-¿Cómo puedo pensar en un mundo que no sé cómo es? -me dice no muy convencido y sarcástico.

-Supongo que... no lo sé. Solo piensa en Mondostrano, repite el nombre varias veces.

El asiente y comenzamos a mencionar el nombre.

Mondostrano. Mondostrano. Mondotrano.

Siento un ligero viento en mis piernas, abro los ojos, y me doy cuenta de que ya no estamos en el museo o Roma.

-¡Ahh! -grito y veo a Alec sonriendo- ¡Llegamos! ¡Llegamos! -grito y salto alrededor de él.

-Lo sé. Nunca creí que funcionaría pero ¡Si!

Me agarra de la cintura y me da vuelta, sonrío y hace que me acerque a él.

¿Qué va a hacer? ¿Me va a golpear?

Cada vez me acerca más a él, pero se detiene cuando...

-¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? -dice una voz detrás nuestro.

¿Qué quién era? Bueno, parece que alguien más se coló al mundo de Mondostrano con nosotros.