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022.

Domingo 30 de diciembre del 2018.

Pasadas unas eternas horas de viaje, Jimin vuelve a Busan a como llegó: solo.

Se subió a un taxi quién lo llevó a su casa, donde fue recibido con los brazos abiertos por sus padres y él correspondiéndoles lo más real que podía en ese momento. Se sentía débil, agotado y completamente destrozado. Aquél sentimiento de dolor y amargura estaba inyectado en su alma, sin hacer indicios de irse por un largo tiempo, o quizás nunca. Ya no sabía, lo único que quería ahora, era hacerse un ovillo sobre su cama y llorar descontroladamente hasta sentirse vacío, sin una gota más de lágrimas. Pero conforme lo hacía, sólo lograba llorar más y más. Aprovechaba los tiempos en que sus padres abandonaban momentáneamente la casa para romper todo el llanto contenido del día.

Pasó año nuevo, una noche dolorosa, pues estuvo completamente alejado de sus familiares aquella noche, tomando vino a solas mientras derramaba algunas cuántas lágrimas. Escuchando las risas de sus tíos y padres pasándola bien, observando como las parejas de sus primos y primas recibían con un beso el año nuevo.

Tal y cómo lo hacía con Jungkook.

Aquella mierda dolía, y mucho. No lo iba a negar, extrañaba al chico como la mierda. Pero ya no había vuelta atrás, a finales de febrero ya debería de ir instalándose en U.S.A. Sus padres se habían encargado de conseguirle un costoso y equipado apartamento cerca de la universidad donde asistiría, para poder vivir tranquilamente. Los trámites para vivir allá, la matrícula y la carrera que había escogido ya estaban establecidos. Todo estaba listo. Sólo era cuestión de que él se marchase.

Por ahora, se había dedicado a pasar y disfrutar sus últimos días en su país nativo el cuál sabía que extrañaría demasiado. Bueno, "disfrutar" porque lo único que había hecho durante las últimas semanas era empacar sus pertenencias y reacomodar su habitación. De vez en cuándo, salía con sus padres u amigos, especialmente con Taehyung quién insistía en sacarlo a pasear al verle tan decaído.

Y esque Jimin no le había dicho sobre su ruptura. No quiso decírselo aún, no quería que su amigo sintiese lástima por él. Aunque sabía que en el fondo Taehyung lo sospechaba. Y que tarde o temprano se lo diría.

Sin embargo, a pesar de que técnicamente su vida estuviese fluyendo bien, pues iría a la universidad de sus sueños, viviría en un gran país como Estados Unidos teniendo asegurado un futuro exitoso, tenía el orgullo de sus padres y eventualmente de si mismo. Tenía todo lo que siempre había soñado, pero entonces... ¿Porqué se sentía tan insatisfecho? ¿Porqué no se sentía orgulloso de si mismo cómo debería de ser? ¿Porqué no se sentía feliz?

La respuesta a esas preguntas, en su gran mayoría, tenía la respuesta y eso le lastimaba mucho. Los días pasaban y sólo podía sentirse más miserable, una parte de él, le felicitaba por hacer lo correcto, por pensar en su futuro, pues hoy en día era demasiado difícil conseguir las metas que deseas, no era fácil y era un gran logro personal. Pero su otra parte sólo lloraba y le maldecía, le gritaba que era un estúpido y un completo idiota por dejar a Jungkook, a veces el sentimiento de nostalgia y soledad eran tan fuertes que aquella parte le exigía que le buscará y fuese tras él. Fueron varias la ocasiones en las que tuvo que luchar con ese sentimiento de arrepentimiento, soñaba con aquél día, pensaba en las palabras de Jungkook. En la decepción que vió en sus ojos. Se sentía muy confundido, no lo entendía y no se entendía.

A veces se preguntaba qué estaría haciendo Jungkook en estos momentos, si estaría triste, si estaría feliz, si ya le había superado y encontrado otra persona. Todo podía pasar, el sólo hecho de pensar en él como su ex, le dolía, no podía, odiaba esa palabra, era tan fea, tan triste.

Pero principalmente se odiaba a si mismo por acabar con todo.

Conforme pasaban los días sentía una angustia crecer por su pecho, una inquietud cada vez que veía a sus padres mirarle con ojos orgullos y felices. Ignorantes de su verdadero ser, de todo el sufrimiento y batallas que estaba pasando, sólo por ellos. Y esque Jimin lo amaba demasiado, y no se veía capaz de soportar rechazo alguno de ellos, se sentía tan agradecido con sus padres que solo quería hacerlos sentir orgullosos y era irónico pues lo estaba haciendo, pero sentía que todo era falso, aquél orgullo no se lo merecía. Él era falso, estaba dando una imagen de él mismo la cuál no era verdadera, era mentira.

Se dió cuenta que últimamente lo único que hacía era mentir y mentir. Aquello comenzaba a afectarle, tantas mentiras que recordar y aplicar, tantos miedos que tenía... Se estaba volviendo tóxico, él poco a poco se sentía sin vida, sin ganas de nada. Simplemente se sentía como un volcán a punto de hacer erupción, reteniendo tantos sentimientos y pensamientos, tantas cosas que quería gritar a los cuatro vientos. Y sentía que pronto estallaría, todo saldría a la luz, pero no pensaba que fuese tan pronto como ahora.

Estaba sentando en la mesa familiar, intentando fingir que quería comer cuando de verdad no tenía apetito y escuchando vagamente la entretenida conversación que tenían sus padres.

—Oh sí, completamente de acuerdo... —terminaba de decir su padre de un tema ajeno— ¿Escuchaste lo que salió hoy en las noticias, querida? —preguntó a su esposa con asombro en sus ojos.

La mujer dejó de tomar de su copa de vino y miró interrogante a su marido.

—No, ¿De qué hablas?

El hombre suspiró antes de hablar y sacar el periódico que tenía guardado en una silla para buscar la página dónde había visto aquella noticia.

—¿Recuerdas al hijo de los Jeon? ¿Jeon Jungkook?

La única figura femenina en la mesa asintió con la cabeza extrañada mientras que el hijo menor no había podido evitar mirar al instante a sus padres al escuchar a aquél nombre.

—Sí, lo recuerdo perfectamente. Es amigo de Jimin. ¿Porqué? ¿Pasó algo con él? —interrogó la madre, preocupada.

Jimin comenzaba a sentir la angustia y miedo recorrer su cuerpo, dedicándole una mirada abrumadora a su padre, esperando con insistencia lo que fuese a decir pues aquello le había tomado totalmente desprevenido.

Su padre resopló antes de hablar.

—Bueno, no es exactamente algo relacionado con él. Pero sí se hace mención de su persona. Al parecer nuestras sospechas eran ciertas, el chico es homosexual... Pues en su universidad comenzaron a hacer una especie de campaña para apoyar a las personas como él y lo mencionan junto a otros estudiantes que son parte de la comunidad o algo así... —suelta un largo suspiro— Qué decepcionante, de verdad le veía futuro a ese muchacho, era bueno...

—Sí, qué lástima... —le siguió su esposa con una mirada melancólica— Aunque me resulta muy extraño, pues supuestamente tenía novia, ¿no es así, Jimin?

Las miradas de ambos jóvenes caen sobre su hijo, quién está con una extraña expresión en su rostro la cuál ambos pueden definir cómo angustia.

—¿P-puedo ver la noticia? —pregunta con voz amortiguada, señalando el períodico de su padre quién al instante se lo pasa y puede comprobar con sus propios ojos que lo que dijo era verdad.

Al instante, su cuerpo reacciona como nunca lo había hecho en su vida, su respiración se acelera y siente sus manos temblar levemente, arrugado el papel que sostenía.

—¿Jimin? —le llama su madre preocupada al verle tan inestable— ¿Te encuentras bien, hijo?

Jimin asiente con la cabeza gacha, intentando luchar con el fuerte impulso que se apoderaba de su ser y con el miedo gobernar en su pecho.

—En fin, siento que esto de la homosexualidad... —comenzó el hombre mayor— Es algo que se contagia, digo, ¿cómo es posible que te gusten las personas de tu mismo sexo? Es prácticamente imposible, pero pasa... Ellos están tan equivocados y tan cerca del mal... A veces siento pena por ellos, no saben en lo que se meten... Si tan sólo supieran qu-

—¡Cállate!

Ambos adultos voltean a ver con ojos abiertos al propietario de aquellas palabras, quién tiene el rostro completamente rojo y las lágrimas no paran de bajar por sus mejillas como cascadas.

—¿Jimin, qué te sucede? —pregunta su madre asustada, sin saber cómo reaccionar.

—Sí, ¿Cómo te atreves a faltarme así al respeto? —regaña con tono severo si progenitor.

Park siente su corazón latir en un ritmo descontrolado, simplemente no pudo más. Ya no podía más. Ya no podía aguantar más, estaba cansado. Ya nada le importa ahora, se sentía completamente destruido y herido en todas las formas posibles. Ya había explotado.

—Hay algo que nunca les he dicho... —comenzó levantando la mirada hacia ellos y respiró hondo antes de confesarlo, sin rodeos— Yo soy homosexual.

—¿Qué? —responde al instante su padre, mientras que puede ver cómo el rostro de su madre se tiñe en blanco.

—L-lo que escucharon, soy gay —dijo secando sus lágrimas, intentando controlar el llanto que quería arremeter nuevamente contra él— Y todos los rumores que escucharon... Eran ciertos... Jungkook... Fue mi novio... —no pudo evitar decir aquello último con voz rota— Él y yo estuvimos juntos por dos años... A escondidas de ustedes... Porque tenía miedo de que me rechazarán como siempre lo han hecho con los homosexuales...

Jimin finalmente siente como un peso se le va del encima, sin embargo no todo a terminado y no toda la inquietud a acabado pues cuando levanta nuevamente su rostro, las caras de sus padres eran de película. Ellos no lo podían creer, y menos de su propio hijo. Su verdaderoma reacción tardó en aparecer aproximadamente en un minuto, cuando habían procesado la información.

A continuación su madre mira casi con pena y dolor.

—Oh, hijo... —murmura con una mueca en su rostro, en su mirada reflejaba miedo pero a la vez una extraña compresión.

Sin embargo, la reacción de su esposo sería totalmente diferente a la suya.

—Jimin, nos haz decepcionado... —espeta de la manera más cruel posible.

Pero Jimin no reacciona, no llora, no grita, no dice nada. Su rostro está serio, sombrío y sin vida. Anteriormente pensaban que aquella respuesta le dolería como daga en el pecho, pero grande fue su sorpresa al no sentir nada. No sintió dolor, ni arrepentimiento. Por fin se había liberado ante sus padres y se seguía sintiéndose insatisfecho.

Pues sus padres no eran las primeras personas a quién había decepcionado.

Así que se levantó de un golpe de la mesa y les dedicó una mirada severa a sus padres antes de decir:

—Me vale una mierda.

Entonces caminó a pasos rápidos hasta la puerta, sin embargo una mano en su brazo lo retiene fuertemente. Voltea, encontrándose con el rostro molesto de su padre.

—¿A dónde crees que vas? —pregunta entredientes el hombre que no puede creer el comportamiento de su hijo.

—A cualquier lugar donde no sea aquí —intenta zafarse.

—¿Porqué? —le sostiene de nuevo.

Jimin le mira fijamente a los ojos.

—Porque estoy harto de vivir con personas tan ignorantes como ustedes. Toda mi vida los he amado ciegamente, a pesar de estar hiriéndome con sus palabras indirectamente. He aguantado mucho, y he perdido muchas cosas sólo por hacerlos quedar bien, por hacerlos sentir orgullosos... —sus ojos se llenan de lágrimas— Pero me equivoqué... Hasta ahora comprendo y acepto que nunca les voy a quedar bien, nunca los haré sentir completamente orgullosos... Me rendí, y sinceramente ahora... Me importa una mierda.

Dicho esto se soltó bruscamente del agarre de su padre y abrió la puerta, encontrándose con la fuerte lluvia que había comenzado a caer sin daré cuenta.

—¡Jimin! —le llama su madre a sus espaldas.

Simplemente la ignora y avanza hasta cerrar de un portazo y dejarse mojar por la fuerte lluvia. Sin pensar demasiado sus pies comienzan a moverse rápidamente hasta una dirección específica, corre con las lágrimas cayendo por sus mejillas, con las gotas de lluvia golpeando su cabello rosa.

Y por primera vez en mucho tiempo, llega a la casa de la única persona que le quedaba. A la única persona que aún no había decepcionado. Su mejor y único amigo: Taehyung.

Tocó incontables veces el timbre y cuando vió el rostro impactado del castaño al abrirle, no dudó en abalanzarse sobre él, en aferrarse a la única persona que le quedaba, rompiéndose al instante en un desgarrador llanto que no daba indicios de parar.

Taehyung sin entender nada, lo abrazó fuertemente. Y antes de que Jimin pusiese decir algo, el habló:

—Lo sé, lo sé... —le susurró— Lo sé todo, puedes llorar. Llora todo lo que quieras...

Jimin se aferró a las ropas holgadas de Taehyung, mientras sentía un horrible dolor en su pecho.

—L-Lo extraño mucho... —sollozaba fuertemente sobre su hombro— Lo extraño demasiado... Me quiero morir... E-estoy solo... Porfavor, no me dejes tú también... P-porfavor... —suplicó aferrándose más a su amigo.

—No te dejaré, Jimin. No digas eso. Tranquilo, tranquilo... Todo estará bien... Todo estará bien... —murmuraba suavemente el chico, acariciando la espalda y cabello del pelirosa.

Finalmente Taehyung los conduce a ambos dentro del calor de su hogar, diciéndole a Jimin que le daría una nueva mudada de ropa y un chocolate caliente para calmarle y hacerlo sentir mejor.

Pero sólo había una única cosa que haría sentir a Jimin mejor.

Y ya la había pérdido.

1/2

Bueno... Jimin se liberó finalmente a sus padres, ya falta poco para que está hermosa historia termine. Y aclararé algo desde ahora, no habrá segunda temporada, lo que empezó en este libro, terminará en este libro. Además no soy muy fan de hacer segundas partes, so... Anticipen todo, y lamento hacerlos sufrir, pero así es la realidad.

Mañana subo la continuación.

Nos leemos y vemos luego, lxs amo uwu ❤️

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