Finale pt. 1
Un mes después.
Jimin terminaba de cerrar el último equipaje que le faltaba, a continuación soltó un largo suspiro mientras observaba con melancolía su habitación completamente vacía, sin muebles, historietas, ropa, nada. Aquello en cierta parte le resultaba desgarrador y duro de ver, prácticamente creció en esa habitación. Y el estar viéndola ahora, diciéndole el último adiós, le dolía. Era una gran prueba de que había crecido, a partir de ahora, con sus 18 años, debía partir y madurar como tal.
Bajó las escaleras de su casa junto a su maleta, hasta el segundo piso donde yacían sus padres juntos, esperándole con expresiones tristes en sus rostros. Se podría decir que, tarde o temprano, Jimin debía volver a su hogar. No podía quedarse en la casa de Taehyung para siempre, escondiéndose como un refugiado. Así que tuvo que darle la cara a sus padres después de todo. Y fue realmente incómodo. Su madre, le abrazó y le pidió que la perdonara por las cosas horribles que había dicho respecto a los homosexuales, también le dijo que lo amaba. En cambio su padre, sólo le apartó la mirada. Aún no lo aceptaba. Y era entendible, Jimin lo había ocultado por mucho tiempo y les había engañado sobre si mismo. Para cualquiera era difícil de sobrellevar.
Sin embargo, y aún así, se despidió de ambos progenitores con un beso y un abrazo sincero. Lo más probable no los volvería a ver durante muchísimo tiempo. Cuando finalmente salió de su casa, no se molestó en pasar a la de su mejor amigo para desperdise pues anteriormente lo había hecho. Aún recuerda las palabras de Taehyung antes de que se fuera: "Haz lo que tu corazón te pide". No lograba comprender del todo esa frase, pero sinceramente no le interesaba mucho. Pues cuando intentaba escuchar a su corazón, este no decía nada, estaba intacto y callado. Sin vida, justamente como se sentía él ahora mismo.
Se subió al taxi que lo llevaría al aeropuerto, sin ninguna expresión en el rostro. Cuando la puerta fue cerrada por el conductor a su lado, miró afuera de la ventana a sus padres al pie de la puerta, despidiéndose con la mano. Y sólo pudo imitar la misma acción enseñando una falsa y leve sonrisa. Hasta que el auto arrancó y todo a su alrededor comenzó a moverse más rápido de a pocos.
Despidiéndose mentalmente de su casa, de sus padres, de Taehyung. Y de Jungkook.
[🖤]
Jungkook escuchaba la televisión de su padre en el fondo mientras su madre no paraba de hablar sobre una nueva receta que aprendió. Sentado en el desayunador de su antigua casa, llevó los fideos a su boca conforme sus pensamientos se desvían como acostumbraban últimamente a hacer.
Desde ayer se encontraba en Busan visitando a sus padres, quienes le extrañaban e insistieron en que viniera. Ya que no quería pues, prácticamente toda esa ciudad le recordaba a su ex. Y si su intención era superarle no lo lograría mucho mientras estuviese en esa casa, donde compartieron bastantes momentos especiales. Mierda, él de verdad lo estaba intentando. Pero simplemente parecía que el mundo estaba en su contra.
—Cuéntame, hijo. ¿Haz encontrado algún chico por allí? —preguntó su madre.
Jungkook salió abruptamente de sus pensamientos y tardó cinco segundos en entender las palabras de la mujer. Para nadie de su familia era un secreto que le iban los de su mismo sexo, enrealidad no era la gran cosa para ellos. Lo único que nunca supieron esque anteriormente estaba en una relación de un par de años. La razón era para, en ese entonces, proteger a su ex. Pero ahora no valía la pena seguir ocultándolo, sin embargo, no quería su dolor o lástima. Así que prefirió mentir.
—Nah —soltó encogiéndose de hombros— Nadie en mi tipo.
—¿Seguro? ¿Ni siquiera en natación? Mira que la mayoría deben de tener un gran cuerpo y-
—Mamá —le interrumpió— Ya basta, es incómodo hablar de chicos contigo...
—Ay Kookie, así nos entendemos —le guiñó un ojo y Jungkook sólo puedo soltar un bufido y bajarse de la silla.
—Iré a mi habitación —refunfuñó subiendo las escaleras mientras su madre reía a sus espaldas.
Cuando llegó a su antigua recámara, se dejó caer como peso muerto en la cama mientras cerraba sus ojos y se dejaba guiar por el sueño que le invadió en ese momento.
Justamente, en ese instante, su celular comienza a sonar en el bolsillo de su pantalón. Grueñiendo por lo bajo, se incorpora y con dificultad libera su móvil y observa con el ceño fruncido la pantalla al ver número desconocido.
Restándole importancia, contesta.
—¿Aló?
—Hey, ¿Eres Jungkook, verdad?
El nombrado frunció el ceño al reconocer esa grave voz que tantas veces detestó.
—¿Taehyung?... ¿Qué es lo quieres? —respondió de mala gana, pues inconsistemente no podía dejar de pensar en cierta persona al saber que este era su mejor amigo.
El chico a la otra línea pareció soltar un largo suspiro antes de hablar.
—Mira, supongo que sabes que sé todo. Y ahora no dejaré que sigan ambos cagándola.
—¿De qué hablas?
—Dios, Jungkook. ¿No lo estás intentando, cierto?
—Pues explícate.
—Okay, seré breve. Jimin se irá hoy.
Jungkook sintió su corazón detenerse en ese momento. Él pensaba que su ex se había ido hace tiempo, no ahora.
—¿Y qué con eso? Él ya no me interesa...
—Sí, sí, como sea. Su vuelo sale a las 4:30 P.M... Sé que hizo muy mal Jungkook, y entiendo tu comportamiento. Pero al menos no dejes que las cosas terminen así de mal, ¿Aunque sea decir un último adiós decente, no? Siento que es lo mejor para los dos, si no ambos se quedarán con la duda y el dolor de una fea ruptura. Además, ¿No tienes algo que decirle antes de irse? ¿Talvéz algún arrepentimiento o lo que sea? Al fin y al cabo, no tienes nada que perder...
—N-no lo sé, Taehyung... Esto... Yo no creo que sea buena idea la verdad...
—¿Porqué no? Ya te lo dije, no tienes nada que perder. Si sale bien pues perfecto se despiden y ya está y si sale mal pues nada pasó.
—Esque tú lo dices tan sencillo pero no lo es... No creo poder...
—Hazlo. Te vas a arrepientir si no lo haces, lo sé, vamos Jungkook...
—¿Y si no quiere verme?
—Conoces a Jimin. Él se despedirá también.
Jungkook resopló.
—Esto es ridículo... Pero bueno, gracias, lo pensaré.
—No lo pienses demasiado. Solo ve.
—Sí, sí... Gracias por la información, adiós.
—Adiós.
Jungkook colgó la llamada y se quedó intacto, mirando al suelo, sumiendose en sus pensamientos. ¿Sería buena idea? La respuesta definitivamente era no. Pero a la vez, Taehyung tenía razón. Ya no tenía nada que perder, aunque claro, ver a la persona que más amas partir debe de doler más que la mierda. Sin embargo, ¿Qué más dolor podía sentir ahora? Sonará exagerado pero se sentía inmune a eso después de tanto. ¿Talvéz significaba que estaba comenzando a superar a Jimin? Aquello era bueno. Un paso. Además, tenía muchas últimas cosas que decir.
Quería disculparse por prácticamente obligar a Jimin a que se quedase con él en vez de seguir su sueño, por echarle en cara todo de manera tan brusca y también por actuar sin pensar al correrlo de su apartamento. Eran cosas que a pesar de que, en su momento las hizo con toda intención y sin remordimiento, ahora mismo se arrepiente.
Así que miró el reloj en la pared de su habitación, marcando las 3:55 P.M y abrió sus ojos al instante. ¡Mierda era más tarde de lo que pensó! Como haz de luz se levantó de la cama y tomó el primer abrigo que vió en su habitación, saliendo de su cuarto y comenzando a bajar rápidamente las escaleras.
Y antes de que su madre preguntase con rareza a donde se dirigía él habló primero.
—¡Ya vuelvo, saldré un momento! —avisó apresuradamente, saliendo de la casa y tomando el primer taxi que encontró hacia el aeropuerto.
[🖤]
Jimin se encontraba sentado en una banca cualquiera dentro del aeropuerto, sus maletas habían sido recogidas y sólo era cuestión de esperar a que su vuelo estuviese listo para finalmente partir. Entonces, dejando su celular de lado, miró a su alrededor. Observó a las personas apresuradas ir de un lado a otro, por miedo a perder sus vuelos, familias recibiendo a sus hijos, hasta parejas despidiéndose conmovedoramente.
Apartó la mirada.
Dolía, aún dolía muchísimo. A pesar de que hayasen pasado exactamente dos meses, seguía sin superarlo. En cierta parte, lo hizo un poco. Ya no lloraba todos los días, sin embargo no había día en el que no pensase en Jungkook. Lo extrañaba mucho, por supuesto que lo hacía. Y sí, se arrepentía de todo. Lo peor es que no podía hacer nada al respecto, no quería cagarla más, no quería más rechazo y decepción.
Era mejor irse, así construiría su vida de nuevo. Talvéz una mejor y... Más feliz. Aunque dudaba muchísimo que fuese así.
Una voz femenina, que se repitió en todo el lugar por los parlantes dando un anuncio, le sacó de sus pensamientos colocando suma atención. Comprendiendo en ese instante que su vuelo estaba próximo a despegar, solicitando la aparición de sus pasajeros cuánto antes. Soltando un largo suspiro, se incorporó de su asiento y la tristeza le llegó de golpe apenas comenzó a caminar hasta la puerta de embarque. Finalmente se introdujo completamente en él, llegando a un túnel de paredes de cristal que conectaba la entrada del avión con el aeropuerto. Se sentía tan vacío, sin vida, parecía que todo lo estaba haciendo como un robot, automáticamente. Pues en el fondo, no quería irse. Pero ya no le quedaba de otra.
Entonces, mientras hacía fila para entrar, sin estar pensando nada en concreto, mira devuelta hacia al aeropuerto a través del cristal. Las paredes del mismo material, permitiendo ver todo su interior, incluyendo a las personas adentro.
Y entonces de improvisto, lo vió...
Vió a Jungkook.
Estaba allí, adentro, parado y mirándole fijamente sin ninguna expresión en su rostro. Aunque desde su posición podía ver sus ojos un poco llorosos.
Jimin sintió su corazón literalmente detenerse al igual que él mismo en ese momento, con sus ojos y boca ligeramente abiertos. Sin poder quitar su vista de los ojos de Jungkook, parpadeó varias veces, pensando que era producto de su imaginación, pues hace tanto tiempo no le veía... pero no, era él. De verdad, estaba allí.
Se miraron fijamente, pareciera que el mundo se hubiese detenido para ellos, andando en cámara lenta. Jimin sintió una horrible punzada en su corazón, pues en los grandes y brillantes ojos de Jeon, pudo jurar ver todos los momentos que pasó junto a él, todas las sonrisas, los besos, los abrazos, todas las palabras.
Y no supo si fue idea suya, si fue producto de su imaginación. Pero desde lejos, los labios de Jungkook se movieron mientras le miraban con dolor y Jimin los pudo leer perfectamente formulando: No lo hagas.
La respiración de Jimin se descontroló levemente mientras las personas detrás suyo le decían que se moviera, pues era su turno a entrar al avión y había ocasionado una pequeña presa sin darse cuenta. Soltando un pequeño jadeo, apartó la vista de Jungkook y miró al frente suyo, donde estaba exactamente a un paso de entrar, a un paso de irse y cumplir su sueño. Y después regresó rápidamente su vista a Jungkook, él seguía mirándole, más inestable sin haberse movido un centímetro desde su posición. Y entonces lo sintió. Sintió esa cálida sensación en su corazón, ese bombeo único que por tanto tiempo ignoró, finalmente lo escuchó.
Y entonces lo supo.
Jungkook era su único sueño.
A continuación, su cuerpo empezó a moverse por si solo. Sin pensarlo, giró sobre sus talones y comenzó a devolverse, abriéndose pasó entre los pasajeros rápidamente.
—¡Señor, no puede salir! —le llamó una azafata intentando detenerle pero él la ignoró y continuó corriendo por el túnel hasta llegar a la puerta que comunicaba devuelta al aeropuerto, la cuál estaban a punto de cerrar.
—¡No, no cierren! —advirtió abriendo la puerta, disculpándose rápidamente con la persona que estaba detrás y saliendo finalmente de allí, adentrándose de vuelta al aeropuerto.
Por otro lado, cuando Jungkook vió desde su posición a Jimin comenzando a devolverse de la nada, sintió literalmente su mundo detenerse y soltó una maldición antes de sin pensarlo, comenzar a correr también a su dirección.
Jimin continuó corriendo entre la multitud del lugar, empujando inconscientemente a varias personas sin tener tiempo de disculparse pues sólo tenía un pensamiento en la cabeza en ese momento y era llegar hasta Jungkook.
Literalmente aquél momento parecía en cámara lenta, ambos jóvenes corriendo al mismo tiempo como desquiciados en medio aeropuerto, haciéndose paso entre la gente, esquivando maletas y personas, con sus miradas fijas al frente en dirección a la persona que tanto querían llegar.
Hasta que sus miradas finalmente conectaron y avanzaron más rápido hasta llegar de un golpe al contrario. Jungkook tomó los brazos de Jimin, deteniéndole por el impacto.
—¡¿Jimin, qué haces!? —exclamó jadeante y desesperado, mirándole rápidamente a los ojos— ¡Vas a perder el avión!
Pero antes de que pudiese continuar, el pelirosa se había lanzado inmediatamente a su cuerpo, abrazándole fuertemente por el cuello sin parar de sollozar:
—¡Lo siento! —le escuchó decir, intensificando su agarre— ¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento! ¡Perdóname, porfavor, perdóname Jungkook, lo siento tanto! ¡Te amo, te amo, te amo, lo siento, lo siento!
Jungkook se quedó completamente inmóvil, en shock, mientras no podía creer lo que salía de los labios de Jimin ni mucho menos tenerlo allí, abrazándole. Y captando poco a poco la situación, sus ojos se lagrimearon y finalmente se rindió, rompiendo en llanto y rodeando el cuerpo del pelirosa con sus fuertes brazos.
—Jimin... Oh, mi dulce Jimin... —murmuró completamente derrotado, acariciando los cabellos rosados del más bajo, sin poder dejar de llorar al después de tanto tiempo tenerlo entre sus brazos.
Jimin escondió su rostro en su cuello, intensificando sus sollozos.
—L-Lo siento, Jungkook... Lo siento... Perdóname de verdad... —continuaba diciendo.
Finalmente Jeon los separó sin romper el abrazo, mirándose fijamente, ambos con ojos llorosos.
—Eso fue muy estúpido, Jimin... —dijo con la voz ahogada, tocando su rostro— ¿Porqué lo hiciste?
Jimin, con la respiración agitada y sin quitar su mirada de él, le dijo:
—Tú eres mi sueño, Jungkook.
Jeon soltó un jadeo de la impresión, mirándole anonadado y analizando todo su rostro, buscando alguna muestra de que no mentía, asimilando las palabras del pelirosa.
Entonces sonrió sin poder creérselo y tomando el rostro del chico entre sus manos, y sin pensarlo demasiado, lo besó.
Cuando los labios de ambos jóvenes hicieron contacto, fue como si una parte de ellos que anteriormente creían abandonada, cobrará vida y se reflejara en fuegos artificiales y destellos. Sintieron al unísono una calidez en su interior, sus pechos subir gustosos, sus corazones volviendo a latir al mismo tiempo. Fue un beso apasionado, casi de película. Sus labios moviéndose en lenta y a la vez rápida sincronía, queriendo sentir nuevamente el sabor que tanto añoraban del otro, queriendo verificar que realmente esa persona estaba allí y que aquello estuviese de verdad pasando. Sus cuerpos completamente juntos, sintiendo de nuevo el calor y presencia del otro, algunas lágrimas bajando lentamente por sus mejillas, demostrando lo mucho que se habían extrañado.
Cuando se separaron, juntaron sus frentes, jadeantes, ambos con los ojos cerrados. Jungkook no había apartado sus manos aún del rostro de Jimin y este tenía sus pequeñas manos sobre el fuerte pecho del castaño.
—No podía hacerlo... No podía irme... —justificó el pelirosa, entrecortado— Yo no-
Jungkook le calló con un suave y dulce beso en sus labios.
—Quédate... Quédate conmigo... —susurró, acariciando su mejilla con su pulgar— Pero no porque yo te lo diga, si no porque tú quieres...
Jimin llevó sus manos hasta el cuello del mayor y le miró fijamente a los ojos.
—Me quedo.
[1/3]
Hi guys, no todo está resuelto aún, pues, por si no se dieron cuenta Jungkook no ha perdonado a Jimin y ambos tienen de muchas cosas que hablar. Este es sólo el comienzo de la reconciliación.
Ambos son unos 🅱️🅰️🅱️🅾️🆘, uwu.
Nos vemos pronto, chau. 💜
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