Finale pt. 3
Antes de empezar, quiero aclarar algo. Algunos no estuvieron muy de acuerdo con la reconciliación de jk y jm o querían/esperaban que sufrieran más. Pero gente, aunque sea lo acostumbrado, no lo hice así porque:
1. La relación de ellos era demasiado sana, no es como que uno tratara mal al otro o le hayase sido infiel, era una relación fuera de lo tóxico. Y sólo por un pequeño error, se separaron. Pero eso hacen las parejas, tienen sus malos momentos y si se aman de verdad se reconcilian.
2. Estuvieron separados por dos meses, en donde sufrieron muchísimo y más si, a pesar de la distancia estaban, acostumbrados a verse constantemente. Así que yO CREO QUE ESO ES SUFICIENTE SUFRIMIENTO NO?
3. Es un capítulo largo y bello así que sin más, disfruten. 🍋(spoiler)
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¿Cómo exactamente le decías a alguien que pensaba que estabas en otro país que al final nunca te fuiste y te quedaste en la casa de tu novio?
No era algo tan sencillo de decir. Lo único que Jimin les había dicho a sus padres por mensaje es que no se iría, pues había cambiado de opinión. Sin embargo, nunca les dijo la razón.
Sólo había pasado un día y muchas cosas sucedieron: Mandó al carajo su viaje a Estados Unidos, se reconcilió con Jungkook y ahora era nuevamente su novio, conoció a sus padres y fue la cosa más incómoda y el momento más nervioso de su vida, pero a pesar de eso, la familia de Jungkook resultó ser demasiado cariñosa y comprensiva. Literalmente la madre del castaño lo amaba. Cuando su hijo les confirmó que eran pareja, ella chilló de la emoción y los abrazó. Pues secretamente siempre había anticipado el que su pequeño hijo finalmente consiguese a alguien. Además de eso, fueron personas muy solidarias con él y permitieron sin chistar que Jimin se quedase con ellos mientras recuperaba sus maletas y cancelaba todo lo que estaba planeado para U.S.A.
Cuando amaneció y abrió sus ojos. Pudo jurar que casi las lágrimas se le salieron al ver el rostro dormido de Jungkook a su lado. Por un momento pensó que todo el día anterior había sido todo un sueño. Pero no, no lo era. Tenía a Jungkook, otra vez. Estaban juntos de nuevo. Y no podía sentirse más feliz y afortunado de que la vida le volviese a sonreír una vez más.
Así que, sin querer despertar al castaño. Se removió como pudo de su posición, saliendo cuidadosamente de la cama. Se colocó unas sandalias y revolvió su cabello rosa el cuál estaba completamente despeinado. Entró al baño de Jeon donde se lavó la cara y peinó un poco su cabellera. Mirándose al espejo, se percató de que su pijama era ni más ni menos que una camisa blanca de Jungkook, de las tantas que tenía, más unos pequeños shorts para dormir que llegaban un poco más alto de las rodillas. ¿Se veía decente para bajar y encarar a los padres de Jungkook? Tenía mucha hambre. Y sinceramente no quería despertar al castaño, pues se veía muy cansado y bien a gusto durmiendo.
Finalmente se rindió y encogiéndose de hombros, salió de la habitación y bajó en silencio al primer piso donde inmediatamente le llegó el olor a huevos fritos y tocino. A continuación entró a la cocina y observó a la madre de Jungkook, usando una coleta, tarareando una suave canción mientras cocinaba. Ella realmente cantaba muy bien. Podía suponer de donde había sacado el talento su hijo.
—¡Oh, Jimin! —saludó alegremente al mirarle de reojo— Buen día, ven siéntate —señaló el desayunador.
Jimin, con algo de timidez se acercó al lugar indicado por la mujer y se sentó mientras observaba lo que cocinaba.
—¿Tienes hambre? —preguntó su suegra y él asintió frenéticamente con la cabeza, ella rió— ¿No hablas mucho, verdad? ¿O es porque eres muy tímido? Relájate. Puedes sentirte como en casa. Aunque bueno, a lo que me contaron no es la primera vez que estás aquí —le guiñó un ojo de manera cómplice y Jimin se sonrojó.
Era extraño. Nunca se imaginó encontrarse en esta posición, la madre de su novio intentando llevarse bien con él. Pues como siempre lo habían ocultado, no se dió el lujo de visualizarse así. Lo sentía raro, sin embargo no le disgustaba. Al contrario, se sentía muy agradecido y feliz de haber sido gratamente aceptado. Sería tan lindo que su familia fuese igual a ellos...
—Hey, cariño —le llamó la mujer, sacándole abruptamente de sus pensamientos, captando en ese momento el apodo cariñoso que le había dado— ¿Estás bien? Te perdiste por un momento...
Jimin asintió varias veces con la cabeza.
—Sí, estoy bien. Gracias, es solo que... —tragó saliva— Me gustaría que mis padres fueran iguales a ustedes, no me quejo de ellos, sinceramente son buenos, pero... Tienen una mente muy cerrada y diferente a la mía. Ellos no logran aceptarme completamente... —suspiró.
La señora Jeon le miró con pena y extendió una de sus manos para tomar la suya y darle una leve caricia. Aquél gesto sorprendió al pelirosa, pues era lo mismo que hacía Jungkook con él.
—Todo estará bien, Jimin —le murmuró con una mirada comprensiva— Sólo procura ser valiente y mantener siempre tus ideales. Siempre habrán personas que estaremos dispuestos a ayudarte en cualquier cosa —le sonrió dulcemente.
Jimin le imitó, completamente enternecido.
—Muchas gracias, señora Jeon. Es usted una persona muy amable...
—Con gusto —dijo entregándole un plato de comida junto a un vaso con jugo de naranja— Provecho.
Jimin agradeció como por segunda vez en el día y comenzó a comer tranquilamente, disfrutando la buena mano culinaria que poseía su suegra.
Por su parte, ella apoyó su cabeza sobre sus manos mientras le miraba comer con ojos de cariño.
—Dios, de verdad eres muy lindo... —dijo con una sonrisa— Mi hijo tiene buenos gustos.
Jimin dejó de comer e inmediatamente se sonrojó mientras reía levemente. Y justo cuando iba a responderle, unos pasos apresurados en las escaleras se escucharon fuertemente por todo el lugar para proseguir a la imagen de Jungkook apareciendo bajo el marco de la puerta con la respiración alterada y el cabello completamente desordenado. Buscó inmediatamente a Jimin con la mirada y cuando lo vió soltó un suspiró de alivio.
Él también había pensado que fue un sueño.
—¡Jungkook! ¿Qué son esas fachas? Al menos te hubieras arreglado un poco para Jimin antes de bajar —le regañó su madre.
Jungkook bufó encogiéndose de hombros mientras caminaba hasta el desayunador.
—Jimin me ha visto en peores momentos —excusó mientras se sentaba al lado del pelirosa y le daba un tierno beso en la mejilla— ¿No es así, amor?
Jimin sintió su corazón estallar en alegría ante aquél hermoso apodo que tanto había extrañado escuchar. Se sentía como si fuera la primera vez.
—Sí, bastantes —respondió con las mejillas sonrojadas y mirando a su novio con una estúpida sonrisa.
—¡Oh dios mío, que lindos que son! ¡Déjenme tomarles una foto! —chilló la mujer, sacando su celular.
—¡Mamá, noo! —Jungkook cubrió su rostro— ¡No exageres, porfavor!
La señora rió junto con Jimin al ver la expresión de fastidio que tenía el castaño.
—¡Densen un besito aunque sea! —pidió abriendo la cámara de su teléfono.
—Mamá —espetó el chico con un tono de advertencia.
—Pff, está bien, está bien —rodó sus ojos, guardando el móvil— Qué aburrido eres, Jungkookie. Yo no te eduqué así —regañó y después sonrió con picardía al encontrar una venganza hacia su hijo— Uhm, ahora que recuerdo. No le hemos enseñado a Jimin tu álbum de fotos de bebé...
—¿Tienes un álbum de fotos? —le preguntó Jimin con los ojos abiertos en ilusión.
—¡No! —se incorporó de su asiento, señalando a su madre con advertencia— No lo hagas, mamá.
Ella le sonrió con superioridad e ignoró olímpicamente sus súplicas.
—¡Sii, claro que lo tiene! —le respondió a Jimin con inocencia— Déjame y lo traigo —abandonó la cocina.
—¡Mamá, no!
Valió en vano, pues minutos después la señora Jeon había traído un pequeño pero grueso álbum de fotos de Jungkook cuando era bebé. Enseñándoles una por una a Jimin quién no paraba de reír.
—¡No puede ser, que adorable eras Kookie! —exclamó el pelirosa señalando una fotografía de Jungkook versión niño haciendo el símbolo de amor y paz.
—Mátenme... —murmuró Jeon cubriendo su rostro en derrota.
Jimin carcajeó y reposó su cabeza en su hombro con cariño mientras compartía su desayuno con él entre risas y caricias.
[💗]
Jungkook detuvo el auto al frente de la casa de Jimin y ambos suspiraron al mismo tiempo.
—¿Estás seguro de esto? —preguntó el castaño al pelirosa quién parecía tener un debate mental consigo mismo.
Hace unas horas, habían vuelto al aeropuerto para recuperar las maletas de Park llevándolas en el auto del señor Jeon. Ahora era momento de que Jimin volviera a enfrentar a sus padres, diciéndoles toda la verdad y sus futuros planes. No esperaba realmente su aceptación al cien por cien, sin embargo, debía aunque sea darles una explicación del porqué canceló todo.
Jimin asintió varias veces con la cabeza, mordiendo su labio.
Jungkook, para tranquilizarle, extendió su mano para entrelazarla con la de Jimin, dándole un ligero pero significativo apretón.
—Todo estará bien —le dijo con voz suave.
Jimin sonrió.
—Lo sé.
Jungkook también lo hizo y se inclinó desde su asiento para atrapar delicadamente los labios de Jimin en un pequeño y tierno beso.
—Ve —susurró acariciando su mejilla.
El pelirosa le dió un último casto beso antes de voltearse y finalmente salir del auto. Atravesó el jardín de su casa mientras el viento soplaba sus cabellos y ropas completamente enfocado en sus pensamientos. Cuando llegó a la puerta, presionó el timbre y a los segundos es abierta por su padre quién al verle se quedó asombrado.
—No puede ser, de verdad no te fuiste... —dijo su padre sin quitar su expresión.
Jimin suspiró.
—Necesito hablar con ustedes. ¿Puedo entrar? —alzó irónicamente una ceja.
El hombre abrió su boca para reclamar pero entonces miró de reojo el auto parqueado al frente de su casa y frunció el ceño en confusión.
—¿Quién es él?
—Si lo quieres saber déjame entrar. Además, también es mi casa...
Silencio.
—De acuerdo —dijo en un suspiro cansado y se hizo a un lado dejando que su hijo entrara.
Jimin presionó sus labios mientras se adentraba la casa donde prácticamente vivió toda su vida y sin dudarlo se dirigió a la sala de estar, donde sabía que estaría su madre leyendo y efectivamente, fue así.
—¿Jimin? —la mujer le miró con ojos abiertos, dejando el libro de lado y levantándose del sofá mientras se quitaba los lentes— ¿Qué haces aquí?
—Ustedes querían respuestas y vengo a responderlas —dijo con simpleza, mirando de reojo a su padre quién se había apoyado a la pared con los brazos cruzados.
—Está bien —sentenció el hombre mayor— Dinos toda la verdad y también explícanos porqué demonios rechazaste la oportunidad de tu vida.
Jimin inhaló y exhaló lentamente, intentando no dejarse llevar por los nervios que sentía.
—Bien... —¿Cómo debía de empezar? —Ahm, sé que en el pasado yo fantaseaba con estudiar en el extranjero y eso... Pero hoy en día, ya no es así. Pensaba que podía aceptarlo, convenciéndome de que era lo mejor y para ello tuve que romper un lazo con cierta persona, la cuál me dolió demasiado... —suspiró— Agradezco mucho la intención que tuvieron y el prácticamente pagarme todo lo necesario para ir allá pero honestamente no es lo que quiero. Yo quiero estudiar acá, en Seúl exactamente... Y no les había mencionado sobre esto antes porque... —se calló un segundo, buscando las palabras adecuadas.
—¿Porqué...? —insistió su madre.
—Porque estaba... Digo- estoy en una relación con Jungkook... —levantó la mirada hacia sus padres quiénes le miraban con interrogación y él suspiró— El hijo de los Jeon —explicó.
Y finalmente sus progenitores captaron.
—¿Es enserio? ¿No que habían terminado? —preguntó su madre.
—Sí. Pero ya volvimos.
—Ah. ¿Y porqué terminaron?
—Por la nueva distancia que iba haber entre nosotros y también por mi culpa...
—¿Porqué no nos dijiste antes? —esta vez preguntó su padre.
—¿No es algo obvio? —frunció el ceño haciendo una mueca— Ustedes no lo hubiesen aceptado. Y sé que actualmente no lo hacen. Gran parte de eso se basaron mis decisiones pasadas porque tenía miedo de decepcionarlos... Pero descubrí que no estoy para complacer a nadie. Agradezco lo que han hecho por mi todos estos años, pero es momento de que continúe solo.
Más silencio.
—¿Y que es lo que harás ahora? —dijo su padre serio.
Jimin suspiró.
—Pues retomar el plan que tenía antes. Me mudaré a Seúl para inscribirme en una universidad y viviré con Jungkook.
—¿Entonces renunciaste a tu futuro en Estados Unidos sólo por un muchacho?
El pelirosa ladeó la cabeza, pensativo.
—Ahm, fue gran parte, sí... Pero no la principal. Al final descubrí que no quería irme... Si es necesario, intentaré recuperarles todo el dinero que gastaron es esto. Yo consiguiré un trabajo y-
—No —le detuvo su madre— No es necesario, no tienes que devolvernos nada... —suspiró, su mirada era comprensiva— Pues esto gran parte fue nuestra culpa —miró a su esposo—Te inscribimos sin tu consentimiento y te metimos demasiada presión... Jimin, realmente siento que hayas tenido que pasar por esto. Al igual que el miedo a decepcionarnos escondiendo una relación de dos años... Dos años, Jimin... ¿Cómo es que no me dí cuenta? —se preguntó a si misma, negando con la cabeza y teniendo los ojos llorosos— Sólo pienso en las cosas que dije y sin saber que te estaba lastimando con eso... Realmente lo siento, hijo... —finalizó con la nariz roja y derramando lágrimas.
Jimin papardeó varias veces, soltando también la lágrimas que había contenido y avanzó hasta su madre para abrazarla. Sintiéndose realmente aliviado de que ella comprendiera todo.
—Está bien, madre... —susurró en medio del abrazo— Te perdono. Ya no llores...
—Jimin, no me haz decepcionado —confesó su madre cuando se alejaron—Al contrario, me siento muy orgullosa de ti al ver la madurez en tus palabras —acarició su mejilla— Ve, haz tú vida y sé feliz. Confío en que lo harás bien.
El menor de los Park asintió varias veces con la cabeza, sin sentirse capaz de hablar por el nudo en su garganta y abrazó una vez más fuertemente a su madre, antes de despedirse de ella.
Cuando se alejó, limpió sus lágrimas y se volteó hacia su padre quién tenía un rostro serio. Sin embargo había algo en sus ojos que Jimin no pudo descifrar.
Dió unos dos pasos hacia él.
—¿No tienes nada que decirme, padre? —preguntó intentando que su voz no saliese tan rota.
El hombre le miró fijamente y después apartó la mirada. Jimin, entendiendo todo, inhaló fuertemente mientras asentía con la cabeza.
—De acuerdo, adiós —dicho esto pasó rápidamente a su lado y se dirigió a la salida abriendo la puerta principal, dispuesto a salir.
Sin embargo, antes de hacerlo una mano le detuvo suavemente del brazo.
Era su padre y su rostro estaba afligido.
Jimin no supo cómo reaccionar.
—Jimin... —comenzó tragando saliva al ver los ojos llorosos de su hijo— Yo... —suspiró— Te deseo suerte... Y quiero que sepas que a pesar de que no esté del todo de acuerdo con lo que hagas... Sigues siendo mi hijo y te amo —finalizó con voz rota.
El pelirosa le miró anonadado y sin pensarlo se abalanzó hacia los brazos del hombre mayor mientras rompía en llanto. Este le correspondió sin dudarlo, derramando unas cuántas lágrimas.
—Gracias, padre... —murmuró— Yo también te amo...
Se alejaron y se miraron con cariño. El padre de Jimin levantó la vista hasta el chico castaño quién les miraba desde lejos, apoyado en la puerta del auto y con las manos metidas en los bolsillos.
—¡Cuídalo! —le dijo en voz alta con voz firme.
Jungkook asintió con la cabeza desde su posición.
Jimin rió mientras limpiaba sus lágrimas.
—Si ese muchacho te hace algo házmelo saber y saco mi escopeta, ¿entendido? —susurró su padre a su oído mirando con desconfianza al castaño.
El pelirosa estalló en risas.
—Tranquilo, padre. Estaré a salvo —aseguró con una sonrisa.
El señor asintió y se despidió con un último abrazo de su hijo antes de entrar nuevamente a la casa.
Jimin caminó hasta Jungkook para lanzarse a sus brazos.
—Estoy muy orgulloso de ti —dijo Jeon, besando su mejilla.
—Joder, aún no creo su reacción... ¿Esto es un sueño? —se alejó para mirarle a los ojos con miedo.
Jungkook rió.
—Esto es la vida real, amor. Una vida en la cuál tú y yo estaremos ahora juntos por la eternidad.
Dicho esto le besó.
—Eres un cursi —murmuró el pelirosa con una sonrisa.
—No, cariño. Soy romántico, que es diferente —guiñó un ojo.
—Eres perfecto.
Finalizó besándole de nuevo.
[💗]
Al regresar a casa. Los padres de Jeon recibieron nuevamente a Jimin con los brazos abiertos y grandes sonrisas. Realmente le querían mucho y Jimin aún no podía entender la razón. Todo estaba fluyendo tan bien que hasta le daba miedo. Pero prefería no pensar demasiado en ello y enfocarse en el presente.
Después de la tormenta viene el arcoiris.
Horas más tarde. Salía del baño de Jungkook, utilizando unos bóxers negros y una camisa blanca sin abotonar aún, exponiendo sin pudor su abdomen plano y marcado. Más su cabello rosa completamente mojado. Dándole una imagen demasiado seductora y sexy al propietario de la habitación quién no disimuló el dedicarle una intensa mirada mientras estaba recostado en la cama.
Jimin, sabiendo lo que provocaba,
se hizo el desentendido buscando un cepillo para peinarse.
Entonces escucha un silbido de llamada detrás suyo y se voltea de reojo, conectando con la mirada llena de lujuria de Jeon desde la cama, quién guiña el ojo y mueve su dedo índice indicándole que se acercara.
—Ven aquí.
Jimin sonríe coquetamente y sin dudarlo mucho, avanza y se sube a la cama, gateando hasta subirse al cuerpo del castaño. Inmediatamente siente las grandes manos del chico hacer presión en su cintura mientras se muerde el labio, perdiéndose en su cercanía.
—¿Cómo te atreves a pasearte así por mi habitación como si nada, Park Jimin? —preguntó con voz ronca el mayor bajando una de sus manos hasta el trasero del pelirosa, dándole un ligero apretón.
Este jadeó e hizo un inocente puchero.
—¿Acaso no puedo?
—No, no puedes.
—Uhm, perdón...
—Ah no, ahora tienes que pagarlo.
—¿Cómo? —sonrió de manera nada inocente.
Jungkook también lo hizo.
—Ya sabes cómo.
Jimin se acercó lentamente a su rostro.
—¿Tus padres están en casa? —preguntó suavemente.
—No, salieron a comprar el mobiliario.
—Genial...
Dicho esto, Jimin se impulsó sin previo aviso al frente hasta atrapar los labios de Jungkook de manera desesperada. Este último al instante rodeó su cintura con sus brazos para girarlos a ambos sobre la cama en una velocidad inhumana, cambiando drásticamente de posiciones. Jimin jadeó sorprendido y él gruñó antes de estampar nuevamente sus bocas en un beso hambriento mientras comenzaba a tocar la piel del pelirosa.
Sintió como este se estremecía y suspiraba complacido hacia su toque. A continuación abandonó su boca para enfocarse en su cuello y probar ansiosamente aquella deliciosa piel que tanto había añorado.
—Joder, no sabés cuánto te extrañé... —susurró sobre su piel escuchándolo gemir en respuesta.
Jimin por su parte sólo podía soltar sonidos de placer pues el tacto de Jungkook quemaba como fuego ardiente, le deseaba y necesitaba tanto cómo él.
—Jungkook... —gimió cuando notó cómo sus bóxers eran quitados rápidamente y después escuchar el sonido de un frasco abrirse. Entonces sintió unos dedos recorrer tentativamente su entrada y se tensó antes de que un dígito se introdujera con facilidad en su interior gracias al lubricante— ¡Ah!
—Mierda, estás tan apretado... —murmuró agitado Jeon, moviendo su dedo, sintiéndose internamente complacido pues eso indicaba que Jimin no había estado con nadie más después de él. Introdujo un segundo dedo, dejándolo por unos segundos y después un tercero, viéndose en la obligación de callar sutilmente los gemidos del pelirosa con sus labios.
Jimin mantenía sus ojos fuertemente cerrados mientras se dejaba llevar por el placer que su castaño le otorgaba.
—Kookie... Te necesito —jadeó, moviendo sus caderas desesperadamente, queriendo más.
Jungkook mordió su labio y sacó sus dedos mientras se deshacía rápidamente de su ropa. Cuando quedó totalmente desnudo, se subió de nuevo al pequeño cuerpo de Park y abrió sus piernas acomodándose dentro de ellas. Y sin esperar más, alineó su gran miembro contra la entrada de Jimin y lo penetró de una sola estocada.
—¡Aah! —Jimin gritó, arqueado su espalda y llevando instintivamente sus manos a los hombros de Jungkook, buscando un soporte ante la fuerte introducción— ¡Hijo de-!
Fue callado por los labios de su novio.
—Lo siento, bebé. Esque te deseo tanto... —susurró sobre estos y besó cortamente su cuello—... ¿Puedo moverme?
—Espera un momento...
Jungkook asintió y se contuvo mientras repartía tiernos besos de disculpa sobre el cuerpo de Jimin. Pasaron unos minutos hasta que el cuerpo del pelirosa se relajó.
—Hazlo ya... —pidió cerrando sus ojos mientras le abrazaba la cintura con sus piernas.
Jeon no esperó más y sacó su miembro del interior de Jimin para volver a meterlo de un golpe, el pelirosa gimió fuerte y él tomó al instante sus muñecas llevándolas al los lados de su cabeza mientras comenzaba a embestirle rápido y duro.
—¡Ah, Jungkook! Jungkook... Jungkook-ah... joder... —balbuceaba en medio de agudos gemidos el pelirosa con los ojos fuertemente cerrados.
Pues al estar completamente inmovilizado, sólo podía concentrarse en cómo era penetrado una y otra vez con fuerza y sin piedad alguna.
Jungkook soltaba fuertes jadeos mientras besaba salvajemente su cuello, sin dejar aquél constante ritmo que comenzaba a ser tortuoso para el contrario.
—Kookie... más... porfa-¡ah!-vor... —gimió casi en sollozos.
Entonces Jungkook soltó sus muñeca y se apoyó contra la cama para comenzar a moverse a un ritmo bestial que llevó a Jimin hasta el paraíso. Inmediatamente agarró a Jungkook de la espalda sin poder para de gemir como un loco, sus gemidos casi pasando a gritos ante la intensidad en la que era embestido al punto de rasguñar lentamente la espalda de su novio mientras este devoraba su cuello.
Tiempo después un conocido calor comenzó a invadir su cuerpo.
—K-kookie...voy a...¡mhg! —intentó decir entrecortada.
Sin embargo Jungkook entendió la referencia y cambió sus acometidas a unas más firmes y duras que llevaron poco a poco a su pelirosa finalmente al límite.
—¡Jungkook, ahh! —gritó Jimin echando su cabeza hacia atrás cuando llegó al climax, corriéndose fuertemente.
El castaño golpeó un par de veces en su interior antes de también venirse deliciosamente en un ronco gemido dentro suyo.
A los segundos cayó como peso muerto sobre el cuerpo de Jimin jadeando como si hubiese corrido un maratón. Y el contrario no era la excepción. El silencio se apoderó de la habitación, llenado sutilmente por sus pesadas respiraciones y jadeos que se escapaban de sus bocas ante las pequeñas secuencias del orgasmo.
Jungkook abrazó a Jimin por la cintura mientras repartía suaves besos sobre sus hombros sudados antes de salir lentamente de él, donde los restos de semen bajaron por los muslos del pelirosa. A continuación se acostó a su lado, ambos mirando el techo con los ojos cerrados hasta que giraron sus cabeza para conectar miradas.
Y estallaron en risas.
Jungkook atrajo a Jimin hasta su cuerpo donde lo envolvió con sus fuertes brazos mientras le daba un beso en la frente. Por su parte el pelirosa sonrió mientras abrazaba con una de sus piernas la cintura de Jeon.
—Te amo, Jungkook... —murmuró reposando su cabeza sobre el fuerte pecho del castaño.
—Te amo mucho más, Jimin...
Se besaron lentamente con ternura y delicadeza.
Por fin estaban juntos. Lo que tanto ahelaron se haría realidad, ahora vivirían juntos y se verían todos los días como los viejos tiempos. Ya no habrían más distancias, angustias ni sufrimientos. Solo amor y más amor. Pues finalmente estarían uno al lado del otro. Sin más kilómetros y kilómetros de distancia. No más buses, no más aviones.
Sólo ellos dos.
En un mismo lugar.
HI GUYS AAAH YA TERMINÓ MONDAYS, bueno aun falta el epílogo el cual será muy importante y dará finalmente fin (ahre) a esta tierna historia que disfruté muchísimo de escribir. El epílogo lo estaré publicado dentro de una semana idk, quién sabe si antes de eso. Pero estará 💗
Les amo mucho y gracias por llegar hasta acá, nos vemos! 💕💕💕
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